Atípica jornada de cine en el Festival de San Sebastián. Con todos los comercios cerrados debido a una huelga general, el único lugar operativo de la ciudad se trataba del auditorio del Kursaal. Pocas proyecciones, manifestaciones en las calles y el certamen con sus propios líos. El iraní Bahman Ghobadi, niño mimado del Festival -ha competido en un par de ocasiones y ha ganado la Concha de Oro en ambas-, presentaba su nuevo trabajo 'Rhino Season'. Una película que generó división de opiniones, aunque su proyección ya traía su polémica de antes.
Copia mala, copia buena
El desconcierto llegó a la prensa una hora antes del pase previsto para el mediodía. Gregorio Belinchón, del diario El País, informaba por Twitter que la copia de la película en poder de la organización no era del agrado del director iraní y había exigido el transporte de una nueva desde Turquía. Una sorprendente noticia que José Luis Rebordinos, director del certamen, confirmó en pleno escenario antes de la proyección, para dar paso a las explicaciones de Ghobadi. Una situación surrealista que se resume en que durante la última semana el equipo había hecho modificaciones de sonido a la película. La "copia buena" llegaría a la tarde, mientras parte de la prensa ya se había resignado a ver la versión disponible, que se podía visionar perfectamente y sin problemas.
En cuanto a la película, 'Rhino Season' es un dramón que cuenta la experiencia de un poeta kurdo que es liberado de prisión tras cumplir una condena de treinta años. Determinado a recuperar su vida, busca a la mujer que lo cree muerto desde hace un par de décadas: su esposa. Visualmente espectacular, lírica, poética, el film es irregular pero con momentos de gran cine. Contiene un puñado de escenas para el recuerdo en una propuesta tremendamente pretenciosa, lo que ha deparado el cabreo de parte del personal. Suerte que estaba Monica Bellucci para remediarlo, aunque en una jornada sindicalista sin alfombra roja.
Cabezadas y tedio
Sorprendente también la inclusión de 'Carne de perro' en uno de los pases de prensa más importantes de esta edición: cuatro de la tarde y el Kursaal lleno a ser la única proyección del día en esa franja horaria. Perteneciente a la sección Nuevos Directores, se trata de una película monótona, aburrida y que no cuenta nada: básicamente se nos muestra a un hombre compungido que realiza acciones cotidianas sin ningún interés. Estará angustiado, como nosotros con su visionado. Medio Kursaal hizo la espantada y abandonó la proyección, la otra mitad casi que se quedó dormida. A pesar de la escasa duración del metraje, 80 minutos, a la mayoría se nos hizo eterna.
Teatro romano
Aprovechando la poca sustancia del día, recuperamos el film 'Cesar debe morir', proyectada el martes en la sección Zabaltegi Perlas. Oso de Oro en el Festival de Berlín, y recién elegida ayer por la academia italiana como la película que respaldará al país en los Oscar, muestra la representación de la obra 'Julio César' de Shakespare en una institución penitenciaria. Un homenaje a la esencia del teatro, a la pureza de los actores, los ensayos, el trabajo, la ilusión y el esfuerzo. Una película muy humana, cuyo gran valor es la implicación con los personajes, en la empatía con unos presos de los que no te cuentan su vida, pero que cuando los ves regresar a su celda tras seis meses de ensayos y una función ante el público ya te han llegado al corazón.
Jornada a todo tren
La paralización de prácticamente toda la jornada de ayer obliga a condensar actos pospuestos a los próximos días, jueves y viernes. Hoy la mayor expectación recae en Ewan McGregor y 'Lo imposible', presentación de gala con entrega de Premio Donostia. Pero además son hasta cuatro las películas de Sección Oficial que se proyectan, sumadas a una gran cantidad de ruedas de prensa. Y Tommy Lee Jones y Dustin Hoffman esperan su turno.