A parte de ser uno de los mejores actores británicos, Alan Rickman ha interpretado a alguno de los villanos más inolvidables del cine, sólo hay que recordar su odioso retrato de Severus Snape en la saga de 'Harry Potter' o al malvado terrorista Hans Gruber de 'Jungla de cristal'.
Pero Rickman no siempre estuvo tan orgulloso de su papel como Gruber, de hecho, la primera vez que leyó el guión su primer impulso fue rechazarlo. Así lo ha confesado el actor durante una entrevista con The Hollywood Reporter con motivo del estreno de su segundo trabajo como director, 'A Little Chaos'. "Leí el guión y dije '¡qué demonios es esto!', no voy a hacer una película de acción", narraba el actor, "pero mi agente y mis amigos me decían, 'Alan, no lo entiendes, esto no pasa habitualmente. Llevas en Los Angeles dos días y ya te han ofrecido una película".
Y el resto es historia, el inglés aceptó el papel del terrorista alemán, con un caché "excesivamente barato" según el propio Rickman, y se convirtió en un icono de los villanos del cine de acción, aunque no fue nada fácil. El actor también ha confesado sentirse aterrorizado cada vez que le ponían un arma en las manos, por eso en todas las escenas en las que hace uso de alguna, se le ve muy nervioso. "Si te fijas bien, verás que no paro de parpadear", decía Rickman, "es chocante lo electrizante que es disparar una ametralladora".
Sugerencia aceptada
Rickman también reveló que la idea de que Gruber pusiese acento americano para engañar a John McClane fue idea suya. "Yo pensaba, si me visto con un traje en vez de con un traje de terrorista, en un escena puedo hacer como que pongo acento americano y le engaño haciéndole creer que soy uno de los rehenes", entonces escribió la sugerencia en un papel y la dejó en la mesa del director Joe Silver que le contestó diciendo, "cállate, tú vestirás lo que se te ordene". Pero el primer día de rodaje le dieron el nuevo guión y vio con gusto como habían incluido su idea.