En 1974 Bob Clark dirigió 'Black Christmas', una película de terror con psicópata incluido que marcó un referente en lo que comúnmente conocemos como slasher movies, si bien dicho término comenzaría a ser utilizado pocos años después, con películas como 'La noche de Halloween' y 'Viernes 13'.
Pues bien, siguiendo la fiebre estadounidense de los remakes, este año llega al Festival de Sitges 'Black Christmas' (o 'Black X-mas', como prefieran), con Glenn Morgan como director y guionista, adapatando la historia y caracteres originales de Roy Moore. En el reparto destaca Mary Elisabeth Winstead junto a Katie Cassidy, Michelle Trachtenberg, Lacey Chabert, Kristen Cloke, Andrea Martin, Crystal Lowe y Oliver Hudson.
'Black Christmas' nos sitúa en nochebuena, en una fraternidad universitaria donde un grupo de jóvenes se preparan para retornar con sus familias. Durante la víspera, la supervisora de la fraternidad les contará la turbia historia de Billy, un psicópata actualmente encerrado en un manicomio que creció en esa misma casa años atrás. A partir de ese momento, las jóvenes irán recibiendo extrañas llamadas telefónicas y, una tras otra, irán desapareciendo.
Menudo peñazo, señores.
Totalmente carente de orden y atractivo alguno, 'Black Christmas' consigue que cada uno de sus fotogramas emane un rancio olor a refrito y una desabrida sensación de déjà vu, con escasos giros argumentales, nula tensión y ni el más mínimo aliciente que pueda ofrecer al espectador una historia mínimamente entretenida. De hecho, la película de Glenn Morgan ni tan siquiera es capaz de concedernos el consuelo de la casquería, en una película que más bien parece una compilación de clichés del cine de terror americano.
La crisis hollywoodiense de los remakes
Con actuaciones más bien risibles y un guión bastante nefasto, 'Black Christmas' pierde todo su interés, si es que en algún momento lo tuvo, a los diez minutos de metraje, ofreciéndonos a uno de los maníacos con menos carisma de los últimos tiempos y a un grupo de actrices que apenas sí logramos diferenciar, en una película en la que ni su música estruendosa en los momentos supuestamente álgidos consigue hacernos salir del estopor general.
Así pues, este despropósito llamado 'Black Christmas' pasa directamente, y en posiciones de honor, al creciente listado de películas de terror para olvidar junto a títulos como 'Cabeza de muerte', 'White noise 2: la luz', o 'Cocodrilo: un asesino en serie', claro ejemplo de la escasez de ideas que el cine de terror estadounidense esta sufriendo en los últimos tiempos.