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TERCERAS PARTES

Las 10 claves que hacen de 'Toy Story 3' un clásico

Se cumplen cinco años desde que 'Toy Story 3' llegara a nuestras pantallas. Recordamos las razones que la convirtieron en una obra maestra.

Por Alberto Frutos Díaz Más 23 de Julio 2015 | 15:53
Redactor especializado en cine y música. Ver, leer, escuchar y escribir.

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Hay veces que merece la pena echar la vista atrás. Hace cinco años, el 23 de julio, llegaba a la cartelera española 'Toy Story 3', tercer capítulo de una de las sagas más importantes que nos ha regalado el séptimo arte. Tras dos entregas sobresalientes, Pixar se lanzaba al éxito comercial asegurado con una aventura que, de repente, se mostró muy por encima de las expectativas depositadas en ella. Todo funcionaba a la perfección en una obra maestra cuyas virtudes parecen innumerables pero que, en este artículo, se condensan en diez claves que nos ayudan a identificar algunos de los elementos imprescindibles de la que para muchos sigue siendo, a día de hoy, la mejor película de Pixar.

1 Prólogo: No hay tiempo que perder

'Toy Story 3' necesita poco más de cuatro minutos para mezclar el universo de Indiana Jones, el western de John Ford y el blockbuster contemporáneo más trepidante. Y todo eso sin perder la más mínima esencia de su propio mundo, su DNI básico de diversión, ternura y sencillez para conseguir aterrizar en nuestro lado más infantil, consiguiendo transformar a los mayores en pequeños y a los pequeños en héroes. Pixar siempre ha sabido guiñar un ojo a referentes evidentes pero, en el que es el mejor inicio de la trilogía, consiguieron expandir las sensaciones hasta dar forma a una carta de amor pasional al cine de aventuras clásico, haciendo del reencuentro con personajes que conocíamos de sobra, una experiencia nueva, emocionante y de un poder arrebatador. Cuando la épica nos tenía bien agarrados, golpe de genio, cámara grabando y vídeo doméstico de Andy jugando con sus muñecos al ritmo de 'Hay un amigo en mí'. As en la manga desde el principio de la partida. Giro ganador. Inicio antológico. A partir de ahí, dejarse llevar. Estamos en las mejores manos.

2 Banda Sonora: Siempre Randy

A pesar de que el maravilloso Michael Giacchino se ha convertido en el compositor estrella de los últimos trabajos de Pixar, esta tercera parte de 'Toy Story' requería de los servicios de Randy Newman. Uno de los mayores talentos de la historia de la música norteamericana, un tipo con una discografía deslumbrante, se sumaba de nuevo al barco para ofrecer su mejor trabajo para la compañía. ¿Las claves? Usar elementos y melodías que podíamos identificar con suma facilidad y añadirles, del modo más natural y sutil posible, una capa de emoción mayor. Destaca de manera especial 'Going Home', tema que condensa lo mejor de una banda sonora que se ajusta como un guante al ritmo de la película, que acompaña sin molestar, que consigue que el espectador vibre, ría y se conmueva sin saturar. El Oscar a la Mejor Canción por el simpático tema 'We Belong Together' funciona a la perfección como agradecimiento a una tarea ejemplar por parte de un gigante como Newman. Cruzamos dedos para que regrese en la cuarta entrega.

3 Lotso: El drama vestido de peluche

El catálogo de villanos Pixar tiene dos grandes nombres. Primero, Anton Ego, el antológico crítico gastronómico de la excelente 'Ratatouille' y, después, Lotso, un tierno osito de peluche rosa que, primero, nos conquistaba el corazón y, más tarde, nos lo destrozaba sin compasión. Una de las fórmulas maestras para conseguir un buen malvado para tu película es otorgarle una gran historia detrás, que sus motivaciones tengan un sentido, que, en mayor o menor medida, consigas entender porque hace lo que hace, que no justifiques pero tampoco condenes sin piedad. En Pixar, evidentemente, lo saben. Lotso, uno de los mejores personajes del universo 'Toy Story', es víctima de un drama terrible contado por otro de esos secundarios que son oro puro, el payaso triste, en un flashback cuyo poder cinematográfico es tan inmenso que ocupa un lugar privilegiado entre las grandes escenas de la historia de Pixar. Un personaje con el peso suficiente como para poder haber sido protagonista de un spin off sino fuera porque, con total seguridad, hubiéramos terminado todos bañándonos en un mar de lágrimas. De PENA.

4 Barbie y Ken: De amor y humor

La trilogía de Toy Story ha tenido, desde su primera entrega, el humor como una de sus grandes virtudes. Si analizamos toda la filmografía de Lasseter y sus chicos, es bastante sencillo identificar que los mejores gags, los diálogos más divertidos, las escenas de humor más delirante y conseguido, están en las tres aventuras de Woody y Buzz. Y, gran parte de culpa, la tienen los secundarios. En 'Toy Story 3', un espectáculo de personajes memorables, son Barbie y Ken los protagonistas de los mejores momentos humorísticos del conjunto. Su primer encuentro, su historia de amor y sus desfiles de modelos improvisados consiguen carcajadas indiscutibles. Su potencial es tan evidente que, incluso, fueron los protagonistas de uno de los cortometrajes más divertidos de la factoría.

5 Lee Unkrich y Michael Ardnt: Doble o nada

Lee Unkrich

El primero, uno de los directores de, atención, 'Monstruos, S.A.', 'Buscando a Nemo' y 'Toy Story 2'. El segundo, cuidado, uno de los guionistas de 'Pequeña Miss Sunshine', 'Los Juegos del Hambre: En llamas' y, posteriormente, de ese milagro llamado 'Del revés (Inside Out)'. Palabras (muy) mayores. Combinación ganadora que consiguieron, en solitario, elevar un listón que, en las dos anteriores entregas, habían necesitado muchas más manos y cabezas. No es que el triunfo sea exclusivamente de ellos, ni muchísimo menos, pero sí que sorprende la destreza con la que ambos alcanzaron estos niveles de excelencia, la facilidad con la que combinaron influencias ajenas con un universo de personalidad arrolladora. Un trabajo que sigue siendo el mayor logro de dos carreras marcadas para siempre por unos muñecos animados con más alma que muchos personajes de carne y hueso.

6 Coherencia interna: Crecer desde dentro

Toy Story 3

Pese a ser superior a sus predecesoras, 'Toy Story 3', supone la culminación perfecta a un proceso narrativo iniciado en 1995. Por más que una cuarta entrega esté en camino, parece imposible pensar en un desenlace con más sentido y coherencia que esta despedida masiva a los personajes y ese guiño directo al espectador en forma de mano de plástico alzada al viento. Sencillamente, no se puede acabar mejor. Los personajes han crecido en cada entrega sin dejar de mantener su personalidad, los conocimos con unos miedos básicos y les decimos hasta pronto con unas dudas existenciales que, perfectamente, se podrían corresponder a la de personas adultas. Como se apunta en la clave número 8, el primer 'Toy Story' nunca podría haberse planteado una reflexión tan profunda y dramática sobre la muerte como la que se produce aquí. Andy ha crecido físicamente, ellos no, pero las vivencias de sus protagonistas principales han ido aumentando con el paso de los años hasta llegar a un proceso de aceptación de una madurez pasmosa. Un relato coherente y astuto que parece planificado desde el comienzo.

7 Fugas: La Gran Aventura

'La gran evasión' es el referente directo más evidente. La trama central de 'Toy Story 3', es decir, la fuga de la guardería SunnySide, supone un homenaje en toda regla a la fantástica película protagonizada por Steve McQueen, mandando un nuevo mensaje a los espectadores más cinéfilos que disfrutarán de lo lindo encontrando guiños directos. Al mismo tiempo, los pequeños se encontrarán con una aventura de ritmo trepidante, sin puntos muertos, de una claridad de ideas incombustible, de acción imparable y, al mismo tiempo, hipnótica. Un espectáculo para todos que supone una nueva mejora respecto a las tramas de sus predecesoras, las cuales también contaban con planes para escapar de diversos lugares pero que nunca alcanzaron un nivel de cine mayúsculo tan incesante.

8 La muerte: El fuego eterno

Una incinerador. Llamas. Basura consumiéndose en el fuego. Nuestros personajes luchan por escapar de la malvada trampa que les ha tendido Lotso. Y, de repente, la muerte. Se puede identificar con infinita claridad en sus rostros, prodigios de expresividad, y se hace evidente en su conducta. Nuestros muñecos favoritos se dan sus manos y se preparan para el inevitable final. Pixar, de golpe, termina por hacerse mayor. Sí, lo sé, teníamos la primera mitad de 'WALL - E', madurez cinematográfica absoluta, y el flashback inicial de 'Up', madurez emocional para dejarte KO, pero aquí se estaba hablando, y de qué manera, de algo mucho más profundo. Aceptar el final, aceptar el adiós, aceptar la muerte y, lo que es más importante, hacerlo entendiendo que, si te toca marcharte de aquí y tienes la 'fortuna' de saberlo, es mejor hacerlo acompañado de aquellos que te han acompañado a lo largo de tu vida. Al final, un gancho aparece en forma de Dios salvador pero, durante no pocos minutos, hemos tenido el corazón en un puño, el nudo en la garganta y la sensación de estar, definitivamente, ante una obra mestra cuyo poder dramático es equiparable al de cualquier película estrenada en la última década.

9 Lágrimas: Gracias, chicos

Toy Story 3

Y, al final, el llanto. No podía ser de otra manera. Si el prólogo funcionaba a la perfección como vehículo explosivo de reencuentros con los personajes, el epílogo de 'Toy Story 3' retomaba el listón donde 'Up' lo había dejado, la estratosfera, y lo asentaba definitivamente. La escena, tan simple que adquiere un valor doble, se basaba en algo tan sencillo como la despedida de un Andy ya universitario que cede sus juguetes a una pequeña que les podrá ofrecer una vida mejor, llena de juegos y tardes de recreo, de historias repletas de aventuras inolvidables. Él, al igual que nosotros, le presenta a la niña que está a punto de recibir un tesoro, cada uno de los muñecos que forman parte de nuestra educación cinéfila. Y lo hace con una ternura que encoge el corazón, que consigue cosernos la sonrisa a la cara hasta que, minutos más tarde, cuando se suba a su coche y observe una última vez a sus compañeros de ese viaje inolvidable que es la infancia, se despida con un 'Gracias, chicos', que se clava como un puñal. Una escena inolvidable que se culmina con un Woody sentado en el porche, mirando como Andy se marcha, mientras lanza un 'Adiós, vaquero'. No se necesita decir más. Es cine en toda su esencia.

10 El punto y seguido: Y más allá

Ubicada en el tiempo, 'Toy Story 3', supone el final de una etapa incomparable en la historia del cine de animación. Iniciada en 2007 con 'Ratatouille', Pixar entró en una fase de logros históricos de manera continuada. En 2008, 'Wall E', en 2009, 'Up' y, finalmente, en 2010, la tercera entrega de Woody y Buzz. Cuatro años, cuatro películas, cuatro obras maestras que se sumaban a las sobresalientes 'Monstruos S.A.', 'Los Increíbles' y 'Buscando a Nemo', para terminar de constituir un legado que, simplemente con estos ejemplos, ya les había permitido a los chicos de Pixar asegurarse un lugar privilegiado en la historia del cine. Es cierto que después llegaron tres películas de menor calidad, las infravaloradas 'Cars 2' y 'Monstruos University' y la correcta 'Brave', pero en 2015, tras un año sabático, nos encontramos con dos raciones Pixar que han comenzado con 'Del revés', una película que se postula, con más de uno y dos argumentos, como su cumbre, la cima de una factoría que continúa ofreciendo las ideas más brillantes, los desarrollos más emocionantes y los resultados más memorables del Hollywood de los últimos años. A falta de comprobar si la anunciada 'Toy Story 4' consigue alcanzar el nivel de sus predecesoras, nos quedará la certeza de una saga cuyo tercer capítulo se eleva como una de las películas más redondas que nos ha regalado el cine de animación. Y las miradas de unos juguetes que siguen emocionando hasta el infinito. Y más allá.