En la meca del cine podemos encontrar todo tipo de actores, de distinto sexo, condición y con niveles de fama muy dispares. Pero es realmente complicado encontrar uno de esos diamantes que deslumbran durante toda su carrera, y que perduran en la memoria de los cinéfilos para la eternidad. Uno de ellos es, sin ninguna duda, Audrey Hepburn.
Se trata de una actriz que no necesita presentación, y que, a pesar de no haber tenido una carrera tremendamente extensa, nos ha dejado auténticas joyas cinematográficas con las que hemos vibrado incontables veces. Escoger una sola de sus películas sería una ardua tarea.
La actriz, que se apartó de la industria a finales de los 60 para volver una década después, falleció a los 63 años, tras toda una vida dedicada a la interpretación y a la ayuda humanitaria. Impagable es el legado que nos dejó a todos aquellos que amamos el séptimo arte.
Curiosidades de Audrey Hepburn
Reviviendo el dolor
Se ha hablado mucho de por qué Audrey Hepburn rechazó participar en el film de 1959 'El diario de Ana Frank', pero lo cierto es que la intérprete lo hizo únicamente porque había crecido en los Países Bajos viendo a los nazis ejecutar a gente y llevándose a judíos a campos de concentración, por lo que no quiso recordar esa fatídica experiencia.
Orígenes mixtos
Sabemos que Audrey Hepburn nació en Bélgica y pasó muchos años en los Países Bajos, pero sus orígenes aún son más variados. Y es que su familia tenía sangre muy distinta, pues su padre era de ascendencia inglesa y austríaca, mientras que la madre de la intérprete provenía de una familia con sangre holandesa, inglesa y francesa.
La exorcista
Aunque hoy en día nos parezca inimaginable verla en ese papel, lo cierto es que Audrey Hepburn fue la primera opción de Warner Bros. para el papel de Chris MacNeil en 'El exorcista', después de los éxitos que le había brindado a esa compañía con sus películas. Sin embargo, Hepburn pidió que el film se rodara en Roma para poder cuidar de sus hijos, y los responsables rechazaron su propuesta.
Curando a Young
Durante la batalla de Arnhem, Audrey Hepburn se presentó voluntaria como enfermera en un hospital holandés, donde curaban a los militares aliados que habían resultado heridos. Uno de los soldados a los que atendió era un hombre llamado Terence Young, que se acabaría convirtiendo en director de cine y la dirigiría años después en 'Sola en la oscuridad'.
Experta en idiomas
Audrey Hepburn ha demostrado en incontables ocasiones ser una mujer realmente inteligente, e interesada por mejorar en cada día de su vida. La actriz aprendió a hablar de forma fluida hasta cinco idiomas, dos de ellos de forma nativa (inglés y holandés). Los otros idiomas que dominaba eran español, francés e italiano.
Miedo al agua
Un ser tan maravilloso como Audrey Hepburn no se libraba tampoco de sufrir algunos miedos que, en apariencia, podrían ser irracionales. Y es que la actriz sufría de hidrofobia: un terror inmenso hacia el agua. Que la foto que ilustra esta curiosidad no nos engañe, puesto que, para filmar esa escena de 'Dos en la carretera' en la que es empujada a la piscina necesitó que hubieran buzos en el agua para rescatarla.
El lío de los Oscar
Seguro que Audrey Hepburn no olvidó la ceremonia de los Oscar en la que le fue concedida la estatuilla por su interpretación en 'Vacaciones en Roma', y no solo por el premio en sí. Primero, la actriz estaba tan nerviosa que, al serle entregada la estatuilla, le dio un beso en la boca al presentador en vez de en la mejilla. Y, para rematar, se dejó el premio en el baño y tuvo que volver a por él más tarde.
Pasando penurias
La infancia de Audrey Hepburn fue de todo menos fácil, y es que vivió en los Países Bajos cuando fueron ocupados por el ejército nazi. La gente en aquel lugar se moría de hambre, literalmente, y era habitual que los niños de la zona tuvieran malnutrición. Hepburn lo intentaba todo para no desfallecer: desde comer bulbos de tulipán a intentar hacer pan con hierba.
Audrey "La japonesa"
En 1957, Hepburn tuvo una curiosa proposición: ponerse en la piel de la esposa japonesa de Marlon Brando en 'Sayonara'. Sin embargo, la actriz no tardó en rechazar el papel. Audrey creía que nadie la tomaría en serio interpretando a una mujer oriental y que todo el mundo se reiría de ella, por lo que tomó la decisión casi sin pestañear.
Consiguiendo proezas
Tantos años dedicados al cine tuvieron sus claras recompensas, y una de ellas fue formar parte de un selecto club al que muy pocas actrices han logrado pertenecer. Y es que la intérprete es una de las actrices que ha logrado la Triple Corona de los premios: Oscar, Emmy y Tony. La acompañan compañeras de profesión tan conocidas como Ingrid Bergman, Liza Minelli, Maggie Smith o Helen Mirren.