Películas bélicas hay unas cuantas, y muchas de ellas realmente notables. No obstante, pocas habrá con tanto mimo y dedicación en su elaboración como 'La chaqueta metálica'. Y es que Stanley Kubrick no se conformaba con cualquier cosa; solo ponía su sello en producciones de alto copete.
En este film, un grupo de nuevos reclutas llega a Parris Island para ser preparados para combatir en Vietnam. Después de ser rapados, asisten con el Sargento Hartman a su proceso de instrucción, quien emplea violentas tácticas para convertir a los jóvenes en soldados listos para el combate. No obstante, sus duros métodos harán que a los chicos les sea realmente duro sobrellevarlo.
Si bien buena parte de ella no es una cinta de guerra al uso, nos encontramos ante una de las más queridas producciones bélicas de la historia del cine. Kubrick difundía un claro mensaje antibelicista en una obra dura que, al contrario que otros films del género, se sigue con total entretenimiento.
Curiosidades de 'La chaqueta metálica'
Convenciendo al jefe
Para conseguir su legendario papel en la película, R. Lee Ermey se fue directo a por Kubrick para pedirle ese rol que sabía que interpretaría tan bien. Sin embargo, la primera reacción del director fue rechazar su petición. Ermey, ni corto ni perezoso, le chilló a Kubrick que se pusiera en pie cuando le hablaban, y el realizador obedeció instintivamente. Tras esto, el papel era suyo.
Usando la cabeza
En la mayoría de films siempre hay escenas que se graban pero, por diversas razones, terminan por no ser utilizadas en el corte final. Naturalmente, en 'La chaqueta metálica' también sucedió. En una de las escenas que finalmente se optó por no usar se podía ver a unos soldados jugando a fútbol, pero no con una pelota normal y corriente, sino con una cabeza humana.
Retrasos por doquier
Las cosas de palacio van despacio y, si no, que se lo digan a Stanley Kubrick. Querer hacer tus obras con tanto mimo hace que siempre existan retrasos en la producción. Tanto es así que, durante el rodaje de esta cinta, al actor Matthew Modine le dio tiempo a casarse, concebir un hijo, que su mujer diera a luz y que el niño llegara a cumplir el año.
Kilitos de más
Está claro que Vincent D'Onofrio quería interpretar su mítico papel en la película a toda costa, y no dudó a la hora de ganar peso por exigencias del guion. Pero no estamos hablando de dos o tres kilos. El actor tuvo que echarse encima más de 30 kilos para ponerse en la piel del personaje. Le costó siete meses engordar, y otros nueve perder todo el peso que había ganado para el film.
Cuidando los detalles
Todos los que hayan leído un poco sobre la forma de trabajar de Kubrick sabrán que era todo un perfeccionista. Para las escenas del barracón de la película que homenajeamos, el realizador mandó diseñar una lente especial que mantuviera a todos los soldados a foco. Kubrick no quería que nadie fuera más que el otro, y pretendía que todos fueran tratados por igual.
Referencia para eruditos
La camiseta del Private Joker en Parris Island nos desvela que su nombre real es J.T. Davis. Éste podría parecer un nombre elegido totalmente al azar, pero nada más lejos de la realidad. Y es que se trata de una clara referencia a James T. Davis, quien fue la primera baja americana confirmada en Vietnam en el año 1961.
Sorpresa sorpresa
Para que las escenas del Sargento Hartmann y las reacciones de los reclutas fueran lo más auténticas posible, los intérpretes no conocieron a R. Lee Ermey hasta el mismo momento de rodar. Stanley Kubrick también observó durante el rodaje de esta cinta que el actor no interactuaba con ninguno de sus jóvenes compañeros entre toma y toma.
Video casting
Para este film, Kubrick no se quiso calentar la cabeza, y su equipo puso anuncios por todo Estados Unidos para que aquellos aspirantes a actor que quisieran un rol en su nueva película enviaran un video en el que simularan estar combatiendo en Vietnam. Se recibieron aproximadamente 3.000 cintas, de las que el propio director vio unas 800.
Un papel que ansiaba
Los fans de la película seguro que recordarán a un personaje llamado Eightball. Lo que quizá no sepan es que pudo haber sido interpretado por un actor que todos conocemos muy bien. Y es que el mismísimo Denzel Washington fue considerado para ponerse en la piel de Eightball, y ha admitido que es un rol que le fastidió no conseguir.
El orgullo de Kubrick
Stanley Kubrick se encontraba totalmente fascinado por las habilidades de R. Lee Ermey como intérprete. Tanto fue así que le dejaba improvisar un gran número de diálogos, y solo necesitaba dos o tres tomas para conseguir las escenas que quería. La única escena que le llevó más tiempo fue la del "Jelly Doughnut" que, supuestamente, necesitó de un total de 37 tomas.