Por fin llega 'La visita' a la cartelera, la nueva película de M. Night Shyamalan. El director tiene a sus espaldas un puñado de películas irregulares y polémicas que han dividido al público entre los que lo aman y los que detestan sus propuestas. ¿En cuál de los bandos te encuentras tú?
Si eres de los primeros, hay un debate que estarás acostumbrado a tener. ¿Cuál de sus películas es la mejor? Hay quien dice que 'El protegido', en la que Bruce Willis descubre poco a poco que es un superhéroe. Sin duda, es uno de sus relatos más consistentes y tiene alguno de los momentos mejor rodados (en concreto, recuerdo la escena en la que una cortina nos deja entrever solo ciertas partes). Pero otros prefieren destacar 'Señales', una historia más accesible que tiene alguna de las escenas más emotivas de la filmografía del director.
Mi preferida es 'El bosque'. Y aquí os propongo 10 razones, en forma de 10 escenas que se quedaron clavadas en mi mente. Por supuesto, recomiendo que leáis este especial con la banda sonora de James Newton Howard de fondo, probablemente su mejor colaboración con Shyamalan. Por ejemplo.
1 El miedo
'El bosque' es una fábula sobre el miedo, y sobre cómo hay quienes lo usan socialmente para evitar o causar ciertos comportamientos. Al principio de la cinta, Shyamalan muestra varias escenas de la vida de la aldea. Uno de los momentos más inspirados es este plano secuencia en el que vemos a dos jóvenes limpiar un porche alegremente. De repente, la cámara baja para mostrar algo que una de ellas ha señalado con preocupación: unas bayas rojas. Entonces la cámara de Shyamalan sigue con gracilidad los pasos livianos de las chicas y las observa esconder las bayas ("el color prohibido") bajo tierra. Una idea tan potente, expresada en un plano secuencia sin diálogo alguno.
2 "Sí, bailaré contigo en la noche de nuestra boda"
La historia de amor entre Ivy Walker, una chica ciega pero resuelta, y Lucius Hunt, un hombre callado y valiente, es el motor de la historia y, como Shyamalan pone en boca de sus personajes, "lo que mueve el mundo". Por eso, esta escena en la que Lucius (Joaquin Phoenix) le confiesa a Ivy (Bryce Dallas Howard) que le quiere, pero que tiene que dejar que él lleve su ritmo, es quizá el momento más bonito.
3 La salvación
Una de las cámaras lentas más potentes que recuerdo. Las criaturas están atacando el poblado, y Lucius está ayudando a la gente a encerrarse en sus casas. Ivy, sin embargo, no estará tranquila hasta que su amado esté a salvo con ella. Por eso, decide quedarse en la puerta de casa con la mano extendida hacia la oscuridad, a la espera. Nosotros vemos cómo una de las criaturas se acerca, pero justo en el último momento, aparece Lucius, aparece el violín compuesto por Newton Howard y tocado por Hilary Hahn, y el tiempo se para.
4 La puñalada
Aquí 'El bosque' empieza a dar el giro de timón que a muchos espectadores decepcionó: ya no es una película de terror. Es algo mucho más complejo. La sorpresa que todos nos llevamos cuando vimos a Noah (inolvidable Adrien Brody) apuñalar a Lucius repetidas veces. O no lo vimos, porque Shyamalan no muestra dentro del plano ninguna de las asestadas. No porque no lo veamos deja de doler.
5 El color prohibido
El giro es, no en vano, el momento crucial de la película. Aquí aprendemos que 'El bosque' no va sobre unos monstruos, y Noah aprende a su vez que sus actos tienen consecuencias. Shyamalan graba el momento en el que la inocencia se rompe y deja paso a la consciencia de la maldad, y al arrepentimiento. Y al miedo, que Edward Walker (William Hurt) había utilizado para sus fines, pero se acaba volviendo contra él.
6 "Papá, no veo su color"
Ivy le confiesa a Lucius que, aunque es ciega, puede distinguirlo de la oscuridad porque irradia un color. ¿Cuál?, no lo sabemos, porque nunca lo especifica, pero sí nos rompe el corazón en el momento en que ella le descubre apuñalado e inconsciente en el suelo de su cabaña.
7 El viaje
Cuando Ivy le pide al Consejo de mayores atravesar el bosque amenazador para conseguir medicinas para Lucius, descubre el primer gran giro de guion que Shyamalan nos tenía preparado. Los monstruos no existen, es todo una invención para mantener al poblado unido y aislado. Esto no evita que Ivy sienta miedo durante su viaje a lo largo del bosque. En este viaje, Shyamalan hace un uso del color y el espacio que supera a todo lo que ha rodado hasta el momento. Y quizá sigue sin haber llegado a ese nivel a día de hoy.
8 El bastón
Este detalle lo percibí en mi último visionado. A lo largo del viaje, a Ivy se le rompe el bastón que usa de apoyo para orientarse. Se le quiebra, y ella lo rompe, resignada. Prosigue su viaje, consigue salir al mundo exterior (brindándonos el otro gran giro de guion) y después vuelve con las medicinas que buscaba. Aquí se enfrenta a una inesperada criatura que nos hace pensar, por un momento, que al final sí había razones para temer a lo extraordinario. Cuando Ivy consigue derrotar a la criatura, resurge con un nuevo bastón, este extraído de un tronco roto, directamente de la naturaleza a la que temía, más fuerte y seguro. Sutil.
9 El monstruo
En una película que habla sobre la inocencia, la maldad y el terror, este plano resume a la perfección una de las ideas principales. Noah, la persona más inocente de la película, convertido en monstruo, y consumido por la maldad. Es quizá el momento más triste y pesimista de un director que por lo general suele ver el vaso medio lleno.
10 La decisión
Los finales de Shyamalan suelen ser abiertos. Si bien resuelve el tema de fondo, suelen quedar muchas cuestiones para la imaginación del espectador. En este caso, dejamos a Ivy de vuelta con Lucius, y suponemos que la medicina le curará. Pero ¿qué pasa con el poblado? Tras varios debates, el consejo de mayores tiene que decidir si prosiguen con la farsa o liberan a sus familias. ¿Tendrá algo que decir Ivy al respecto? Mientras Ivy mira esperanza a Lucius, los mayores se van levantando poco a poco y la música de Newton Howard llega a su clímax. ¿Qué han decidido? Corte a negro. Nos toca a nosotros reflexionar.