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PATRIMONIO DEL 2024

Las 10 mejores películas españolas de 2024: De 'Volveréis' a 'La estrella azul'

Repasamos las 10 mejores películas españolas de 2024 según el equipo de eCartelera.

Por Marcos Vasco Martín-Grande Más 27 de Diciembre 2024 | 09:24
Amo profundamente ese cine español hecho en los márgenes, que se fija en lo rural y cotidiano de la vida

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Fotogramas de 'La habitacion de al lado', 'Los destellos', 'La estrella azul' y 'La virgen roja'
Fotogramas de 'La habitacion de al lado', 'Los destellos', 'La estrella azul' y 'La virgen roja' (Warner Bros. Pictures, Caramel Films, Wanda Vision, Elastica Films)

2024 ha sido un año con alegrías diversas, artísticas y comerciales, para nuestro cine. Los festivales internacionales han premiado a títulos nacionales. 'La habitación de al lado' convirtió a Pedro Almodóvar, tras Luis Buñuel y su 'Belle de jour', de producción francesa, en el segundo cineasta patrio en alzarse con el León de Oro de la Bienal de Venecia. En Cannes, Jonás Trueba y Los Ilusos tomaron con 'Volveréis' el relevo de Elena Martín y su 'Creatura', consiguiendo que por segundo año consecutivo el mejor largometraje europeo de la Quincena de Cineastas sea español.

A estos logros se suma la Concha de Oro de Albert Serra por 'Tardes de soledad' (estreno el 7 de marzo), documental ambientado en el mundo de la tauromaquia y algo más, la Mención Especial del Jurado que Mar Colll trajo de Locarno con 'Salve María' o el triunfo de 'Polvo serán', de Carlos Marqués-Marcet, en la sección Plataforma del Festival de Toronto y su Espiga de Plata en la SEMINCI. En Málaga la victoria de 'Segundo premio', fabulación de Isaki Lacuesta, secundado por Pol Rodríguez, en torno a la leyenda de Los Planetas y la grabación de 'Una semana en el motor de un autobús', fue apabullante. Tres galardones, entre ellos la Biznaga de Oro, se llevó el único filme de los mencionados que ha conseguido nominación al Goya a mejor película.

Julianne Moore y Tilda Swinton en 'La habitación de al lado'
Julianne Moore y Tilda Swinton en 'La habitación de al lado' (Warner Bros. Pictures)

Porque, excepto 'La estrella azul', el resto de contendientes en la categoría reina son éxitos de taquilla. Los casi 7,90 millones de euros de recaudación de 'La infiltrada' convierten al thriller de Arantxa Echevarría en el segundo mayor logro económico del cine español en 2024, solo superado por los 13,44 millones de 'Padre no hay más que uno 4: Campanas de boda'. El duelo entre 'Casa en llamas' (3,06 millones), en octava posición, y 'El 47' (3,12), séptima, por convertirse en la obra en catalán más taquillera de la historia parece haber caído del lado de Marcel Barrena y Mediapro. No obstante, las cifras pueden variar, ya que aún permanecen en cartelera.

Y el debut en el largo de Javier Macipe, que llegó a salas en febrero con el único aval del Premio del Jurado Joven del Festival de San Sebastián, donde se presentó en Nuevos Directores, ha terminado por convertirse en otra de las grandes revelaciones de la temporada. Es la gran favorita al cabezón a mejor dirección novel, donde comparte candidatura con Miguel Faus ('Calladita'), Paz Vega ('Rita'), Pedro Martín-Calero ('El llanto') y Sandra Romero ('Por donde pasa el silencio').

Pero en 2024 también se han lanzado óperas primas que, debido a quien se situaba tras las cámaras, llegaban cargadas de expectación. Fue el caso de 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés', de C. Tangana. Otras, como 'Sueños y pan', de Luis Soto Muñoz, no han generado tanto ruido, a pesar de su calidad, quedando relegadas a un segundo plano en las plataformas de streaming.

Y así, durante el año también han estrenado sus nuevas obras Celia Rico Clavellino ('Los pequeños amores'), Liliana Torres ('Mamífera'), Álex Montoya ('La casa'), Andrea Jaurrieta ('Nina'), Icíar Bollaín ('Soy Nevenka'), Paula Ortiz ('La virgen roja'), Pilar Palomero ('Los destellos'), Rodrigo Cortés ('Escape'), Aitor Arregi y Jon Garaño ('Marco') y David Pérez Sañudo ('Los últimos románticos').

Las 10 mejores películas españolas de 2024

'Volveréis', de Jonás Trueba

'Volveréis', de Jonás Trueba

El cine de Jonás Trueba se ha preocupado por filmar la cotidianidad partiendo de situaciones inusuales, incluso, absurdas. Si el kilómetro cero de 'La virgen de agosto' era una treintañera, Eva (Itsaso Arana), que decidía no abandonar su Madrid natal durante el verano, pero alquilaba otro piso en la capital para pasar las fechas y le seguían 125 minutos con vocación de diario, 'Volveréis' opta por convertir la disolución de la pareja en una festividad. O erigir, por dejar que la película se exprese en sus propios términos, "una comedia romántica sobre el fin del amor".

Con estas cartas sobre la mesa, no sería aventurado afirmar que parte de la filmografía de Trueba junior es una paradoja en sí misma. Su última criatura no es una excepción. Están los habituales juegos de espejos donde realidad y ficción se confunden y una inversión de roles, aquí también de género, que mezcla la mirada del espectador con la de los personajes, intérpretes y la del propio cineasta. Sin embargo, su singularidad reside en que estamos ante una de esas raras avis que funcionan por pura reiteración.

La hilaridad in crescendo emana de cada una de las explicaciones que Ale (Itsaso Arana) y Álex (Vito Sanz) dan a sus allegados sobre su ruptura y celebración. En busca del convencimiento propio, todo el rato lo mismo, una y otra vez. O, si lo prefieren, nada. Y ahí termina por aparecer la culpabilidad de quien está al otro lado. En el fondo, presenciar un distanciamiento sin entender el porqué -pocas cosas más fieles a la realidad- no tiene mucho de divertido. "Pero no, estamos bien". Todo en una frase aparentemente anodina y banal.

Volveréis en eCartelera

'Marco', de Aitor Arregi y Jon Garaño

'Marco', de Aitor Arregi y Jon Garaño

A Aitor Arregi y Jon Garaño, aquí con Jose Mari Goenaga solo al guion, les atrae más el dilema. Por algo son los artífices de títulos como 'Loreak (Flores)', 'Handia', y, sobre todo, 'La trinchera infinita'. Ahora el sujeto en cuestión no es otro que Enric Marco (Eduard Fernández), quien se hiciera pasar por superviviente del campo de concentración de Flossenburg durante la II Guerra Mundial y llegara a presidir la Amical de Mauthausen de España. Hay que decir que este antiguo dirigente de la CNT fue una de las personas, sobre todo tras el inicio de la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, que situó en la primera plana nacional la memoria histórica. Y ahí la clave: ¿está la mentira justificada si sirve para que las víctimas no caigan en el olvido? -no nos engañemos, Marco era un hombre cuya única preocupación era ser el centro de atención-; ¿No somos todos en el fondo un poco farsantes? Las preguntas que formula el filme son más que pertinentes, pero en realidad, a pesar del nervio narrativo, le cuesta conducir a nuevas reflexiones que vayan más allá de las surgidas viendo el Telediario y escapar de sus reiterativos juegos visuales.

Marco en eCartelera

'La habitación de al lado', de Pedro Almodóvar

'La habitación de al lado', de Pedro Almodóvar

La expectación era grande. Tras los experimentos que supusieron 'La voz humana' y 'Extraña forma de vida' y ese traspiés con gusto llamado 'Madres paralelas', melodrama con las piezas siempre fuera de sitio, pero de incuestionable eficacia, Almodóvar cambia a Cocteau por Sigrid Nunez, el desierto de Tabernas, el campo manchego y las calles de Madrid por una casa solitaria en Nueva Inglaterra.

Allí, dos viejas conocidas, Martha (Tilda Swinton) e Ingrid (Julianne Moore), ven y recitan las líneas finales de 'Dublineses'. Mientras, en el exterior, cae "la nieve sobre todos los vivos y sobre los muertos". Si 'Dolor y gloria' parecía el crepúsculo perfecto para los caminos abiertos por 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón' casi cuatro décadas atrás, 'La habitación de al lado' posee el magnetismo de lo que se mueve en doble dirección, de lo que al mismo tiempo mira al pasado y al futuro.

Es el éxtasis de lo que vino antes, de la sobriedad iniciada en 'La piel que habito' y perfeccionada en 'Julieta' -¿o ya era eso 'Dolor y gloria'?-, pero ahora con una estilización alejada de cualquier atisbo realista -así se explica que no sea Alcaine, sino Eduard Grau, que ha estado en títulos como 'Un hombre soltero', 'Quién te cantará' o 'Claroscuro', quien firma la fotografía-. Y en inglés. Nuevas conquistas para la causa almodovariana. El plano de Martha maquillada para visitar el más allá es lo más bello, emotivo, humano y, hasta si se quiere, romántico que le ha pasado al arte cinematográfico en 2024.

La habitación de al lado en eCartelera

'El 47', de Marcel Barrena

'El 47', de Marcel Barrena

Marcel Barrena vuelve a partir de una historial real, pero ahora salta en el tiempo. Un retrato de época que rescata una de esas caras b que el relato oficial de la transición silenció y que no viene mal recordar en tiempos de individualidades asediadas por el sistema y crispación constante: la conquista del movimiento vecinal del barcelonés barrio de Torre Baró, que, a pesar de las negativas del Ayuntamiento de la ciudad condal, consiguió subir un autobús hasta sus calles gracias al arrojo de un hombre, Manolo Vital (Eduard Fernández). En 'El 47' confluyen los dos temas centrales de las anteriores obras de ficción del realizador catalán: la superación -'100 metros'- y la inmigración -'Mediterráneo'-. Un ejercicio de memoria para destacarnos quienes fuimos, somos y seremos, que llegado el momento se atreve a mezclar ficción y documental y encuentra su mayor apoyo en la siempre carismática presencia de Fernández. No obstante, como otros títulos de esta lista, peca de un idealismo y ausencia de contexto social -ni rastro de los albores de la crisis de la heroína- fácilmente desmontables a poco que se lea sobre la época.

El 47 en eCartelera

'Los destellos', de Pilar Palomero

'Los destellos', de Pilar Palomero

Tras 'Las niñas' y 'La maternal', Palomero abandona el retrato de juventudes rotas y la cámara en mano para componer un canto al fin de la vida en el que lo que de verdad importa es el gesto. El gesto de Isabel (Patricia López Arnaiz) al decidir acompañar en una última puesta de sol a su expareja, Ramón (Antonio de la Torre), tras años sin hablarse. El gesto de una historia, que en palabras de su directora, como ya hiciera Mia Hansen-Løve en 'Una bonita mañana', aborda "el amor en términos de afectos, complicidad y cuidados". Pero sobre todo, el gesto de una cineasta que se ha hecho grandes preguntas -¿es posible filmar la muerte?- que, probablemente por pudor, prefiere guardar cierta distancia hacia donde casi todo el mundo se acerca.

Por eso, el uso del plano fijo es la máxima expresión del profundo respeto con el que Palomero trata tanto a sus personajes -por ejemplo, en los paseos que mantienen los protagonistas es como si, consciente de la situación, quisiera darles todo el espacio necesario, no entrometerse en unos instantes que jamás volverán a repetirse- como al espectador -no hacernos presenciar en primer plano el progresivo deterioro de Ramón y nunca mostrarle una vez consumado su adiós-. Otro título que emociona desde su humanidad.

'La infiltrada', de Arantxa Echevarría

'La infiltrada', de Arantxa Echevarría

Con cinco largometrajes, la filmografía de Arantxa Echevarría puede presumir de eclecticismo. Por tanto, dos dramas sobre minorías raciales -'Carmen y Lola' y 'Chinas'- y un par de comedias -'La familia perfecta' y 'Políticamente incorrectos'- solo podían ir seguidos por un thriller. Y no con una temática cualquiera: la lucha contra ETA. Y ahí reside la relevancia del asunto: un guion, firmado por la directora a cuatro manos con Amèlia Mora, que es capaz de huir del maniqueísmo y la simplificación política en la que corren el riesgo de caer estos productos. El resto, una impasible Carolina Yuste y la intención de poner sobre la mesa una parte de la historia reciente de nuestro país que, como tantas otras, necesita ser afrontada y comprendida, no silenciada ni pasada por alto.

La infiltrada en eCartelera

'La casa', de Álex Montoya

'La casa', de Álex Montoya

He aquí otra obra centrada en el paso del tiempo a través de la memoria de los espacios -de esto también habla otro largometraje de este año, 'Here (Aquí)', de Robert Zemeckis, en cartelera desde hace unas semanas-. Lo que comparte el tercer largometraje de Álex Montoya con la nueva orgía digital del director de 'Regreso al futuro', 'Forrest Gump' y 'Polar Express' es su narrativa fragmentada, en este caso apostando claramente por la romantización al cambiar de formato en los saltos al pasado, embellecerlos visualmente -aire y sol casi siempre presentes- e introducir constantemente música extradiegética. Así, 'La casa' prefiere moverse de forma más directa por los recuerdos que estos lugares -las diferentes partes de la vivienda- invocan en sus protagonistas. Todos llevan al mismo lugar: la evocación del padre fallecido. Y como no hay mal que por bien no venga, es la presencia de la muerte y del legado familiar lo que permite la reconciliación entre Jose (David Verdaguer) y Vicente (Óscar de la Fuente).

La casa en eCartelera

'Casa en llamas', de Dani de la Orden

'Casa en llamas', de Dani de la Orden

2024 también ha sido el año de Eduard Sola. El escritor catalán, que ha participado en los libretos de 'La virgen roja' y 'Querer', vuelve a asociarse, tras 'Barcelona, noche de verano', 'Nadador' y 'Barcelona, noche de invierno', con Dani de la Orden. El resultado es una dramedia que torna en reivindicación de la figura materna. Es en la relación entre Montse (Emma Vilarasau) y su hija, Júlia (María Rodríguez Soto), y el aprendizaje, reconocimiento y puesta en valor que emana de ella, donde 'Casa en llamas' concentra su gran virtud. El resto pasa por una dirección sin afán de protagonismo, tan eficaz como televisiva; un elenco solvente, completado por Enric Auquer, Macarena García, Alberto San Juan y Clara Segura; y algunas situaciones que de excéntricas y disparatadas terminan por hacer gracia -el momento de los preservativos y el montaje de la desaparición-.

Casa en llamas en eCartelera

'La virgen roja', de Paula Ortiz

'La virgen roja', de Paula Ortiz

El más accesible y contenido de los proyectos personales de Paula Ortiz. Aunque hayan desaparecido los diálogos literarios y el aura poético malickiano que hicieron de 'La novia' una película única en nuestro cine y a pesar de sus costuras de producto televisivo -recordemos que, excepto en España, su estreno ha sido vía Prime Video-, gran parte del mérito de 'La virgen roja' reside en el lugar desde el que lanza su alegato feminista. Ortiz, partiendo de hechos reales y con la ayuda de Eduard Sola y Clara Roquet, hace de Aurora (Najwa Nimri), mujer libre, un mecanismo que acaba reproduciendo las fuerzas de la sociedad patriarcal al asesinar a su hija, Hildegart (Alba Planas), precisamente por querer escapar de su influencia. Como ya sucedía con Luisa (Luisa Gavasa) en 'De tu ventana a la mía' y la transición a la democracia, Aurora no deja de ser reflejo del porvenir que aguardaba a España tras el fin del Bienio progresista en 1933, curiosamente el año de la muerte de Hildegart: el paso de la esperanza utópica al auge del fascismo.

La virgen roja en eCartelera

'La estrella azul', de Javier Macipe

'La estrella azul', de Javier Macipe

Decía Baz Luhrmann que su 'Elvis' sería el 'Apocalypse Now' de los biopics musicales. No hemos conseguido descubrir a que se refería exactamente el artífice de 'Moulin Rouge', quizá, como afirmaba Sergi Sánchez en La Razón, a su intento por deconstruir el género al situar como narrador al antagonista del relato, el Coronel Parker (Tom Hanks).

¿Es esta la ambición de Macipe? Primero, ha partido de una figura, Mauricio Aznar (Pepe Lorente), que en el fondo tiene más de todos nosotros que de genio. Puede que visite lugares exóticos en busca de inspiración, conviva con las figuras que idolatra y se contagie del espíritu folclórico de Cuti Carbajal, pero una vez regresa a España sus problemas vitales son terrenales. Tanto que el verdadero campo de juego de 'La estrella azul' es el romántico. Porque poco importan las enseñanzas armónicas si se es incapaz de superar el fin de una relación. En definitiva, un perdedor. Segundo, por la hibridación entre ficción y documental, que sirve para dirigir la mirada hacia los márgenes del sistema. Pero también porque termina mostrando el lugar desde el que todo se construye, su propio proceso de producción y rodaje. No obstante, peca de autoconsciente a la hora de revelar el artificio y se pasa de idealista en la representación de ciertas realidades del campo argentino.

La estrella azul en eCartelera