El cine de Sam Peckinpah duele e hipnotiza. Atraviesa e impacta. Conmueve y quema. Su obra, legendaria como ese nombre de cowboy que lo ha perdido todo y, por lo tanto, no tiene más opción que ganar, está repleta de títulos que convierten la pantalla en un cristal desafiante y poderoso, una fuente de reflejos que escupen sangre, sudor, lágrimas, venganza y dignidad.
Muchos de los personajes que aparecen en sus obras capitales, casi siempre representando a lobos solitarios, crueles y encantadores, venenosos y quebrados, son parte de la historia de un séptimo arte que encontró en él una mirada única de violencia y verso. Las películas de Peckinpah, además de verse, se huelen, se tocan, se sufren y se devoran.
Y es que, si bien no hablamos de una filmografía tan extensa como la de otros compañeros ilustres de su generación, estamos ante una obra que, al menos en estas diez propuestas, alcanza las cotas exactas del infinito y del barro. Porque, incluso cuando el aroma a rosas se alza en mitad de los golpes, Sam Peckinpah recuerda que el cine, al menos bajo su mando, es también hueso y carne.
Las películas ideales para entrar en la filmografía de Sam Peckinpah
'Grupo salvaje'
La obra maestra de Sam Peckinpah. Todas y cada una de las virtudes de su cine se encuentran perfectamente reflejadas y perfeccionados a lo largo de 'Grupo salvaje', una de esas películas a las que el tiempo ha concedido la codiciada virtud de la inmortalidad. En ella, de inicio a fin, el cine late con una pasión y melancolía de las que atraviesan y se quedan para siempre contigo, pero su tramo final es, simple y llanamente, una de las grandes cimas a las que ha llegado el séptimo arte en su historia. Excelsa.
'Duelo en la alta sierra'
Aunque hayan pasado seis décadas desde su estreno, 'Duelo en la alta sierra', el inmenso clásico del maestro Sam Peckinpah, sigue siendo una experiencia cinematográfica repleta de emociones y recompensas para quien se acerque a ella en el presente. Desde su encantador prólogo, estamos ante un western que se ubica, sin ceder ningún espacio a la duda, entre los mejores de la historia del género.
Protagonizada por unos excelsos Randolph Scott y, sobre todo, Joel McCrea, esta historia de dos viejos amigos que unen fuerzas para escoltar un cargamento de oro desde las minas de Alta Sierra hasta un banco consigue hacerte sonreír y llorar con la grandeza única del mejor cine. Una propuesta en la que cada escena tiene un sentido y con la que Peckinpah firmó la que bien puede ser la obra más emocionante de su admirable filmografía. Y una de sus piezas realmente imprescindibles.
'Perros de paja'
'Perros de paja' no es una película sencilla de ver, pero nadie dijo que el cine fuera (o debiera ser) una experiencia siempre cómoda y sencilla. Sam Peckinpah lleva su modelo a la máxima potencia, desafía al espectador mirándole directamente a los ojos, golpeándole en el mismo centro del estómago, noqueándole de escena en escena hasta dejarle exhausto y temblando. Un efecto que, por otro lado, sería imposible sin la espectacular interpretación central de un Dustin Hoffman inolvidable.
'Pat Garrett y Billy the Kid'
'Pat Garrett y Billy the Kid' juega en esa liga de grandes westerns donde los elementos más reconocibles del género se mantienen fijados sin que eso conlleve la pérdida del riesgo y la valentía, de ir y mirar más allá, de alcanzar cotas tan reconocibles como brillantes. Elevada al infinito por la banda sonora de Bob Dylan, quien también aparece en un papel muy secundario, la cinta muestra una de las versiones más inspiradas y emotivas de Sam Peckinpah.
'Mayor Dundee'
Aunque tuvo muchísimos problemas en la etapa de post producción, nadie lo diría observando el altísimo nivel que presenta 'Mayor Dundee' a lo largo de sus intensos 124 minutos. Cerca de dos horas que pasan como un auténtico tren a toda velocidad sin darte opción al respiro, manteniéndote pegado a la butaca mientras acompañas a uno de esos personajes que necesitan una sola escena para convertirse en icónicos. La interpretación mayúscula de Charlton Heston termina de redondear esta sobresaliente propuesta marca de la casa Peckinpah.
'Quiero la cabeza de Alfredo García'
Desde su prodigioso arranque y su brutal título, el cual sirve para explicar la práctica totalidad del argumento, 'Quiero la cabeza de Alfredo García' es una película que va directa al hueso, sin dar demasiadas explicaciones, enredarse en tonterías o aportar relleno a una trama que va, nunca mejor dicho, como un tiro. Es sudor, suciedad, sangre, balas, mutilaciones, amor, muerte y venganza. Es, claro, puro Sam Peckinpah.
'La cruz de hierro'
La última gran película de Sam Peckinpah corresponde al cine bélico y funciona a las mil maravillas como resumen de toda una carrera. Y es que, pese a no mantener siempre el deslumbrante nivel que alcanza en sus mejores momentos, 'La cruz de hierro' muestra a un director capaz de extraer toneladas de nervio y brío a un género al que su capacidad para mostrar la violencia y el compañerismo se adapta a la perfección. No es una obra maestra, pero, sin duda, estamos ante un trabajo mayor dentro de su carrera.
'La huida'
Adaptación de la aclamada novela de Jim Thompson, 'La huida' es el gran thriller de la trayectoria de Sam Peckinpah. Una cinta ejemplar en su manejo del ritmo, el suspense, la tensión y la explosión que encuentra en un director en pleno estado de forma y un reparto entregado, el cual está liderado por un brutal Steve McQueen, sus dos cartas definitivas para lograr una victoria incontestable.
'La balada de Cable Hogue'
Solamente por ver en acción a Jason Robards, Stella Stevens y David Warner, tridente que está maravilloso, ya merece la pena rescatar, reivindicar y señalar como triunfo artístico a 'La balada de Cable Hogue'. Pero es que, además, estamos ante una cinta sorprendentemente cálida y amable dentro de la filmografía de Sam Peckinpah, quien subrayó un año después de 'Grupo salvaje' que estaba en un fabuloso estado de inspiración.
'El rey del rodeo'
La más sencilla de las películas de Sam Peckinpah que aparece en este especial se llama 'El rey del rodeo'. Protagonizada por un Steve McQueen que firmó aquí una de las interpretaciones más redondas de su carrera, palabras mayores, esta historia de perdedores, héroes caídos, resurrecciones, golpes, caídas, amor y caballos salvajes es una cinta tan atípica como fundamental dentro del catálogo del legendario cineasta. Obligada.
