La mayoría de los actores irradian un sentimiento de superioridad, ya sea voluntario o accidental, pero muy pocos son capaces de quitárselo de encima. Benicio Del Toro transmite humildad a pesar de ser portador de un talento interpretativo considerable, que a lo largo de los años ha dejado grandes trabajos como consecuencia de su implicación en proyectos salidos de mentes tan brillantes como sus habilidades como actor.
Este hijo de abogados puertorriqueños, oficio que querían que Benicio ocupara, fue una estrella del baloncesto en la academia en la que se formó de joven, pero ninguna de esas dos salidas sería su definitiva. Ya que finalmente se decantaría por perseguir una carrera como actor. En sus primeros años ya tuvo presencia en dos productos tan diferentes como un videoclip de Madonna y una película de James Bond. De hecho ostenta el récord de ser el villano más joven en la saga 007.
Desde entonces ha ido sumando películas a su currículum, y no son pocos los personajes a los que ya asociamos automáticamente con el rostro de Del Toro. Dentro de poco le veremos en las nuevas cintas de autores de prestigio como Terrence Malick y Harmony Korine, pero como ha sido habitual en su carrera, no rechaza papeles en grandes producciones, ya que será una de las incorporaciones más destacadas del próximo episodio de 'Star Wars'. Antes de todo eso hemos recordado los roles que le han hecho grande, empezando por:
Los 10 mejores papeles de Benicio Del Toro, un sospechoso habitual con muchas máscaras
Franky "Cuatro Dedos" ('Snatch. Cerdos y diamantes')
Cuando Guy Ritchie hacía cine de culto, con su frenético e incombustible estilo característico, decidió contar con del Toro para dar vida a uno de los personajes que mejor ejemplifican su manera de entender este medio. El ladrón de joyas y jugador empedernido capaz de disfrazarse de rabino para cumplir con su objetivo fue la oportunidad perfecta para demostrar su vis cómica en un ambiente serio, una fachada de seriedad que se resquebrajaba automáticamente con el extraordinario trabajo de Brad Pitt y todo el elenco.
Pablo Escobar ('Escobar: Paraíso perdido')
Sin miedo por interpretar a uno de los "empresarios" más exitosos de la historia, Del Toro se puso en los zapatos del magnate del narcotráfico que tanto ha inspirado al medio audiovisual. Desgraciadamente para él y su imponente encarnación de Escobar, la película se centraba más en un enamoradizo joven estadounidense que en el personaje que daba título a la misma. Y para mayor desgracia, Wagner Moura no ha tardado en hacer que nos olvidemos de Del Toro con su gran trabajo en 'Narcos'.
Fenster ('Sospechosos habituales')
No hay que revisar demasiado la filmografía de del Toro para darse cuenta de que es un habitual en producciones grabadas en el imaginario popular, y esa respetable presencia comenzó a forjarse con 'Sospechosos habituales'. Del Toro era uno de esos ya famosos sospechosos y, aunque su cara no era la más reconocida del póster de la película, dejó buena muestra de una actitud carismática que siempre lleva como estandarte.
Che Guevara ('Che: Guerrilla' y 'Che, el argentino')
Uno de los grandes retos en la carrera de del Toro fue dar vida a uno de los personajes que más han calado en la cultura popular, aunque sea más conocido actualmente como marca que como lo que fue: un revolucionario. Steven Soderbergh introdujo a del Toro en la piel del Che dos veces sin dejar apenas tiempo entre el estreno de una producción y la siguiente, con un trabajo del protagonista que no decepciona a pesar del complicado reto.
Dr. Gonzo ('Miedo y asco en Las Vegas')
La locura de Terry Gilliam alcanzó un nuevo significado con esta producción, en la que Johnny Depp compartía el protagonismo con del Toro. Un maletín repleto de drogas y una ciudad rodeada del desierto de Nevada fueron suficientes para volar psicotrópicamente en esta película de culto imprevisible y en la que el doctor Gonzo tuvo el privilegio de ser el proveedor oficial de narcóticos de Depp, aunque también se quedara una importante parte para consumo propio.
El Coleccionista ('Guardianes de la Galaxia')
Su breve aparición en 'Guardianes de la Galaxia' no pasó desapercibida. Su extravagante aspecto distaba de cualquier trabajo realizado anteriormente, y su rol como poseedor de una de las Gemas del Infinito era clave no solo en el desarrollo de la película sino del Universo Cinematográfico de Marvel. Lo más interesante de este cameo fue la reiteración de la habilidad de del Toro por encarnar a personajes memorables sin necesidad de aparecer en una gran cantidad de metraje.
Jack Jordan ('21 gramos')
Acostumbrado a contar con una copiosa compañía en las producciones en las que participaba, del Toro acaparó el brillo en el coral segundo largometraje de Alejandro González Iñárritu. Este exconvicto reconvertido supuso la segunda nominación al Oscar de este actor que sin ansias de robar el protagonismo cada vez encontraba mejor su hueco en el Hollywood de mayor calidad.
Mambrú ('Un día perfecto')
Lo que parecía que iba a ser una desenfadada producción con la que entretenerse un rato y ver a unos cuantos actores de prestigio internacional bajo la dirección de Fernando León de Aranoa se convirtió en una de las mejores sátiras del año. Este cooperante guía la narración de 'Un día perfecto', con un carisma soberbio y exaltando todo aquello que del Toro ya nos había mostrado previamente. Pero aquí tiene el tiempo necesario para dejarnos ver que no es solo un actor al que atender fugazmente.
Alejandro ('Sicario')
Una vez más, interpretando a un personaje secundario, del Toro nos deja uno de los mejores trabajos de su carrera. El parco en palabras y enigmático Alejandro, capaz de matar a sangre fría debido a unas experiencias pasadas traumáticas, es uno de los personajes que mejor reflejan la característica acción que define a Denis Villeneuve. En su momento se barajó la posibilidad de materializar un spin-off de Alejandro, así que puede que no haya que echarle demasiado de menos por el momento.
Javier Rodríguez ('Traffic')
El trabajo con el que ganó su primer y único Oscar hasta el momento. Soderbergh le dio la oportunidad de interpretar a un íntegro policía mexicano que se opone a la recalcitrante corrupción que pudre el cuerpo en el que trabaja, incitado a perder el juicio por el narcotráfico omnipresente en la frontera entre Estados Unidos y México. De nuevo, Del Toro logró brillar tanto o más como sus más reconocibles compañeros de reparto.
