La polémica siempre llega de la manera más inesperada. Especialmente cuando acude al rescate de películas que, de otra manera, probablemente quedarían asentadas para siempre en el terreno de la indiferencia. Y, aunque sea muy injusto, evaluar toda una obra exclusivamente por su desenlace, en ocasiones es tan marcada la distancia entre la resolución de la historia y su presentación y desarrollo, que no queda otra opción que la de marcarla para siempre. Siempre es positivo el debate posterior, las conversaciones tras abandonar la sala de cine, las reflexiones y el poso que nos ha dejado una obra cuyas intenciones siempre son llegar, de un modo u otro, al espectador. La polémica, claro, es una de las posibles consecuencias directas, y aquí tenemos 10 ejemplos especialmente significativos.
Mantener un nivel a lo largo de una película siempre es complicado, pero jugar todo lo ganado en un movimiento tiene tanto de riesgo aceptado como de suicidio artístico. Si falla ese último movimiento, si los cálculos no se han realizado de manera correcta y los espectadores sienten que la estafa está por encima de la sorpresa, tienes un problema. Y eso no significa que las diez propuestas que vamos a analizar a continuación sean malos trabajos, en algunos casos vamos a profundizar en auténticos prodigios, pero sí que esos últimos minutos han terminado siendo un factor negativo para la inmensa mayoría de público. Porque saber que puedes terminar cayendo por un precipicio no justifica que hagas malabares en el último tramo del trayecto.
A continuación, recordamos diez películas que realizaron malabarismos narrativos para llegar inmaculados a unos desenlaces que, intentando ser impactantes o, sencillamente, sorprendentes y emotivos, terminaron marcados de por vida. Insisto, este juicio no anula la obra por completo, pero sí que demuestra que, la polémica, no siempre ayuda, que en ocasiones conviene más mantener la cordura que dejarse abrazar por la locura de última hora. El equilibrio, esa meta complicadísima de alcanzar en el arte y que, en algunas ocasiones, nos deja enfrentamientos tan marcados como estos diez ejemplos.
10 finales polémicos
'A.I. Inteligencia Artificial'
Si tuviéramos que elaborar una lista de las películas de Steven Spielberg tratadas de manera más injusta por parte de crítica y público, 'A.I. Inteligencia Artificial' sería una más que seria candidata a número uno. El proyecto heredado por el Rey Midas de Hollywood tras la muerte de Stanley Kubrick, que se decidió por él tras ver 'Parque Jurásico', suponía el regreso por todo lo alto de Spielberg al cine de ciencia ficción. Y el resultado no pudo ser más memorable. Una obra maestra que conseguía fundir a la perfección dos universos cinematográficos que se encontraban, a priori, a años luz de distancia en lo que respecta a tono y objetivos pero que, a través de la historia del robot David, encontraron el punto exacto para encontrarse. Una revisión de 'Pinocho' bañada en melancolía y soledad, tristeza absoluta y belleza visual, dolor y espectáculo. Cine en mayúsculas. Sin embargo, fueron muchos lo que sintieron que los últimos veinte minutos de la cinta tiraban todo el fantástico trabajo previo a la basura. La razón, un aburrido tópico alrededor del cine de su director, exceso de azúcar, escenas cursis y ñoñas que se suceden de manera gratuita, error de cálculo y forma. La cuestión es que, en el caso de 'A.I. Inteligencia Artificial', no tiene el más mínimo sentido.
No hay nada edulcorado en un desenlace repleto de fatalidad en el que observamos cómo el pequeño David ve cumplido su último deseo, pasar un día más con su 'madre', es decir, la mujer que lo compró y, posteriormente, desechó. En esos últimos instantes, Spielberg muestra las últimos 24 horas de felicidad compartida, de momentos inolvidables, de sorpresas y regalos, de amor y complicidad. Un conjunto de escenas que concluyen con un beso de buenas noches que, con todas las consecuencias, es el último. Al día siguiente llegará la oscuridad, se acabará el mundo idílico y ficticio en el que David siempre soñó vivir. Lo fácil es criticarlo por los extraterrestres, hadas madrinas y ositos de peluche parlanchines, pero 'A.I. Inteligencia Artificial' cuenta con el final más desolador que jamás haya filmado Spielberg. Por cierto, en en el guión de Kubrick, la madre de David sobrevivía más de un día y se quedaba bailando con él entre risas. No hay demasiada diferencia, ¿no? Es lo que tienen los prejuicios.
'Devil Inside'
Ni pies ni cabeza. Y no hablamos solamente del final, que eso merece, y tendrá, su apartado propio. 'Devil Inside' es un desastre de los que ridiculizan el género de terror sin la más mínima dosis de compasión ni piedad. Apoyada en una inmensa campaña promocional, la película 'dirigida' por William Brent Bell consiguió colocarse en lo más alto de la taquilla americana el fin de semana recaudando más de 33 millones de dólares, una cifra que se convirtió automáticamente en gran éxito ya que el presupuesto de la cinta era de poco más de un millón. En cualquier caso, semana tras semana las críticas por parte del público no se hicieron esperar, haciendo especial hincapié en los abucheos que se producían en numerosas salas cuando, después de 83 minutos de movimientos de cámara insoportables, sustos de todo a cien e interpretaciones desastrosas, todo se saldaba con un fundido a negro. Y una notificación que nos indicaba, a los pobres espectadores, que si queríamos saber más sobre la trama nos dirigiéramos a una web nada más llegar a casa. Sigue siendo algo tan estúpido que duele hasta escribirlo. Si lo que se pretendía era dar cierta fama al caso real en el que la película estaba basada, una película sobre el mismo habría funcionado mejor que este anuncio que, pese a su escasa duración, parece durar siglos. Un desenlace que, además de crear polémica entre todos aquellos que tuvieron que sufrirlo desde su butaca, sigue siendo uno de los más insultantes de la historia del cine.
'El planeta de los simios'
Ni siquiera los que somos admiradores de la mayoría de películas de Tim Burton teníamos muy claro que su remake de 'El planeta de los simios' fuera a salir bien. Lo que está claro es que, ni mucho menos, intuíamos el desastre que acabaría siendo. Son innumerables las ocasiones en las que el director de obras maestras como 'Eduardo Manostijeras' o 'Big Fish' ha explicado el trauma que le creó la respuesta que el mundo tuvo ante su revisión del clásico dirigido por Franklin J. Schaffner en 1968, pero es que pocas conclusiones positivas se podían sacar de un blockbuster del que, lo mejor que se puede decir, es que nunca se hacía aburrido. Aunque, para cumplir ese objetivo, tuviera que basarse en escenas mal planteadas y peor ejecutadas.
Un descalabro artístico que anuló por completo la esencia de su director, cuyo sello era imposible de identificar a lo largo de la cinta, y que caía definitivamente al abismo con el que había estado jugando en un epílogo que intentaba emular la sorpresa inolvidable de la película original. Y fracasó estrepitosamente. Aquella imagen de un Lincoln con rostro de simio que buscaba el impacto del espectador funcionaba mejor de manera cómica que del modo dramático que perseguía Burton y su equipo de guionistas. Un desenlace sin el más mínimo sentido narrativo, incoherente y gratuito. La terrible guinda a un pastel que no contentó a prácticamente nadie. Porque tiene que haber de todo.
'Antes de ti'
No todo ha sido positivo para una de las sorpresas más agradables del pasado verano cinematográfico. 'Antes de ti' tiraba de encanto y ternura para esquivar, la mayor parte del tiempo, las posibles trampas cursis que se sucedían a lo largo de su material de partida, pero no ha podido escapar de la polémica. La cuestión es que, en un delirante giro de guión inesperado, el desenlace de la película ha molestado a varias asociaciones de personas que sufren enfermedades similares al del protagonista de la cinta. Por ejemplo, Emily Ladau, una mujer con discapacidad física, asegura que la película transmite "la creencia de que la vida con una discapacidad no es digna de ser vivida. A pesar de cada uno de los personajes de la vida del protagonista tratan de convencerlo de lo contrario, el hecho es que Moyes imagina un mundo en el que su enfermedad es sinónimo de la miseria y el suicidio asistido como única solución". Una reacción a la que se ha sumado el director Dominick Evans, que señala que 'Antes de ti' perpetúa varios estereotipos negativos sobre las personas con discapacidad.
Por otro lado, tenemos a asociaciones como la Fundación Christopher Reeve que han apoyado la historia, incluyendo el libro de Moyes dentro de su tablero de Pinterest de 'libros que amamos'. Un guiño que apacigua en cierto modo una polémico algo excesiva, algo común en este tipo de situaciones, que no ha servido para que la película haya terminado ganándose el corazón de millones de espectadores, plasmando una situación compleja de manera honesta.
'Matrix Revolutions'
Aquellos maravillosos años. Parece que fue ayer cuando terminaba la última clase del viernes y salíamos corriendo para hacer cola en el cine más cercano del colegio, ansiosos por descubrir como terminaría aquella trilogía que nos había hipnotizado con una asombrosa primera entrega y una secuela que, a pesar de sus excesos, explotaba la adrenalina de nuestros sueños cinematográficos. 'Matrix Revolutions' prometía resolver todas nuestras dudas, aclararnos aquellas incógnitas que habíamos ido acumulando y dar un destino final a cada uno de sus personajes. Y todo, con sus pequeños 'peros' por el camino, se va solucionando, Neo entiende su papel de Elegido, las tramas se van cerrando y todo parece finiquitado tras la épica batalla contra el agente Smith, que parece un remake de 'Bola de Dragón', sí, pero que no deja de ser espectacular de todos modos. Encima, nos salvamos de monólogos de arquitectos que solamente se pueden descifrar si nos la facilitan escritos en un papel y nos los leemos una y otra vez. Pero no, no contábamos con el epílogo.
Y ahí nos encontramos con el oráculo y, ups, el arquitecto charlando tranquilamente en un banco, soltando al aire nuevas preguntas y conclusiones, escupiendo en la cara de un espectador que, lo único que le exige a una saga, es que termine de manera clara. No vale pasar tres veces por caja y dejar finales abiertos, eso es trampa. Un desenlace que, debido a la grandeza previa, no ha conseguido dinamitar el legado de 'Matrix', ni mucho menos su influencia, pero que termina lastrando a un conjunto de películas que, al igual que nosotros, merecían un final cerrado.
'Recuérdame'
Si Estados Unidos está preparada, o no, para hablar a través del cine de los atentados terroristas sucedidos el 11 de septiembre de 2001, es una cuestión que todavía está en el aire. Desde luego, las películas que han intentado tratar el tema han fracasado en la mayoría de las ocasiones, no tanto por lo reciente de los sucesos como por el tono sensacionalista utilizado para cumplir los objetivos más sensibleros posibles. Desde luego, lo que parece claro es que el método no debe ser el seguido por 'Recuérdame', el peor ejemplo posible de los existentes. No es tanto por la película en sí, que no deja de ser un correcto drama romántico que se deja ver, sino por servirse de aquellos terribles hechos para golpear al espectador en el último instante y de la manera más gratuita posible. Jugar con la historia de una manera tan insultante y guardar ese giro como maniobra dramática que reviente lacrimales es un ejercicio cinematográfico que, además de generar una justificada polémica, se ganó todo tipo de críticas negativas. No todo vale. Y si lo que se pretendía era homenajear a las víctimas, en el mejor de los casos, el resultado es completamente fallido.
'El Hombre de Acero'
'El Hombre de Acero' no funcionaba por muchas, muchísimas, razones. Zack Snyder escuchó a todos aquellos que criticaron el exceso de cámara lenta en sus trabajos previos y, para contrarrestar, decidió no dejar de mover la cámara en ningún momento. Y hablamos de 143 minutos. Si a esto le sumamos un guión repleto de lagunas, personajes sin pies ni cabeza, una solemnidad insoportable y un exceso de destrucción masiva que nunca sabía cuando detenerse, el resultado es el que es. Un naufragio en toda regla. Pero no solamente en lo artístico falló esta revisión de Superman, sino que los golpes también fueron a parar al corazón mismo de la naturaleza y esencia de su personaje protagonista. Porque, cuando en medio del eterno clímax final, nuestro héroe decide romperle el cuello a su enemigo Zod. Gritando, llorando y lleno de arrepentimiento, sí, pero sin piedad.
Pese a que no es la primera vez que mata a un personaje, la manera en la que está reflejada en la película es un nuevo error de cálculo que sumar a una cinta nacida en medio de la expectación y que terminó sumergido en la polémica y la insatisfacción. Anulada la alegría, la esperanza y el optimismo que rodeaba siempre a Superman, nos queda el drama, la oscuridad y la tristeza de los nuevos tiempos. Incluso las metáforas exigen algo de sentido del humor, por no hablar del respeto hacia uno de los iconos más importantes de nuestra cultura popular.
'The Descent'
La polémica no siempre llega por la esencia misma de un final sino por la incoherencia con el resto de la historia que se nos ha ido contando previamente. Y eso es lo que ocurre con 'The Descent', una estimable película de terror que, si uno no se la toma demasiado en serio, funciona de manera correcta como entretenimiento sin demasiadas pretensiones ni ambición. La cuestión es que, cuando se intenta ofrecer un giro final que deje al espectador con la mandíbula desencajada, se debe buscar una excusa que lo justifique porque, de lo contrario, no queda más que un fuego artificial que se apaga a base de insatisfacción colectiva.
La película dirigida por Neil Marshall mantiene siempre la tensión, juega con nosotros, se sirve de un truco algo simplón como es el de las alucinaciones de sus personajes pero, por desgracia, termina perdiendo por completo en control en un tramo final repleto de incoherencias narrativas, tirando por tierra el dibujo que había hecho de sus protagonistas a favor de un golpe de efecto que hubiera necesitado de un contexto mucho más amplio para tener un sentido real. Al final, lo que queda es una sorpresa efectista, que no efectiva, que puede crear una sensación agradable en un primer visionado pero que, cuando se piensa con calma, se descubre como lo que es, una salida de tono que, lejos de aportar, crea confusión y anula los pasos previos.
'El incidente'
Para ser sinceros, si a la altura del desenlace de 'El incidente' hemos dejado pasar la escena en la que Mark Wahlberg, su protagonista, habla con una maceta, poca queja podemos tener. Aquellos que ejercimos durante muchos años una defensa activa y contundente sobre la valía artística de M. Night Shyamalan, responsable de una racha asombrosa de películas que van de 'El sexto sentido ' a 'La joven del agua', tuvimos serios problemas para justificar el desenlace de 'El incidente'. Tras un prólogo en el que el director volvía a demostrar su inmenso talento para la puesta en escena y la creación de escenas inolvidables, esta historia de denuncia medioambiental revestido de thriller con giro sorpresa (marca de la casa), terminaba hundiéndose con la explicación final.
Más allá de que a Shyamalan se le exigiera durante muchos años que finalizara cada una de sus obras con una sorpresa que nos dejara desmayados en la butaca, como si su cine fuera una especia de parque de atracciones, 'El incidente' se veía abocada a ello, a dar una explicación final que justificara cada uno de los sucesos previos. La pregunta constante de '¿qué está pasando aquí?' se solucionaba de la manera más chabacana y ridícula posible. Sí, todos nos cuestionamos a lo largo de la película si las plantas eran las que estaban atacando a la raza humana, tirando esta teoría a la papelera de manera automática por lo absurdo de la misma. Excepto Shyamalan. Aquí, justo aquí, es donde sus defensores empezamos a sentirnos débiles e indefensos. Maldita vegetación.
'Soy leyenda'
Cuidado con los finales alternativos, que los cargan el diablo. 'Soy leyenda', notable película de ciencia ficción protagonizada por Will Smith, es uno de los casos más evidentes de la importancia total que tiene la opinión de la industria a la hora de elegir entre un desenlace u otro. En el caso que nos ocupa, el final repleto de sacrificio y heroísmo que terminó en la versión final de la cinta sustituyó a otro mucho más coherente e inspirado, al que hay que sumar una dosis extra de acierto al acercarse más al espíritu de la novela a la que adapta.
Una conclusión que, además, ofrecía un mensaje pacifista, de respeto y tolerancia hacia otras culturas, elevando la metáfora a un punto al que los blockbusters no suelen llegar, por puro desinterés en la mayoría de los casos. Pero, claro, eso hubiera anulado la visión divina que termina rodeando a Smith, quien no duda en dejarse la vida para salvar al resto de personajes. La alternativa, en la que comprendía la naturaleza humana de sus enemigos y se derrumbaba tras aceptar los errores que le habían llevado hasta esa situación, se demuestra como una resolución mucho más adulta, emotiva y trascendente. Pero ya se sabe, mayor complejidad, menos palomitas. O algo así.