A priori, y con un puñado de prejuicios encima de la mesa, que un personaje cinematográfico tenga una discapacidad auditiva te provoca empatía, ternura y cierto grado de condescendencia. Aunque sea un psicópata carente de sensibilidad, siempre encontramos la manera, como espectadores, de comprender el porqué de sus pesquisas.
Obras como 'Hijos de un Dios menor' o la última pieza del escaparate, 'Un lugar tranquilo', nos hablan sobre la posibilidad de vivir amortizando el resto de sentidos.
No es siempre el caso, porque lo normal es que esos personajes sirvan como herramienta para zarandear conciencias en busca de un clic que nos invite a todos a dejar de hacer el idiota y, por qué no, considerar la oportunidad con cierta equidad, con vistas en la necesidad independiente y no en la dependencia perdonavidas. En 'La familia Bélier', emotiva rapsodia sobre la música como método de curación para las personas con discapacidad auditiva, los guionistas Victoria Bedos, Thomas Bidegain y el cineasta Eric Lartigau, plantean una disyuntiva prometedora: a pesar de que el detonante es Paula, la protagonista de 16 años con un don oculto para el canto, su familia es la que, realmente, pergeña la heroicidad, si es que se puede llamar así al acto de disfrutar de un hijo a través de su pasión. Es decir que, a grandes rasgos, nada nos impide hacer lo más importante: amar. Es una obviedad, pero en el ejercicio de ayudar parece que se nos olvida atender al factor humano más bello que existe.
Este, quizá, sea el leitmotiv de las películas que hablan, o lo intentan, sobre la discapacidad auditiva. Desde aquella maravillosa Jane Wyman en 'Belinda' a la Ana Sullivan del sempiterno Arthur Penn, pasando por el valor de Emmanuelle en 'Lee mis labios', alejándose del mundanal ruido bajando el volumen de su entorno.
Creemos que es bonito repasar a los personajes con discapacidad auditiva que nos han despertado del letargo condescendiente del canon social, así que, sin más dilación, ahí van 10 personajes que nos hicieron reflexionar sobre la sordera en el cine.
10 personajes sordos en el cine
Helen ('El milagro de Ana Sullivan')
No se comprende que esta niña, mimada hasta el dolor a causa de sus discapacidades auditiva y visual, sea la heroína de Anna Sullivan, pero ninguna existiría sin la otra. Basada en hechos reales, 'El milagro de Anna Sullivan' (Arthur Penn, 1962) nos presenta la relación entre Helen, protegida y sin ninguna capacidad para la disciplina, y Anna, quien camina con un complejo de culpa (por la muerte de su hermano) más grande que la vida. Si bien es cierto que podríamos establecer a ambas como salvadoras, se aprecia un grado más de importancia, por lo indirecto, en lo que aprende la profesora de la alumna y, sobre todo, lo que consigue: redimirse y expiarse sin doblar la servilleta.
Shôko Nishimiya, en 'A Silent Voice'
Naoko Yamada lo tenía muy claro: el ser humano merece una segunda oportunidad porque no es capaz de darse cuenta, a la primera, de cuando es irrespetuoso e imbécil. Ha quedado un poco largo, pero a fin de cuentas es lo que trata de decirnos en 'A Silent Voice'. Para nosotros, la protagonista, después de aguantar la turra de sus ""compañeros"" y abandonar el colegio en busca de, ya no comprensión, sino desapercibimiento, decide perdonar al que más la acosó en tiempos pasados. Es cierto que él, pobre idiota, regresa para convencer a Shôko de que no es mala persona, pero ella es una auténtica heroína. Primero por soportar, y segundo por perdonar. La magia de los grandes corazones animados.
Belinda, en 'Belinda'
Jean Negulesco dirigió a Jane Wyman (tres años antes de ganarse el Oscar por 'No estoy sola') en este drama sobre Belinda MacDonald, una mujer sordomuda que se enfrenta a la incomprensión de su familia y vecinos, y a la incapacidad de trasmitir la rabia tras ser violada y quedarse embarazada.
A pesar de ser tomada por una tarada, "Johnny Belinda" consigue que, gracias también al doctor de la ciudad, la consideren una más. Recordemos que en la Norteamérica profunda, vejada, en aquellos años, los discapacitados mentales, a partir de no llamarse así, eran normalmente desterrados por mal augurio, así que lo de este personaje es para enmarcar.
Los Bélier, en 'La familia Bélier'
Llevar la vida con humor, aunque a veces se empeñen en hacerla complicada, es mucho mejor y así lo demuestra esta conmovedora familia en esta comedia francesa de 2014.
A pesar de estar en desacuerdo con las prácticas de su hija para acercarse al chico que le gusta, la joven Paula les demuestra que la música puede curar hasta a los que no pueden escucharla. Precisamente, porque existe para lo mismo que existen ellos: para sentirse.
John Singer, en 'El corazón es un cazador solitario'
John Singer (Alan Arkin, que en 2007 ganaría un Oscar por ser el malhablado abuelo de 'Pequeña Miss Sunshine') es un hombre sordomudo que se pasa la vida ayudando a los demás. Ayuda a otro amigo que sufre la misma condición que él, a un alcohólico y hasta a un doctor. Pero su relación con una adolescente de 16 años, Mick (Sondra Locke, que fue nominada por este, su primer papel), le hará ver que a veces uno tiene que pensar en la ayuda que necesita antes que en los demás.
Sarah Norman, en 'Hijos de un Dios menor'
Escoger a Marlee Matlin para encarnar a Sarah Norman, alumna de instituto de la que se enamora un profesor taciturno y algo melancólico, fue el acierto más grande que podía tener Randa Haines. El trabajo de la actriz para convertir a su personaje en una mezcla perfecta entre bipolar guapa y sibilina, y apasionada sin red, bien le valió un Oscar, de momento el único ganado por una persona sorda. Esa manera de confundir con un silencio sólo ella la domina.
Carla, en 'Lee mis labios'
La Carla de 'Lee mis labios' (Jacques Audiard, 2001) es quizá el personaje que mejor se ajusta al término de "heroína". La tipa no sólo tiene la suficiente misantropía (muy aplaudida, por cierto) como para bajar el volumen del audífono cuando el resto de personas se empeñan en ser idiotas, sino que también es capaz de no tocarlo un ápice cuando un expresidiario, dispuesto a impulsarla al mundo real desde su burbuja, le propone todo tipo de juegos y estafas en los que ella tenía que leer los labios para guiarle en su camino hacia la gloria económico-social.
Glenn Holland, en 'Profesor Holland'
En 'Profesor Holland' (Stephen Herek, 1995), Stephen Dreyfuss fue nominado al Oscar por interpretar al obstinado padre de un adolescente sordo. Cuando nace Cole, sus padres no saben cómo ofrecerle la mejor educación, pero no tardan en encontrar el colegio perfecto mientras Glenn usa la música como catalizador de su pasión, y como reducto para que su hijo sea un poco más feliz. Él merece entrar en esta lista, aunque no sea la persona discapacitada.
Sergei, en 'The Tribe'
Amor y odio fluyen a través de los signos que Sergei muestra en esta película ucraniana de 2014 que, irónicamente, hizo mucho ruido. Una ristra de escenas durísimas, que para nada vas a olvidar fácilmente, arrasan con toda pretensión que tuvieras al darle al "play". Este chico, sordomudo, se enfrenta a su líder por amor. Pasa cantidad de vejaciones, sobre todo psicológicas, por amor. Ni habla, ni oye, pero ama como nadie, y por eso este chico, humilde en gestos, pero contundente en su lenguaje, ha entrado de lleno en el Olimpo de los personajes con discapacidad auditiva. Cómo no enamorarse de su voluntad.
Lara, en 'Más allá del silencio'
'Más allá del silencio' está la vida, y así lo entiende Lara, el enlace de sus padres con el resto del mundo en la cinta alemana nominada al Oscar a mejor película de habla no inglesa en 1996. Es precioso pensar en una persona como en un puente que une distintas regiones que, sin él, seguramente ni se conocerían.
Aquí, Lara, concentrada en crecer fuera de su pueblo, no para de reprocharse, hasta un límite un poco loco, el haber dejado en la estacada a sus padres sordomudos. Una emotiva historia sobre las responsabilidades, la culpabilidad y la generosidad.