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SLEEPERS HISTÓRICOS

'Straight Outta Compton' y otros 10 sleepers inolvidables

'Straight Outta Compton' ha sido el último sleeper en reventar la taquilla pero aquí os traemos otras 10 películas que, sin hacer ruido, triunfaron a lo grande.

Por Alberto Frutos Díaz Más 9 de Noviembre 2015 | 13:35
Redactor especializado en cine y música. Ver, leer, escuchar y escribir.

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¿Qué es un sleeper? Comprensible primera pregunta. Se trata, sencillamente, de películas pequeñas que triunfan en las taquillas de medio mundo sin que nadie, absolutamente nadie, esperara ese ciclón. Obras pequeñas que, empujadas por esa modalidad de marketing entendida como el boca-oreja, consiguen alcanzar el oro, destronar a las presumibles campeonas y dejar a unos cuantos productores con la mandíbula desencajada y la puerta de su despacho abierta de par en par. No es culpa de ellos, pobres, a ver quien es el listo que podía anticipar el éxito de películas como 'Straight Outta Compton'.

La historia de la banda musical N.W.A apareció de la nada y se ha convertido con el paso de las semanas en uno de los taquillazos de 2015 en Estados Unidas. Hablar de las razones y méritos es complicado, depende de tantos factores que es sumamente arriesgado intentar entender que tienen este tipo de películas que no tienen otras. Por eso, hemos echado la vista atrás y hemos analizados diez de los sleepers más destacados de los últimos años. ¿Coincidencias? Pocas, muy pocas. Cada película es un universo y, en el caso de su correspondiente éxito, uno indescifrable y complejo.

'Straight Outta Compton' y otros 10 sleepers inolvidables

Diez sorpresas notables, en algunos casos de matrícula de honor, que han ido demostrando que no todo está escrito en las estrategias comerciales, que frente al triunfo medido al milímetro hay margen para lo inesperado, para alcanzar el primer puesto en el podio. Al principio, muy pocos contaban con ellas pero, hoy, aquí y ahora, estas diez películas han sobrepasado su naturaleza de sleeper para convertirse en clásicos. Por encima de las cifras, el cine.

10 sleepers inolvidables

'Bajo la misma estrella': falsas apariencias

'Bajo la misma estrella': falsas apariencias

Presupuesto: 14 millones de dólares

Recaudación: 304.186.490 de dólares

No se deben confundir los prejuicios con las alertas. Ni los temores con las advertencias. Si hacemos un repaso rápido a las últimas películas 'basadas en el aclamado best seller juvenil' de turno, el único deseo que se crea es el de salir corriendo en dirección contraria. Y no es culpa del crítico intenso y hambriento de poesía que no es capaz de comulgar con nada que no sea un tratado reflexivo que casi, casi, cambien la historia del cine, no, responde a la acumulación de trabajos nefastos que han infectado nuestra cartelera en la última década sin piedad y con ansiedad de acumular dinero, no prestigio. Más allá de los fanáticos, la nada, el desierto, el interés nulo por parte de una industria de contentar a aquellos que no han pasado de la página diez de novelas que, aseguran sus devotos, son mucho mejores que sus adaptaciones cinematográficas. Sólo faltaba. La cuestión es que la fórmula funciona a las mil maravillas y la maquinaria no deja de funcionar. 'Bajo la misma estrella', el salto a la gran pantalla del libro escrito por John Green, es uno de los últimos ejemplos. O, mejor dicho, una de las últimas excepciones.

Porque estamos ante una película más centrada en mostrar las ganas de vivir en la tempestad, el primer beso por encima de las camas de hospital y el optimismo en medio del terror. Un trabajo que emociona hasta la lágrima pero que también provoca la sonrisa cómplice, despierta la ternura de esa ansiedad por ser querido por primera vez, más allá de las limitaciones y las zancadillas que pueda poner la vida. Una demostración de que el buen drama adolescente no tiene porque caer en la auto complacencia y la cursilería, que puede ser cien por cien comercial y, al mismo tiempo, tener la capacidad de llegar hasta aquellos que no hemos leído ni una sola de las páginas de su original literario. Sirva como ejemplo una de sus frases, 'No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero sí eliges quién te lo hace', tan sencilla como profunda, para entender el valor de una película pequeña que esconde mucho más de lo que aparenta en su interior. O, quizás, todo lo contrario a lo que aparenta. En ambos casos, buenas noticias.

'Drive': venganza poética

'Drive': venganza poética

Presupuesto: 15.000.000 de dólares

Recaudación: 76.175.166 de dólares

Es una de esas noches donde las luces de neón parecen las únicas encargadas de iluminar las esquinas. Semáforos que se ponen en rojo para que, por los pasos de cebra, no crucen más que los fantasmas solitarios que ahogan la ciudad, en búsqueda constante de algo sin nombre, tiempo, ni lugar. Las sombras se confunden en la oscuridad. El silencio solamente se ve roto por el tick tack del reloj de un conductor que espera que se cumplan los cinco minutos de rigor. En su mirada, tensa, se vislumbra la seguridad de quien no tiene nada que perder, del héroe solitario que no necesita más que su mondadientes y su chupa de cuero con un escorpión situado en la espalda, metáfora de su aspecto duro e inquebrantable. No se altera, piensa, decide y actúa. No da explicaciones, solo argumenta con ligeros gestos cada uno de sus pasos. Nunca conocemos su nombre, le vemos llegar y marcharse en su coche sin conocer su pasado ni, finalmente, su futuro. La inmensidad de una carretera en la noche, donde no puedes ver el destino ni un horizonte, se hace patente en los ojos de este guerrero pasivo, de este tipo que no parece tener miedo a nada más allá de la pérdida de lo más querido.

Sus palabras, justas, y sus movimientos, gélidos hasta el momento de las explosiones de rabia y violencia, están interpretados de manera magistral por un inmenso Ryan Gosling. Él es la película, el motor, de 'Drive', thriller situado más allá de la alabanza, en ese punto donde los trabajos pasan a convertirse en culto y referente. Repleta de influencias y guiños vintage y rodeada de una ambientación puramente ochentera, en el mejor sentido de la etiqueta, con un trabajo soberbio de fotografía por parte de Newton Thomas Sigel y una banda sonora impecable, con el mejor uso de canciones vista en una película en mucho tiempo, este retrato de la soledad y conversión del tipo duro en héroe romántico, demuestra tener mucho cine dentro. Una historia que podría haber caído en la monotonía o el salvajismo gratuito pero que, de la mano de su director, Nicolas Winding Refn, encuentra la poesía más absoluta en sus modélicas escenas de acción, deslumbrantes piezas de orfebrería en las que la sangre y la lírica, la sencillez y la épica, convierten a algo que nos han contado muchas veces, la venganza, en un ejercicio de belleza cautivadora.

'Medianoche en París': aquí y ahora

'Medianoche en París': aquí y ahora

Presupuesto: 17 millones de dólares

Recaudación: 151.119.219 de dólares

A través de una premisa argumental de la que es mejor no saber nada o, en su defecto, lo mínimo, Allen escribe en 'Medianoche en París', con su mejor tono, una historia original, brillante, llena de una melancolía implícita que se ejemplifica a la perfección en esas calles parisinas mojadas por una lluvia que, es lo que tiene la "ciudad del amor", te dan ganas de patear sin paraguas de arriba abajo. Lo mismo que le sucede a un Owen Willson correcto en su papel pero, demasiado lastrado por una sucesión de tics "allenianos" que, por momentos, nos puede parecer un concurso de imitadores (bueno, eso sí) más que una interpretación propia. A pesar de todo, lo que le rodea está tan bien contado y llevado que uno no puedo más que sumergirse de lleno en una aventura romántica/temporal que, más allá de tener el mejor giro de guión en la filmografía del neoyorquino en la última década, supone una nueva demostración de ingenio e inteligencia marca de la casa, un soberbio trabajo de constante creación de escenas memorables, que respiran vida propia gracias a una sucesión de personajes tan conocidos como inolvidables, entre los que, si hay que quedarse con uno, emerge un Ernest Hemingway inconmensurable.

Como sucede en la mayoría de ocasiones en la filmografía de Allen, la historia, sus personajes, incluso su, en esta ocasión, deslumbrante entorno (pocas veces París ha aparecido en pantalla tan cautivadora), son, en realidad, una excusa para llegar a una idea personal marcada por la reflexión humana, esa que siempre parece tan propia pero que, no nos engañemos, es tema universal. En esta ocasión, la inconformidad continua de las personas ante su presente, la necesidad, casi obligatoria, que nos imponemos con esa manida frase de "cualquier tiempo pasado, fue mejor", un lastre que, no solamente no nos permite disfrutar de un día a día con el que tendríamos, más que suficiente, trabajo para alegrarnos y deprimirnos por igual, sino que empaña la opción de mirar al futuro con, al menos, perspectiva. Muchos podrán encontrar reivindicativo el mensaje de 'Medianoche en París', leerán entre líneas la declaración de principios de un director que parece exigir una tregua ante todos aquellos que se empeñan en comparar su obra del 2011 con la de 1977, un ejercicio tan incoherente como injusto, que anula cualquier atisbo de la, inevitable, madurez del autor. Pero, no se confundan, este Allen no es el del pasado, es el Allen del presente y, seguramente, cuando recordemos dentro de unos años este maravilloso paseo parisino que hemos hecho de su mano, suspiremos con la naturalidad que conllevan las grandes películas que conviertes en un tesoro personal.

'La boda de mi mejor amiga': sin comillas

'La boda de mi mejor amiga': sin comillas

Presupuesto: 32.500.000 de dólares

Recaudación: 288.383.523 de dólares

Aquel verano de 2011 tocaba enfrentarse, con cierta pereza, para que decir lo contrario, y obviando la horrorosa traducción que se hizo en nuestro país de su título original ('Bridesmaids') , a una nueva comedia americana que, para más inri, venía con la fama de haber destrozado taquillas en su país de origen, detalle poco fiable y, además, haber descubierto a la "nueva reina del humor estadounidense". Con semejante cartas de presentación, la duda estaba más que justificada. Pero ocurrió el milagro. Todas las alabanzas encontraron justificación a través de la comedia más divertida y, sí, inteligente, de aquel año. Y de los que han venido desde entonces. Protagonizado por un reparto exclusivamente femenino, 'La boda de mi mejor amiga', presenta una colección de gags antológicos que visten de carcajadas un discurso sobre la madurez en el que no solamente las mujeres pueden verse identificadas. La mejor película de la factoría Apatow es una comedia brillante e inspirada en la que todo funciona a las mil maravillas. Y sí, Kristen Wiig era, y es, la reina del humor estadounidense. Sin comillas.

'Intocable': caer bien

'Intocable': caer bien

Presupuesto: 10 millones de euros

Recaudación: 426.588.510 dólares

Empecemos con los datos. Veamos, 'Intocable' estuvo 10 semanas consecutivas en lo más alto de la taquilla francesa, con más de 18 millones de espectadores, convirtiéndose en una de las películas con mayor recaudación de la historia de su país de origen, entusiasmando a público de todas las edades y a gran parte de la crítica. Se habla de la más que posible opción de realizar un remake norteamericano. Su pareja protagonista son estrellas e incluso uno de ellos, Omar Sy, consiguió el César a Mejor Actor por su interpretación venciendo de esta manera a Jean Dujardain, galardonado días después con el Oscar por su maravilloso George Valentin de 'The Artist'. Todo esto, sin la ironía final, es lo que la inmensa campaña publicitaria ha querido destacar en el estreno en nuestro país de esta historia inspirada en hechos reales sobre la relación entre Philippe, un rico aristócrata y su cuidador a domicilio, Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. La pregunta, pues, es inevitable. ¿Es comprensible todo este entusiasmo generalizado? Sí. Otra cosa es si es realmente merecido y, en ese punto, es donde las cosas se empiezan a ver diferentes.

Es una película pensada, escrita y realizada para gustar a todo el mundo, sin importar la edad, con las dosis justas de diversión y emotividad. Y lo cierto es que se agradece que sus responsables no hayan querido convertir esta historia en algo lacrimógeno o manipulador con los sentimientos del espectador, que otorguen un aroma cotidiano a lo que se cuenta, casi doméstico, que no abusen de las lágrimas y prefieran arrancar unas carcajadas que, en cualquier caso, pocas veces van más allá de la media sonrisa. El problema es que no consigue más que eso, no profundizan en ninguna de las tramas tratándolas de manera superficial, relegando a meros estereotipos a personajes que podrían haber dado mucha más consistencia a la película. Sería incoherente, y hasta absurdo, pensar que la búsqueda del éxito masivo de una película es algo negativo. Todas, o la inmensa mayoría, lo hacen. Sin embargo, para diferenciarlas, siempre nos queda la calidad más allá del ejemplar envoltorio y en eso, lamentablemente, es donde 'Intocable' no termina de dar la talla. Porque el problema de intentar caerle bien a todo el mundo es que puedes resultar cargante y que la sinceridad que llevas por bandera se descubra como artimaña para cautivar corazones fáciles y nudos en la garganta que vienen puestos de casa.

'Pequeña Miss Sunshine': reinventando

'Pequeña Miss Sunshine': reinventando

Presupuesto: 8 millones de dólares

Recaudación: 100,3 millones de dólares

El término sleeper alcanzó un nuevo nivel cuando conocimos a la familia Hoover en 2006. Un grupo de personas extravagantes, solitarias, tristes y conmovedoras que, gracias a 'Pequeña Miss Sunshine', nos recordaron que David puede vencer a Goliat a base de ingenio e inteligencia. Dos virtudes que, sumadas a un centenar más, inundaban una propuesta diminuta que se fue ganando el corazón de crítica y público desde su estreno hasta pelear cara a cara con monstruos del tamaño de 'Babel', 'Infiltrados' o 'Cartas desde Iwo Jima'. Si su victoria no se saldó con un Oscar a Mejor Película se debe, exclusivamente, a la incomprensible deuda que tenía la Academia con Martin Scorsese, un error que se tenía que solucionar sí o sí. Sin embargo, la película de Jonathan Dayton y Valerie Faris, consiguió dos premios más que justificados, Mejor Guión Original y Mejor Actor Secundario para ese robaescenas llamado Alan Arkin. Un reconocimiento más para una de esas películas que, de la manera más sencilla posible, transmiten dosis de felicidad constantes, consiguen que te enamores profundamente de sus personajes, te reconcilian con las pequeñas historias, con la humildad frente a la prepotencia, el triunfo frente a las etiquetas. Una película que reinventó el término sleeper a través del mejor cine.

'Lost in translation': Tokio de almas solitarias

'Lost in translation': Tokio de almas solitarias

Presupuesto: 4 millones de dólares

Recaudación: 119,7 millones de dólares

Cuatro años después de entregar uno de los debuts cinematográficos más redondos de los últimos tiempos, 'Las vírgenes suicidas', Sofia Coppola repetía jugada con otro trabajo deslumbrante, 'Lost in translation'. Unos inolvidables Bill Murray y Scarlett Johansson, formaban la pareja romántica más memorable de las últimas décadas de cine indie, perdidos en un Tokio laberíntico y abrumador, contexto hipnótico para este juego de almas solitarias en permanente estado de jet lag emocional. 'Lost in translation' consiguió superar sus propias limitaciones, entendidas y aceptadas, para convertirse en una obra de culto repleta de momentos que se han transformado, con el tiempo, en influencia directa para cientos de trabajos que intentan, con mejor o peor resultado, alcanzar las sensaciones de la mejor película de Sofía Coppola. Aunque aquella caricia furtiva, aquel karaoke de miradas encontradas o aquel abrazo entre la multitud, siguen siendo incomparables. Un éxito inesperado, una película imprescindible.

'La vida es bella': sleeper a la europea

'La vida es bella': sleeper a la europea

Presupuesto: 20 millones de dólares

Recaudación: 229.163.264 de dólares

La película europea que mejor puede representar el fenómeno sleeper es, sin lugar a dudas, 'La vida es bella'. Ahí están sus cifras. Las razones son muchas y variadas pero, resumiendo, es complicado que una campaña de marketing como la que realizó Miramax en 1997, Weinstein mediante, no consiga un éxito de estas dimensiones cuando trabaja sobre una película tan redonda. El tiempo ha puesto a Roberto Benigni en su sitio, sí, y aquel Oscar a Mejor Actor es, cuanto menos, desproporcionado pero 'La vida es bella' supone uno de los puntos álgidos de la historia del cine italiano. Su durísimo punto de partida, contar la historia de un padre e hijo en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, se convierte en un canto a la vida, a la esperanza, al humor y al amor en medio del caos y la incomprensión absoluta. Hay dolor, mucho, pero sus dosis están tan perfectamente medidas y complementadas con ternura y sentido del humor, que la fórmula no permite caer en el melodrama facilón en ningún momento. Una película que, a día de hoy, mantiene una legión de fans incansables que la defienden como una de las obras maestras de la historia del cine. Quizás no sea para tanto, pero a ver quien dice lo contrario cuando suena su maravillosa banda sonora y recuerdas algunas de sus escenas más memorables.

'Paranormal Activity': palomitas al aire

'Paranormal Activity': palomitas al aire

Presupuesto: 15.0001 de dólares

Recaudación: 193,355,800 de dólares

¿Qué niveles de éxito puede alcanzar un sleeper? 'Paranormal Activity' es la respuesta. Una broma macabra que se anticipó a los sustos made in youtube y que reinó en la taquilla mundial de manera asombrosa durante un año 2007 que no encontró fenómenos cinematográficos mucho más grandes. Spielberg, el más listo de su clase, entendió el filón que tenía entre manos y accedió a distribuir una película que, por otro lado, Paramount ya había convertido en viral gracias auna campaña online en la que prometía estrenarla en más cines si así lo pedían los internautas. Miles de usuarios hicieron el trabajo de marketing restante. El boca-oreja se multiplicó hasta hacer de 'Paranormal Activity' ESA PELÍCULA que tenías que ver sí o sí, una experiencia que conseguía exprimir su esencia de la mejor manera posible. A su notable primera entrega se han sumado secuelas y secuelas que han perdido el factor sorpresa pero que, al menos, nos han regalado algunos sustos efectivos. Y eso es a lo que veníamos. Nosotros, y el resto del mundo que lanzó por los aires sus palomitas hace casi una década.

'Criadas y señoras': equilibrios emotivos

'Criadas y señoras': equilibrios emotivos

Presupuesto: 25 millones de dólares

Recaudación: 211. 608. 112 millones de dólares

Hay películas que no engañan, que desde el primer momento te dejan clara su meta y, conforme pasan los minutos, los mecanismos que van a utilizar para conseguir alcanzar. No disfrazan intenciones ni maniobras y ahí reside su éxito, en no dar opción a la queja del espectador que sabe donde se ha metido. 'Criadas y señoras', vulgar traducción del original 'The Help', es una de esas películas. Su objetivo es emocionar, plantar de la manera más rápida posible a sus personajes dentro de la trama y, a partir de ese momento, comenzar los movimientos exactos para llegar a la lágrima sin pasar antes por la cabeza o hacerlo de un modo sencillo y sin demasiadas complicaciones. Y, teniendo en cuenta sus resultados en la taquilla estadounidense, donde ha superado los 140 millones de dólares y se ha mantenido en el número 1 durante varias semanas, pocas personas han conseguido esquivar la trampa pero, lo cierto es que, una vez vista la película, es bastante comprensible.

Esta historia de superación y crecimiento personal, apoyado por un mensaje claro y contundente en contra de la discriminación racial que se llevaba a cabo en el Mississipi de los años 60, tiene todas las armas para conmover y, de paso, reafirmar un discurso que nunca está de más. El problema de base es que, para ello, decide sacrificar el realismo de un buen número de sus personajes, los cuales caen sin remedio en el arquetipo y estereotipo más evidente, principalmente el interpretado por Bryce Dallas Howard que poco puede hacer para salvar un papel que de tópico cae en el ridículo más estrepitoso. Todo lo contrario que las verdaderas protagonistas de la cinta, Emma Stone y, en especial, Octavia Spencer y Viola Davis, ambas extraordinarias. Ellas son, sin ninguna duda, lo más destacado de una película que flaquea en un guión demasiado irregular y una dirección plana que a punto está de mandar todo al traste. Por fortuna, especialmente para todos los que somos de lágrima fácil, la película equilibra la balanza de sus numerosos errores con escenas de una emotividad palpable, con una fuerza indiscutible para empañar los ojos. De acuerdo, 'Criadas y señoras' está repleta de trucos y esfuerzos por conmover que convierten el realismo cinematográfico en artificio sentimental pero las lágrimas se escapan y, ante eso, poco se puede hacer más que presentar los respetos a quien se plantea una meta y, al final, la alcanza.

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