Finalmente se cumplieron las expectativas y 'No habrá paz para los malvados' consiguió alzarse como la mejor película en la XXVI gala de los Premios Goya. Siguiendo la costumbre, este premio y el de mejor dirección han venido dados de la mano, y Enrique Urbizu ha logrado imponerse a Pedro Almodóvar, Benito Zambrano y Mateo Gil.
Un trío de ases, Isabel Coixet, Alex de la Iglesia y Juan Antonio Bayona, subieron al escenario para entregar el galardón a Urbizu, quien compartió el premio con todo el equipo del film, y dedicó una mención especial a Helena Miquel. Unos minutos después, Icíar Bollaín, Agustí Villaronga y Carlos Saura proclamaban, por fin, el nombre de la película ganadora de la noche.
A pesar de tener en principio todas las apuestas a su favor, a lo largo de la gala fue disminuyendo la confianza ciega que gran parte de los espectadores depositaban en 'No habrá paz para los malvados'. A medida que 'Blackthorn' iba consiguiendo premios, aumentaba la incertidumbre: ¿Y si la película de Mateo Gil se convertía repentinamente en la sorpresa de la gala? Pero a diferencia de lo que ocurrió el año pasado con 'Pa negre', la favorita ha sido la que se ha llevado la gloria.
El thriller se ha llevado otros cuatro premios más: mejor actor principal (José Coronado), mejor guión original, mejor montaje y mejor sonido. No ha sido una victoria aplastante como ha ocurrido en otras ocasiones, pero ha dejado un buen sabor de boca a los partidarios del film.
El Madrid más oscuro
'No habrá paz para los malvados' nos cuenta la historia de Santos Trinidad (Coronado), un inspector de policía atípico al que le gusta tomarse la justicia por su mano. Una noche se ve involucrado en un asesinato múltiple, pero comete un error: uno de los implicados se le escapa, por lo que decide seguir sus pasos. Mientras, la juez Chacón (Helena Miquel) intenta esclarecer, con ayuda de otro policía (Juanjo Artero), qué pasó esa noche.