Han pasado 15 años desde el estreno de 'Titanic', todo un evento cinematográfico que vino acompañado de otro elemento que se quedó grabado en nuestra memoria: la canción 'My heart will go on' de Celine Dion. Más de uno acabó desarrollando un sentimiento de odio hacia esta pieza de tanto escucharla, y la protagonista del film, Kate Winslet, no ha sido menos. En una entrevista concedida a la MTV ha reconocido que está bastante harta de la canción y de las bromitas que le suelen hacer a costa de su papel de Rose.
"Cuando escucho la canción me dan ganas de vomitar", bromea la actriz. "Me encantaría poder decir: ¡Oh, escuchad todos, es la canción de Celine Dion!, pero no lo hago, así que tengo que quedarme sentada manteniendo la compostura pero poniendo los ojos en blanco mentalmente". Winslet confiesa que incluso en una ocasión entró en un local de música en Italia y le invitaron a subir al escenario a cantarla, algo a lo que ella se negó rotundamente. "Tengo muchas anécdotas con esa canción, porque cada vez que voy a un bar en el que hay un pianista o a un restaurante con música, a la gente le "emociona sorprenderme" con ella".
Y por supuesto, la británica reconoce que hay una serie de bromas recurrentes que siempre le hacen cuando monta en cualquier clase de embarcación. "Ahora cada vez que voy a entrar en uno digo: ¿No hay bromas? ¿No hay bromas? Si alguien tiene alguna la puede decir ahora y así nos las quitamos de en medio. ¿No? Vale, adelante". Pero dice que aún así, siempre acaban saliendo comentarios humorísticos, sobre todo relacionados con la mítica escena que comparte con Leonardo DiCaprio en la proa del navío.
Vivencia positiva
A pesar de esto, la actriz se muestra encantada con su paso por la película, del que no puede decir nada negativo, por mucho que le cansen los chistes que hacen allá por donde pasa: "Puedo hablar de ello bromeando, porque da alegría hablar de esto, tengo un montón de historias graciosas, y también me alegra ver que toda una nueva generación de espectadores va a poder sentir la experiencia de ver la película en la gran pantalla".
Este viernes podremos comprobar si realmente ha merecido la pena la reconversión del film al 3D. Para la actriz, obviamente, la transformación ha sido un éxito: "La experiencia de ver la película es completamente diferente, es como si estuvieras allí. Es diferente, todo más grandioso".