Cuando en 1975 de estrenó la mítica 'Tiburón' de Steven Spielberg, se popularizó un calificativo que se quedaría como concepto clásico de la industria cinematográfica: blockbuster, un término que ha ido evolucionando desde que a finales de la Segunda Guerra Mundial se comenzase a utilizar para referirse al cine que tiene unos cuantiosos beneficios económicos.
Desde 'Tiburón' y consolidado dos años después con 'Star Wars. Episodio IV: Una nueva esperanza' en 1977, el término (en español "taquillazo") se asocia a producciones cinematográficas de importante inversión presupuestaria que busca traducirse en una recaudación en taquilla lo suficientemente generosa como para cubrir tanto el presupuesto, como los gastos de promoción y marketing; lo que obliga a que, de mínimo, el resultado comercial supere el doble de la inversión. Así lo que consideran varios analistas financieros como The Numbers, Bloomberg u otros medios especializados en espectáculos como The Hollywood Reporter, Variety o Deadline.
Aunque desde finales de los 70 hasta la actualidad se hayan asociado los grandes blockbusters sólo a la industria hollywoodiense, eso no significa que no haya habido otras industrias que hayan creado sus propias grandes superproducciones. Además de industrias emergentes como la china u otras más consolidadas como la japonesa o la india, sin mencionar al mercado británico, dada su estrecha relación con Estados Unidos; un país que ha logrado despuntar como alternativa ha sido Francia.
Taquillazos en la lengua de Molière
Francia puede presumir de ser un gran exportador de blockbusters, aunque muchos de ellos se disfracen de películas norteamericanas al estar rodadas en inglés y con actores de Hollywood. Fue Luc Besson uno de los pioneros en aprovechar las costuras del sistema estadounidense para crear taquillazos con sello de origen galo, con 'El quinto elemento' como el mejor exponente. Él estuvo detrás de otros éxitos con nacionalidad francesa como 'Léon: El profesional' o 'Lucy'. Además, su compañía, EuropaCorp, está detrás de sagas como 'Venganza' o 'Transporter', las cuales nadie diría que son películas francesas.
Pero ahora toca hablar de ello. El reciente éxito en la taquilla española de 'Los tres mosqueteros: D'Artagnan', sumado al de 'Astérix y Obélix: El Reino Medio', recuerda que existe otra vertiente de blockbuster francés, aquel que se arriesga a producciones de gran presupuesto y que se rueda en la lengua de Molière. No hay mejor exponente que el de demostrar que es posible arrasar en taquilla sin necesidad de rodar en inglés y que las estrellas no tengan por qué provenir de Hollywood.
Por ello, y también como inspiración y referente para una industria española que se va quitando complejos y comienza a apostar por producciones más ambiciosas, toca ver 11 ejemplos de blockbusters procedentes de Francia y rodados en francés.
11 blockbusters franceses (y rodados en francés)
'Nikita, dura de matar' (Luc Besson, 1990)
Realmente, el estilo comercial de Luc Besson comenzó en su lengua materna. 'Nikita, dura de matar' fue la primera en traer al cine occidental ese estilo de cinta de acción que triunfaba mucho en Oriente, el subgénero 'Girls with Guns'. Una heroína poderosa y letal, que derrochaba sensualidad a la par que sagacidad. Fue la prueba piloto de los futuros blockbusters de Besson.
Saga 'Astérix' (VV.AA., 1999 - 2023)
El concepto de blockbuster con la saga 'Astérix' comenzó con la primera película en imagen real, realizada en 1999 por Claude Zidi. Resulta complicado hablar solo de uno de sus títulos, siendo una de las pocas franquicias cinematográfica de gran vocación comercial tanto en Francia como en el resto de mercados internacional. Ha habido dos vertientes, las cintas live-action y las de animación (siendo estas últimas mucho mejores, todo hay que decirlo). Con 'El Reino Medio' como estreno más reciente, la saga demuestra estar muy viva.
'Los ríos de color púrpura' (Mathieu Kassovitz, 2000)
Adaptación de la novela homónima de Jean-Christophe Grangé, 'Los ríos de color púrpura' es un potente thriller que demostró cómo los actores galos eran capaces de ser un imán para la taquilla internacional. Protagonizada por Jean Reno y Vincent Cassel (bastante habitual en estas producciones), el filme narra cómo dos policías, el veterano Pierre Niemans y el joven Max Kerkerian, tienen que investigar un violento asesinato en la ciudad universitaria de Guernon, en los Alpes. Su éxito en taquilla provocó una secuela, estrenada en 2004 y una exitosa serie de televisión, que se emite desde 2018.
'El pacto de los lobos' (Christophe Gans, 2001)
Christophe Gans es uno de los mejores exponentes del blockbuster francés. 'El pacto de los lobos' mostró el poder del terror gótico en el cine de aventuras y fantástico. Con Samuel Le Bihan y, de nuevo, Vincent Cassel en el reparto, narra la llegada de Grégoire de Fronsac, proveniente de una temporada en Norteamérica, a un pueblo francés donde la población se siente amenazada por una monstruosa criatura. Por orden de Luis XV, Grégoire, acompañado por el indígena estadounidense Mani, intentará descubrir la verdad.
Díptico 'Mesrine' (Jean-François Richet, 2008)
Ambicioso thriller dividido en un díptico de dos películas a modo de saga de espías al más puro estilo 'Jason Bourne'. Con Vincent Cassel de nuevo a la cabeza, se trata de un biopic fragmentado en dos episodios cinematógrafo que narra la vida del mafioso francés Jacques Mesrine. Con Jean-François Richet, también experto en materia de blockbusters, la primera parte. 'Instinto de muerte', se basa en la autobiografía del propio gángster; mientras que la segunda, 'Enemigo público No. 1', detalle su amplia carrera criminal.
'Largo Winch' (Jérôme Salle, 2008)
Basada en el cómic homónimo de los belgas Philippe Francq y Jean van Hamme, Tomer Sisley (conocido más por la serie 'Balthazar') se convierte en el hijo adoptivo vengador del multimillonario Nerio Winch. Una auténtica red de conspiraciones con un imperio financiero en juego. Con Kristin Scott Thomas también y Mélanie Laurent también en el reparto, su éxito provocó que tuviera una secuela, en la que participó la mismísima Sharon Stone.
'Adèle y el secreto de la momia' (Luc Besson, 2010)
Con la producción de largometrajes en inglés consolidada y con la saga 'Arthur' triunfando en taquilla, Luc Besson probó suerte con su primer gran blockbuster rodado en francés desde la ya mencionada 'Nikita, dura de matar'. 'Adèle y el misterio de la momia' adapta la famosa novela gráfica de Jacques Tardi, 'Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec'. Louise Bourgoin encarna a una intrépida periodista que viaja hasta Egipto para descubrir un misterio relacionado con una momia que puede ayudarle a recuperar a su hermana.
'La bella y la bestia' (2014)
Antes de que llegase el remake en imagen real de Disney, Francia se adelantó con esta lujosa adaptación dirigida por Christophe Gans. Esta versión de 'La bella y la bestia' adapta el cuento de Gabrielle-Suzanne de Villeneuve y no el de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Esa diferencia permite disfrutar de una adaptación propia en la que Léa Seydoux se convierte en la heroína ideal, al lado de Vincent Cassel (de nuevo, como emblema de los blockbusters galos) como la Bestia.
'El principito' (Mark Osborne, 2015)
El concepto de blockbuster no es exclusivo del cine en imagen real. La industria de la animación francesa cuenta con importantes largometrajes que demuestran que hay alternativa a las producciones hollywoodienses (nota aparte: cabe recordar que Illumination, estudio que está detrás de 'Los Minions' y 'Super Mario Bros', es mitad francesa). En este caso, se está ante un formidable film que combina animación por orden con stop-motion. Una estupenda reinterpretación del clásico de Antoine de Saint Exupéry.
'Ballerina' (Éric Summer y Éric Warin, 2016)
'Ballerina' es otro ejemplo del poder en taquilla de la animación francesa. Convertido su estreno en todo un acontecimiento, sus elementos de cuento clásico con el toque moderno equilibrado permiten disfrutar de la historia de Felicia, una niña huérfana que sueña con dejar la Bretaña y convertirse en bailarina profesional en la Ópera de París en 1879. Una cinta con atemporal que se ha convertido en uno de los principales símbolos del poder en taquilla de la animación europea.
'Los tres mosqueteros: D'Artagnan' (Martin Bourboulon, 2023)
El último ejemplo de cómo el cine francés apuesta por recuperar el concepto noventero de blockbuster, capaz de tener equilibrio entre acción, aventura, drama y suspense. Más de 60 años después de la última adaptación francesa y rodada en francés, Martin Bourboulon se atreve a reinterpretar el clásico de Alejandro Dumas, fragmentándolo en dos y así dando voz a un personaje que, en la obra original, ya apuntaba maneras a ser el otro gran protagonista, Milady. Con elementos propios de las producciones actuales, como la introducción de escenas post-créditos que enlacen en un universo cinematográfico, 'Los tres mosqueteros' es el último gran exponente que los blockbusters franceses aspiran a seguir consolidando su hueco en la taquilla internacional.
