El cine francés es uno de los más constantes del panorama europeo, teniendo varios cineastas reconocidos actualmente como Arnaud Desplachin, Olivier Assayas o Anne Fontaine. Entre esas figuras, una de las que más destaca es François Ozon, el llamado "enfant terrible" del cine galo, un realizador que ha roto esquemas gracias a un cine provocativo, incómodo y con cierto toque perverso.
Nacido un 15 de noviembre de 1967, se trata de uno de los cineastas franceses más valorados en todo el mundo pero que en su propio país no logrado una acogida tan potente. Pese a su edad, tiene 49 años, el cineasta ha dirigido 16 largometrajes, además de 17 cortometrajes, siendo uno de los realizadores más prolíficos del cine francés actual. Ha trabajado con actores de la talla de Catherine Deneuve, Isabelle Huppert, Fabrice Luchini, Charlotte Rampling, Romain Duris, Michael Fassbender, Jeanne Moreau o Kristin Scott Thomas.
Los lados más extremos de la personalidad humana
Su filmografía tiene una esencia claramente gala, sus películas tienen un humor ingenioso y satírico, enfocado en provocar a la asustada burguesía francesa, además de mostrar el lado más oscuro y perverso de la sociedad con una perspectiva irónica. Además, sus largometrajes han abordado la sexualidad humana desde su ópera prima, 'Sitcom'. El cineasta considera que el sexo es uno de los aspectos fundamentales para entender la vida de uno mismo. "El sexo es lo que nos otorga nuestra identidad, nos describe y nos hace ver que somos a través de él", dijo el cineasta en una entrevista para la Vanity Fair durante la presentación de 'Una nueva amiga' en el Festival de San Sebastián.
"Voyeur, retorcido, perverso, bufón, ingenioso", son calificativos para un cineasta heredero del cine de Rainer Werner Fassbinder, Agnès Varda, Luchino Visconti y Alain Resnais y contemporáneo a otros grandes como Pedro Almodóvar, con el que la prensa no se cansa de compararlo. Con una carrera tan extensa, es momento de destacar once de sus largometrajes, una cuidada selección de una filmografía que merece la pena ser vista enteramente.
11 películas imprescindibles de François Ozon
Sitcom (1998)
Su ópera prima es considerada una visión ácida y perversamente satírica de la obra maestra 'Teorema' (1968) de Pier Paolo Pasolini. Desde su primera película, Ozon ya muestra lo que será una constante en su obra, la clásica familia burguesa. La llegada de una rata alterará el orden familiar de una manera surrealista y perversamente divertida. Una cinta que también tiene otro de sus elementos habituales: La teatralidad.
Amantes criminales (1999)
En 'Amantes criminales', Ozon sigue con su estela de películas en las que nada parece lo que es y encargada de mostrar de forma irónica las caras más perversas del ser humano. El cineasta parisino transforma el cuento de 'Hansel y Gretel' es una historia oscura de una joven que le fascinaba la idea de matar y que aprovecha sus poderes de seducción para convencer a su novio, Luc, de asesinar a Saïd, un compañero de clase con el que la chica flirteaba. Sin embargo, el camino del crimen no es fácil y un solo descuido puede llevar a estos amantes a la perdición. En esta cinta, Ozon plantea otro de sus puntos habituales: Los crímenes retorcidos.
Gotas de agua sobre piedras calientes (2000)
Se trata de la fusión perfecta entre el cineasta parisino y Rainer Werner Fassbinder, considerado una de las grandes figuras del Nuevo Cine Alemán. Ozon descubrió esta obra de teatro descartada que escribió Fassbinder con 20 años y que decidió rescatar del olvido. Una película que muestra el lado más cruel de las relaciones de pareja, que puede llegar a consumir al individuo cual gota de agua que se evapora al acercase a una piedra tan caliente como el fuego. Presentada en Berlín, se trata de una de las mejores películas del director.
Bajo la arena (2000)
Con esta cinta, Ozon dejaba de lado su lado más salvaje y extremo y mostraba un drama de una mujer que debía aceptar la pérdida de su marido tras haber desaparecido en la playa. El cineasta muestra el lado más duro del duelo de una pareja, al no saber a ciencia cierta qué ha sido de ese amor. Con 'Bajo la arena', el cineasta mostró su lado más maduro, así como también una vena dramática que sirvió para rescatar del olvido a una de las grandes figuras del cine europeo: La mítica Charlotte Rampling, intérprete que se volvería habitual en su cine.
8 mujeres (2001)
Ozon volvería a adaptar una obra de teatro, '8 mujeres', obra de Robert Thomas, reúne a las grandes féminas del cine francés: Catherine Deneuve, Fanny Ardant, Isabelle Huppert, Danielle Darrieux y Emmanuelle Béart, además de tener a otras casi debutantes como Virginie Ledoyen y Ludivine Sagnier y contar con la gran Firmine Richard. En '8 mujeres', el cineasta mostró su devoción y sensibilidad por la figura femenina, mostrando en este caso el lado más trágico y cruel de la mujer.
Swimming Pool (2003)
Una de las obras más personales del director, tanto que estuvo a punto de convertirse en novela. Dos mujeres, una lujosa mansión en la campiña francesa y un crimen. Ozon se nutre de dos de sus intérpretes habituales, Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier, para mostrar un thriller digno de Alfred Hitchcock en el que nada es lo que parece.
El tiempo que queda (2005)
El cineasta, abiertamente gay, ha abordado en sus películas la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad. 'El tiempo que queda' es, en este sentido, su película más completa. Melvil Poupaud es Romain, un fotógrafo de unos 30 años, abiertamente gay y con una vida de ensueño. Todo ello se verá truncado cuando le diagnostiquen un cáncer terminal que le hará replantearse el legado que deja. Una película en la que también se vio a Jeanne Moreau y a Valeria Bruni Tedeschi.
Potiche, mujeres al poder (2010)
La obra de teatro de Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy sirvió al cineasta para retomar uno de sus temas favoritos, las "ladies". Catherine Deneuve es Suzanne Pujol, una rica burguesa que debe hacer frente a la empresa familiar, una fábrica de paraguas, después de que su marido sea incapaz de solventar satisfactoriamente una huelga. Esto provocará en ella una voluntad de independencia que le hará sentirse que es más que una mujer florero.
En la casa (2012)
Ganadora de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, la película está basada en 'El chico de la última fila' de Juan Mayorga. Germain Germain es un profesor de literatura de instituto que se siente frustrado ante una juventud cada vez más ignorante y despreocupada. Sin embargo, un día descubre que Claude Garcia, un chico que se sienta en la última fila de clase, escribe de manera magistral para su edad. Claude escribe fascinado por la vida de la familia de su compañero Rapha, esto empezará un perverso juego de espejos en los que no se sabrá qué es realidad y qué es ficción.
Joven y bonita (2013)
Ozon se vuelve a convertir en un cineasta "voyeur" con Isabelle, una joven de 17 años que, tras perder la virginidad de una forma tosca e insatisfactoria, decide empezar a prostituirse. La chica, emulando a 'Belle de jour' de Buñuel, se convertirá en una "belle de soir" en la que su etérea y seductora belleza se entremezclará con una mirada distante y melancólica. Una película hipnótica, perturbadora y maliciosamente disfrutable.
Frantz (2016)
'Frantz' es la primera película rodada en alemán del cineasta. También se trata de un giro radical en su filmografía, al ofrecer una película histórica, de corte dramático y solemne, aunque ciertos toques de denominación de origen. Una película elegante y clásica que cuenta con un descubrimiento: Paula Beer, que logra tener la esencia de la gran Romy Schneider y logra deslumbrar a un magnífico Pierre Niney.