¿Qué fue del doctor Lecter tras su espectacular fuga de Memphis? ¿Es este mundo del nuevo milenio un lugar más seguro? ¿Han dejado de chillar los corderos, Clarice?
Diez años después del grandísimo éxito de 'El silencio de los corderos', llegaba a los cines la esperadísima secuela cinematográfica con un protagonista absoluto: 'Hannibal', quien, de nuevo interpretado por el gran Anthony Hopkins, da título a esta continuación directa que es a la vez una película muy diferente a la original.
Sin Jonathan Demme ni Jodie Foster, pero bajo la dirección de Ridley Scott y con la presencia de Julianne Moore (a la que se unen Ray Liotta, Gary Oldman, Giancarlo Giannini, Frankie Faison, Francesca Neri y Zeljko Ivanek), esta segunda entrega (o tercera, si contamos aquél 'Manhunter' de Michael Mann) dejó también hallazgos muy interesantes, algunos de ellos, seguramente, desconocidos para el gran público; por ello, y coincidiendo con el 15º aniversario del estreno de la película en España, repasamos estas doce curiosidades que quizá no conocías sobre 'Hannibal':
12 curiosidades de 'Hannibal'
Esperada secuela
Tras el éxito de crítica, público y premios de 'El silencio de los corderos' (Jonathan Demme, 1991), muchas fueran las presiones y expectativas para que más pronto que tarde llegase una secuela con el temible y fascinante Dr. Hannibal Lecter como protagonista. Sin embargo, y obviando toda la maquinaria de Hollywood, el novelista Thomas Harris (que era, al fin y al cabo, quien tendría la última palabra sobre sus personajes), se lo tomó con mucha calma antes de sentarse a poner en negro sobre blanco qué sucedía con el psicópata y su némesis en el FBI Clarice Starling años después de la espectacular fuga del primero.
'Hannibal', la novela, saldría publicada en 1999, y el productor Dino de Laurentiis, quien había recuperado los derechos, no tardó en poner en marcha todo el proceso de producción de la película sin reparar en gastos, fichando, de entrada, al prestigioso director y dramaturgo David Mamet (dos veces nominado al premio de la Academia por los libretos de 'El veredicto' y 'La cortina de humo') para que se hicieran cargo de la adaptación, reduciendo el original literario de seiscientas páginas a un guion cinematográfico de alrededor de cien. Posteriormente, se contrató a Steven Zaillian, uno de los guionistas más reputados del gremio (ganador de un Oscar en 1994 por 'La lista de Schindler'), quien prácticamente reescribiría el guion entero. A pesar de ello, se mantuvo el nombre de Mamet en los créditos.
El Monstruo de Florencia
Tanto en el libro original de Thomas Harris como en los guiones de Mamet y Zaillian se mantuvo la referencia a Il Mostro o Monstruo de Florencia. Se trata de uno de los casos reales más sanguinarios y misteriosos de toda la historia negra italiana: ocho asesinatos cometidos en la capital de la Toscana entre 1968 y 1985. Aunque hubo varios sospechosos y algunos de ellos fueron encarcelados, nunca se tuvo la certeza de si estos crímenes eran cometidos por un solo individuo o por varios siguiendo un mismo modus operandi (se especuló incluso con que fuesen obra de una secta ocultista), y en 2002, tras más de quince años sin asesinatos que atribuirle, el caso del Mostro se cerró en falso. Unos hechos que recuerdan poderosamente a los crímenes atribuidos al asesino llamado Zodiac en California a finales de los años sesenta (excelentemente documentados en la soberbia película homónima de David Fincher) y que, seguramente, inspiraron en cierta medida el paso de Lecter por Florencia en la imaginación del novelista.
Nueva Clarice, nuevo director
Uno de los primeros obstáculos a los que tuvo que hacer frente 'Hannibal' fue la renuncia de dos de los tres pilares de 'El silencio de los corderos': aunque Jodie Foster ya había dejado entrever que no tenía demasiado interés en repetir como Clarice Starling, pilló a contrapié el "no" de Jonathan Demme, quien hasta unos años antes sí parecía interesado en dirigir una eventual secuela. Sí se confirmó la presencia de Anthony Hopkins, y eso que el actor, que se encontraba en un momento de bajón creativo por aquel entonces, había llegado a considerar la posibilidad de abandonar la interpretación.
Tras barajarse los nombres de Claire Danes, Gillian Anderson, Hilary Swank o Angelina Jolie entre otros muchos, finalmente el rol femenino protagonista fue a parar a Juliane Moore casi por sugerencia del propio Hopkins, ya que ambos habían trabajado juntos en 'Sobrevivir a Picasso' (James Ivory, 1996). Para ocupar la silla de director, el italiano Dino de Laurentiis pensó en cierto realizador americano con quien guardaba buena relación y que, por entonces, se encontraba en el país transalpino rodando una epopeya romana: se plantó en el set de 'Gladiator' y le ofreció el trabajo a Ridley Scott. El director de 'Alien' aceptó tras leer el guion de Zaillian.
Faison, Liotta, Oldman
Además de Anthony Hopkins, solo otro actor repite del reparto original: Frankie Faison, que vuelve a encarnar a quien fuera celador de la prisión psiquiátrica de Baltimore, Barney. Faison también volvería al personaje un año después en 'El dragón rojo' (Brett Rattner, 2002), y, curiosamente, había participado con un pequeño papel en aquella precuela no oficial titulada 'Manhunter' (Michael Mann, 1986), por lo que es el único actor que ha aparecido en cuatro de las cinco películas de Lecter.
Entre los nuevos fichajes, dos nombres bien conocidos: Ray Liotta y Gary Oldman. Con el primero todo fue coser y cantar, habida cuenta de que el protagonista de 'Uno de los nuestros' (Martin Scorsese, 1990) se moría por trabajar con Hopkins. Sin embargo, con el segundo la cosa fue algo más tensa, ya que si bien no hubo problemas durante la producción, el londinense consideraba que su personaje (el deformado Mason Verger) tenía la misma importancia que Lecter y Starling, y como tal, quería que su nombre apareciera encabezando el póster de la película. Cuando los productores se negaron en redondo, Oldman exigió ser borrado de los títulos de crédito, algo que efectivamente se hizo pero que fue corregido en la distribución doméstica del film. Recordemos que Oldman y Hopkins ya habían trabajado juntos, nueve años atrás, en 'Dracula de Bram Stoker' (Francis Ford Coppola, 1992).
Dos historias, dos escenarios
A diferencia de 'El silencio de los corderos', que prácticamente centraba toda su atención en las aventuras de Clarice Starling, en 'Hannibal' nos encontramos dos historias que transcurren paralelas, cruzándose en un par de ocasiones, hasta su convergencia final. Por un lado, somos testigos de la caída profesional de Starling (Moore), quien, tras una calamitosa operación antidroga, es obligada a recluirse en un lúgubre despacho en busca de pistas sobre el paradero de Lecter (Hopkins), quien lleva una década desaparecido. Por otro, nos encontramos al mismísimo Lecter viviendo plácidamente en Florencia (Italia) bajo una identidad falsa, hasta que un policía local (Giancarlo Giannini) comienza a seguirle la pista para lograr la millonaria recompensa ofrecida por el magnate Verger (Oldman).
Esta bicefalia del guion da como resultado dos tramas que no siempre funcionan al mismo nivel, cada una en un escenario diferente: la primera, entre los sótanos, los despachos y la burocracia de Washington; la segunda, en la medieval e idílica capital de la Toscana. Para la película, también se emplearon escenarios en Asheville (Carolina del Norte), Richmond y Montpelier (Virginia), así como en la localidad transalpina de Sardinia.
Dante y la música de Hans Zimmer
En cierto modo, 'Hannibal' es como una trágica y terrorífica obra operística, donde el dramático e inevitable destino de algunos personajes es acompañado por una obra musical de primera magnitud. El magnífico score de la película es obra del compositor de origen alemán Hans Zimmer, quien acababa de trabajar con Ridley Scott en otra banda sonora maravillosa ('Gladiator', 2000); suya fue la musicalización de un soneto de Dante Alighieri del siglo XIII que suena en varios pasajes de la película, y que la elevan hasta lograr los momentos más inspirados del film, así como esa particular versión (entre circense y macabra) de 'El lago de los cisnes' con la que acompaña a la escena de los cerdos salvajes, y que Zimmer bautizó como 'Gourmet Valse Tartare'.
Para la composición de la BSO completa, contó con la colaboración de otros compositores como Steve Jablonsky, Klaus Badelt y Patric Cassidy.
El guiño
En un momento de la película, el inspector Pazzi (Giannini) y el ratero Gnocco (Enrico Lo Verso) ponen en marcha un plan para conseguir una huella dactilar de Lecter. Pero... ¿os habíais fijado en qué película se anunciaba en el cartel de un cine local en esta escena? La inclusión de este detalle puede ser un caprichoso autohomenaje, pero también sitúa cronológicamente la historia: no hay duda, han transcurrido diez años desde 'El silencio de los corderos'...
El enemigo público nº 1
'Hannibal' fue rodada en el año 2000 y estrenada en febrero de 2001; de ahí que la presencia de varios auténticos terroristas en la web del FBI que sale en la película fuese, en su momento, algo puramente anecdótico. Pocos meses después, el nombre y el rostro de quien aparece en dicho sitio de internet junto a la fotografía de Lecter se haría tristemente célebre: tras el 11-S, Osama Bin Laden se convertiría en el número uno de la lista de los más buscados.
La cena está servida
Una de las escenas más complejas de llevar acabo fue aquella en la que Lecter (Hopkins), Starling (Moore) y Krendler (Liotta) comparten una curiosa y nada convencional cena gourmet. Para poder llevarla a cabo, se emplearon diferentes técnicas de efectos especiales y de maquillaje: Ray Liotta debía llevar una especie de capirote verde que, en postproducción, sería sustituido por su cerebro descubierto, mientras que un elaboradísima marioneta animatrónica, idéntica al actor, lo sustituiría en algunos otros momentos. La combinación de trucajes en plató, efectos digitales, interpretación y montaje dan como resultado una secuencia hipnótica y a la vez repulsiva, pero definitivamente perfecta: es imposible discernir qué herramienta se empleó particularmente en cada plano.
Reacciones y taquilla
La gran expectación que rodeaba a la versión cinematográfica de 'Hannibal' desde el momento en el que la novela salió publicada en 1999 (lo que hoy llaman hype) fue directamente proporcional a los resultados en taquilla: el film fue uno de los bombazos de 2001, colocándose como la décima película más taquillera de aquel año a nivel mundial.
La crítica, sin embargo, se mostró dividida en esta ocasión: si bien para algunos esta versión siniestra, tenebrosa y caníbal de 'La Bella y la Bestia' era un giro afortunado para no limitarse a fotocopiar el original, para otros resultaba más superficial y psicológicamente menos aterradora que su antecesora. A nadie dejó indiferente el trabajo de Anthony Hopkins dando vida de nuevo a Lecter; más tibia fue la acogida a Julianne Moore.
Si 'El silencio de los corderos' arrasó en los Oscar de 1992, 'Hannibal' se quedó en las antípodas en este sentido. Quizá esta secuela no haya trascendido tanto, pero el poderoso trabajo de Hans Zimmer (compositor) o de Greg Cannom (maquillaje) sí hubieran merecido al menos un reconocimiento en forma de nominaciones.
Escenas eliminadas
En la edición especial en DVD editado por Universal en 2004 se pueden encontrar, entre el material extra, unas cuantas secuencias que se quedaron fuera del montaje final de la película. Entre las más destacadas: Clarice recorriendo los pasillos y las celdas del abandonado sanatorio de Baltimore; una pequeña subtrama sobre la investigación policial en torno al Mostro; o un clímax alternativo en el que, digámoslo así, Lecter queda de una pieza.
Spoiler: Un final diferente al de la novela
Ya hemos dicho que David Mamet y luego Steven Zaillian tuvieron que eliminar muchísimo material de la novela original y así poder construir un guion para una película de alrededor de dos horas de metraje. Se eliminaban personajes como Jack Crawford (el primer superior de Starling, interpretado por Scott Glenn en 'El silencio de los corderos'), que sufría una enfermedad terminal y fallecía a mitad del libro; o Margot Verger, la inestable hermana de Mason (Oldman), o flashbacks en los que un pequeño Hannibal recordaba su terrible infancia en su Lituania natal durante la ocupación nazi.
Pero la diferencia más notable y llamativa entre el manuscrito y el film lo encontramos, precisamente, en la resolución de ambos. ¡Ojo, spoiler! Si no quieres conocer el final de alguno de ellos, mejor que dejes de leer a partir de aquí: como sabemos, en 'Hannibal' (película), tras la famosa secuencia de la cena, Lecter (Hopkins) y Starling (Moore) tienen un enfrentamiento que termina con una mutilación y huida del psicópata; en el literario, el doctor consigue, a través de un sofisticado juego de seducción, hipnosis y lavado de cerebro, dominar la personalidad de la agente, convirtiéndose ambos en amantes y fugitivos. Tres años después, el enfermero Barney cree verlos juntos, casualmente, en un teatro en Buenos Aires.