En 2001 llegó a las pantallas de cine la primera entrega de la trilogía que adaptó los libros de 'El Señor de los Anillos'. Las tres películas se rodaron en Nueva Zelanda simultáneamente ya que el estudio tenía grandes esperanzas en el proyecto. Finalmente los filmes creados por Peter Jackson no defraudaron. Con un presupuesto de casi 100 millones, fueron 870 los que recaudaría El Señor de los anillos: La comunidad del anillo a nivel global.
El largo rodaje dio lugar a numerosas curiosidades como las que hoy recogemos en este artículo. La película nos mostraba los primeros momentos de Frodo como portador del anillo único de poder, y como diferentes guerreros (o no) de distintas razas se unían para llevar el anillo hasta el monte del destino donde debía ser destruido para así detener al malvado Sauron.
Futuro de la saga
A día de hoy la saga centrada en la Tierra Media sigue más viva que nunca, ya que después de la segunda trilogía centrada en el libro 'El Hobbit', será Amazon Prime Video la encargada de desarrollar una serie basada en los distintos libros y notas de J.R.R. Tolkien. La cadena de streaming ha desembolsado 250 millones para hacerse con los derechos, a los que habrá que sumar otros 100 o 150 para producir la primera temporada.
Curiosidades de 'El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo'
El amigo de Tolkien
Christopher Lee fue el único miembro del equipo que conoció en persona al escritor de los libros J.R.R. Tolkien. Fue la primera persona elegida para el reparto de la trilogía debido a su gran conocimiento de la obra. Por ello, visitó con frecuencia los estudios de maquillaje para dar su opinión sobre la creación y el diseño de las diferentes criaturas.
Lee leía una vez al año la trilogía de libros hasta su muerte en 2015.
Momento improvisado
Al principio de la película, Gandalf se golpea la frente con la viga del techo de la casa de Bilbo. Esto no estaba en el guion, pero Ian McKellen consiguió seguir con su interpretación de manera tan efectiva que el director Peter Jackson pensó que quedaría perfecto en el metraje final.
¡No con dobles!
Viggo Mortensen insistió en no usar dobles de acción. Además obligó al equipo a que le dejaran usar espadas de verdad en lugar de las de aluminio que se suelen usar. Esto hizo que Mortensen perdiera un diente durante una secuencia de lucha.
A pesar de esto, el actor quería pegárselo para poder acabar la escena, pero Peter Jackson le obligó a ir al dentista. Aún así, Mortensen regresó por la tarde con el diente colocado para seguir grabando.
Único portador
Peter Jackson le dio uno de los anillos usados en la película a Elijah Wood. El actor pensaba que era el único que tenía el anillo de poder, pero lo que no se imaginaba era que el director le había dado otro a Andy Serkis (Gollum) haciéndole creer lo mismo que a Wood. Con el tiempo ambos se enteraron de la verdad.
No es tan fácil...
En algunos momentos el reparto tenía que llegar a la localización de rodaje en helicóptero, pero el actor Sean Bean (Boromir) le tenía miedo a volar y solo lo hacía cuando no había otra opción. Esto hizo que Bean se levantase dos horas antes los días que había que viajar en helicóptero. Cuando grababan en montañas, el actor escalaba a pie hasta la localización y... todo eso vestido ya como Boromir.
El resto de reparto se partía de risa al verle trepar por las montañas desde el helicóptero.
Golpes múltiples
En la escena en la que el personaje de Pippin es golpeado por una manzana después de preguntar por la hora del segundo desayuno, fue Viggo Mortensen el encargado de lanzar y golpearle en cada toma. Como se tuvo que grabar 16 veces, el actor Billy Boyd piensa que Mortensen se lo pasó en grande ese día.
Suelo imantado
El actor Sean Astin (Sam) comentó en los extras de la versión extendida de la película que cuando Bilbo suelta el anillo antes de dejar Hobbiton, el suelo donde cae estaba magnetizado para que el anillo no rebotase. Esto se hizo para dejar patente el peso, la importancia y el poder del anillo.
Demasiado realista
En Hobbiton, cuando los fuegos artificiales que tiran Pippin y Merry se convierten en un gigantesco dragón, se puede escuchar al actor Billy Boyd chillando asustado. Esto se debe a que el actor no sabía que los fuegos artificiales eran de verdad y que iban a explotar.
Boyd pensó que todo se añadiría digitalmente. Aún así, esa toma fue la elegida por Jackson para el montaje final.
Un rival muy peculiar
En la escena en la que Gandalf pelea contra el Balrog, Ian McKellen tenía que actuar frente a una bola verde de ping pong que se usaba junto a distintos cromas para que así los actores tuvieran un punto de referencia que mirar durante su interpretación. Uno de esos secretos que le quitan parte de su magia al cine.
Medidas extraordinarias
Durante el rodaje en Nueva Zelanda, la mayoría del reparto usaba su tiempo libre para hacer surf. Uno de los días Viggo Mortensen se raspó severamente uno de los lados de su cara. Al día siguiente los maquilladores intentaron arreglarlo pero no lo consiguieron. Esto fue el causante de que en las escenas de las Minas de Moria, Mortensen fuera filmado solo por uno de los lados de su cara.
A la tercera va la vencida
El prólogo que podemos ver al comienzo de la cinta estaba narrado en un principio por Elijah Wood, pero el director sintió que esa narración tenía poco que ver con el personaje de Frodo. Se le sustituyó por la voz de Ian McKellen como Gandalf, pero tampoco convenció esta voz para tal ocasión.
Fue entonces cuando encontraron en la voz de Cate Blanchett la aliada perfecta para que enfatizara la intemporalidad de los elfos.
Estilo inglés
En un principio Peter Jackson tenía en mente contratar a actores británicos para los personajes de lo hobbits, pero finalmente solo funcionó con Billy Boyd y Dominic Monaghan. Por ello, Jackson obligó a estos dos actores a que le enseñaran a Elijah Wood (Frodo) y Sean Astin (Sam) la cultura de los pubs en Inglaterra. Una cultura muy parecida a la de los hobbits en Hobbiton.