Hubo un tiempo en que el paso de los años y los cambios sociales podían hacer convenientes nuevas versiones o remakes de películas. Hoy nadie discute una obra maestra como 'Ben-Hur' (William Wyler, 1959), y de hecho casi nadie se acuerda ni del corto de 1907 ni de la primera versión de largometraje mudo dirigida por Fred Niblo en 1925. Sin embargo, en el Hollywood actual la escasez de ideas es un mal endémico del que sólo parecen librarse unos pocos (Pixar, entre ellos), y en los últimos años algunos productores se han empeñado en rehacer películas que ni son tan antiguas ni se han quedado anticuadas. Aquí tenéis, a nuestro juicio, los 12 remakes más innecesarios que nos ha llegado desde el otro lado del charco:
1 'Psycho': la fotocopia de Gus Van Sant
Nuestro top está encabezado (no podía ser de otro modo) por la película en la que todos, absolutamente todos, están de acuerdo. Ya es osado querer mejorar lo que en su día hizo un maestro como Alfred Hitchcock, pero es que el mismo Gus Van Sant, seguramente consciente de sus propias limitaciones, intentó colárnosla copiando plano a plano, secuencia a secuencia, el 'Psicosis' original, con tan sólo dos salvedades: la fotografía en color y el onanismo del Norman Bates encarnado por Vince Vaughn. 'Psycho' fue vapuleada por crítica y público, y tanto el director como el elenco (en el que encontramos nada menos que a Anne Heche, Julianne Moore, Viggo Mortensen o William H. Macy) pueden darse con un canto en los dientes, ya que sus respectivas carreras no se vieron excesivamente afectadas.
2 'Perros de paja': la pura superficialidad
Un caso similar al de 'Psicosis' lo encontramos en 'Perros de paja': mientras que el clásico de Sam Peckinpah proponía un perturbador análisis, casi forense, sobre la violencia en el ser humano (tanto a nivel psicológico como físico), el reboot del israelí afincado en Hollywood Rod Lurie ('Candidata al poder') se quedó en una lectura superficial del tema, sin preocuparse en ahondar algo más allá, e imitando desde las gafas de Dustin Hoffman (cuyo personaje fue a parar a un James Marsden incapaz de quitarse la careta de Cíclope) hasta el look del cartel promocional del film. Para darle algo de lustre, ficharon a James Woods para uno de esos secundarios alimenticios a los que, tristemente, nos viene teniendo acostumbrados de un tiempo a esta parte.
3 'Funny Games': yo, mí, me, conmigo
Si es grave fotocopiar una obra maestra, incomprensible resulta que un director se calque a sí mismo. Con 'Funny Games', la original de 1997, el austríaco Michael Haneke sacudió a los espectadores con un relato perturbador y estremecedor sobre la arbitrariedad de la violencia en una sociedad trastornada. Diez años después, nos vuelve a contar lo mismo, con idéntica puesta en escena y sin ningún tipo de novedad ni en el planteamiento ni en el tratamiento. Más bien al contrario, el espectador ya no se sentía tan incómodo, habida cuenta de los conocidos rostros de los nuevos protagonistas (Naomi Watts, Tim Roth, Michael Pitt). No es que éstos hicieran mal trabajo; es que para ver la nueva, ya teníamos la original.
4 'Total Recall': mueve el culo a Marte
Muy pocos lograron ver en 'Desafío total', allá por 1990, algo más que el típico vehículo de lucimiento de un Schwarzenegger en su enésima propuesta de acción desenfrenada y violenta. Sin embargo, lo que Paul Verhoeven proponía, a partir del texto de Philip K. Dick, iba mucho más allá: todo un planteamiento metafilosófico sobre la existencia humana (y la utilidad o futilidad del individuo anónimo) y el propio sentido de la realidad, con elaboradas gotas hitchcockianas (a fin de cuentas, este es un relato de espías protagonizado por un hombre que sabía demasiado... aunque no lo recuerde) y un entorno de ciencia-ficción que adelantaba elementos por entonces tan innovadores como la realidad virtual. Nada de eso quedó en el insulso remake de 2012: ni dudas paranoides, ni refugiados marcianos, ni violencia física. Todo muy aséptico, muy light, un simple enfrentamiento entre buenos y malos con espectaculares efectos CGI. Y pare usted de contar.
5 'RoboCop': sin esencia
Poco después de 'Total Recall', Verhoeven tuvo que ver cómo otra de sus notables aportaciones a la ciencia-ficción ochentera era reducida a un simple espectáculo de explosiones, tiros y efectos digitales. Su 'RoboCop' de 1987 era una obra tremendamente humanista y adelantada a su tiempo que lograba reflejar no sólo la decadencia occidental de fin de siglo, incapaz de atisbar su propia autodestrucción bajo toneladas de publicidad y consumo. Nada de eso quedó en el remake de José Padilha, ni siquiera el proceso de rehumanización del protagonista, que en el original tenía el mérito de devolvernos un leve halo de esperanza en nuestra especie; aquí no dejaba de ser una especie de súpersoldado con una armadura muy chula, y ya.
6 'Poltergeist': cuando más es menos
'Poltergeist', la de Tobe Hopper de 1982, cogía algunos de los ingredientes del cine Spielberg (a la sazón, productor del film) de la época para luego, hábilmente, retorcerlos y sacudirlos hasta convertirlos en una pesadilla fantasmagórica de clase media y ambiente residencial, con un sutil equilibrio entre lo escabroso y lo paranormal. ¿Era necesario volver a contar exactamente la misma historia pero eliminando toda la parte de misterio? Este nuevo 'Poltergeist' new age introduce un dron en el mismísimo limbo, de tal modo que personajes y espectadores podemos ver su interior a través de una webcam. Ya no sufrimos por la pequeña Carol Anne, todo lo vemos en vivo y en directo. La tecnología mató a la imaginación.
7 'El planeta de los simios': lectura errónea
Ejemplos como los citados de 'Total Recall', 'RoboCop' o 'Poltergeist' pueden ser producto del afán de Hollywood por hacer taquilla a toda costa, incluso rehaciendo algunas de sus películas mejor consideradas de los últimos años; cuando la propuesta llega de la mano de un director de prestigio como Tim Burton, tendemos a considerar otros factores menos económicos pero más artísticos. 'El planeta de los simios', el film de Franklin J. Schaffner de 1968, es una excelente obra de ciencia-ficción cuya moraleja sigue vigente, pero hay que reconocer que se parece a la novela de Pierre Boulle lo que un huevo a una castaña. Cuando el director de 'Ed Wood' propuso una nueva adaptación "más fiel", a priori la propuesta parecía atractiva, y aunque en taquilla no le fue nada mal (una recaudación mundial de más de 362 millones de dólares sobre un presupuesto estimado de cien), artísticamente el resultado fue un desastre, limitándose a una simple confrontación entre buenos (humanos) y malos (simios) que terminaba con un epílogo tan sorprendente, desconcertante e ilógico que ni el mismo Burton supo explicar. Reconozcámosle al film, eso sí, el extraordinario trabajo de caracterización del maestro Clive Baker, injustamente apartado de las nominaciones a los Oscar de 2002.
8 'The Karate Kid': el hijo de papá
Nunca sabremos si fue capricho del chico o cabezonería del padre, pero tras los simpáticos resultados de 'En busca de la felicidad' alguien pensó que Jaden Smith podría seguir los pasos de su popular progenitor, y a fe que éste bien que ha intentado ponérselo más fácil. Will Smith no tenía nada mejor que hacer que coger un clásico menor (pero al que toda una generación le guarda cierto cariño) como 'Karate Kid' y producir un remake para el lucimiento (es un decir) de su hijo, quien con tan sólo doce años ya se vio con la responsabilidad de cargar con todo un personaje icónico sobre sus hombros. Ficharon al popular Jackie Chan para encarnar al nuevo mentor, pero ni por esas. Además, si cambiaron los nombres de los personajes y el crío se pasa media película aprendiendo kung-fú, ¿por qué ese empeño en mancillar el film de John G. Avildsen y no proponer algo nuevo? Desde luego, muchos nos seguimos quedando con Daniel-san Macchio, el maestro Miyagi-Morita, los Cobra Kai y las playas de California del original. Y la familia Smith, lejos de rectificar, volvieron a piñársela con 'After Earth', Shyamalan mediante. Nada, que no aprenden.
9 'Vanilla Sky': asistencia técnica
La primera película española remakeada por Hollywood tuvo como principal promotor a Tom Cruise, quien no sólo compró los derechos del guion de 'Abre los ojos' (escrito por Alejandro Amenábar y Mateo Gil) sino que produjo al joven director madrileño su tercer largometraje, la internacional 'Los otros'. 'Vanilla Sky' contó con un director de cierto renombre, Cameron Crowe ('Jerry Maguire') y con un competente cast que incluía, además de al propio Cruise, los nombres de Cameron Diaz, Kurt Russell y Penélope Cruz, que repetía el mismo personaje que en el film original; pero el resultado fue una versión completamente artificiosa, plana, perezosa (el rostro deformado del protagonista quedó reducido a una boca un poco torcida, muy lejos de la estremecedora caracterización que llevó Eduardo Noriega), trufada de temas pop que sonaban incesantemente durante todo el metraje (y no, no era un musical) y que calcaba algunos planos y diálogos, palabra por palabra, de la película española. Casi nadie recuerda hoy esta cinta, salvo por el inicio de la relación sentimental entre Tom y Pé que duró tres años.
10 'Quarantine': mientras usted duerme
El segundo caso más representativo de versión americana que perpetra un original español. Jaume Balagueró y Paco Plaza no reinventaron (ni lo pretendieron) el subgénero de zombies con '[REC]', pero su propuesta, además de relativamente barata, resultaba tremendamente fresca y excitante dentro del panorama del cine patrio con su mezcla de casa del terror, apocalipsis de infectados, ambiente claustrofóbico y found-footage. Hollywood no tardó ni un año en estrenar su remake bajo el título de 'Quarantine', que no pasó de ser un Serie B sin apenas pegada bajo la dirección de un realizador emergente, John Erick Dowdle ('The Poughkeepsie Tapes') y con la reportera Jennifer Carpenter ('El exorcismo de Emily Rose') sin el encanto ni la espontaneidad de nuestra Manuela Velasco.
11 'Millennium': Fincher, sin chispa
La tremenda popularidad internacional de las novelas de Stieg Larsson (quien, ya fallecido, nunca pudo saborear las mieles del éxito) así como de la miniserie televisiva y de la trilogía cinematográfica puso de moda el cine escandinavo a finales de la primera década del siglo XXI. Hollywood no podía dejar de aprovechar esa nueva mina, y para sorpresa de propios y extraños fue el reputadísimo David Fincher ('Seven') el que se hacía cargo de la nueva versión de la primera entrega, 'Los hombres que no amaban a las mujeres'. Aunque le reconocemos que Daniel Craig tenía muchísimo más empaque que Michael Nyqvist y que Rooney Mara fue una más que competente Lisbeth Salander (aunque la original, Noomi Rapace, siempre será inolvidable), 'The Girl With The Dragon Tattoo' fue una mera copia del original sueco, y Fincher se limitó a ofrecernos un film tan eficazmente entretenido como inesperadamente insulso. De ahí que, a pesar de los continuos rumores y anuncios extraoficiales, todavía no se hayan puesto manos a la obra con las otras dos entregas.
12 'Invasión': todo un récord
Terminamos con uno de los casos más curiosos de la Meca del Cine: y es que parece que cada generación ha de tener su propia 'Invasión de los ladrones de cuerpos'. La primera versión la dirigió Don Siegel en 1956, y estaba basada en una novela de ciencia-ficción de Jack Finney publicada un año antes. Ambas obras (película y libro) eran en realidad una metáfora sobre el macartismo y el temor al comunismo en plena Guerra Fría. Una versión menos política pero igualmente escalofriante fue la que realizó Philip Kaufman en 1978 bajo el título de 'La invasión de los ultracuerpos'. En 1993 Abel Ferrara dirigió una tercera versión, hoy prácticamente olvidada, titulada 'Body Snatchers'. Pero sin duda la más irrelevante fue 'Invasión', debut hollywoodiense del alemán Oliver Hirschbiegel ('El experimento') con Nicole Kidman y Daniel Craig al frente del reparto; un entretenimiento palomitero de perfil bajo, sin ningún tipo de lectura metafórica, y un descalabro comercial más que evidente (por otro lado, nada inesperado) de 2007, ya que de los 80 millones que costó realizarla no recuperaron ni el treinta por ciento en la taquilla global.