Son innumerables las series que, habitualmente décadas después, se han visto trasladadas al cine. Algunas se han convertido en una variante de serie con diversas secuelas ('Star Trek', 'Misión imposible'). Algunas tienen que ver poco con el original, o realizan cambios sustanciales, a veces de época ('Embrujada'), en otra rasgos de algún personaje ('Wild Wild West'). Otras son como episodios más extensos ('Expediente X'). En algunas destaca, a veces como simple rasgo de diferenciación, en otras como defecto, el lapso de tiempo que separa la producción de la serie con la de las películas, especialmente en el cine de los 90 que tendía todo a hacerlo a lo grande en cuestión de efectos visuales y diseño de producción. Las traslaciones de series de dibujos animados a cine con personas reales suele saldarse en general con el fracaso ('Inspector Gadget', 'Los Picapiedra', 'Mr. Magoo'). El cambio de formato, de cortometraje a largometraje tampoco parece sentar bien, y hasta reblandece la mala uva ('Mr. Bean'). Mención especial merecen las adaptaciones de prestigiosas series británicas de los 80 ('El topo', 'La sombra del poder', 'The Equalizer: El protector', 'Al límite'). Ejemplos de series que han dado el salto a la gran pantalla hay muchos. Aquí tienes una docena de ejemplos. ¿Cuál es tu favorito?
1 'Twin Peaks'
Quedaron muchos aspectos en el tintero tras que 'Twin Peaks' (1990-91), la serie creada por David Lynch y Mark Frost, fuera cancelada al finalizar su segunda temporada. Lo planeado entonces para la siguiente, la inmersión de Cooper en el lado siniestro, parece que centrará la tercera temporada que será emitida en el 2016, cuyos 18 capítulos serán todos dirigidos por el propio Lynch. 'Twin Peaks: Fuego camina conmigo' (1992) pretendía ser el primer eslabón de una serie de películas, pero su fracaso comercial lo impidió. Eso sí, resultó un fascinante cambio de ángulo con respecto a la serie, una desgarrada y turbia inmersión en la perspectiva de Laura Palmer que esclareció la raíz de su herida, la naturaleza del fuego que caminaba con ella, y el por qué de su muerte. La secuencia en el bar nocturno Bang Bang, en la que los diálogos se subtitulan porque la música suena más alta que las voces, es uno de los grandes hitos del cine de la década.
2 'Los vengadores'
La serie británica creada por Sidney Newman, emitida entre 1961 y 1969, destacaba por un exquisito sentido excéntrico que cuestionaba, en ocasiones, la misma noción de realidad. Sus inventivas tramas que entrecruzaban géneros, incluido el fantástico y la ciencia ficción, no encontraron su correspondencia en la insulsa adaptación cinematográfica dirigida en 1998 por Jeremiah S. Chechik. Su excentricidad perdió contexto, valga la paradoja, y se convirtió en un artefacto disparatado sin gracia alguna, pese a contar en su reparto con Ralph Fiennes y Sean Connery.
3 'Wild Wild West'
La traslación cinematográfica de la serie Jim West creada por Michael Garriston y emitida entre 1965 y 1969 padece de elefantiasis. La producción dirigida en 1999 por Barry Sonnenfeld se ve lastrada, en primer lugar, por esa tendencia a amplificar, o inflamar, todo mediante un derroche de producción que convierte a la narración en una sesión de pirotecnia continua, muy característico de las grandes producciones de los 90 que buscaban espectacularizar todo a la vez que desvitalizar cualquier nervio creativo. O sea, mucho ruido y pocas nueces. Y en segundo lugar por supeditarse a la burda chispa cómica de Will Smith, sobre todo cuando explotaba su exitoso pero cargante personaje de El príncipe de Bel Air. Ni la presencia de Kevin Kline logra salvar el desaguisado.
4 'Corrupción en Miami'
La serie creada por Anthony Yerkovich, emitida entre 1984 y 1989, es un producto característico de la década hortera por antonomasía, de la que puede considerarse icono el vestuario de la pareja protagonista, aquellos holgados conjuntos de chaqueta y camiseta en los que parecían caber más de una persona y que a veces parecían capas con exceso de brillo. La producción dirigida por Michael Mann en el 2006 no parece pertenecer una década en concreto, y esa indefinición evidencia su condición de película frustrada, una sucesión de pasarelas secuenciales con personajes de gesto transido que se convierte en uno de los puntos más bajos de la filmografía un excelente cineasta que acababa de realizar su gran obra maestra 'Collateral' (2004).
5 'El llanero solitario'
No fue nada bien recibida 'El llanero solitario' (2013), de Gore Verbinski, la tercera versión cinematográfica de la serie creada por George W. Trendle y Fran Striker, emitida entre 1949 y 1957. De entrada conforma un estimulante dueto con la anterior obra de Verbinski, también western, aunque de animación, 'Rango' (2011). No fue apreciado su mordaz juego con los límites del relato, y su difusa y múltiple relación con la realidad, ya partiendo de un narrador poco fiable, un anciano Tonto, encarnado por Johnny Depp, que actúa en una atracción feria. Al fin y al cabo, ya que la Historia no es sino la sucesión de relatos convenientes urdidos por quienes imponen su poder, es difícil discernir si la realidad no será meramente la atracción de una feria.
6 'Twilight Zone. En los límites de la realidad'
La excelente serie creada por Rod Serling, emitida entre 1959 y 1964, dispuso de una sugerente adaptación cinematográfica en 1983, en forma de películas de episodios, cuatro en concreto, dirigidos por John Landis, Steven Spielberg, Joe Dante y George Miller, Destacaba especialmente el dirigido por el último, el cineasta australiano ahora en pleno éxito con su 'Mad Max: Furia en la carretera' (2015). 'Pesadilla en las alturas' es un tenso relato en el interior de un avión en el que un pasajero, encarnado por John Lithgow, es el único que parece ver una diabólica criatura que tiene la malévola intención de provocar la caída del avión. Del apreciable capítulo de Landis se recuerda, sobre todo, el infausto accidente de helicóptero que provocó la decapitación del actor Vic Morrow y que dos niñas murieran aplastadas.
7 'El fugitivo'
'El fugitivo' (1993), de Andrew Davis, inspirada en la serie creada por Roy Huggins emitida entre 1963 y 1967, fue todo un hito en el cine de acción, que incluso fue reconocido por la propia industria en las nominaciones de los Oscars. Una narración arrolladora como un tren de alta velocidad, acorde con el espectacular descarrilamiento del tren en la secuencia de la fuga del protagonista, un falso culpable injustamente condenado por el asesinato de su esposa, el doctor Kimball. Mientras en la serie le da cuerpo un actor de perpetuo gesto fruncido de preocupación, David Janssen, en la película es interpretado por la encarnación de la integridad, un actor en pleno apogeo entonces, Harrison Ford. Aunque, aparte de su fibroso montaje, el otro gran acierto es la arrolladora máquina humana de su perseguidor, encarnado espléndidamente por Tommy Lee Jones, alguien que no juzga, sólo cumple eficazmente su trabajo como el perfecto esbirro o funcionario.
8 'Star Trek'
'Star Trek: En la oscuridad (2013), de J.J. Abrams es el culmen cualitativo de una franquicia cinematográfica inspirada en la serie creada por Gene Roddendery, emitida entre 1966 y 1969. Hay quienes han convertido en obra de culto 'La ira del Khan' (1982), de Nicholas Meyer, la segunda de doce películas realizadas, con tres tripulaciones distintas, pero Abrams proporcionó una complejidad alegórica (de mordaz vertiente política), bien apoyada en la imponente presencia del doble siniestro del capitán Kirk, el Khan que encarna Benedict Cumberbatch, aspecto que dota el trayecto dramático de una singular densidad que se conjuga armoniosamente con una vibrante espectacularidad que tampoco era el punto fuerte de las desvaídas, o como mucho aplicadas, anteriores obras. Su momento álgido: el lanzamiento en caída libre de Kirk y Khan, entre chatarra espacial, de una nave a otra.
9 'Al límite'
Martin Campbell dirigió en 1985 los cinco capítulos de la miniserie británica Edge of darkness, y realizaría la versión cinematográfica del 2006 protagonizada por Mel Gibson. Aunque producción estadounidense, y trasladada la acción a Boston, la realización posee las cualidades de las mejores producciones televisivas británicas, una lacónica atmósfera, de turbiedad retenida, que desarrolla en menos metraje otra impecable radiografía de los abusos del poder característica de las producciones catódicas británicas. Destaca el gran Ray Winstone como personaje en las sombras, figura intermedia entre los poderes que se encarga de limpiar la suciedad bajo las alfombras, o sea eliminar lo inconveniente, y que padece una enfermedad terminal. Su secuencia final es portentosa.
10 'Misión imposible'
Este verano se estrena la quinta entrega de 'Misión imposible', inspirada en la serie creada por Bruce Geller emitida durante siete temporadas entre 1966 y 1973. La calidad de las películas ha ido en progresión. Las dos primeras, dirigidas por Brian De Palma y John Woo en 1996 y 2000, son pura pirotecnia que puede satisfacer a quien guste de los caprichosos trucajes narrativos del primero y las ensimismadas coreografías de montaje del segundo. Influenciado por el radical replanteamiento de la franquicia de James Bond, con la incorporación de Daniel Craig como protagonista, se dotó de más complejidad y sustancia a los conflictos dramáticos, sobre todo en la excelente 'Misión Imposible: Protocolo Fantasma' (2011), de Brad Bird. Que el director de la quinta entrega sea el que dirigió a Tom Cruise en la notable 'Jack Reacher' (2011) hace confiar en que se mantenga el listón en alto.
11 'Los intocables'
La estupenda serie emitida entre 1969 y 1963 sufrió una nefasta adaptación al cine en 1987 dirigida por Brian de Palma. La sonrojante secuencia del climax, el homenaje, que resulta parodia, de la secuencia de las escaleras de 'El acorazado Potemkin' (1925), de Sergei M. Einsestein, es un ejemplo de la superficial posmodernidad de moda entonces, películas cargadas de citas y referencias a películas anteriores. Más bien parecían películas hechas con retazos como la criatura de Frankenstein. Robert De Niro entrega una desaforada interpretación, con permanente pecho pavo, de Al Capone, acorde al inconsistente y ampuloso artificio de la película.
12 'El topo'
En buena medida, 'El topo' (2011), es una película extraterrestre, casi una criatura anómala en el cine de hoy. Y no porque remita a una forma de hacer cine de otros tiempos, el de otras espléndidas adaptaciones de obras de John Le Carre realizadas en los sesenta, 'El espía que surgió del frío' (1965), de Martin Ritt y 'Llamada para el muerto' (1966), de Sidney Lumet, o en la década posterior la formidable serie dirigida por John Irvin que adaptó la misma obra que 'El topo', 'Calderero, sastre, soldado, espía' (1979), sino, sobre todo, por su refinado y elaborado sentido de la puesta en escena 'lógica', como ya demostró en 'Déjame entrar' (2008). Obra sobre la mirada, sobre la capacidad de discernimiento y las marañas de la manipulación, resulta un desafío para el espectador captar la significación de los recursos de puesta en escena. Por no hablar de su medida estructura heterodoxa ( saltos en el tiempo o de perspectivas; o cómo el protagonista, Smiley, encarnado por un gran Gary Oldman, observador atento en la primera mitad, cobra más relevancia escénica en la segunda).