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CRITICA

'Lincoln': lecciones de Historia americana

Un Spielberg didáctico, tan convencional como efectivo, que pone en bandeja de plata un tercer oscar para el excelente Daniel Day Lewis.

Por Jorge R. Tadeo 24 de Enero 2013 | 07:30

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Muchos años llevaba Steven Spielberg trabajando para sacar adelante un proyecto sobre el presidente número 16 de los Estados Unidos. El biopic sobre Abraham Lincoln era un proyecto inicialmente pensado para Liam Neeson, que sin embargo ha acabado en manos de un Daniel Day-Lewis pletórico, que tiene al alcance de su mano convertirse en el primer intérprete ganador de un tercer oscar al mejor protagonista. Y además, el proyecto finalmente se ha centrado tan solo en los últimos y cruciales meses de vida del presidente.

'Lincoln', comienza con una magnífica escena en la que el político dialoga en el frente con varios soldados unionistas que participan en la Guerra Civil Norteamericana con la que tuvo que lidiar durante su mandato. Esta escena en la que Daniel Day Lewis reposa en una postura que recuerda a la estatua del presidente en el Memorial Lincoln de Washington, no será el único momento en el que el simbolismo asoma dentro de un notable guion del aclamado dramaturgo Tony Kushner, dirigido con suma corrección (aunque no demasiado riesgo) por Steven Spielberg.

'Lincoln': lecciones de Historia americana

Gobernar un país es como manejar un barco, es una idea en la que se insiste a lo largo del film. Y así la película nos descubre de manera más didáctica que compleja, cómo Lincoln manejó las estructuras de poder, para sacar adelante un proyecto de ley para abolir el esclavismo en su país, aún teniendo que enfrentarse a buena parte de sus compañeros de partido y sin dudar a recurrir a métodos no del todo democráticos...

La película funciona muy bien a la hora de retratar el carisma y el extraordinario poder de oratoria del primer líder del partido republicano que logró ganar una elección presidencial y nos muestra de manera efectiva el curioso posicionamiento de los partidos norteamericanos en la época con respecto a la cuestión esclavista (el ahora progresista Partido Demócrata de Barack Obama, curiosamente se oponía radicalmente a la abolición de la existencia de esclavos en su país).

Fuerza visual e interpretativa

No acierta tanto el film en el retrato íntimo de Abraham Lincoln. Las escenas familiares que recrean la vida en familia de Lincoln junto a sus hijos, o a su inestable esposa Mary Todd (una correcta Sally Field) no aportan demasiado y se queda en lo obvio, sin extraer ninguna miga psicológica del Lincoln más "humano", sin olvidarnos del detalle de que la película evita entrar en el tema de la más que rumoreada homosexualidad del Presidente y sus relaciones extra-matrimoniales con varios hombres.

'Lincoln': lecciones de Historia americana

Pese a todo esto, y a un ritmo que a veces se tambalea entre los largos parlamentos pronunciados por su protagonista y la eventual teatralidad del conjunto, la película se disfruta casi siempre si uno está interesado en la Historia y en el personaje que que nos atañe. Está llena de momentos de gran fuerza, rodada con un poderío visual que se le presupone a un gran director (aunque el proyecto diste del riesgo y la singularidad de sus mejores trabajos) e interpretada con brillantez, no solo por Daniel Day Lewis, sino por un inmenso Tommy Lee Jones en el jugoso papel de Thaddeus Stevens, un entusiasta antiesclavista que protagoniza varios de los mejores instantes del film.

A pesar por tanto, de caer por momentos en convencionalismos propios del biopic elegíaco y la crónica política "de época", es 'Lincoln' un trabajo notable, visualmente imponente (la fotografía de Janusz Kaminski vuelve a destacar aquí), con un guion lo suficientemente sólido como para atraer la atención del espectador interesado en su premisa a lo largo de casi tres horas. Quizá la etiqueta de favorita en los Oscar le queda grande, pero sin duda este trabajo de Spielberg pasará a los anales por sus interpretes protagonistas. Y ahí es donde el film realmente brilla.