Las 15 mejores películas de animación disponibles en Netflix

La temprana muerte de Satoshi Kon nos dejó el corazón en un puño y la escapada furtiva de unas lágrimas justificadas a base de grandes, inmensas películas que quedan, y no es poco, como uno de los legados cinematográficos más interesantes y deslumbrantes de la historia del cine de animación. Una carrera breve pero intensa en la que encontramos obras maestras del tamaño de 'Perfect Blue', un thriller oscuro y perturbador, complejo y asfixiante, una maravilla para los ojos acompañado de un inevitable nudo en la boca del estómago. Una obra maestra en toda regla.

Aquí hay terror. Terror de verdad. 'Monster House' es una de esas propuestas animadas alejadas del sobresaliente que, sin embargo, contienen en su interior el suficiente número de placeres y recompensas como para regresar a ella. En lo visual, el tiempo no ha sido especialmente benevolente con ella pero, vista ahora, sorprende la intensidad con la que sus debutantes responsables apostaron por el miedo de verdad. No se trata solamente de rendir homenaje al género de casas encantadas, sino de adornarla con una historia cuya resolución ejemplifica a la perfección el componente adulto que se le quiere dar. Todo ello, claro, sin olvidar un sentido del humor tremendamente efectivo. Estupenda del primer al último plano.

Escrita y dirigida por un Hayao Miyazaki que confirmaba aquí su estatus de genio, 'El castillo en el cielo' pasa por ser una de las películas más hermosas, en fondo y forma, de la historia de Ghibli. Aventura de ritmo equilibrado y acabado visual fascinante, esta historia fantástica capaz de saltar del melodrama a la acción desenfrenada y de la hipnosis al delirio en cuestión de segundos sigue brillando con una luz especial. Y es que después de 'El castillo del cielo' llegaron películas mejores, sí, pero pocas supieron transmitir un encanto y hechizo similar. Inolvidable.

Aclamada por crítica y público, 'Los Mitchell contra las máquinas' se ha convertido con justicia en una de las cintas más celebradas del catálogo Netflix en los últimos años. Y es que, de inicio a fin, la obra maestra, de eso estamos hablando, firmada por Michael Rianda y Jeff Rowe es un auténtico prodigio de carcajadas, inteligencia, creatividad, emoción, ternura y personajes inolvidables. Un clásico instantáneo y la primera gran candidata a mejor película del año.

Aventura en estado puro. Un conjunto de personajes inolvidables. El romanticismo y la tradición que marca toda propuesta firmada por Laika, uno de los estudios de animación esenciales de los últimos años. Ternura, risas, acción, espectacularidad y emoción. La respuesta crítica fue positiva, pero el público, por desgracia, dio la espalda a 'Mr. Link: El origen perdido', una película muy cercana a la obra de arte. Recuperarla y reivindicarla con el mismo ímpetu es casi un deber. Está en nuestras manos. Y en el mando a distancia.

En esta aventura de barcos piratas, tesoros escondidos y torpes carteristas, podemos encontrar algunas de las escenas más deslumbrantes de toda la carrera de Steven Spielberg, alcanzando su cima ese plano secuencia por las calles de Baggar que merece todos los aplausos y justifica, de largo, su visionado. El director, pese a no conseguir una respuesta de la taquilla tan entusiasta como se merecía, facturó un trabajo cuyo acabado visual alcanza sin problema alguno la excelencia.

Pero, más allá de sus impecables aspectos técnicos, lo mejor de este Tintín cinematográfico es su sentido de la aventura, la búsqueda del entretenimiento masivo, del disfrute general, de contar una historia sin permitir un segundo de descanso a los espectadores, pequeños y mayores, que no podemos hacer nada más que dejarnos llevar por una película repleta de gloriosos momentos y que supone, además, la comunión definitiva entre el lado más clásico del género y la tecnología más actual. No importa la edad. En 'Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' hay disfrute para todos.

Después del espectacular éxito de 'Gru, mi villano favorito', Illumination Enterteinment sufrió su primer batacazo crítico y comercial con la (muy) fallida 'Hop', así que su tercer trabajo tenía la peligrosa misión de desnivelar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Lástima que el recuerdo de 'Lorax: En busca de la trúfula perdida' esté más relacionada con lo negativo, principalmente porque no lo merece. Y aquí comienzan las reivindicaciones. Pocas películas han conseguido capturar tan bien el espíritu y la esencia de la obra literaria del Dr. Seuss, tan extraña, genuina y única.

Si bien es cierto que los números musicales que acompañan el relato no terminan de encajar del todo, aunque se trate de melodías estupendas, estamos ante una propuesta atípica dentro del género, alejada de convencionalismos y lugares comunes, fiel y respetuosa con sus orígenes literarios pero, al mismo tiempo, ambiciosa en términos puramente cinematográficos. Una película infravalorada en el momento de su estreno que obligó al estudio a volver al universo Gru. Apuesta segura, sí, pero en contra del riesgo creativo más envidiable.

Ocurre una cosa curiosa con 'Bob Esponja: Un héroe fuera del agua', y es que, incluso aquellos que nunca habíamos mostrado interés alguno en el personaje estrella de Nickelodeon, nos encontramos empujados al cine tras observar atónitos la estupenda reacción de la crítica tras su estreno. ¿De verdad estábamos ante un ejercicio de cine tan libre y arrollador? Sí rotundo.

Paul Tibbitt, uno de los directores estrellas de la serie televisiva, tomaba las riendas del segundo salto a la gran pantalla de Bob, Patricio y compañía y servía una receta infalible para que, tanto los fanáticos del personaje como los recién llegados, no pudieran dejar de reír durante 93 minutos que no ofrecen descanso alguno. Una absoluta locura que se siente capaz de todo y que regala alguna de las escenas cómicas más delirantes de los últimos años dentro del género. Cuando los personajes animados salen del agua y se combinan con actores de carne y hueso, todo termina de explotar y, lástima, lo trepidante se confunde con lo caótico. Un mal menor para una de las sorpresas cinematográficas más evidentes de los últimos años.

Tres años después de dirigir su primera gran obra maestra, 'La tumba de las luciérnagas', Isao Takahata repetía hazaña con 'Recuerdos del ayer', una de las grandes olvidadas a la hora de repasar las cimas más incontestables del estudio. Y se trata de una pequeña gran injusticia ya que estamos ante una preciosa historia narrada con una delicadeza, un tacto y un pulso realmente maestro.

'Recuerdos del ayer', que es, además, una de las propuestas más adultas, profundas y complejas de la historia de Ghibli, se mueve a través de una animación fabulosa, hipnótica en su implacable sencillez, para contar un conjunto de pedazos de vida que conmueven profundamente, logrando un equilibrio ejemplar entre fondo y forma, ambos elementos de un nivel estratosférico. Un pequeño gran clásico.

'Capitán Calzoncillos: su primer peliculón', adaptación de la serie de libros infantiles escritos por Dav Pilkey desde el año 1997, es una de las cartas de amor a la creatividad, la amistad y el sentido del humor más brillantes e imaginativas que podemos encontrar en la última década del cine de animación. Un incombustible tren de ideas geniales que suponen un auténtico festín para los amantes del género, divirtiendo sin descanso y arrancando alguna que otra lágrima de pura ternura. Una propuesta por encima del notable que descubre un nuevo destello de talento en cada visionado.

Muchas veces, demasiadas, se nos olvida que el cine tiene una parte de juego imprescindible para entender su capacidad de mantenerse presente de una manera tan especial en nuestras vidas. Nos sirve una historia como un inmenso tablero en el que podemos imaginar, construir y elaborar nuestra propia película paralela, una evasión total. Y la película que mejor ha entendido esta teoría y que mejor la ha elaborado en los últimos años ha sido 'La LEGO Película'.

Una constante barra libre de cameos, gags y set pieces de acción desenfrenada amparada bajo un himno, 'Todo es fabuloso', que resume a la perfección la esencia de esta auténtica joya. Un parque de atracciones para toda la familia en el que el ritmo nunca para, que siempre tiene preparada un guiño cultural, un mensaje subliminal, un chiste apropiado, un golpe a tiempo. No falla, no se lo permite. Una película que, bajo su apabullante factura técnica, esconde un homenaje a todos aquellos que no se cansan de jugar. Y menos con el cine.

'Los hermanos Willoughby' es una película de animación extraña, diferente y de imaginación desbordante. Casi nada en ella es común, los giros de su historia no caen prácticamente nunca en lo previsible, su sentido del humor tiene una dosis considerable de mala leche y, lo mejor de todo, sus personajes, todos y cada uno de ellos, parecen vivir en un mundo ajeno al que pocas veces hemos tenido la oportunidad de visitar. Con un acabado visual en el que se puede detectar la huella del mejor Tim Burton y un guion repleto de esa ironía tan característica del Roal Dahl más celebrado, 'Los hermanos Willoughby' se eleva por encima de la media a base de carisma, valentía y férrea personalidad.

Qué cosas tienen las películas generacionales. Menuda capacidad para convertir los errores en virtudes a través del cariño con el que las miramos. 'En busca del valle encantado', primera entrega de una franquicia que en la actualidad parece más una serie de fascículos que un conjunto coherente de películas, es un ejemplo claro. Producida por George Lucas y Steven Spielberg, nos encontramos ante un trabajo que consigue lo imposible, transmitir dosis industriales de ternura a través de distintas crías de dinosaurio, protagonistas de una épica cinta repleta de humor, aventura y mucha, mucha emoción.

No es complicado emocionarse con una historia para todos los públicos con un maravilloso diseño de personajes y un extraordinario acabado visual basado en una animación ejemplar. El éxito de crítica y público fue masivo y se puede considerar, realmente, el inicio de esa relación de amor entre el espectador y unos seres que consiguieron sacarnos sonrisas y más de una lágrima con una de las mejores películas de animación de las últimas décadas.

La propuesta de corte más comercial de Aardman, algo evidente desde el primer momento, supone, además, uno de los triunfos más incontestables del estudio hasta la fecha. Y es que, esta aventura protagonizada por el hijo torpe de Santa Claus supone un entretenimiento indiscutible que se abraza con fuerza a la emotividad más contagiosa, sin caer jamás en la lágrima fácil, llevando al espectador hasta el nudo en la garganta de la manera más honesta y natural posible.

Con 'Arthur Christmas: Operación regalo', el público infantil disfruta de una propuesta trepidante mientras que el sector adulto difícilmente podrá dejar de sentir ese cosquilleo en el estómago que consiguen crear las películas que te introducirte en un mundo original, distinto, único. Desde su espectacular comienzo hasta su maravilloso final, Aardman vuelve a demostrar lo que, en el fondo, no deja de ser algo obvio, que un extraordinario guión no necesita mucho más apoyo que el cariño con el que sea tratado. Por desgracia, el público no se terminó de volcar con 'Arthur Christmas: Operación regalo', convirtiéndola en (otra) maravilla a reivindicar dentro del género.