Las 15 mejores películas de la década 2010-2019

Toda generación necesita su película "coming of age". Stephen Chbosky se estrenaba como director adaptando su propia novela, 'Las ventajas de ser un marginado'. La típica historia del chaval introvertido que intenta poco a poco hacerse un lugar en su instituto, gracias a unos nuevos amigos de lo más peculiares, pero que tiene una gran capacidad para dejarnos marcados. Con personajes como el de Ezra Miller. Con la selección de canciones. Con imágenes como el paseo en coche por el túnel. La historia de Charlie es tierna, es emotiva, es profunda y es todo lo que debe ser una película de instituto para que sea capaz de mantenerse en el corazón del espectador con el paso de los años. Si nos pilla unos pocos años antes, frases como "Aceptamos el amor que creemos merecer" o "Somos infinitos" habrían aparecido en todos los estados de Tuenti.

Escrito por Jesús Agudo.

Para hacer justicia, en este puesto tendrían que incluirse tanto 'Vengadores: Endgame' como 'Vengadores: Infinity War'. Ambas juntas conforman un evento cinematográfico sin precedente que ha necesitado toda una década de películas de superhéroes (individuales y grupales) para poder contarse. Y por ello esta es una de las mejores películas de los últimos diez años (y la más taquillera de la historia, por cierto). Estas dos películas justifican la estructura de fases del Universo Cinematográfico Marvel al consumar la Saga del Infinito, estar a la altura del villano anunciado desde la primera fase y mantener la personalidad de cada uno de sus héroes en una maquinaria narrativa que funciona como un reloj suizo.

Precisamente, el guion ha sido uno de los apartados más criticados a todas las entregas del UCM, pero en esta ocasión los hermanos Russo con la ayuda de Kevin Feige se atrevieron no solo a ofrecer uno de los mayores cliffhanger recientes, sino a resolverlo con dosis altísimas de heroísmo, sacrificio y consecuencias futuras (como estamos viendo ya en las películas y series de Marvel). Todas estas repercusiones han sido provocadas por un villano como Thanos con tanta profundidad como para ser el mismo protagonista.

Por supuesto, el nivel visual de 'Endgame' se corona como lo más épico de todo el universo (ya hay planos eternos), a pesar de que en sus tres horas de duración solamente haya una de acción como tal. Pero no pasa nada, porque todo lo anterior es un festín de nostalgia, reconocimiento y consumación de un plan ambicioso de diez años de películas para poder realizar esta en concreto. Y por eso es una de las mejores de la década: porque la ha necesitado entera para poder existir.

Escrito por Rafael Jiménez.

Muchos párrafos se han escrito sobre 'Dolor y gloria' como desahogo personal de Almodóvar a través del rostro y los gestos de Antonio Banderas. Sobre la disección que realiza de sus sufrimientos crónicos y recientes, mostrados en una imaginativa secuencia animada. Con sus relaciones pasadas aún presentes a través del personaje de Leonardo Sbaraglia. Con el cine en general (vertebral en su vida y en su forma de ver el mundo, como se desprende del desbordante monólogo de Asier Etxeandia) y con su propia filmografía en particular.

Pero algo más de pudor sigue sintiendo el cineasta manchego respecto a su infancia y su familia, que quedan representadas en unos "flashbacks". En ellos, el pequeño Asier Flores da vida al protagonista en su niñez, César Vicente representa "el primer deseo" y los padres de Salvador son interpretados por Raúl Arévalo y Penélope Cruz. Posteriormente, una tan entrañable como implacable Julieta Serrano coge el testigo del personaje de la madre en su vejez.

Pero esta mirada al pasado es distinta. Porque Almodóvar, el incontrolable, el excesivo, el salvaje, el mal hijo, se revela finalmente como un hombre incapaz de traicionar lo que su madre le pidió: que no mostrase su familia y su pueblo en una película tal como eran. Así que decide filmar no su infancia, sino la reconstrucción ficcionada de ella. Un postulado hijo de su tiempo, de una segunda década del siglo XXI en la que la ficción ya es tan parte de nuestra vida como cualquier objeto tangible.

Escrito por Guillermo Hormigo.

Entre las joyas cinematográficas estrenadas en esta década, 'Parásitos' es una de las más atrevidas y arriesgadas. Ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes, no solo es la consagración como cineasta de Bong Joon-ho, sino el reconocimiento internacional del cine de Corea del Sur, uno de los más valorados dentro de la crítica que, inexplicablemente, no ha tenido el aprecio suficiente por parte de ciertas instituciones.

Más allá de catalogar al filme de Bong con 'inclasificable', 'Parásitos' es una ácida e irónica mirada hacia la sociedad actual, con la que el director se despoja de su habitual mirada sobrenatural, que pudo verse en las aplaudidas 'The Host' (2006) u 'Okja' (2017), para traer el espíritu satírico de Marco Ferrari o Pier Paolo Pasilini, pues el afilado retrato de la clase alta y de las ansias de escalar socialmente de las clases bajas es digna de alinearse con la brutal 'La gran comilona' (1973) o la perversa 'Teorema' (1968).

Lo que parece inicialmente un drama social, se torna en thriller al descubrirse las aristas que existen detrás de esa casa de lujo que ansía tener la familia protagonista, que podría estar sacada de los vagabundos de 'Viridiana' (1961) de Buñuel, con una forma de vida parasitaria, nunca mejor dicho. Finalmente acaba siendo una comedia negra que arroja su lado más terrorífico y horripilante con un final visceral que acaba siendo una explosión de sensaciones que han estado aguardando su momento final de lucimiento.

Finalmente, los Kim son una representación lo suficientemente incómoda como para ser catalogados desde una perspectiva ideológica concreta, siendo una mordaz crítica de la mirada paternalista hacia el desamparado, como también un retorcido y certero retrato de la desfachatez de las familias de clase alta, capaces de crearse una burbuja para no ser conscientes de una realidad inhóspita. 'Parásitos' es una obra maestra, de aquellas que cada vez se ven menos y que sitúa a Bong en un lugar muy cercano al de otro maestro compatriota suyo, Park Chan-wook.

Escrito por Miguel Ángel Pizarro.

Tan solo el teaser de 'Gravity' es de más calidad e impacta más que muchas de las películas que habrás visto últimamente. Absolutamente cada apartado técnico y humano se explota al límite (literal y metafóricamente) para crear esta odisea espacial hecha para vivirse en el interior de una sala de cine, con esos bajos retumbando el suelo desde que aparece el título y la mezcla de sonido tan detallista para meternos de lleno en el ambiente (intenta ver el tráiler o la película con cascos sin sorprenderte ni un ápice). Si a eso le sumamos el impresionante 3D, esto es lo más cercano que cualquier persona (no astronauta) puede estar de vivir en el espacio exterior.

Alfonso Cuarón acabó exhausto tras casi 5 años de trabajo en este film, hasta el punto de no querer volver a hacer (de momento) otro proyecto de esta envergadura: tormentas de objetos, explosiones interiores, rescates humanos... Toda una aventura visual convertida en uno de los mayores retos técnicos de la década, contado encima con majestuosos planos secuencia donde se cuida cada encuadre y cada acción de primer o segundo plano. Aunque los Oscars solo la premiaron por esta hazaña técnica, todo ello estaba al servicio de un conflicto humano tan tierno como desgarrados que Sandra Bullock y George Clooney plasmaron a la perfección con tan solo su voz y su rostro. No hace falta que lo repitas, Cuarón. Con una vez, ya has pasado a la historia.

Escrito por Rafa Jiménez.

No se trata solo de una demostración de sabiduría cinematográfica por parte de un genio como David Fincher con unos actores que alcanzan la perfección. 'La red social' es una película necesaria. Es un clásico que servirá para entender de que se trata todo esto en lo que andamos todos metidos. Ni siquiera es solamente un excelso monumento cinematográfico de nuestro tiempo. ¿Una película sobre el creador de Facebook? Eso es quedarse en la superficie más evidente. Es una historia sobre nuestras miserias, necesidades, complejidades. Se trata de algo que habla de nosotros. Nadie se había atrevido a recordarnos de tal manera lo necesario que es volver a escuchar una voz o volver a mirar a los ojos de alguien.

Es tan grande que da miedo, tan necesaria que asusta. Pero no hablamos de Facebook, no, Fincher se refiere al ser humano. Ya era hora de dejar de hablar de lo que éramos o de lo que podemos llegar a ser. Tocaba hablar de lo que somos. Y por eso hay que ver 'La red social' en su condición indiscutible de obra maestra.

Escrito por Alberto Frutos.

Jia Zhang Ke es probablemente el cineasta más importante de la década, del siglo XXI incluso. Lo es no solo por los méritos de sus películas, sino porque a través de ellas pueden estudiarse la mayoría de problemáticas que definen la sociedad global contemporánea. De su cine suele apuntarse que sintetiza a la perfección el sistema chino, en el que el control del estado sobre la mayoría de asuntos del país se da la mano con una economía liberalizada. Pero lo cierto es que el tratamiento de estos asuntos es tan humano y certero que es perfectamente extensible a todo el planeta (y por otro lado, China no es el único país con un sistema profundamente contradictorio).

Cualquiera de los largometrajes que Jia Zhang ke ha realizado en este decenio merecería aparecer en esta lista. Pero 'Más allá de las montañas' contiene una sensibilidad especial que la convierte en la película que más ha conectado con el gran público. Pasado, presente y futuro se dan la mano en el recorrido por la vida de Tao, una joven cuyo futuro se verá marcado al decidir con cual de sus dos amigos desea casarse. 1995, 2014 y 2025 son las paradas en el viaje de Tao y su hijo, mientras asistimos a las transformaciones sociales, económicas o tecnológicas que experimenta y experimentará el mundo. A través de la escena final más devastadora de los últimos años, el peso de la década, del siglo, se ve en el envejecido rostro de la actriz Zhao Tao y se escucha en el 'Go West' de los Pet Shop Boys.

Escrito por Guillermo Hormigo.

Visual y narrativamente inolvidable, esta propuesta escrita y dirigida por Christopher Nolan combina la ciencia ficción con una novedosa e imposible mezcla entre cine y arquitectura; y lo hace a un ritmo vertiginoso que parece retar al espectador en el mejor de los sentidos. Su historia, como los sueños en los que se mueven los protagonistas de la película, juega con las capas y la profundidad a la par que se explica sin hacer de la paranoia un engrudo. El mérito es tremendo si contamos con que no solo la idea es potente, sino que viene cargada de recovecos y ha de asentarse mientras el espectador está más que estimulado. Y es que esos edificios que se doblan sobre sí mismos y esas escaleras interminables, se incluyen sin duda entre las imágenes más potentes de la década y han resultado fuente de inspiración para numerosas cintas estrenadas posteriormente (la más destacada de ellas 'Doctor Strange').

Además Nolan cuenta en esta ocasión con Leonardo DiCaprio, Ellen Page, Joseph Gordon-Levitt, Tom Hardy, Ken Watanabe... en definitiva, un buen puñado de intérpretes cuya aportación es perfecta para conducir esta original ida de olla sin que la cosa tropiece. Mención aparte merece ese final que ha generado tantísimo debate como el de la trágica tabla de Jack y Rose en 'Titanic', y claro, como ocurriese con lo traumático de su desenlace para aquella mítica historia, para 'Origen' ese cierre abierto tan potente fue la guinda a un pastel del que, encima, siempre apetece repetir.

Escrito por Berta F. Del Castillo

"El tiempo pasará, lo nuestro no morirá / Lo vas a ver, es mejor saber, que hay un amigo en mí". Así nos lo advirtió Randy Newman en 1995 y así se ha cumplido. El estreno de 'Toy Story' cambió para siempre el cine de animación y también nuestras vidas, al introducir en ellas a Woody, Buzz y el resto de juguetes de Andy (ahora de Bonnie).

Aunque este año ha supuesto nuestro reencuentro con ellos en 'Toy Story 4', hubo un tiempo en el que creímos haberles dicho adiós para siempre. Fue en 2010 con 'Toy Story 3', magistral secuela que fusionaba acción, comedia y emoción, y servía para cerrar (supuestamente) la historia dibujando un círculo perfecto. Con ese don para dirigirse tanto al público infantil como al adulto, Pixar nos hablaba del paso del tiempo, la amistad y la importancia de dejar algunas cosas (y algunas personas) en el pasado para seguir adelante, en un desenlace sorprendentemente profundo y trascendental que sabía tocar todas nuestras teclas y pasaba a la historia del cine con escenas tan inolvidables como el devastador clímax en el incinerador de basura o la sobrecogedora despedida de Andy y Woody.

Aunque la saga ha continuado, nada superará el efecto transformador que causó ese catártico final en el público, que en aquellos últimos minutos de metraje se vio empujado a madurar y desprenderse de una parte de su infancia. Así es como 'Toy Story 3' sellaba el legado de la saga y celebraba una íntima relación con el espectador que nunca morirá.

Escrito por Pedro J. García

Puestos a elegir, aunque cualquier camino que tome una crítica es aceptable en este caso, digamos que 'Her' triunfa en todas y cada una de sus vertientes, alcanzando su punto más alto en la descripción de los distintos estados emocionales, las distintas etapas psicológicas y sensitivas, de una historia de amor. La ilusión, el sexo, la decepción, la ternura, las dudas, todo, absolutamente todo, está contado con suma delicadeza, con genio constante, en un guion firmado y dirigido por el mejor Spike Jonze.

Es a lo largo de la relación entre sus dos protagonistas, Theodore (humano) y Samantha (inteligencia artificial) donde la película descansa todo su imponente registro de mensajes transparentes para concluir su reflexión total sobre el papel del individuo en el futuro que está detrás de esa puerta que todos tenemos delante y a la que nos dirigimos sin descanso, pero también del papel del amor. Ayer, aquí, ahora y mañana. La necesidad de encontrar un lugar al que agarrarnos, un nuevo descubrimiento cuando todo se está resquebrajando. La importancia de escuchar una voz. La voz. Obra maestra. Una de las películas esenciales del siglo XXI.

Escrito por Alberto Frutos.

La cuestión con 'Mad Max: Furia en la carretera' es que podrían haber salido mal muchas cosas. Era el regreso de George Miller a su universo post-apocalíptico creado en los 80, después de una década en la que solo había dirigido dos películas de 'Happy Feet'. Le habían dado 150 millones de dólares y libertad creativa, así que grabó 470 horas de metraje, que le costaron meses de visionado a la editora Margaret Sixel. Sixel, además, era la esposa de Miller y esta sería su primera película de acción. Además, por lo visto su protagonista Tom Hardy se llevó fatal con el director y su compañera Charlize Theron.

Teniendo en cuenta todo ello, el resultado es milagroso. 'Furia en la carretera' no solo es uno de los mayores espectáculos cinematográficos de esta década, toda una hazaña de ritmo y una maravilla visual que te obligaba a verla en una pantalla cuanto más grande mejor. Además es el alegato feminista definitivo del cine comercial de Hollywood; donde muchas otras lo han intentado antes y después que ella, esta película ha triunfado mostrando a esa Resistencia formada por mujeres liberadas, rotas, supervivientes (modelos convertidas en bestias, claro). El patriarcado, viejo, cruel e injusto, está muerto y ni siquiera se ha enterado. Y todo ello contado a base de una delirante y explosiva carrera. Cómo se la metió George Miller a los machirulos, y no se dieron ni cuenta.

Escrito por Javier P. Martín.

Muy pocas películas en los últimos diez años han tenido la unanimidad de crítica y público, pero 'La ciudad de las estrellas: La La Land' es una de ellas. La historia de amor entre Mia y Sebastian parecía sacada de uno de los muchos musicales clásicos a los que Damien Chazelle homenajeaba, y sin embargo logró conquistar tanto a la gente que creció con esas películas como a los más jóvenes. Porque da igual en qué época se ambienta, su historia de amor es inmanente al tiempo.

Jamás se sabrá cómo hubiese sido la película con Miles Teller y Emma Watson, pero no se puede pensar en 'La ciudad de las estrellas: La La Land' sin pensar en Ryan Gosling y Emma Stone, quien gracias a su actuación obtuvo su único Oscar hasta la fecha. Hablando de premios, la película también será recordada por algunos por el 'Oscargate' que terminó con 'Moonlight' como gran ganadora. Pero para muchos otros, para aquellos ilusos que sueñan, 'La ciudad de las estrellas: La La Land' ganó un premio mucho más importante aquel año; un hueco en la memoria y el corazón de millones de cinéfilos.

Escrito por David Pardillos.

En eCartelera nos encanta el cine LGTB (por lo que sea), pero esto nos hace especial ilusión: una de las mejores películas de esta década cuenta la historia de un amor homosexual. De lo mejor del cine reciente, y no del cine LGTB, del cine a secas.

El talento de Luca Guadagnino para filmar lo físico (ese calor sudoroso, el deseo latente, las miradas, los roces, los masajes, los besos soñados) es una de las razones para que 'Call Me By Your Name' se quede para siempre en la memoria. Basada en la desgarradora obra universal de André Aciman sobre el primer amor, y adaptada de forma espléndida por James Ivory (quién si no), esta película, absolutamente perfecta, reivindicó a un actor, Armie Hammer, que no terminaba de encontrar su sitio en la industria, y nos presentó a uno que probablemente marque la década de cine en la que entramos, Timothée Chalamet.

Y todo con una historia de amor entre dos hombres que emocionó a todo tipo de público y rompió las barreras que suelen rodear al cine LGTB. Con su retrato de un adolescente que vive el primer amor y empieza a vislumbrar cuál es su identidad, 'Call Me By Your Name' es una película universal, luminosa e inolvidable.

Escrito por Javier P. Martín.

El enésimo Oscar que le roban a Amy Adams. Pero esta escuece mucho más, porque ella lo da absolutamente todo en una de las mejores películas de ciencia ficción que hemos visto en años. Una película sobre el lenguaje y la comunicación, aderezada por una invasión alienígena. Desde 'Incendies' y 'Prisioneros' supimos que teníamos que seguir la pista muy de cerca a Denis Villeneuve. Con 'La llegada' nos confirmó que no hay reto que se le resista. Ni hacer secuelas aparentemente imposibles de realizar ('Blade Runner 2049'), ni conseguir que llegue alto y claro el mensaje usando solamente círculos de tinta. Pocas películas han resultado más estimulantes esta década que esta. Ojalá el cine de los próximos diez años nos dé al menos una joya como 'La llegada'.

Escrito por Jesús Agudo.