El escándalo que ha salpicado la reputación de Woody Allen recientemente no es ni mucho menos nuevo, pero tampoco había sido afrontado de una forma tan clara y directa. Dylan Farrow, hija adoptiva del director y de Mia Farrow, ha publicado una carta en el New York Times en la que relata con bastante detalle cómo, supuestamente, fue agredida sexualmente por Allen cuando ella contaba con siete años: "Cuando tenía siete años, Woody Allen me cogió de la mano y me llevó a una especie de ático oscuro y cerrado de la segunda planta de nuestra casa. Me dijo que me tumbara sobre mi barriga y jugara con el tren eléctrico de mi hermano. Entonces me agredió sexualmente. Él me hablaba mientras lo hacía, susurrando que era una buena niña, que era nuestro secreto, prometiéndome que iríamos a París y que sería la estrella de sus películas. Recuerdo mirar a ese tren, centrándome en él mientras daba vueltas alrededor del ático. Hoy por hoy, me resulta difícil mirar trenes de juguete".
Farrow, que ahora cuenta con 28 años y está casada, enumera más adelante el trauma que le causó tal suceso, mencionando desórdenes alimenticios o el hábito de realizarse cortes a sí misma. Pero el texto también sirve para señalar a aquellos que han seguido apoyando a Woody Allen con el paso de los años, haciendo oídos sordos a la situación: "¿Y si hubiera sido tu hija, Cate Blanchett? ¿Louis C.K.? ¿Alec Baldwin? ¿Y si hubieras sido tú, Emma Stone? ¿O tú, Scarlett Johansson? Me conocías cuando era una niña pequeña, Diane Keaton. ¿Te has olvidado de mí? Woody Allen es el testimonio viviente de la forma en la que nuestra sociedad falla a los supervivientes de las agresiones y abusos sexuales". ¿Qué tiene que ver el suceso con ela profesión de Allen? Un director también vive de su reputación. Probablemente, Dylan Farrow haya aprovechado la cercanía a la gala de los Oscar para hacer daño a Woody Allen y 'Blue Jasmine' en sus candidaturas, criticando también a la Academia o la HFPA por seguir premiando al hombre que le creó esos traumas, según su versión.
Cate Blanchett no ha tardado en dar su opinión al respecto, aprovechando que recibía el galardón a Intérprete del Año en el Festival de Santa Barbara por su papel en 'Blue Jasmine'. La actriz no ha querido entrar en polémicas, y ha optado por la vía más correcta, pidiendo el cese del conflicto: "Ha sido obviamente una situación larga y dolorosa para la familia y espero que encuentren alguna resolución y la paz". Hay que tener en cuenta que ella también se puede ver afectada por esta polémica, ya que su impecable carrera hacia el Oscar de Mejor Actriz, del que es total y absoluta favorita, podría verse ensuciado si esta carta trascendiera mucho en la opinión pública, y sobre todo de los académicos.
En una esquina del cuadrilátero...
Una de las primeras celebrities en posicionarse en este culebrón ha sido Lena Dunham, que tuiteaba el artículo del New York Times, denominándolo un acto "valiente, poderoso y generoso" e invitando a sus millones de seguidores a leer la carta. Será la primera, pero no la última en tomar posiciones ante un suceso que lleva veinte años abierto, pero por el que Allen no ha sido ni siquiera investigado. Por su parte, Robert B. Weide, autor del documental centrado en la figura del cineasta, ha publicado un extenso artículo desbaratando la imagen que Dylan Farrow quiere crear de su padre adoptivo. Siendo amigo de Allen, no se podía esperar menos, por lo que no deja de ser una voz más en la maraña de opiniones e informaciones que ha desencadenado la carta.
Pasado tanto tiempo, sería casi imposible que Dylan Farrow pudiera probar nada en contra de Woody Allen, por lo que es posible que este debate siga siendo la palabra de una contra la negativa del otro. Quizás este acceso de sinceridad por parte de la escritora pueda hacer mella en la reputación del cineasta, pero sería algo difícil de notar. ¿Perjudicará esta carta a Cate Blanchett o Woody Allen de cara a los Oscar? En un mes lo descubriremos. Mucho antes comprobaremos quiénes se apuntan a dar su opinión ante este suceso.
