La muerte del actor Philip Seymour Hoffman sigue generando comentarios de consternación y sorpresa por parte de compañeros de profesión y seguidores en los medios de comunicación y redes sociales, donde la noticia ha caído como una bomba entre los cinéfilos. Desde eCartelera, queremos rendirle un humilde y sentido homenaje, eligiendo nuestros personajes favoritos de su excelente carrera, que ha acabado de manera tristemente prematura. Os invitamos a compartir con nosotros los vuestros.
Scotty J. en 'Boogie Nights' (1997)
Cómo no iba a llegar alto Philip Seymour Hoffman después de interpretar al adorable Scotty J. en la película de Paul Thomas Anderson, cineasta con el que colaboró en repetidas ocasiones. Si hay una definición de "roba escenas", el neoyorquino sentó cátedra con un papel bastante secundario, pero que sin duda se ha quedado guardado en mis recuerdos mucho más a fuego que la mayor parte del reparto de la película. Y solo era el principio (Jesús Agudo)
Allen en 'Happiness' (1998)
Philip Seymour Hoffman apostó en sus primeros trabajos por personajes extremos. Lejos de mostrarse como un actor limitado por su físico, arriesgó participando en 'Happiness', esa cruel comedia negra donde interpreta a un perdedor vicioso con graves problemas para entablar relaciones sociales sanas. A pesar de que la película de Todd Solondz es un retrato coral de personajes disfuncionales, la soberbia caracterización de Hoffman conseguía despuntar sobre otros actores por entonces más reconocibles. Su carrera estaba a punto de despegar. (Borja Alaez)
Jacob Elinsky en 'La última noche' (2002)
El inicio de su carrera estuvo marcado por los papeles secundarios, siendo la mayoría de sus interpretaciones durante los 90 y principios de los 2000 de este tipo. Aunque Jacob Elinsky, el profesor universitario de 'La última noche', no suela aparecer en listas como esta, es un grandísimo ejemplo de la capacidad de Hoffman para clavar cualquier tipo de papel y, además, aportarle increíbles matices: impagable el ya clásico dolly shot de Spike Lee con el que culmina la secuencia del baño que su personaje protagoniza. (Jesús Márquez)
Truman Capote en 'Capote' (2005)
Dotado de una indudable versatilidad y acostumbrado a asumir roles de personalidades complejas, Seymour Hoffman no tuvo problemas para meterse en la piel del controvertido periodista y escritor estadounidense en la premiada película de Bennet Miller, que contaba la génesis de su obra magna: 'A sangre fría'. Su trabajada e impactante mimetización del personaje le hizo merecedor del Oscar al mejor actor en 2006 con uno de sus escasos trabajos como protagonista absoluto. (Jorge R. Tadeo)
Caden Cotard en 'Synecdoche, New York' (2008)
Quizás porque detrás de las cámaras y el guion está Charlie Kaufman, uno de mis guionistas favoritos, quien propuso una historia donde Philip Seymour Hoffman supo crear un personaje grande como la vida, torturado, con escenas memorables, extraño, creíble, vivo e íntimo, en uno de sus papeles más complicados. Es un placer ver a este hombre en pantalla en un viaje por toda una vida. Y toda una vida la que le quedaba al actor. El filme tiene algo de teatro, algo de cine, pero sobre todo: mucho Hoffman. (Carlos M. Fernández)
Lancaster Dodd de 'The Master' (2012)
De todos sus personajes me quedo con Lancaster Dodd, el líder de una misteriosa secta filosófica que desprende un magnetismo atrayente de causas perdidas a las que amar y enseñar a amar. Ojos claros, mirada de niño y aspecto de padre de familia que esconde a un autórata en su interior. Un psicológico tête à tête interpretativo con su particular Yang, Joaquin Phoenix, en ese ejercicio de hipnotismo de Paul Thomas Anderson. Lo civilizado y lo salvaje. El líder y la fiera. El aprendiz y el Maestro. Philip Seymour Hoffman. (Adrián Peña)