Krzysztof Kieslowski fue, sin duda, uno de los realizadores europeos contemporáneos más simbólicos y dedicados que se recuerda no sólo en el panorama europeo, sino en el mundo del cine en general. Su trilogía de los colores, aquella que simbolizaba los ideales de la Revolución Francesa: Libertad, igualdad y fraternidad, fue la que le encumbró como uno de los realizadores europeos más destacados y también fue uno de los mejores testamentos cinematográficos que un cineasta puede dejar, puesto que fueron su despedida poco antes de su muerte, de la que se cumple ahora 20 años.
Kieslowski nació el 27 de junio de 1941. Tras salir de la universidad, decide estudiar en la prestigiosa Escuela de Cine de Lodz, lugar en el que también estuvieron figuras del cine polaco como Roman Polanski y Andrzej Wajda. Tras ser rechazado dos veces, en su tercer intento fue cuando logró entrar en la prestigiosa escuela. Los años 60 fue un período de cierta libertad cultural y creativa que el realizador aprovechó para centrarse en documentales, cosa que le sirvió como base para sus posteriores películas.
Del Decálogo a los Tres Colores
Sus trabajos eran muy minuciosos. Kieslowski quería plasmar la vida cotidiana de la gente de la forma más sincera posible. Esto provocó que sus documentales sufrieran la censura de la época e hizo que decidiera dirigir ficción, en la que la libertad creativa era mayor. Famosas son sus dos sagas, una televisiva y una cinematográfica. Primero fue en televisión donde se pudo ver el arte del realizador con la miniserie 'El decálogo', en la que se mostraba en diez dramas su propia visión sobre los Diez Mandamientos de la Biblia.
Tal fue el éxito de la miniserie, que dos de esos mandamientos acabarían siendo después largometrajes. En 1976 debutaría con 'El personal', un telefilme, y con 'La cicatriz', su primer trabajo para la gran pantalla. Fue en 1991 cuando Kieslowski dio un paso más allá al producir fuera de Polonia con 'La doble vida de Verónica'. Tiempo después llegaría su aclamada Trilogía de Colores, con la que el realizador cerró una etapa única en la Historia del Cine. Ahora que se cumplen 20 años de la muerte del director y que su aclamada trilogía vuelve a los cines, es momento de destacar sus elementos más representativos.
El arte de Krzysztof Kieslowski
Amante de lo cotidiano
Su predilección inicial hacia el documental fue por su intención de plasmar con la mayor franqueza posible lo cotidiano de las personas. Kieslowski indagaba en la condición humana, mostrando sus contradicciones y reflexiones con personas reales. Su documental 'Trabajadores 1971' fue censurado por el gobierno comunista polaco. El realizador sólo se había limitado a mostrar en qué condiciones vivían los trabajadores y sus motivos para ir a la huelga en masa en 1970.
Otro conflicto fue el surgido cuando realizó 'Currículum Vitae', en el que fue criticado por sus colegas por, supuestamente, cooperar con el gobierno para poder filmarlo. Esto hizo que se decantara por la ficción, en la que (paradójicamente) había más espacio para la realidad.
Cine en Polonia
En 1974 tuvo un primer encuentro con la ficción con el telefilme 'El pasaje subterráneo' pero fue en 1976 cuando verdaderamente saltó a la gran pantalla con 'La cicatriz', en la que se pretendía mostrar un tipo de realismo social. Aunque empezase con actores amateurs, pronto empezó a desarrollar una vena más ligada hacia lo ético y lo moral. Eso se pudo ver en 'El aficionado (Amator)'. Su amistad con directores como Andrzej Wajda, Janusz Kijowski y Agnieszka Holland provocó que el gobierno polaco censurase su obra. Un ejemplo fue 'El azar (Cita a ciegas)' que terminó de rodarse en 1981 y no pudo verse hasta 1987.
El decálogo
Fue en 1988 cuando la crítica internacional quedó deslumbrada y descubrió a Kieslwoski con su miniserie 'El decálogo'. Diez dramas inspirados en los Diez Mandamientos de la Biblia. Hecho para la televisión pública polaca con fondos de la Alemania Occidental. En esta producción empezaría su estrecha colaboración con el guionista Krzysztof Piesiewicz y el compositor Zbigniew Preisner. Piesiewicz era un abogado con el que Kieslowski contactó para investigar los juicios políticos por la ley marcial para un documental. Su figura fue muy relevante, puesto co-escribiría los guiones del resto de sus películas.
'El decálogo' logró un éxito excepcional, lo que provocó que dos de los mandamientos tuvieran una película, fue el caso de 'No matarás', con el que ganó el Premio del Jurado en el Festival de Cannes y al de Mejor Película en los Premios de la Academia de Cine Europeo, y 'No amarás'.
Producción en Francia
Kieslowski tenía una visión existencialista de sus personajes. Como la vida misma, el cineasta dejaba abierto a múltiples interpretaciones los motivos e intenciones de sus protagonistas. Esto provocaba que los críticos tuvieran muchas formas de encontrar respuesta a sus preguntas. También tenía un trabajo muy minucioso sobre la combinación correcta entre imagen y música. Adelantándose a su trilogía francesa, estuvo su primera producción internacional: 'La doble vida de Verónica'.
Protagonizada por Irène Jacob, relata la vida de dos mujeres idénticas con gustos y pasados similares pero con caracteres opuestos y que una vive en Polonia y otra en Francia. Aquí resalta lo curioso de la vida, el mito de encontrar a una persona idéntica o doppelgánger.
Trilogía de los Colores
Las sagas también pueden ser de autor. La más reconocida es la de los Tres Colores. Quizás intuyéndolo, el realizador decidió crear la obra que lo haría inmortal en la historia del cine y que sería un inestimable testamento a su carrera. Se trataba de los Tres Colores, aquellos de la bandera de Francia y que simbolizan los ideales revolucionarios de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad y que fueron los cimientos para los valores de Europa.
Fue así como creó 'Azul', 'Blanco' y 'Rojo'. Las tres películas obtuvieron un reconocimiento mundial y estuvieron protagonizadas por actores de prestigio como Juliette Binoche, Julie Delpy, Irène Jacob y Jean-Louis Trintignant. La primera, 'Azul', obtuvo el León de Oro en el Festival de Venecia. La segunda, 'Blanco', el Oso de Plata al Mejor Director en el Festival de Berlín. La tercera, 'Rojo', fue la que más reconocimiento tuvo teniendo siete nominaciones a los Premios César, cuatro a los BAFTA y tres a los Oscar.
Aprovechando el reestreno en cines la Trilogía, eCartelera hará un repaso a cada color, a cada una de estas tres obras maestras que el realizador hizo antes de anunciar su retiro del cine y que, dos años después, moriría dejando uno de los legados cinematográficos más valorados del cine europeo.