El vértigo. Esa es la primera sensación que aparece en el momento de empezar a trabajar en un especial de estas características. Y es que, por más que analicemos de manera más o menos cotidiana el paso del tiempo, está claro que la manera en la que los calendarios se suceden no admite clemencia o piedad. Fugacidad, carreras y pocos instantes para dar con la bolsa de oxígeno. El tiempo vuela, optando por no plantear la opción de andar, y la vida continúa a una velocidad que se asemeja demasiado con lo efímero.
Una serie de sensaciones que se pueden evidenciar fácilmente en el mundo del séptimo arte, ya que solamente hay que observar la fecha en la que se estrenaron muchas películas que funcionan casi en condición de pequeños grandes clásicos contemporáneos para darse cuenta de la desvergüenza de las agujas del reloj. En este especial, repasamos 20 títulos que, en este recién estrenado 2020, cumplen, nada más y nada menos, que 20 años. Cifras redondas que provocan tanta sorpresa como, de nuevo, mareos. La 'vejez' con comillas o sin ellas.
En cualquier caso, y tratando de evitar el dramatismo implícito en todo paso del tiempo, mejor nos centramos en celebrar la espléndida forma en la que han llegado a las dos décadas de vida, funcionando con la misma fuerza, energía y capacidad de fascinación en los espectadores. Un público que continúa creciendo con ellas. Y lo que queda.
20 películas que cumplen 20 años en 2020
'Gladiator'
Pocos podían pensar que la década de los 2000 se inauguraría con la resurrección del péplum. De nuevo, y sin previo aviso, llegaba a la cartelera una película de romanos, gladiadores que se juegan la vida en la arena, traiciones susurradas, puñaladas por la espalda y dedos hacia abajo que indican malas noticias. La taquilla se volvió loca, los críticos también y hasta los Oscar se dejaron contagiar por 'Gladiator', un trabajo que, puestos a fomentar la resurrección, sirvió para volver a inyectar vida a la carrera de Ridley Scott.
Una historia de venganza épica hasta decir basta, un protagonista antológico, Máximo, un intérprete en el mejor momento de su carrera, Russell Crowe, quien terminó llevándose la estatuilla a Mejor actor por su sobresaliente trabajo, y un cineasta que, al fin, volvía a mostrar algunas de sus mejores virtudes. Una combinación perfecta.
'Snatch. Cerdos y diamantes'
Si necesitas recurrir a una película para definir el cine de Guy Ritchie, no dudes lo más mínimo, aquí tienes lo que estás buscando. El director y guionista cogía las virtudes más destacadas de su debut y las elevaba hasta el infinito con una de las películas más divertidas, contundentes y deslumbrantes que un siglo recién iniciado, hablamos de los 2000, vería en su primera década. Aquellos que citaban constantemente a Tarantino y Scorsese como principales referentes, tenían otro festín de aciertos y guiños destacados que, lejos de ser homenajes gratuitos, se complementaban a la perfección en un auténtico chute de adrenalina, tensión y nervio al género criminal.
Ritchie tocaba techo con 'Snatch. Cerdos y diamantes', su mejor trabajo hasta la fecha, y de paso conseguía que Brad Pitt sumara otro personaje inolvidable a su carrera. Piezas desordenadas de un puzzle que terminaba adquiriendo una deslumbrante coherencia con uno de esos clímax que crean escuela. Ritchie y sus cerdos y diamantes conquistaron el mundo con la bandera inglesa en los dientes. Una película imprescindible.
'Náufrago'
Tom Hanks, en una interpretación a la misma altura de la perfección que, por cierto, le debería haber servido de sobra para ganar su tercer Oscar. Una pelota de voley que se pierde en el océano. Un grito perdido en medio del vacío. Wilson. Y un director, Robert Zemeckis en su mejor versión, capaz de llevar al espectador a la lágrima con una escena que necesita lo mínimo para conseguir calar hasta el mismísimo fondo.
Una sensación que se repite a lo largo de 143 minutos de puro cine que, aún hoy, siguen deslumbrando y emocionando como el primer día. Rozando la obra maestra con la punta de los dedos, 'Náufrago' sigue siendo una de esas películas que es imposible que nos cansemos de ver una y otra vez. Aunque siempre terminemos llamando a Wilson entre llantos.
'X-Men'
Bryan Singer conseguía lo que antes parecía casi imposible y ahora es algo parecido a una tradición anual, es decir, una buena película de superhéroes, con 'X-Men', una adaptación notable que sirvió, en cierto modo, para reactivar la pasión entre este género cinematográfico y el gran público. Parte del mérito de este hallazgo, sin duda, recae sobre un Hugh Jackman que destacaba por encima del resto de compañeros de reparto por una cuestión de pura presencia y personalidad, derrochando ese carisma y magnetismo que diferencia a las superestrellas de, bueno, el resto de mortales. El primer e inolvidable zarpazo del actor.
'Réquiem por un sueño'
La película que catapultó a Darren Aronofsky al peligroso estatus de cineasta de culto, 'Réquiem por un sueño' ha llegado a nuestros días rodeada de dos ejércitos bien diferencias. Por un lado, aquellos que la celebran, celebramos, como una de las más fascinantes reflexiones sobre la obsesión en la psique humana, un retrato desolador sobre el progresivo deteriore de unas neuronas llevadas al límite de sus posibilidades.
Por otro, están los que consideran que las alabanzas y los aplausos ensalzan demasiado a una propuesta basada en el artificio más evidente. En cualquier caso, es precisamente ese aspecto radical el que unifica, en cierto modo, los criterios a favor y en contra. Un cineasta decidido a plantar cara. Una película asombrosa destinada al amor y al odio. Puede que, incluso, a despertar ambas cosas.
'Billy Elliot (Quiero bailar)'
Desde su primera y fantástica primera escena, 'Billy Elliot (Quiero bailar)' desprende un encanto magnético que te atrapa y te mantiene enamorado de su historia y personajes a lo largo de 111 minutos que pasan como un auténtico suspiro. La mejor película de Stephen Daldry hasta la fecha, protagonizada por un impresionante Jamie Bell y con una de esas interpretaciones secundarias que dejan huella, la ofrecida por Julie Walters, sigue siendo un valor excepcional a la hora de transmitir una vibrante felicidad al espectador.
Repleta de momentos brillantes, 'Billy Elliot (Quiero bailar)' conquistó a crítica y público desde su sencillez, arropada por una banda sonora estupenda que servía de perfecto acompañamiento a una trama que conseguía que el manido mensaje de cumplir un sueño superando las dificultades que te rodean, sonara con la misma fuerza e inspiración que el primer día. Ese chaval que comienza saltando en su cama mientras escucha a T. Rex, es uno de esos personajes que llegan para quedarse. Y nosotros encantados.
'O Brother!'
Una nueva Odisea, tres Ulises. Los Coen ofrecen la lectura más musical y colorida de la obra maestra de Homero con 'O Brother!', infravalorada joya que se sirve de una banda sonora de oro para dar forma a una road movie que, pese a rozar la caída en el absurdo más gratuito, termina sobreviviendo a base de talento. La película, de ritmo medido al milímetro, repleto de hallazgos visuales y con un guión de acero, consigue recrear los años 30 desde la comedia más alocada. Sin embargo, no hay nada ridículo en esta historia de fugas y canciones, de sirenas e incendios, de barbas postizas y trenes en marcha. Un trabajo cien por cien Coen que conviene reivindicar siempre que sea posible. Y, si no se termina de conectar con ella, siempre quedan sus estribillos. No es poco.
'Casi famosos'
Cameron Crowe decidió dar rienda suelta a la nostalgia en 'Casi famosos', película que se servía de su propia experiencia personal para contar con simpatía y naturalidad las vivencias de un adolescente aspirante a periodista que es contratado por la revista Rolling Stone para cubrir la gira de Stillwater. Cuidado, no hablamos de la banda real que en la década de los setenta consiguió un estimable éxito gracias a su estupenda canción 'Mind Bender', sino del grupo ficticio que Crowe, petición mediante, decidió nombrar de la misma forma. En cualquier caso, las similitudes no quedan solamente ahí, ya que, al final, se trata de intentar describir la esencia de todos esos conjuntos musicales que, a través de la extravagancia y la psicodelia vital, estructuraban una personalidad, humana y creativa, fácilmente identificable.
Una década única, probablemente la mejor que jamás haya tenido el rock, en la que cada canción era toda una declaración de intenciones vitalista y energética, un chute de libertad basado en estribillos contundentes. Crowe, algo más domesticado de lo que la película hubiera necesitado, conoce el terreno que pisa y ofrece una visión personal y romántica de un alto número de personajes presentados y desarrollados con un cariño transparente. Si en algunos momentos dudas de si eres fan o no de Stillwater, simplemente recuerda la escena del autobús en la que, de manera espontánea, interpretan ese monumento a la melodía llamado 'Tiny Dancer', de Elton John. ¿Ves? Ya está claro.
'Scary Movie'
Antes de que comenzaran a sucederse las secuelas, algunas bastante hilarantes y otras bastante vergonzosas, 'Scary Movie' aterrizó en las carteleras de todo el mundo para convertirse, de forma casi automática, en algo muy parecido a una comedia generacional que debías ver sí o sí. La parodia como forma de homenaje convertida en celebración total por un público que festejaba cada gag, especialmente los más salvajes, como una victoria, convirtiendo el visionado de la cinta en una fiesta absoluta. El tiempo, por su parte, tampoco ha sido demasiado severa con ella, por lo que sigue siendo un divertimento más que notable esta 'Scary Movie'. Aunque solamente sea para conectar con nuestra parte más adolescente.
'Erin Brockovich'
Dentro del extenso y fascinante catálogo de Steven Soderbergh, 'Erin Brockovich' juega uno de los papeles más comerciales, accesibles y populares. Y es que, tanto por su trama como por su personaje principal, esta historia basada en hechos reales se presenta al espectador abriendo los brazos de par en par, entregando exactamente el tipo de película que uno puede esperar de ella y dando en la tecla de cada componente emocional necesario para la sonrisa cómplice. Un trabajo menor en la filmografía del cineasta que, sin embargo, encuentra en una Julia Roberts de (merecido) Oscar a la cómplice soñada. Una interpretación que arrasa con todo y que se convierte, sin lugar a dudas, en lo mejor de 'Erin Brockovich'.
'Amores perros'
Atención, sinopsis: En Ciudad de México, un fatal accidente automovilístico afecta trágicamente a tres personas. Octavio, un adolescente, decide escaparse con Susana, la esposa de su hermano; el Cofí, su perro, se convierte en el instrumento para conseguir el dinero necesario para la fuga. Al mismo tiempo, Daniel, un hombre maduro deja a su esposa y a sus hijos para irse a vivir con Valeria, una hermosa modelo. El mismo día en que celebran su nueva vida, el destino hace que Valeria sea víctima de un trágico accidente. ¿Parece enrevesado? Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga lo convierten en lo más sencillo y apasionante del mundo. Y en uno de esos debuts cinematográficos inolvidables. En un primer golpe, ambos dejan plasmadas todas las virtudes de su atrevimiento, un buen montón de argumentos para depositar altas expectativas de cara al futuro y la confirmación de un talento experto para unos debutantes.
Y es que, aquella primera unión perfecta entre guión y dirección, supone el mejor reflejo visto en un cine en mucho tiempo de los cristales rotos que deja el espejo del ser humano cuando todo a su alrededor salta por los aires. Una narración estructurada de manera apasionante, que juega con el espectador a través de un ritmo trepidante en el que cada golpe resuena como una tormenta. Un estreno por la puerta grande, un tiovivo de emociones, una tragedia vestida de mejicana que esconde una esencia universal. Impresiona, conmueve. 'Amores perros' te deja temblando. Un logro absoluto.
'La Comunidad'
A la hora de elaborar un repaso sobre la carrera de Álex de la Iglesia, una de las pocas opiniones generalizadas es la de la incontestable ubicación de 'La Comunidad' en la lista de sus grandes éxitos, tanto a nivel comercial como crítico.
¿Las razones? Todas aquellas que sirven para definir y analizar una de esas propuestas sobradas de inspiración, repleta de hallazgos visuales y narrativos, con un reparto cinco estrellas, con una inolvidable Carmen Maura a la cabeza, y con un director abrazado a las musas. Resumiendo, uno de los clásicos del cine español reciente al que el paso del tiempo no ha hecho más que confirmar su grandeza.
'Los padres de ella'
'Meet the Parents', película dirigida por Greg Glienna en 1992 fue un absoluto desastre de crítica y público. La primera la maltrató sin piedad y los espectadores... bueno, hicieron como que nunca existió. Sin embargo, en una de esas decisiones que nos hace mantener la esperanza en alguna de las mentes de la industria de Hollywood, vio en ella un punto de partida interesante para plantear un remake que consiguió todo lo que la cinta original no.
'Los padres de ella' nos confirmaba la vis cómica de Robert De Niro, demostrada ya en la estupenda 'Una terapia peligrosa' y desaprovechada en infinidad de películas posteriores, explotaba al máximo su química con Ben Stiller y daba pie a una inesperada trilogía que mantuvo el nivel con su segunda entrega pero que naufragó con 'Ahora los padres son ellos'. En cualquier caso, una demostración de que el éxito en el remake está donde menos te esperas. Hasta en los fracasos más sonados.
'American Psycho'
Aunque la idea pueda resultar triste, parece evidente que, a día de hoy, pocos estudios de Hollywood serían capaces de dar luz verde a una propuesta como 'American Psycho'. Y es que, ya desde las páginas de su extraordinario referente literario firmado por Bret Easton Ellis, la película de Mary Harron se sumerge en las profundidades más complejas, impulsivas, sangrientas y perversas del ego humano, la ambición desmedida y la locura incontrolable. Un explosivo narrativo que termina de estallar gracias a la entrega de un Christian Bale tan magnético como hipnótico. Un golpe en el estómago cinematográfico en toda regla.
'El patriota'
¿Cómo se tomó Roland Emmerich los decepcionantes resultados artísticos y comerciales de su ambiciosa 'Godzilla'? Dirigiendo una película que aspiraba a todos los premios del mundo, protagonizada por Mel Gibson, con banda sonora de John Williams y ambientada en la guerra de Independencia americana. ¿Quién dijo miedo? 'El patriota' es violenta, cursi, tópica, manipuladora, pretenciosa y carece por completo de sutileza. Sin embargo, también es contundente, épica, emotiva, entretenida y conmovedora.
Emmerich aprovecha la oportunidad y se acerca por primera vez en su trayectoria a un cine profundamente académico sin dejar de lado su reconocible querencia por el espectáculo, provocando una combinación que funciona. Una propuesta que no engaña a nadie, que da al espectador lo que le promete desde su mismo cartel promocional y que, sin ser una obra maestra, lucha con argumentos de sobra para coronarse como el mayor logro de Emmerich hasta la fecha.
'El Grinch'
Ni los mayores detractores del cine de Ron Howard, ni del propio Jim Carrey, pudieron imaginar el desastre que fue 'El Grinch'. El personaje, creado por el imprescindible Dr. Seuss, era un auténtico bombón que merecía una película a su altura, pero ni Howard ni Carrey consiguieron encontrar el tono, el ritmo y la capacidad para maravillar a los espectadores con ninguna de sus decisiones. Visualmente está más cerca de lo hortera que de lo encantador y el sentido del humor brilla por su ausencia. Y casi mejor así, porque en las pocas ocasiones en las que se intenta provocar la carcajada, el error es total. ¿Lo más doloroso? Veníamos de 'El show de Truman' y 'Man on the moon'. Ay.
'Chicken Run: Evasión en la granja'
En tiempos donde el género de la animación parecía obsesionado por el ejercicio técnico basado en la teoría del más difícil todavía, Aardman decidió apostar por la plastilina. Tan simple. Tan inesperado. Tan genial. Con 'Chicken Run: Evasión en la granja', el estudio ponía las cartas sobre la mesa confirmando, desde el primer momento, que le sobraban ases en la manga.
Todo funciona a las mil maravillas en esta historia trepidante repleta de humor sofisticado de corte clásico, capaz de arrancar carcajadas a público de todas las edades. La factura técnica, por si alguien tenía dudas, es de una inspiración total, dotando a cada uno de sus personajes, memorables todos, sin excepción, de una expresividad a prueba de prejuicios. Una demostración de talento apabullante de inicio a fin.
'El bar Coyote'
Estrenada en pleno año 2000, 'El bar Coyote' supuso una auténtica revolución inesperada en las carteleras de medio mundo, alcanzando unas cifras de taquillas capaces de aplastar por completo la más rutinaria de las expectativas. Quinielas y pronósticos que saltaron por los aires cuando el público se lanzó en masas a los cines a conocer la historia de Violet, Lil, Cammie, Zoe y Rachel, un conjunto de personajes femeninos con un carácter, fuerza y presencia más que suficiente para soportar el peso completo de una película que, dos décadas más tarde, sigue funcionando en su terreno con una envidiable solvencia.
'La tormenta perfecta'
Dentro del cine de catástrofes basado en hechos reales, 'La tormenta perfecta' suele ocupar un lugar siempre cercano a la indiferencia, resultando un ejercicio bastante injusto para una de las grandes películas estrenadas en el año 2000. Dirigida con pulso de hierro por un magnífico Wolfgang Petersen y con uno de esos repartos corales que invitan a quitarse el sombrero, 'La tormenta perfecta' conjugaba con especial acierto el drama humano más conmovedor y el espectáculo cinematográfico más apabullante, dando como resultado una cinta sobresaliente que te deja calado hasta los huesos. Y hasta las lágrimas.
'Nueve reinas'
La película con la que muchos descubrimos a Ricardo Darín. Solamente por eso, deberíamos estar eternamente agradecidos a 'Nueve reinas' pero es que, además, nos encontramos con un trabajo esencial por méritos propios. Una cinta marcada por un ritmo incesante en el que los giros de guión te mantienen siempre alerta, construyendo una historia en la que las mentiras y las máscaras son tan importantes como los golpes de efecto. Por su parte, la química y el carisma de sus protagonistas, maravillosos Darín y Gastón Pauls, terminan por redondear una jugada maestra en la que, claro, nada es lo que parece. Ahora bien, si te crees tan listo, intenta descifrar todas las sorpresas. Perderás.