Dirigida por el infatigable Takashi Miike y protagonizada por Shunsuke Daitô, Shun Oguri, Suzunosuke, Sousuke Takaoka, Kyôsuke Yabe y Takayuki Yamada entre otros, Kurôzu Zero o, como llegará este próximo mes de octubre en formato doméstico a nuestro país, 'Crows Zero', es la adaptación del popular manga homónimo creado por Hiroshi Takahashi a principios de los años noventa.
La película cuenta la historia de Genji, un joven adolescente hijo del jefe de un clan mafioso, decide demostrar a su padre que es capaz de ponerse al cargo del negocio familiar. Para hacerlo, intentará conseguir lo que nunca nadie consiguió, ni siquiera su propio padre: convertirse en el dueño y señor del Instituto Suzuran, el peor y más peligroso centro estudiantil del país. Una vez llega al Instituto, Genji descubre los complicados entresijos que se mueven dentro: numerosos grupos enfrentados los unos con los otros pelean entre sí para conseguir dominar al resto, y proclamarse los reyes de Suzuran. Si Genji quiere hacerse con el control primero tendrá que conseguir un gran grupo de aliados para poder hacer frente al gran enemigo, la única persona que está a su altura y es capaz de arrebatarle el puesto: Tamao Serizawa.
Entretenida adaptación del manga de Hiroshi Takashi nos trae el siempre polémico Takashi Miike. En fin, más que una adaptación, se trata de una precuela vista desde el particular prisma del cineasta nipón, pues la acción de 'Crows Zero' transcurre justo un año antes de que el verdadero protagonista del manga original, Harumichi Boya, haga acto de aparición en el instituto Suzuran.
Violencia gratuita y crítica social
A pesar de sus más de dos horas de duración -metraje, por otro lado, más que habitual en la filmografía del director- 'Crows Zero' resulta un producto tremendamente compacto y entretenido, en el que las constantes trifulcas entre bandas de estudiantes deambulan junto a pactos y traiciones, comedia y, cómo no, yakuza.
De hecho, más allá de la notable factura visual, de su trepidante ritmo, de sus visualmente impactantes coreografías o de su más que interesante lucha de poderes, 'Crows Zero' destaca por su mensaje de advertencia social, léase el peligroso camino en pos de un aparente nihilismo hacia el que la juventud en general, y oriental en particular, parece abocarse. Dicha osadía teenager se nos muestra ya desde un buen comienzo con la ridícula aparición de una yakuza carente de respeto para una juventud desarraigada de cualquier tipo de dogma social, y que tan sólo se guía por su particular concepción de la amistad y la fidelidad.
Por contra, en lugar de limitarse a criticar dicha situación y mostrarnos una juventud abocada al caos y la anarquía sin sentido, el director de 'Visitor Q' desentraña este nuevo orden social a través del personaje de Ken Katagiri, punto de vista externo interpretado magistralmente por Kyosuke Yabe, quien se convierte, por un lado, en un entrañable clown, en una risible pantomina del temido monstruo suburbano nipón, a la vez que experimenta por primera vez en su vida una sensación de respecto que la yakuza jamás le ha proporcionado. Es a través de esta paradoja que Takashi Miike defenestra por completo la aparente violencia sin sentido que reina en el insituto Suzuran, mostrándonos una jerarquía de poder que, si a simple vista se nos muestra como un mero acto de violencia gratuita, finalmente se nos descubre basada en el respeto, tanto propio como ajeno, en una intrincada red de valores en los que el enfrentamiento físico no tiene por qué pugnar con la amistad y, sobretodo, con el respecto hacia un rival digno de éste.
De este modo, la violencia de 'Crows Zero' se encuentra amenizada tanto por la comedia presidida por esa suerte de sensei guiñolesco, como por el drama, sirviéndose de ambos géneros para enfatizar el poder de la amistad por encima de la fuerza bruta que, finalmente, firma alianzas de guerra, y que nos ofrece secuencias tan geniales como el chapucero intento de cita a ciegas perpetrado por Ken Katagiri para que Takashi Makise se sobreponga a su timidez y obtener así un poder aliado para Genji.
así que, en líneas generales, y dejando a un lado su análisis social, que 'Crows Zero' mantiene un ritmo trepidante y sorprendentemente constante, en el que no encontramos apenas altibajo argumental alguno, y donde Takashi Miike nos otorga sus habituales dosis de violencia, comedia y drama, además de una banda sonora digna de mención.