Dirigida por Tomas Alfredson, escrita por John Ajvide Lindqvist a partir de su propia novela y protagonizada por Kåre Hedebrant, Lina Leandersson, Per Ragnar, Henrik Dahl, Karin Bergquist, Peter Carlberg y Mikael Rahm, 'Låt den rätte komma in' -conocida internacionalmente como 'Let the right one in- llegará a nuestras pantallas (esperemos) bajo el título de 'Déjame entrar' de la mano de Karma Films.
Ovacionada y multipremiada en festivales del calibre de Tribeca, Göteborg o Fant-Asia, y elegida en Sitges como la Mejor Película Fantástica Europea del año a través del Mèliés d'Or, 'Let the right one in' cuenta la historia de Oskar, un solitario chico de 12 años que se hará amigo de su nueva vecina, una misteriosa chica llamada Eli cuya llegada ha coincidido con una serie de misteriosas muertes y asesinatos.
Simplemente imprescindible
No vamos a descubrir la pólvora si afirmamos que el vampiro es, tanto en la literatura como en el cine, uno de los iconos fantásticos por excelencia: desde el 'Nosferatu' de Murnau al Lestat de Anne Rice, pasando por los inolvidables Bela Lugosi o Christopher Lee, el mito del vampiro ha servido de prolífico germen para todo tipo de variantes y revisiones. Desde la visión eminentemente romántica del 'Drácula' de Coppola, el hiperrealismo visto en el 'Martin' de Romero o en 'The addiction' de Ferrara, pasando por el espectáculo palomitero de 'Van Helsing', el neogoticismo de la saga 'Underworld', el musical de Guy Maddin ('Dracula: pages from a virgin's diary') o el cine destape de Jess Franco ('Vampyros lesbos'), los no muertos nos han concedido infinidad de exégesis, si bien su vertiente romántica, más próxima a la novela gótica de Polidori que a la del propio Bram Stoker, es sin duda una de las más explotadas.
'Let the right one in' se sirve precisamente de dicha variante, enfocada desde un inocente punto de vista preadolescente, para ofrecernos una película verdaderamente encomiable en la que terror, romanticismo, amistad y, por qué no, humor, se funden bajo esa invernal pausa narrativa tan propia de un cine escandinavo que durante demasiados años ha vivido bajo la sombra de Bergman, erigiéndose, junto a la vilipediada 'Vinyan', como uno de los más importantes títulos vistos durante el festival.
De este modo, el director Tomas Alfredson, forjado en el ámbito televisivo, nos ofrece una película maravillosa en todos los sentidos, renegando del espectáculo visual y los montajes a ritmo de videoclip tan prolíficos en estos tiempos que corren y abogando por un cine pausado y descriptivo, tan simple como honesto, en el que la introspección de los personajes y su interacción se erigen como principal -y casi única- premisa. Así pues, los personajes interpretados por Kåre Hedebrant y Lina Leandersson se nos muestran como un libro abierto terriblemente verosímil, retratando una particular relación de amistad nacida entre dos individuos aparentemente irreconciliables, con un fondo -que no forma- muy similar al pretendido en la reciente 'El niño con el pijama de rayas', si bien donde la adaptación a cargo de Mark Herman falla estrepitosamente, Tomas Alfredson acierta de pleno, concediéndonos un fabuloso espectáculo interpretativo de marcado carácter introspectivo y cotidiano sazonado de thriller, fantasía e incluso de algo de gore, capaz de enternecer al espectador más insensible.
A esto cabe sumarle un pulso narrativo encomiable, con un ritmo pausado aunque nunca cansino tan propio del cine escandinavo -y cuyas características también podemos encontrar en Sauna, otro de los títulos fantásticos proyectados durante el festival-, una excelente ambientación basada casi exclusivamente en el uso de un gélido paisaje helado y bucólico como telón de fondo, cuya omnisciente presencia parece incluso sugestionar el propio comportamiento de sus personajes, y unas puntuales dosis de efectos especiales que en ningún momento supeditan la verdadera premisa de su historia, léase una historia de amor y amistad que no llega a caer nunca en arenas sentimentaloides, cuya sinceridad atrapa a un espectador que no puede hacer otra cosa sino postrarse a sus pies y dejarse llevar.
Concebida como una mezcla de relato gótico y cine de autor, 'Let the right one in' desentraña con quirúrjica maestría los entresijos del fenómeno vampírico, enfatizando aspectos habitualmente denostados por el cine más comercial como la fragilidad, la soledad, o los propios sentimientos más allá del mero arrebato, ofreciéndonos un filme sobrio y comedido que realza con creces su premisa fantástica original, y cuyo retroalimentado final en forma de nuevo ciclo posee un romanticismo y un poso nostálgico simplemente arrebatador.