Son como de la familia. Sabemos que Jasmín quiere un mundo ideal, que a Bella le pirra un buen libro y que a Ariel le gusta menos el agua que a un gato, pero ya han pasado unos añitos. En concreto 78, desde que 'Blancanieves y los siete enanitos' llegó a las pantallas. Las princesas Disney son como nuestras abuelas, nos enseñaron muchas cosas en la infancia.
Quizá inspirada en este hecho, la artista Loryn Brantz ha imaginado cómo serían Aurora y compañía entradas en años y con unas canitas de más. Se les ve felices y comiendo perdices.
1 Ariel
La Sirenita era famosa por ser una jovencita inconformista: como todo adolescente, quería huir de su casa, que en este caso, era el océano. Entero. Esperamos que haya llegado a la vejez con la misma ambición y con su preciada voz intacta.
2 Bella
La historia de La bella y la bestia era muy compleja: un señor maldito necesitaba enamorarse de una chica para volver a ser guapo y esbelto, o se quedaría para siempre hecho un Cristo, y con él todos sus sirvientes. Ya vemos que Bella sobrevivió a esa presión.
3 Jasmín
La princesa de Aladdin habrá vivido mil y una aventuras para cuando llegue a la tercera edad, y mejor no pensemos en dónde anda Abu a estas alturas. El caso es que las arrugas le sientan bien a Jasmín, ¿no?
4 Mulan
Mulan fue otra princesa que se ganó su estatus enfrentándose al Rey, su padre, en la que fue quizá la historia más feminista de los clásicos de Disney. Quizá tanta lucha y reivindicación le acabaron agotando, por cómo la retrata Brantz.
5 Cenicienta
La segunda princesa de Disney, 'La Cenicienta', aparece con gesto aleccionador y sobrio, pero las malas lenguas dicen que va por ahí olvidándose los zapatos y que empieza a chochear.
6 Aurora
Era de esperar, no se puede ser 'La bella durmiente' eternamente. Todos sabemos que estar bien descansada es imprescindible para tener un aspecto saludable, pero todo en su término medio. Al final, o te levantas de la cama o acabas siendo una abuelita adorable con algo de sobrepeso, Aurora.
7 Tiana
La más joven de la lista, 'Tiana y el sapo', es retratada como una feliz propietaria de algún rincón de New Orleans. Parece ser que al final el restaurante no le salió rana. ¡Bravo!
