Como ya probablemente sabrás, 'Friends' ha cumplido 25 años en este 2019 que se acaba. La famosa sit-com ya tiene la edad en la que nuestra pandilla de amigos se encontraban cuando Rachel irrumpió en Central Perk con un vestido de novia mojado y una misión en 1994. Para celebrar el aniversario de la serie, este mes se ha estrenado en salas de cine un tributo cinematográfico titulado 'Friends, el del aniversario'. A pesar de empezar a emitirse hace un cuarto de siglo, esta comedia de 10 temporadas está tan arraigada en el imaginario popular que, aún ahora, los rumores de una reunión o reboot no para de surgir y un solo selfie de Jennifer Aniston tiene el poder para romper una de las redes sociales más grandes del mundo.
Eso no quiere decir que no haya nada que criticarle al fenómeno. El debate en torno a la representación de la diversidad y el conflicto entre la ofensa y el humor forman más que nunca la conversación pública en pleno siglo XXI, y los nuevos seguidores de 'Friends', muchos de ellos Gen Z, la estamos sometiendo a muchos interrogatorios. Muchos dirían que seis actores blancos no pueden representar a la totalidad de los jóvenes de una ciudad tan innegablemente diversa como Nueva York. Más allá del reparto, algunos no estarán de acuerdo con ciertos chistes: las bromas sobre el padre transgénero de Chandler (que, para colmo de males, está interpretado por una actriz cisgénero), el "fat-shaming" de Monica, los momentos en los que la masculinidad tóxica asoma la cabeza cuando Ross se niega a aceptar a un niñero por hecho de ser un hombre o cuando Joe no puede hablar de sus sentimientos ni disfrutar de un arreglo floral sin que sea tildado de "mujer". La periodista Scaachi Koul llega a decir que "el disfrute de 'Friends' en 2019 requiere un nivel de la gimnasia mental que debería forzar la serie a permanecer como una incidencia pasajera del pasado", algo que sugiere que los momentos anticuados de la serie justifican que la borremos del mapa.
Desde la perspectiva de un espectador de 2019, estos aspectos de la serie no llegarían al corte final si 'Friends' se emitiera por primera vez hoy en día. Es importante que tengamos (y que sigamos teniendo) estas conversaciones sobre la representación, las cuotas y la línea entre la diversidad y la participación simbólica. No obstante, también hay un debate sobre hasta qué punto podemos (o incluso hasta qué punto deberíamos) pedir que las obras artísticas del pasado hagan cumplir los estándares de la corrección política de hoy. La escritora Rebecca Reed reconoce que, en muchas maneras, 'Friends' ha envejecido mal y que ni la misoginia ni la homofobia casual tienen un lugar en los medios hoy en día, pero también admite que la serie le sigue encantando y que cree que "es muy peligroso empezar a mirar a cosas que se escribieron hace mucho tiempo a través de la lente que usamos ahora". Mike Ward, un crítico de televisión, está de acuerdo en ese mismo artículo: "Si lo tomaras al pie de la letra y aplicaras las sensibilidades modernas a todo... te sorprenderías. Tenemos que examinar la perspectiva y el contexto en el que se hizo. Está bien que digas que es desagradable según los criterios actuales, pero si no tienes cuidado, acabas viendo el mundo desde una perspectiva estrecha de miras".
Todo se reduce a qué deberíamos hacer con los medios de comunicación problemáticos según las normas actuales. ¿Los descartamos, o reconocemos los problemas que la serie contiene y seguimos adelante? No hay, a diferencia del debate sobre si Ross y Rachel acabarían juntos (la respuesta siempre era obviamente que sí), ninguna respuesta correcta. Sin embargo, dado que 'Friends' todavía es significativa para tantos seriéfilos por todo el globo, yo pienso que la conversación sería más productiva si, en vez de atacar a la serie en conjunto, tuviéramos una conversación abierta y honesta sobre sus aspectos más problemáticos. La cultura de la "cancelación" en la que vivimos hoy es, en gran medida, extremadamente tóxica porque habla en términos absolutos en lugar de invitar a la discusión. Siempre y cuando intentemos ser conscientes de lo que consumimos en los medios de comunicación, ¿por qué no deberíamos poder reír cuando Phoebe cambia su nombre a Princesa Consuela Banana Hammock? Francamente, nadie nos dijo que la vida iba a ser así y son los placeres pequeños que cuentan.
Estarán allí para ti
También vale la pena examinar el persistente atractivo de 'Friends' en la actualidad. Si, como ya hemos dicho, algunas de las bromas y las tramas no siguen vigentes, ¿por qué hay tanta gente, y dentro de esta audiencia se incluyen feministas, personas de la comunidad LGBT, tanto los jóvenes como los mayores, que todavía ven 'Friends' tras todos estos años? La respuesta es que, por transitorio que el humor sea, la mayoría de los temas que 'Friends' aborda, tales como la independencia y el amor platónico, se han mantenido pertinentes a lo largo de las últimas décadas. Aunque no vivamos en los viejos tiempos de los años noventa en los que todos queríamos el mismo corte de pelo que Rachel y pensábamos que Ross y Rachel eran el paradigma de romance (cuando está claro que Chandler y Monica son los verdaderos "relationship goals"), las verdades sobre la precariedad financiera y la necesidad de los vínculos platónicos se mantienen en la línea de la experiencia de muchos veinteañeros hoy en día.
Un ejemplo que se ha hecho cada vez más significativo para mí al pasar los años es la escena en la primera temporada en la que Rachel corta sus tarjetas bancarias en pedazos como forma de proclamar su independencia financiera de su padre rico. 'Friends' ahonda en el tema de cómo la precariedad financiera ejerce presión sobre nuestro bienestar emocional y nuestras vidas personales. Explora el asunto a través de las tensiones que estallan entre los amigos como resultado del hecho de que tienen diferentes niveles adquisitivos. Un ejemplo clave de esto es cuando Rachel (una camarera), Joey (un actor en apuros) y Phoebe (una masajista) no pueden permitirse una cena en un restaurante lujoso y les incomoda que sus amigos se ofrezcan a pagar su parte. Es innegable que la vida que llevan los amigos es, en muchas maneras, poco realista: ningún veinteañero puede permitirse un apartamento en Nueva York como el de Monica a menos que sea un millonario; y para un grupo de amigos con trabajos muy ordinarios, pasan demasiado tiempo en una cafetería con una taza de café entre manos, en vez de, vaya, en el trabajo. No obstante, 'Friends' parece entender una verdad universal en cuanto a la inseguridad financiera. El dinero, especialmente cuando sólo estás empezando a adaptarte al mundo profesional, puede agudizar la inseguridad y el resentimiento como nada en el mundo. Los capítulos en los que Rachel lidia con su primer trabajo sin poder contar con el apoyo de los ahorros de su padre, o aquella vez en la que Monica aceptó un trabajo que odiaba en un restaurante de mal gusto, en el que tenía que ponerse una peluca rubia y senos falsos, son dos situaciones con las que cada persona que ha intentado hacerse un hueco en el mundo pueden simpatizar. Sin embargo, esto hace que 'Friends' sea tanto más gratificante, porque cuando Rachel consigue su trabajo en Ralph Lauren o Monica renuncia a ese curro de los senos falsos, se ve que estos estados estancados en los que nos encontramos son nada más que fases que pasarán pronto. Como le dijo Monica a Rachel, "Bienvenida al mundo real. Apesta. ¡Te va a encantar!". A través de los seis amigos, aprendimos a hacer precisamente eso.
Además, aunque la presencia de la misoginia en 'Friends' es un interesante e importante tema de debate, también merece la pena destacar que para muchos espectadores, Rachel, Monica y Phoebe fueron las primeras mujeres que hablaron de manera abierta y orgullosa de sus vidas sexuales en pantalla. Nunca se avergüenza a las tres mujeres por disfrutar el sexo, ni por iniciarlo: Phoebe da el primer paso con David y es Monica quien besa a Chandler en esa boda fatídica. 'Friends' fue una de las primeras series que vi en la que las mujeres perseguían activamente y cómodamente sus deseos físicos, personales y profesionales sin vergüenza. A partir del momento en el que Rachel abandona a Barry en el altar, 'Friends' señala la importancia de la elección cuando se trata de las mujeres y las relaciones, y esto es algo que sin duda merece el famoso aplauso de la canción de The Rembrandts.
Finalmente, y quizá sea lo más importante, tal y como sugiere el título, 'Friends' logra capturar la importancia de las amistades reales durante ese periodo inseguro de tu vida en el que ya no dependes tanto de tus padres pero tampoco estás listo para enfrentarte a la adultez tú solo. A principios de los años noventa, la tasa de divorcio estaba creciendo, al igual que el número de jóvenes que atravesaban Estados Unidos para ir a la universidad. La definición anticuada de una familia como una unidad nuclear era cada vez menos aplicable a la realidad de las circunstancias de mucha gente y, por eso, un fuerte círculo de amigos se convirtió en un sistema de apoyo indispensable para muchos jóvenes. Esto es algo que 'Friends' captura perfectamente en la pequeña pantalla a través de la química entre los seis actores y un guión ingenioso e incisivo. Sin importar los numerosos novios, las traiciones, los primeros besos, las separaciones (y descansos) y, en el caso de Chandler, el viaje ocasional a Yemen, muchas personas volvían a 'Friends' por los vínculos inquebrantables que se forman entre los seis amigos mientras intentan navegar ese periodo turbulento en el que todo parece tan cerca pero tan lejos a la vez. Cuando los creadores de 'Friends', Marta Kauffman y David Crane, se despidieron de sus amigos en Nueva York para buscar su gran oportunidad en Los Ángeles, el argumento de la serie que entregaron a NBC decía: "Se trata de la amistad porque cuando estás soltero y en la ciudad, tus amigos son tu familia". Me pregunto si cuando escribieron esto, ya sabían que los seis amigos de Central Perk llegaría a ser la familia de una generación.
'Friends: El del aniversario' se estrenó en España en el 13 de diciembre.
