Cumplimos tan solo nuestro tercer día en Sitges y empezamos a descubrir títulos que nos gustaría ver en el palmarés de la sección competitiva. 'El nuevo nuevo testamento' del arriesgado cineasta belga Jaco Van Dormael -película que repescamos en su segundo pase del festival- es hasta ahora la obra a concurso que más entusiasmo ha despertado entre la audiencia, al menos si nos guiamos por la intensidad de la ovación que el film recibió en su pase de ayer en la sala Retiro. Un entusiasmo que no ha generado 'Vulcania', una de las cintas españolas más esperadas del certamen, ni la aburridísima (y politizadísima) masterclass del homenajeado Oliver Stone, que llegaba ayer a Sitges. A continuación, pasamos a repasar los films vistos en la jornada dominical del certamen.
'Vulcania' (José Skaf, España)
El bonaerense José Skaf debuta en la dirección con un proyecto muy atractivo sobre el papel, la historia de una comunidad aislada de la sociedad que se sustenta en la producción de acero, mientras la cúpula de poder somete a los habitantes a un férreo control y una disciplina asfixiante. Cuando Jonás (Miquel Fernández) que trabaja en la fundición del pueblo, descubre un oscuro secreto, planeará fugarse con Marta (Aura Garrido), una viuda con un bebé a cargo.
Con el claro referente de 'El bosque' de Shyamalan, 'Vulcania' tiene un notable trabajo de ambientación y un empaque visual muy conseguido. Sin embargo, su guion es torpe, sus diálogos pobres y su casting (a pesar del gran Jose Sacristán) profundamente erróneo. Es un fallido intento de explorar un género poco abordado en nuestra cinematografía y una oportunidad perdida, dado que tanto el material de partida como el trabajo técnico ponían sobre la mesa unos buenos cimientos desperdiciados en un desarrollo endeble.
Nota: 3
'El nuevo nuevo testamento' (Jaco Van Dormael, Bélgica)
Tras seis años de sequía desde la magnífica 'Las vidas posibles de Mr. Nobody', el cineasta belga Jaco Van Dormael regresa con 'El nuevo nuevo testamento', una película de alocado planteamiento y muy notables resultados. Como dice su publicidad, Dios existe y vive en Bruselas. Jesucristo se ha fugado, pero el gran creador convive con su mujer -dedicada exclusivamente a tareas domésticas- y su hija Ea, que con afán de venganza por ser ninguneada por su padre, enviará por correo las fechas de defunción a todos los habitantes de la tierra antes de partir al mundo real con afán de reclutar seis nuevos apóstoles.
De tal desmadre, Van Dormael no solo extrae atinados momentos de magnífico humor surrealista (casi al estilo Monthy Python) y un punto de partida perfecto para dar rienda suelta a su vistosa psicodelia visual, sino también una emocionante peripecia humanista a partir de un variopinto grupo de personajes tan excéntricos e imperfectos como bien presentados. Tiene ritmo, tiene gracia, tiene hallazgos visuales estupendos y resulta sorprendentemente emotiva. Es, hasta la fecha, lo mejor que hemos visto en el festival.
Nota: 8
'Baskin' (Can Evrenol, Turquía)
El director turco Can Evrenol alarga su cortometraje de 2013 para construir su primer largo, la historia de un grupo de policías turcos que se ven envueltos en una espiral de violencia brutal cuando su presencia es requerida en una antigua comisaría en plena noche. La presencia en el lugar de unas extrañas criaturas, desatará un festival gore no apto para almas sensibles
La película comienza con una dilatada presentación de personajes a través de una muy tarantiniana conversación en un bar. El terror aparece en escena de manera sugerente, presentado con fuerza visual junto a la irrupción de elementos oníricos en la narración. Pero el prometedor inicio da paso a una ceremonia de vísceras y casquería en exceso truculenta y sin demasiado sentido. Pero el mayor pecado de la película, que aún así encontrará sus fans entre los adictos al terror bizarro, es que es sumamente aburrida.
Nota:3
'Jeruzalem' (Doron y Yoav Paz)
¿El mundo necesitaba otra entrega de 'found footage'? Probablemente no, pero al menos la divertida 'Jeruzalem' utiliza la gastadísima técnica con cierta gracia, haciendo cómplice al espectador de una visión vía ultramodernas gafas 4G conectadas a las redes sociales que, más allá del publireportaje y contra todo pronóstico, aportan ciertos estímulos a la narración.
La historia es conocida: dos jóvenes estadounidenses viajan al extranjero, en este caso a Israel, escapando de la monotonía y de un par de traumas recientes. En el trayecto, conocen a un joven antropólogo que las llevará a cambiar su destino inicial, la jovial Tel Aviv, por la siempre inquietante Jerusalén, que será escenario del advenimiento de un salvaje apocalipsis. El film va de menos a más, con sobresaltos sabiamente dosificados y escenas de tensión bien conseguida. Género puro, pero muy efectivo.
Nota: 6
