Las mejores escenas de la gran pantalla del año 2015

El final de 'Whiplash' es un tema bastante polémico: ¿está dándole la razón a Fletcher, el profesor zumbado de metodología extrema? Es una victoria para él, pero al tiempo la película esconde un final oscuro: Andrew, que está dando la actuación de su vida, reniega de su padre para dejarlo como espectador. A través de la puerta ve la derrota de su hijo, su bajada a los infiernos. Durante los últimos segundos de película, Fletcher observa con orgullo su propio monstruo de Frankenstein. E incluso si no estamos de acuerdo moralmente con lo que propone, sigue siendo uno de los finales más potentes de la historia del cine, con una garra y una precisión milimétrica: todo funciona a la perfección.

Jesús Márquez

Secuencia final de 'Whiplash'. Quince minutos de puro cine. Esta escena no solo es un prodigio del montaje, también revela una dirección magistral sorprendente para un debutante. Una variedad de planos asombrosa, de movimientos de cámara, de ralentís perfectamente pensados. Todo en esta secuencia es absolutamente perfecto. La aparente sencillez de su construcción narrativa, que sin embargo guarda en su relativa brevedad una clara estructura de tres actos, en las que el personaje interpretado brillantemente por Miles Teller, se hunde, triunfa y culmina en un estado ambiguo por el que no sabemos si alegrarnos o compadecerle. Por escenas como esta uno recuerda los motivos por los que ama el cine.

Pedro G. Alberdi

Chewie y Han Solo entrando por primera vez en treinta años al Halcón Milenario. ¡Momentazo! Se produce después de que Rey y Finn se introdujesen en la famosa nave para huir de Jakku al ser atacados por Stormtroopers. Finalmente, Han Solo y Chewie consiguen recuperar su ansiada y querida nave.

Israel Calzado López

El regreso de los personajes clásicos de 'La guerra de las galaxias' no podía producirse de un mejor modo. Han Solo y Chewbacca se reúnen con su inconfundible Halcón Milenario mantiendo la esencia de siempre, no envejece con el paso de los años, siguen siendo los mismos. Sin duda, es uno de los momentos más nostálgicos de 'Star Wars: El despertar de la Fuerza'. "Chewie, estamos en casa".

Héctor Alabadí

La escena en la que Ava escapa de la casa es una de las más destacadas del año, no tanto por su desarrollo sino por cómo desenlaza la trama de 'Ex Machina'. Ava engaña al creador deshaciéndose de él matándolo; manipula al programador enamorándolo y nos engaña a nosotros haciéndonos creer que tiene un lado humano, que además de ser un robot con una gran inteligencia puede tener sentimientos como el amor o la empatía. Sin embargo, Ava escapa sola, dejando al personaje de Domhnall Gleeson encerrado.

Daniel Morilla

La traición final del robot Ava será recordada con el paso del tiempo. El hecho de que la creación destruya a su creador es una cuestión que guarda todo tipo de lógica dentro de la película, sin embargo, no deja de resultar perturbador. ¿Es la violencia una cualidad innata al ser humano? ¿Ocurre lo mismo con una máquina? Brutal.

Roberto Cabanillas

El enfrentamiento final entre Leonardo y El Novio en 'La novia': Precedido por ese encuentro carnal entre los protagonistas, esta escena está cargada de una belleza infinita a pesar de estar contándonos algo atroz, como es un doble asesinato por culpa del amor. La música, la cámara lenta, las miradas... Perfecto.

Jonathan Espino

La película de Ronit y Shlomi Elkmbetz (y que la misma Ronit protagoniza) es purísima en su totalidad. Pero el momento más desgarrador es aquel en el que Viviane, ya totalmente segura de que un jurado judío no le va a conceder el divorcio civil de su marido, se levanta y les grita a ellos, y a su propio marido: "¡Dadme mi libertad!". En este momento, Viviane/Ronit ruega directamente a la cámara, al espectador, y toma la voz de todas las mujeres del mundo. Es ya la maldita hora de darles su libertad. Que es suya.

Javi P. Martín

El inicio de la película narra de manera magistral el aprendizaje de Riley hasta adquirir las cinco emociones, verdaderas protagonistas de la historia. Con un arranque que nos recuerda al recurso gráfico del juego de color sobre fondo negro que ya viéramos en 'Ratatouille' para experimentar con los sabores, aquí crece hasta estallar en unos minutos de desternillante diversión en la que es, desde ese preciso momento, una de las mejores películas de Pixar.

Alejandro Mateos

Sin duda, la mejor escena aparece en película. Cuando el público está un poco confuso ante lo que está viendo, aparece el corazón de la trama. Un chico y una chica tienen una cita y después de acostarse en su coche le tapa la cara con cloroformo. Después de ello, le ata a una silla y cuando se despierta, la protagonista comprueba que le han pasado una horrible maldición y un espíritu le comenzará a perseguir hasta matarla.

Alejandro López

Louis Bloom es testigo de su primer accidente en primera persona, una vez convertido en video-reportero. Está solo, con su cámara de vídeo barata en las manos y la víctima moribunda a escasos metros de él. Tiene dos opciones: intentar salvar la vida del accidentado o grabar la escena sin formar parte activa en los acontecimientos. Se decanta por la segunda, desvelando así su faceta más característica: la psicopatía, hasta ese punto tan solo esbozada. Ahora ya sabemos quién es el personaje y de lo que es capaz, lo cual genera unas expectativas enormes en el espectador y abre infinitas vías sugerentes por las que poder conducir a Bloom en 'Nightcrawler'.

Diego Pla

La tensa y conflictiva entrada de las brigadas antidroga estadounidenses a una infernal Ciudad Juárez es un prodigio de planificación y montaje que traslada al espectador la inquietud de unos personajes introduciéndose en la boca del lobo. La excelente 'Sicario' de Denis Villeneuve nos recuerda al mejor Michael Mann, y la mencionada escena es paradigmática de un estilo seco y crudo de rodar la acción, que huye del exhibicionismo para hacer que el estruendo de cada bala nos sobrecoja como si asaltara el patio de butacas.

Jorge R. Tadeo

Es muy difícil recordar escenas destacables de una película en concreto, sobre todo si, para un servidor, no ha sido precisamente un año próspero para el cine. No obstante, elegiría el mismísimo final de la genial 'Pride (Orgullo)', con ese buenrollismo con la asociación y los mineros desfilando juntos por Londres a grito pelado, poniendo el toque melancólico ese fantástico tema llamado "There is Power in a Union".

Will Saez

'White God' fue la película ganadora del premio Un Certain Regard en el Festival de Cannes de 2014. Una cinta húngara que muestra de forma alegórica la opresión de las minorías y su respuesta vengativa ante el abuso que recibe de sus opresores. La película comienza con una de las escenas más impactantes que recuerdo. Una ciudad desierta, sus ciudadanos escondidos por el temor. Y una niña siendo perseguida por una jauría de perros violentos que buscan vengarse de todo el maltrato que han sufrido.

Andrea Fuentes

La escena final de 'Fast & Furious 7', con Toreto y O'Conner, separándose en sus caminos para siempre. Todo esto acompañado con la canción descubrimiento de este año, 'See you again', hace que sea la mejor escena de 2015, dada la emotividad y el contexto del que se envuelve.

Eduardo Robaina

Otra sorprendente digresión o ruptura de tono de la extraordinaria mini serie, estrenada en nuestros cines, 'El pequeño Quinquin', de Bruno Dumont. ¿Qué hace ese hombre con pasamontañas en un funeral? La pareja de sacerdotes no logran que el micrófono se estabilice, oscilando de uno a otro. En otro momento del ritual, mientras ascienden y descienden, no pueden contener las risas. O realizan una desconcertante coreografía gestual con sus manos, como si no pudieran mantenerla en el gesto ya pautado de las dos manos juntas en posición de rezo. Y como colofón una de las asistentes entona una canción, acompañada por el organista, que dota a la singular secuencia de aún más contrastes, pues se empapa de un extraño lirismo. Mientras, un policía que no deja de guiñar sus ojos, y que ha acudido a ese pueblo a investigar unos extraños crímenes, se pasea por la iglesia. Probablemente, un pueblo colindante con Twin Peaks. Probablemente, el funeral más surreal visto. Y probablemente, pocos cineastas existen hoy en día con una tan mirada singular, rebosante de heterodoxo ingenio expresivo, como la del francés Bruno Dumont.

Alexander Zárate

No solo fue increíble ver a Colin Firth desmelenarse, la escena de la Iglesia de 'Kingsman: Servicio secreto' es todo un festín de violencia palomitera, un montaje sublime y una sorpresa tal que poco me faltó levantarme y aplaudir. Lo fuerte es que no fue la única vez que lo pensé en esta película.

Jesús Agudo

La que queráis podéis elegir. 'Fast & Furious 7' es una sucesión de escenas adrenalíticas, cargadas de acción, humor y fuegos artificiales. Juntas deberían componer la película perfecta, pero pasa en este caso que, aunque su potencia es considerable de manera independiente, juntas no llegan a formar un todo. Una pena. Si tuviera que elegir una, sería aquella en la que Vin Diesel y Paul Walker se lanzan con un cochazo a atravesar un complejo de varias torres situadas en Abu Dhabi. Esa clase de secuencias me impactan casi lo mismo que a los espectadores de los años 20 el tren de 'El maquinista de la general' de Keaton.

Berta F. del Castillo

María de las Montañas y Borja hacen una apuesta, como la pierde María, el precio a pagar es hacer un "horno holandés" con Borja. Este juego consiste en meterse bajo una manta, generar un microclima y respirar el pedo de uno mismo o del otro. En este casó sería el de Borja. Es una escena realmente divertida de 'Requisitos para ser una persona normal' y a la vez muy íntima, sin ninguna connotación sexual, que refleja la confianza entre ambos personajes.

Amanda Gil