Hace apenas un par de días, David Bowie celebraba su 69 cumpleaños lanzando su nuevo disco de estudio, 'Blackstar'. Pero el cáncer no ha querido que pueda disfrutar del éxito que pueda traerle. El legendario artista murió el pasado domingo tras batallar durante 18 meses con la enfermedad.
Lo ha confirmado, tristemente, su web oficial de Facebook, en la que leemos que ha muerto en paz rodeado por su familia. Su hijo, Duncan Jones, también lo ha confirmado por Twitter con una bonita foto de él y su padre. Como hemos dicho, 'Blackstar' ha sido el último trabajo musical que nos ha dejado el mayor ejemplo del glam. Su disco número 26. Pero lleva desde los años 60 dándonos temazo tras temazo, marcando el camino de la historia de la música con 'Space Oddity' o 'Heroes'. Canciones que hemos escuchado decenas de veces en infinidad de películas.
No solo como cantante era algo de otro planeta. Como artista muy dado a la experimentación tocó todos los palos, también la interpretación. Su primer papel tuvo lugar en 'El hombre que cayó a la tierra', pero míticas son sus apariciones en 'El ansia', 'Feliz Navidad, Mr. Lawrence' o 'La última tentación de Cristo'. Pero, por supuesto, pasará a la historia del celuloide gracias a Jareth, el rey goblin de 'Dentro del laberinto', de Jim Henson.
Pionero, transgresor, Artista con mayúsculas
En 1996 fue incluido en el Hall de la Fama del Rock and Roll. El pasado mes de octubre, el británico anunciaba que se retiraba para poder luchar contra su enfermedad, aunque seguiría componiendo. La última vez que pisó un escenario fue en 2004. Es un día negro para el mundo de la cultura en todos los ámbitos. David Bowie demostró ser transgresor, original, dio una lección como impulsor de la estética como parte importantísima de un artista, dominó todo lo que intentó, y se ha ganado un justo lugar en el olimpo de la música y el cine. Gracias por tanto.
