Hay que admitirlo: el cine de superhéroes está alcanzando un punto complicado. Con un número desorbitado de películas de este género al año, estos blockbusters están empezando a preocupar a sus seguidores, que ya no se ven sorprendidos por sus aventuras. Todavía es pronto para hablar de DC, que tiene una potencial bomba con 'Escuadrón Suicida' este año, pero en el caso de Marvel sí podemos atisbar un cierto hartazgo. 'Ant-Man', dentro del paraguas de Disney, acabó recaudando algo más de 500 millones de dólares, que no suenan mal, pero se sitúa novena en el ranking de su Universo Cinematográfico. Fox, que no tienen tantas licencias de la Casa de las Ideas, se la juegan mucho más que Disney, y después del batacazo de 'Cuatro Fantásticos', estaba claro que necesitaban abrir las ventanas y que entrara algo de aire fresco en sus películas basadas en cómics.
Y qué suerte que escucharon a Ryan Reynolds. Y eso que le ha costado lo suyo. El mutante salió en 'X-Men Orígenes: Lobezno' con Reynolds encarnándolo, pero en una versión radicalmente distinta al Deadpool de los cómics: no era mordaz, ni irreverente, ni decía tacos. No era Deadpool, vamos. Los fans respondieron con estupor e indignación, y parecía que la historia de Deadpool en el cine terminaba ahí. Pero el actor no se rindió, sabía que había potencial en el personaje, aunque esté el problema de que una película fiel al cómic tendría una calificación por edades restrictiva en Estados Unidos y, por ende, mayor dificultad para llenar las salas. Sin embargo, un metraje filtrado (muy probablemente por Reynolds o Tim Miller) y el hype que se empezó a generar por la Red convencieron a Fox de que una película con el verdadero Deadpool podía ser lucrativa. 150 millones de dólares en sus primeros cuatro días en Estados Unidos después, podemos decir que Ryan Reynolds hizo muy bien en ser más terco que una mula.
¿Quién es 'Deadpool'? Detrás de ese nombre está Wade Wilson, un hombre que trabaja como mercenario y que, un día, es diagnosticado con un cáncer terminal. Como medida desesperada, acepta la oferta de someterse a un tratamiento experimental para activar sus genes mutantes a la fuerza. Eso le da una capacidad de regeneración similar a la de Lobezno, y por tanto le cura, pero también le desfigura por completo y Ajax, su "creador" y villano de la historia, le da por muerto. Él decide asumir la identidad secreta de Deadpool para buscarlo y obligarle a que le devuelva su atractivo.
Después de una campaña publicitaria de escándalo, nos había quedado claro que no íbamos a encontrarnos con la misma película de superhéroes de siempre (por fin). De hecho, muchas veces oiremos a Deadpool decir que no es un superhéroe, sino todo lo contrario. No tiene filtro, no busca el bien común, sino lucrarse y salirse con la suya, no importa quién sufra (o muera) por el camino. Es un personaje con el que sería imposible de empatizar, pero ay, cómo nos conquista. Nos encontramos ante uno de esos personajes que se nos quedará marcados a fuego y por el que seguiremos aplaudiendo durante meses. Ya no solo porque el lado oscuro siempre atrae, sino porque estamos ante el carisma personificado.
Wade Wilson, ya antes de ser Deadpool, era una metralleta de insultos, palabras malsonantes, chascarrillos, referencias y comentarios tan ácidos que sería capaz de derretir el suelo con su saliva. Y por suerte eso no lo pierde en toda la película. Eso es lo que lleva al largometraje de Tim Miller a otro nivel, y si funciona es porque le han dejado decir literalmente lo que le diera la gana. A ese respecto no puedo más que aplaudir a Marvel y 20th Century Fox por haber arriesgado y confiado en un producto solo para los adultos más traviesos y no haberle puesto el bozal a Deadpool. Si pensábamos que en 'El lobo de Wall Street' se soltaban muchos "fuck", necesitaríamos cinco libretas para apuntar todos los tacos que suelta el amigo Wade en esta película. Es bestia, muy bestia, ya no solo por las maravillosas líneas de diálogo, a cada cual mejor, sino también por los chistes gráficos tan escatológicos como descacharrantes. ¿Cuántas veces hemos visto una bala atravesar el... bueno... el agujero de atrás y que el damnificado siga soltando burradas mientras tanto?
Hablando de balas, 'Deadpool' no es solo una película llena de improperios verbales, también es una cinta ultraviolenta que no se corta un pelo. Sangre, vísceras, desmembramientos, cabezas cortadas, disparos atravesando todas las partes del cuerpo posibles. Hay escenas, como la de la autopista, que son una auténtica locura, y con personajes como el protagonista, que regenera sus heridas, y el villano, que no siente dolor, escenas así pueden ser todo lo brutas posible. Lo bueno es que aparecen en su justa medida, no son dos horas de peleas. La duración, precisamente, es otro punto a favor, ya que al no extenderse más allá de las dos horas permite presentar al personaje y desarrollar su origen sin que la película pierda ritmo. Porque lo cierto es que 'Deadpool', en esencia, es la misma película sobre el origen de un personaje y de sus poderes que ya hemos visto muchas veces. La estructura, el guión, son de lo más convencionales. Pero lo importante es cómo se especie el plato, y este viene picante, muy picante.
¡Hola a todo el mundo!
Es esa actitud la que diferencia a 'Deadpool' del resto de películas del género. Y no se queda solo en la labia y en la violencia, sino también en utilizar recursos como romper la cuarta pared constantemente. Desde el principio veremos cómo el protagonista nos habla directamente e incluye aspectos de nuestro propio universo, con guiños enormes a la saga 'X-Men', a Hugh Jackman y sí, a Ryan Reynolds. Los chistes son, literalmente, la caña, de tirarse por el suelo de la risa. Es ahí donde da los golpes más certeros, de nuevo sin cortarse, metiéndose con quien haga falta (es decir, 20th Century Fox, e incluso 'Linterna Verde') y presentando a un Reynolds que está absolutamente desatado. Nunca podía imaginar que Ryan Reynolds conseguiría sorprenderme, interpretativamente hablando. Pero es lo que tiene saber reírse de uno mismo, que suelen salir grandísimas perlas.
Ha quedado claro que estamos ante uno de los personajes del año, ¿no? Aunque el gran punto fuerte y diferencial de la película es él, quedan elementos que estudiar de la película de Tim Miller. Por un lado tenemos al villano, interpretado por Ed Skrein, con suficiente carisma como para plantarle cara mínimamente a Deadpool, pero muy flojo (como suele ocurrir en este tipo de películas) como para trascender. Lo mismo le pasa a Gina Carano, Stefan Kapicic o Brianna Hildebrand (Angel Dust, Coloso y Negasonic Teenage Warhead respectivamente). Cumplen su función, pero no conseguirán robarle un ápice de protagonismo a mercenario. Luego tenemos la historia de amor, que es quizás lo que menos pega con el estilo del personaje. Y aunque está incluida para hacer más asequible a Wade Wilson (algo que no era necesario), al menos le han puesto en el personaje de Morena Baccarin una pareja a su altura, un derroche de encanto y mala baba que nos da escenas muy grandes y que nos permite querer un poquito más al hombre vestido de rojo (porque así no le ves sangrar). En efectos especiales cumple, sin muchos alardes, y en la banda sonora vuelve a mezclar un buen trabajo de Junkie XL con auténticos temazos clásicos. Una película de acción con 'Careless Whisper' de George Miller merece todo mi respeto.
'Deadpool' supone un triunfo por muchas razones. Primero, lo es para Ryan Reynolds y Tim Miller, que pelearon por hacer la película que merecía el personaje, y lo han logrado. Sobre todo, lo es para el género, que consigue un necesario soplo de aire fresco con una adaptación bastante fiel a los cómics originales, una muy valiente porque ha preferido mantenerse fiel a hacer un nuevo producto para todos los públicos, pero falto de personalidad. Los que más ganamos somos los espectadores, ya que tenemos delante una grandísima comedia de acción que no nos toma por tontos, llena de guiños frikis y un personaje que nos conquistará desde el minuto uno. Pero opino (al igual que James Gunn) que no deberían cometer el error de pensar que ahora lo Rated R es "la moda" y convertirlo meses después en "lo de siempre". La irreverencia de Deadpool forma parte del ADN del personaje, y tiene la película que tenía que tener, pero no vale para un Lobezno, un Mr. Fantástico o un Hulk. Pero antes de hablar del futuro, corred a ver 'Deadpool'. No reinventará las historias de orígenes de los superhéroes, pero sin duda consigue que salgamos del cine habiéndonos partido de risa y disfrutado como enanos con una burrada de película protagonizada por un personaje que, ojalá, haya venido para quedarse.
Nota: 7
Lo mejor: Deadpool, el personaje en sí es una maravilla. Ciertos diálogos y guiños son, literalmente, para enmarcar
Lo peor: Que sea, de base, la típica historia del origen de un personaje y sus poderes