La crisis; ese fenómeno financiero del que quien más, quien menos, ha sufrido las consecuencias en los últimos tiempos. Esta es la premisa inicial de 'Tenemos que hablar', la nueva película de David Serrano con guión conjunto de Diego San José. Ya en los títulos de crédito se nos muestra el proceso que ha seguido la familia de Nuria (Michelle Jenner) y sus padres, Patricia (Verónica Forqué) y Miguel (Óscar Ladoire), para dilapidar sus ahorros y acabar al borde de la ruina. Todo "gracias" a Jorge (Hugo Silva), el entonces novio de Nuria, quien ha ido recomendando a sus suegros inversiones tan visionarias como las del Fórum Filatélico, acciones preferentes o la compra de un piso en Seseña. Una original escenificación que da comienzo a una simpática y sencilla comedia de enredo.
Podría haber sido el inicio de una sátira sobre los culpables políticos de esta situación, pero lo cierto es que a partir de ahí la crisis solo es el telón de fondo sobre el que se cimienta la película. Así, dos años después de romper su relación, Nuria ha rehecho su vida, cuenta con un buen trabajo y está felizmente emparejada. Todo lo contrario que Jorge, que está deprimido, en el paro y no consigue olvidar sus errores del pasado. Ante la pedida de mano de su nuevo novio, un pudiente y atractivo argentino interpretado por Ilay Kurelovic, la protagonista tratará de pedirle los papeles del divorcio a su ex de la manera más benévola posible para no hacerle daño. Pero decir las tres palabras mágicas no será tan fácil como parece y Nuria involucrará a todos sus allegados en un embrollo del que le costará salir airosa.
El mensaje de la película, por buscarle algún trasfondo, podría ser que con el cariño de los tuyos y una buena dosis de optimismo, se puede salir de todo (de acuerdo, sonaba menos cursi en mi cabeza). Pero a decir verdad, desde la promoción del film tanto el equipo como los actores hicieron hincapié en que la única premisa de 'Tenemos que hablar' era la de "hacer reír". Pues bien, objetivo cumplido. Y es que en la hora y media que dura su visionado, la película logra verdaderamente entretener y provocar las carcajadas del público en cuatro o cinco ocasiones (mejor si todavía no has visto el tráiler, que como de costumbre en estos casos desvela el 80% de los gags). Además, el ritmo y la trama de la historia no resultan descabellados como sí cabría recordar de algunos títulos de comedia patrios que vieron la luz en los últimos meses como 'Ahora o nunca' o la más reciente 'Ocho apellidos catalanes'. Eso sí, en la medida en que da pie a situaciones rocambolescas, el guión contiene varias incongruencias. Por ejemplo, el hecho de que Nuria viva en un ático de lujo mientras su padre subsiste limpiando oficinas y su madre vendiendo tortillas a un bar del barrio. O el personaje de Yoli (Belén Cuesta), que pasa de ser una simple compañera de trabajo de Miguel (Ladoire) a formar parte de la familia en un abrir y cerrar de ojos.
En una comedia romántica los protagonistas siempre juegan un papel fundamental. De hecho, a veces presenciamos tramas insulsas y sin chispa pero la química entre la pareja protagonista hace que de alguna manera nos enganchemos y la película levante el vuelo. En 'Tenemos que hablar' esta química no va más allá del morbo o el encanto que pueda tener el reencuentro de Michelle Jenner y Hugo Silva tras su amor televisivo hace ya diez años en 'Los hombres de Paco'. Aunque ambos demuestran una evidente complicidad, Silva intenta ponerle empeño en su cariz más cómico pero definitivamente el papel de 'pardillo' no le pega. Cuando en una escena al comienzo de la película Jorge, su personaje, llama a gritos a su compañero Lucas (Ernesto Sevilla) parece llamarse a sí mismo en 'Los hombres de Paco'. Vaya, que algún amante de la serie se quedará esperando a que aparezca el comisario y suelte un: "¿Que de qué tenemos que hablar Hugo? De mis santos..." Ya sabéis como sigue. El caso de Michelle es diferente. Acostumbrados a verla como la impertérrita reina Isabel en la serie de TVE, en 'Tenemos que hablar' se suelta y consigue una interpretación realmente convincente. Histriónica y adorable al mismo tiempo, incluso cuando se enfada y trata de parecer quien no es (hilarante escena del restaurante) borda su papel. Y esa ternura se contagia.
Ahondando en los personajes secundarios, estos juegan un rol fundamental en la comedia dándole el aire que precisa. Tanto Verónica Forqué como Óscar Ladoire están geniales en su papel de padres. Siempre preocupados por su niña, a pesar de los disgustos que les haya deparado la vida, se toman la vida con humor y protagonizan un par de escenas al más puro estilo "escenas de matrimonio". Poco queda por decir de Forqué como artista, más allá de que su entusiasmo y vitalidad siguen traspasando la pantalla. En el caso de Ladoire, la combinación entre buenazo torpón y romántico empedernido le sienta como anillo al dedo. Por su parte, Ernesto Sevilla interpreta a Lucas, el mejor amigo de Jorge, su compañero de piso y el típico "cuñao" que todo lo sabe o, más bien, eso le gusta aparentar. Quizá el cómico se encuentre algo desubicado fuera de un sketch, pero dentro de su perfil 'chanante' consigue provocar las carcajadas de los espectadores. En comparación con Sevilla sorprenden las escasas apariciones de Belén Cuesta. Pero como se suele decir, lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y aunque nos quedamos con ganas de más Yoli, los momentos que protagoniza la actriz andaluza valen la pena por el encanto que tiene su personaje y el que poco a poco también se va ganando la propia Belén en el mundo del cine.
'Tenemos que hablar' supone el regreso del director David Serrano a la gran pantalla tras unos años alejado del cine, inmiscuido en sus aplaudidas creaciones y adaptaciones teatrales. Para ello, el autor de 'El otro lado de la cama' y 'Días de Fútbol' ha querido apuntar sobre seguro y ha contado con el guionista de la película más taquillera de la historia de nuestro país ('Ocho apellidos vascos'): Diego San José. El guionista irundarra, quien ya ha recibido ofertas de Hollywood tras el boom de la saga 'Ocho apellidos', conforma un notable dueto cómico junto a Serrano, y ambos dotan al film de gags ciertamente elaborados y una trama que si bien no enamora, sorprende y funciona. Los creadores tratan de reflejar, con éxito, el patetismo de sus protagonistas y provocar la sonrisa a través de los equívocos recurrentes en este tipo de comedias. Y a pesar del poquito empaque de alguno de los personajes, eso es lo de menos cuando se trata de una comedia ligera que, sin duda, se deja disfrutar.
Puestos a señalar un lunar en el cómputo global, a medida que avanza la trama se ve venir que todo el engaño que se ha ido elaborando a lo largo de hora y media no será fácil de desenredar. Bien es cierto que en este tipo de comedia lo más complicado de imaginar, y de llevar a cabo, siempre resulta el desenlace, pero al que se enganche mínimamente a la historia de amor entre Nuria y Jorge, la escena final lo dejará frío, por lo precipitado e insulso de la situación.
En definitiva, 'Tenemos que hablar' no será una película de la que se hable pasadas unas semanas ni que recomendemos a los amigos con especial énfasis, pero sí un producto notable dentro de la comedia amable y sin más pretensión que la de hacer reír. Lo nuevo de David Serrano cumple su cometido con creces y hará que salgamos de la sala de buen rollo y con una sonrisa en los labios, algo que en los tiempos que corren es más que necesario. Y sino, que se lo digan a los protagonistas.
Nota: 6/10
Lo mejor: Michelle Jenner y algunos gags que provocarán las carcajadas del público
Lo peor: El final, demasiado precipitado