Alex de la Iglesia, uno de los grandes nombres del cine español, tenía las miradas puestas en él desde que en verano de 2018 durante un evento de Sundace TV declaró que tenía preparada una serie de terror que pretendía rodar próximamente. El cineasta no reveló en qué plataforma, pero ya sabemos algunos datos de su nuevo proyecto.
Finalmente ha sido HBO quien se ha llevado el gato al agua con el proyecto del director. La nueva serie de terror se llama '30 monedas' y llega ocho años después de su primer trabajo para la televisión en 2008 con 'Plutón B.R.B. Nero'.
Por el momento el único nombre del reparto es Macarena Gómez según informa Formula TV. De la Iglesia ya trabajó con la actriz andaluza cuando produjo la película de terror 'Musarañas'. Gómez trabaja actualmente en el rodaje de la serie 'La que se avecina', pero no habrá problemas de agenda ya que el rodaje de la que será la segunda ficción de HBO España (tras 'Patria') comenzará en junio de 2019.
Qué sabemos de la serie
'30 monedas' estará formada por un total de 8 capítulos que el cineasta co-escribirá con Jorge Guerricaechevarría. La trama principal gira en torno al Padre Vergara, un exorcista, boxeador y ex convicto exiliado en una parroquia de un pueblo remoto de España que es mucho menos inocente de lo que parece. El párroco tendrá que enfrentarse a los secretos de su pasado y a una veterinaria y el alcalde del pueblo que intentarán llegar hasta el fondo del asunto.
"'30 monedas' es el proyecto soñado de toda una vida. Una serie de terror puro y duro, sin concesiones. Suspense, acción y misterio en las entrañas de un pueblo de la España profunda, extendiéndose por todo el mundo... Seres aberrantes, sectas malditas, secretos inconfesables surgen de las grietas de una realidad que ya sólo nos inspira desconfianza... Una delicia para todos los que quieren divertirse pasando miedo", explica el director.
Álex de la Iglesia, de peor a mejor
'Messi'
Dejemos las cosas claras desde el principio, mi condición de madridista no influye en absoluto en la decisión de ubicar 'Messi' en la triste posición de ser el punto más bajo de la carrera de Álex de la Iglesia. Las razones, por desgracia, son puramente artísticas, ya que nos encontramos con un cineasta alejado de la pasión que caracteriza todas y cada una de sus películas, más cercano al trabajo de artesano sin demasiado interés ni ambición.
Los amantes del astro argentino probablemente disfrutarán de algunas de las conversaciones que recorren este documental anclado en cenas y reflexiones que, en el peor de los casos, caen en la pedantería más aburrida pero que, en las mejores ocasiones, encuentran pequeños oasis de naturalidad y sencillez. La firma De la Iglesia, sí, pero no hay rastro de ninguna de sus señas de identidad.
'Los crímenes de Oxford'
Una de las sensaciones constantes que despierta la trayectoria de Álex de la Iglesia es la de estar siempre frente a cineasta excelente en el apartado técnico, un director que demuestra una capacidad de planificación y montaje sobresalientes y una capacidad de entender el cine muy personal. Y 'Los crímenes de Oxford' no fue una excepción.
Sin embargo, también nos encontrábamos con una película que, a nivel narrativo, no terminaba de encontrar del todo bien el ritmo más adecuado e interesante. Es decir, por cada plano secuencia espectacular teníamos una presentación de personajes fallida y precipitada, por cada desenlace memorable teníamos alguna conversación reiterativa. De la Iglesia seguía sin suspender, pero aquí conseguía un aprobado que, a la vista del punto de partida, se nos antoja ligeramente decepcionante.
'Crimen Ferpecto'
Dentro de las influencias de un director tan personal como Álex de la Iglesia, una de las más inesperadas era la de los hermanos Coen, pero el cine está repleto de sorpresa y, de repente, llegó 'Crimen Ferpecto' para demostrarlo una vez más.
El humor negro, elemento presente en gran parte de la filmografía del cineasta español, se volvía especialmente 'coeniano', disculpen el palabro, en esta historia repleta de personajes que bordean siempre el absurdo para terminar abrazando esa escala de colores que no entiende de grises. La puesta en escena, brillante, y un conjunto de intérpretes inspirados, salvan por completo una propuesta que, por otro lado, nunca termina de explotar, incluso cuando lo está haciendo. Los Coen, en cualquier caso, se sentirían orgullosos de ella.
'Mi gran noche'
Vayamos al tópico. Todo en 'Mi gran noche', la última propuesta de De la Iglesia previa a 'El Bar', es muy bruto, muy salvaje, muy alocado. Pero es que sus intenciones están claras y no hay tiempo que perder. Si nos ponemos profundos, buscando reflexión en medio del festival, podemos entender la película como el reflejo más excesivo de nuestro país, España de cotillón navideño (en octubre) y protestas violentas al otro lado del cristal. Y si nos quedamos en lo básico, lo que nos queda es un entretenimiento irregular en el que los gags terminan fallando por acumulación.
Ambas lecturas se pueden combinar, por supuesto, pero cualquier decisión como espectador se podrá tomar antes o después, nunca durante. Lo que comienza como un tiro, divertido, ácido, brillante en sus mejores momentos, termina lastrado por su propia intensidad, asfixiada por su propio ritmo.
'800 balas'
Álex de la Iglesia asistió a un espectáculo para turistas realizado en los antiguos decorados de western clásico que sobreviven en Almería y lo tuvo claro. Su próximo proyecto sería, nada más y nada menos, que un homenaje en toda regla al género que Sergio Leone convirtió en arte, un spaghetti western que encontraba en el cineasta español a un rendido amante capaz de todo por entregarle su carta de amor.
Muchos empezamos a salivar imaginado '800 balas' en el mismo momento en el que se anunció su existencia y, durante buena parte de su metraje, obtuvimos el placer que buscábamos. Lástima que, a pesar del respeto y el cariño con el que De la Iglesia plantea y trata esta historia, se le termine yendo la mano en un desenlace que no está a la altura. Por fortuna, el epílogo reconstruye el error y finaliza de manera emotiva una propuesta tan curiosa como valiosa.
'Perdita Durango'
Mejor no hagamos caso a las cifras. Porque poco, o nada, importa que 'Perdita Durango', el esperadísimo regreso de Álex de la Iglesia tras su abrumador éxito con 'El día de la bestia', fuera uno de los fracasos en taquilla más sonados de la década de los 90, lo relevante es su nivel artístico. Y en ese sentido, hablamos de una propuesta notable con la que el cineasta combinó la (evidente) ambición de abrirse paso en el mercado internacional con las claves más características de su cine.
El clasicismo en la puesta de escena, modélica, y el dibujo de sus personajes, contundente, suman puntos extra a una película tratada de manera injusta tras su estreno pero a la que el paso del tiempo le ha sentado mejor que bien. Conviene revisarla más a menudo.
'La chispa de la vida'
Una película así, tras la apasionada y apasionante 'Balada triste de trompeta', iniciaba su andadura repleta de incógnitas. ¿Cómo se enfrentaría De la Iglesia a una película tras un trabajo tan personal como aquél? ¿José Mota como protagonista? ¿Salma Hayek como su esposa? ¿Un título directamente relacionado con una campaña de publicidad? El argumento, un hombre desesperado que, tras sufrir un accidente, queda atrapado por un hierro clavado en su cabeza, trazaba un punto de partida cuyos enfoques se disparaban. Podría ser una comedia, un drama o un ejercicio de estilo cinematográfico de control de los recursos. De la Iglesia marca las tres opciones.
Porque 'La chispa de la vida', se resuelve finalmente como una película totalmente equilibrada que, a través de un ritmo perfectamente medido, consigue atrapar al espectador, jugar, en el mejor sentido de la palabra, con sus emociones. Y lo hace siempre en el lado del perdedor pero, y aquí reside lo más interesante y perturbador, sin dejar de entender las maniobras y estrategias de los interesados en sacar tajada de la situación de su protagonista. Pese a que su valor disminuye al comprobar sus similitudes con la obra maestra de Billy Wilder, 'El gran carnaval', 'La chispa de la vida' continúa siendo un trabajo notable, mayoritariamente infravalorado.
'La habitación del niño'
Estábamos tranquilamente en nuestros salones en un 2007 recién estrenado cuando, de repente, regresaron las 'Historias para no dormir', la obra maestra de Narciso Ibáñez Serrador, que volvía a la pequeña pantalla cediendo el testigo a un conjunto de cineasta españoles de primer nivel que tenían la maravillosa oportunidad de continuar la excelsa ruta del maestro. Uno de ellos tenía que ser Álex de la Iglesia por talento, devoción confesa hacia Ibáñez Serrador y valentía.
De esta forma, llegó 'La habitación del niño', la primera y única, hasta la fecha, propuesta de terror firmada por el director. Y llevamos una década cruzando dedos para que vuelva a ocurrir porque el resultado fue de notable alto. Estaban los sustos, estaban los personajes perturbados y misteriosos, estaba la intriga, estaba la atmósfera, estaban los homenajes, estaban los giros imposibles y, sí, estaba el miedo en estado puro. Álex, vuelve pronto al terror.
'Balada triste de trompeta'
Atención, terreno peligroso. Amada y odiada casi a partes iguales, a ver si algún valiente se anima a posicionarse en el término medio o en la duda, 'Balada triste de trompeta' es, con diferencia, el trabajo más personal, arriesgado y desafiante de la carrera de Álex de la Iglesia. Un cineasta que, por primera vez, se ocupaba al cien por cien del guion, sin la ayuda de su hasta entonces inseparable Jorge Guerricaechevarria, para contar una historia en la que la Guerra Civil y el amor platónico de un payaso triste, excelente Carlos Areces, se fundían hasta alcanzar una poesía marcada por la brutalidad.
Una obra salvaje y despiadada, triste y espectacular, rabiosa y apasionada, que consiguió el León de Plata a la Mejor Dirección y el Premio al Mejor Guion en la Mostra de Venecia de 2010 y que encontró tantos defensores como detractores tras su estreno. El tiempo no ha apaciguado la devoción de ambos bandos, lo que demuestra el potencial abrumador de una película única y genuina para despertar opiniones y sensaciones. Palabras mayores en la carrera de De la Iglesia.
'Muertos de risa'
Ya va siendo hora de reivindicar 'Muertos de risa'. Álex de la Iglesia, tras el fiasco comercial obtenido con 'Perdita Durango', volvía a centrar su mirada en esa España desastrosa y explosiva marca de la casa con esta historia protagonizada por dos humoristas de los años sesenta que pasan de la carcajada a la bofetada limpia y contundente en lo que canta una transición.
Santiago Segura y El Gran Wyoming, espléndidos, prestan su versión más melancólica a una película en la que cada estallido duele y cada silencio impacta con la fuerza de un grito en medio del desierto. Se (re)define a un país, se remarca la eterna tristeza del payaso y se funde la violencia en la más absoluta desolación. Nada de trabajo menor, joya por descubrir.
'La Comunidad'
A la hora de elaborar un repaso sobre la carrera de Álex de la Iglesia, una de las pocas opiniones generalizadas es la de la incontestable ubicación de 'La Comunidad' en la lista de sus grandes éxitos, tanto a nivel comercial como crítico.
¿Las razones? Todas aquellas que sirven para definir y analizar una de esas propuestas sobradas de inspiración, repleta de hallazgos visuales y narrativos, con un reparto cinco estrellas, con una inolvidable Carmen Maura a la cabeza, y con un director abrazado a las musas. Resumiendo, uno de los clásicos del cine español reciente al que el paso del tiempo no ha hecho más que confirmar su grandeza.
'Las brujas de Zugarramurdi'
Desde su trepidante y memorable arranque con atraco incluido en la Puerta del Sol, 'Las brujas de Zugarramurdi' comienza a jugar con géneros tan dispares como el terror, el cine de acción o la comedia romántica, dando forma a una especie de grandes éxitos de Álex de la Iglesia, un Frankestein genial al que no se le notan las costuras.
Comandada por unos estupendos Hugo Silva y Mario Casas que, por fin, se quitaban la etiqueta de 'chicos guapos' para dar rienda suelta a una modélica vena cómica, esta historia que parodia los estereotipos de la guerra de géneros y las leyendas de mujeres y hombres (y viceversa), crece en intensidad hasta llegar a los fuegos artificiales finales, al más es más, la explosión y, valga la redundancia, el aquelarre definitivo, sin perder por el camino el más mínimo poder para engatusar a un espectador que asiste con la sonrisa pegada a la cara al festín propuesto.
'Acción mutante'
Producida por los hermanos Almodóvar, 'Acción Mutante' tiene todo lo que se puede pedir a un debut, y además, suma puntos extra tan inesperados como gratificantes. Hay que tener valor, mucho, para estrenarte en el largometraje con una comedia de ciencia ficción de estética ciberpunk protagonizada por un comando de ladrones espaciales que se enfrentan a su último gran golpe. Y hay que tener muchísimo talento para conseguir un trabajo tan disfrutable, divertido y original.
De la Iglesia deja claro, desde el minuto uno, que no se va a quedar ningún trozo de carne fuera del asador, que no va a jugar al empate, que es un todo o nada. Todo en contra, lo que aumenta aún más el valor de 'Acción mutante', una película que mezcla con acierto tanto canciones de Karina y ecos de 'Star Wars' como naves espaciales que transportan merluza y una secuestrada que sufre el síndrome de Estocolmo. Tal cual. En definitiva, uno de los debuts más interesantes y sorprendentes del cine español reciente.
'El día de la bestia'
Si había un director con capacidad para convertir una comedia satánica en todo un éxito de crítica y público ganadora de seis premios Goya, era Álex de la Iglesia. Dicho y hecho. La confirmación total de un cineasta que, tras su brillante debut con 'Acción mutante', confirmaba todas las expectativas con 'El día de la bestia', entregando la que, aún hoy, sigue siendo su película más redonda, uno de esos trabajos en los que todo funciona de manera casi milagrosa. Con perdón.
Desde su impactante prólogo hasta un clímax final que ya es historia del cine español, De la Iglesia, acompañado por un reparto entregado al cien por cien, se lo pasa de vicio con una historia delirante que no pierde fuelle en ningún momento. La ha rozado en otras ocasiones, pero aquí sigue estando la cima de su cine.