Después de las malas críticas y la división de opiniones sobre 'Batman v Superman: El amanecer de la Justicia' y 'Escuadrón Suicida', la siguiente entrega del Universo Extendido DC, 'Wonder Woman', está en el punto de mira. El tráiler que se pudo ver en la pasada Comic-Con nos dejaba muy buen sabor de boca, pero los rumores sobre problemas en la producción no tardaron en aparecer. Una fuente anónima que decía haber trabajado en Warner Bros. aseguraba que el film era un desastre. A continuación, Patty Jenkins, la directora de 'Wonder Woman', salió al paso para desmentir las declaraciones y defender su película.
Puede que no se trate más que de rumores sin fundamento para hacer daño o simple carne de clickbait sin mayor importancia, pero ¿deberíamos estar preocupados? 'Wonder Woman' tiene que salir bien, no solo porque Warner/DC necesita que sus películas funcionen más allá de la taquilla, sino por lo que simboliza el personaje, por lo necesario que es en estos días este gran icono del feminismo, sobre todo después de la ola de intolerancia que ha generado el reboot de 'Cazafantasmas'.
Los blockbusters protagonizados por mujeres escasean ('Lucy' fue un éxito, pero los estudios lo tomaron como una excepción y no como una llamada a hacer más), y si nos adentramos en el cine de superhéroes actual, directamente no existen (los fracasos de 'Elektra' y 'Catwoman' hace unos años asustaron a los ejecutivos, como si la calidad de ambas películas no tuviera nada que ver, como si no hubiera batacazos protagonizados por hombres). Con suerte, el verdadero cambio dará comienzo en 2017, cuando se estrena 'Wonder Woman', que llegará dos años antes de que Marvel se digne a presentar la primera película con protagonista femenina de su Universo Cinematográfico, 'Captain Marvel' (y que no se nos olvide que el público sigue exigiendo una entrega en solitario para la Viuda Negra).
Televisión adelantada a nuestro tiempo
Mientras la cosa va más bien lenta en el cine, todos sabemos que, afortunadamente, la televisión se mueve a otro ritmo. Series fantásticas, de acción o ciencia ficción protagonizadas por mujeres hay y ha habido muchas a lo largo de los años. Por eso ha sido más "fácil" introducir ficciones televisivas protagonizadas por heroínas recientemente, como 'Agent Carter' y 'Jessica Jones' en Marvel o 'Supergirl' en DC. Claro que nada de esto sería posible de no ser por pioneras como 'La mujer maravilla', la popular adaptación televisiva del personaje de DC protagonizada por Lynda Carter, que ya en los 70, década en la que empezaban a proliferar las series protagonizadas por mujeres, allanó el terreno para el panorama televisivo más inclusivo y feminista que tenemos hoy.
'La mujer maravilla' se estrenó en 1975 y estuvo en antena hasta 1979, abarcando tres temporadas. Vista hoy en día, además de resultar curiosa por sus rudimentarios efectos especiales y sus anticuados mecanismos narrativos, la serie sorprende por sus ideologías modernas y su naturaleza incontestablemente feminista, que se opone a la mayoría de blockbusters de décadas posteriores. Exceptuando ocasionales deslices reflejo de la sociedad en la que se desarrolla, si 'La mujer maravilla' era más progresiva y transgresora que 'Escuadrón Suicida' o todas las películas de Michael Bay, es sobre todo porque se mantuvo muy fiel a su material de origen y se negó a desvirtuarlo para convertirlo en la típica serie sexy con mujer protagonista orientada al público masculino.
La perfecta Mujer Maravilla
Diana Prince/Wonder Woman fue creada en 1941 para DC por William Moulton como contrapunto a la masculinidad agresiva de los cómics de la época, y con la intención de convertirla en un icono feminista y referente para niñas de todo el mundo, que necesitaban de alguien que les demostrase que podían ser cualquier cosa que se propusieran (y más de una cosa a la vez si hacía falta). La serie llevó a la pequeña pantalla los ideales inherentes a la heroína de los cómics sin caer en la hipersexualización o explotación que han sufrido treinta años más tarde personajes como Harley Quinn (Margot Robbie) o la Viuda Negra (Scarlett Johansson). Y es que lo que diferencia a Wonder Woman de otras superheroínas es que, a pesar de ser una mujer bellísima, sensual y con un físico impresionante, ni ella es consciente de su atractivo (porque procede de una isla de amazonas donde la belleza es la norma), ni lo usa como arma contra los hombres. Aunque a simple vista el ceñido y escaso uniforme de Wonder Woman (una especie de bañador con corsé imposible que acentúa sus curvas) podría contradecir esto, no hay más que ver la serie (cosa que quien esto escribe ha hecho aprovechando el verano) para comprobar que en ningún caso la protagonista es reducida a su físico o convertida en un objeto sexual.
Así es como fue concebido el personaje y así es como lo personificó a las mil maravillas Lynda Carter, la Miss Mundo de 1972 convertida en estrella televisiva, que se declara "feminista incluso antes de saber qué era el feminismo". La propia actriz lo describe así en una entrevista para los contenidos especiales de la primera temporada de la serie en DVD: "Wonder Woman nunca se lo tenía creído, no seducía, no iba por la vida creyéndoselo o siendo consciente de su belleza e imponente físico".
Pero 'La mujer maravilla' no fue solo una pionera del feminismo en lo que respecta a su protagonista, sino también en relación al resto de personajes femeninos. Ya desde el primer episodio quedaba claro que se iban a desafiar e invertir las expectativas de género, cuando en una sorprendente escena una abuelita inocente agarraba una ametralladora y disparaba contra nuestra heroína en una demostración circense de sus habilidades. Efectivamente, en la serie la mujer no quedaba reducida al papel de víctima o interés amoroso, sino que adoptaba diferentes tipos de roles. En 2013, 'Star Trek: En la oscuridad' recibía críticas porque presentaba un futuro de ciencia ficción en el que la cúpula de poder continuaba excluyendo a las mujeres y el techo de cristal seguía bien vivo. En 'La mujer maravilla', sin embargo, podíamos ver frecuentemente a mujeres (de diversas razas y edades, además) en puestos de poder: políticas, empresarias, militares, diplomáticas, y quizá lo más importante, villanas. Hoy en día es común encontrar personajes femeninos moralmente corruptos o cuestionables, pero no siempre fue así, y Wonder Woman contribuyó a este cambio. El feminismo no consiste en retratar siempre a la mujer como un ser fuerte, puro o virtuoso, sino en darle la oportunidad de desempeñar cualquier papel en la ficción, como al hombre, incluidas psicópatas y megalómanas.
Eso sí, en muchas ocasiones, estas villanas eran reformadas por Wonder Woman, que las invitaba a seguir el camino de la bondad y la camaradería femenina, o a buscar un porvenir propio en un mundo en el que la mujer podía elegir. En 'La mujer maravilla' no hay apenas rivalidad femenina (tanto en el mundo "real" como en Paradise Island, donde la hermandad es la principal fuente de fortaleza de las amazonas). Al contrario, las mujeres de la serie se suelen respaldar unas a otras, como en el episodio 2x18, "Flight to Oblivion", en el que una capitana protege a Diana de un sargento que está aprovechándose de su rango para increpar a la protagonista cuando esta se comporta de manera supuestamente insubordinada. Más tarde, la capitana se burla junto a la protagonista de la masculinidad frágil del militar, pidiendo a Diana que le llame "señor" y cediéndole el paso "caballerosamente". Más claro imposible.
Un mundo de hombres
En el episodio "The Feminum Mystique" (1x05), Diana se ofrece como cita para acompañar al cine a su colega Etta Candy, y esta reacciona contrariada diciéndole "Pero no eres un hombre", a lo que Diana responde jocosamente "Eso es algo de lo que siempre me he alegrado".
Aunque no era el tema central de la serie, Diana Prince se tuvo que enfrentar al machismo en muchas de sus aventuras, o al "chovinismo masculino", como lo llega a denominar en un episodio de la segunda temporada ("The Queen and the Thief"). Su posición como superheroína y su puesto como agente destacada de la IADC (la agencia gubernamental de inteligencia donde Wonder Woman mantiene su identidad secreta) la convierten en un blanco fácil de comentarios sexistas, pero Diana no duda en responder (muchas veces reduciendo el machismo con un simple y muy irónico "cute") y manifestar su desaprobación ante los impertinentes avances sexuales del sexo contrario, manteniendo siempre la compostura y la sensatez. Diana dice las cosas claras, se siente orgullosa de ser mujer y muestra tolerancia cero para aquellos hombres que intentan propasarse con ella o la menosprecian por pertenecer al "sexo débil" (algo que, todo sea dicho, no ocurre con demasiada frecuencia en la serie).
Tomad como ejemplo este diálogo del episodio 3x11 ("Pot of Gold") entre un agente de policía y Diana, que se se está haciendo pasar por su compañera de patrulla para llevar a cabo una misión:
- No me hago a la idea.
- ¿De qué?
- De una mujer como agente de la IADC.
- ¿Qué pasa? ¿No lo apruebas?
- Sí, pero me va a llevar tiempo acostumbrarme.
- Pues no tardes demasiado, Gino.
- ¿Por qué?
- Porque podrías ser reemplazado. Por una mujer.
O este otro del capítulo 3x05 ("Disco Devil"), en el que Diana tiene que lidiar con un pesado en una discoteca, que la agarra del brazo para forzarla a que baile con él:
- No, gracias.
- Eh, no me gustan las emociones negativas. No reconozco la palabra "no".
- Pues quizá va siendo hora de que empieces [lo lanza de un empujón al otro lado de la pista].
Sin embargo, 'La mujer maravilla' no solía ridiculizar al hombre con estas acciones, sino que más bien lo utilizaba para educar a la audiencia sobre los comportamientos micro-machistas y la necesidad de que este entendiera que "no" significa "no". De hecho, el hombre salía muy bien parado con su representación principal en la serie, el coronel Steve Trevor, interpretado por Lyle Waggoner. Aunque más tarde se trasladó la acción a los 70 por cuestiones logísticas, al principio, la serie se ambientaba en los años 40, durante la Segunda Guerra Mundial (como en los cómics originales), y ya entonces nos presentaba a un ideal de hombre también adelantado a su tiempo. En muchas ocasiones, Steve se convertía en el "caballero en apuros" de la serie, invirtiendo así los roles tradicionales de la aventura de manera revolucionaria en el audiovisual. La serie solía mostrarnos a Wonder Woman salvando a Steve, rescatándolo de peligros e incluso llevándolo en brazos. Y en ningún caso esto suponía una oportunidad para reírse de él. Todo lo contrario, Steve siempre se alegra de contar con la ayuda de Wonder Woman y jamás se siente amenazado o emasculado por el hecho de ser salvado por una mujer. El siguiente diálogo extraído del episodio 2x13 ("Light-Fingered Lady") es un ejemplo perfecto de que no solo Diana Prince/Wonder Woman es un icono feminista, sino que Steve Trevor también lo es:
- Villano de turno (refiriéndose a Wonder Woman): ¿Ves lo que consigues cuando confías en una mujer?
- Steve: Sí. Consigues que se haga el trabajo.
Como dirían Tina Fey y Amy Poehler: "Bitches get stuff done". Y Steve Trevor ya lo decía en 1978.
Por favor, no estropeen a Wonder Woman
Por todas las razones expuestas (y tantas otras que habrían hecho que este artículo se extendiera mucho más), es necesario que la nueva 'Wonder Woman' haga justicia al personaje creado por Moulton y convertido en icono de la cultura audiovisual por Lynda Carter. La presentación en 'Batman v Superman' de la nueva Mujer Maravilla, interpretada por Gal Gadot, tuvo un recibimiento generalmente positivo, y el tráiler de su película en solitario deja entrever que Warner se ha mantenido fiel a la historia original, pero todavía no hemos visto lo suficiente como para estar seguros de que todo irá bien.
Deseamos y esperamos que la nueva iteración del personaje esté a la altura de su historia en los cómics y la televisión, pero si no es así, siempre nos quedará la serie de los 70. A pesar de haber envejecido en otros aspectos, 'La mujer maravilla' sigue aguantando perfectamente como referente feminista, más que la mayoría de superproducciones de Hollywood de la última década.