50 nominaciones a los Oscar. Por encima de él, Walt Disney con 59. No busquéis a nadie más, no existen. Basándonos en datos, y eso que nos hemos centrado exclusivamente en los premios de la Academia, John Williams es una leyenda viviente. Pero sería un error resumirlo todo en algo tan frío como un galardón, porque la clave que convierte al compositor en un clásico de la historia del cine está relacionado directamente con la memoria colectiva de varias generaciones que han, hemos, nacido acompañados por cada una de sus bandas sonoras. Y nunca nos ha fallado.
Seleccionar los diez mejores trabajos de Williams hasta la fecha, porque cruzamos dedos para que queden muchos más por venir, asegura una dura competencia entre lo objetivo, la forma, y lo subjetivo, el fondo, pero también entrega horas y horas de música inolvidable. Hablamos de un compositor capaz, siempre, de lo mejor, de entregar obras antológicas incapaces de envejecer. Es sencillo, comienzan a sonar, y la emoción despierta de forma automática. Una virtud reservada, exclusivamente, a los más grandes. Es decir, gigantes.
A continuación, os proponemos un ranking de las diez mejores bandas sonoras compuestas por John Williams, un conjunto de melodías que nos han acompañado durante años y que se conectan directamente con algunos de nuestros mejores recuerdos. Las sensaciones explotan, la memoria se activa y no es nada complicado trasladarse hasta ese primer momento en el que la música traspasó por completo la pantalla para atraparnos para siempre. Más que una lista con cierto orden, este especial pretende ser un homenaje lleno de agradecimiento en toda regla. Es lo mínimo.
Las 10 mejores bandas sonoras de John Williams
'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio'
La última gran obra de John Williams. Y no era tan sencillo su elección, ya que el nivel demostrado por el compositor en sus proyectos más recientes sigue siendo deslumbrante. Pero, claro, es imposible no caer rendido ante una partitura tan trepidante, juguetona y elegante en su clásico sentido de la acción como la que entregó el maestro para la maravillosa 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio'.
Un conjunto de temas que terminan elevando al piano como protagonista principal en sus momentos más destacados y en las que se combinan y complementan la épica, la intriga, los ecos del cine negro más carismático y la belleza imposible que esconde toda montaña rusa. Es, en definitiva, un Williams mimetizado con las imágenes, perfecto en cada plano, siempre presente y nunca excesivo. Esencial.
'Superman'
Antes de que la oscuridad y la solemnidad marca Nolan se apoderara del cincuenta por ciento del cine de superhéroes que está omnipresente en nuestras carteleras, el género basaba casi todos sus esfuerzos en transmitir el color, la diversión y el entretenimiento familiar que representaba su esencia más tradicional. En este sentido, 'Superman' consiguió rozar el milagro, entregando un personaje icónico de la manera más deslumbrante posible.
John Williams, por su parte, sí que alcanzó la ansiada perfección gracias, especialmente, a un tema principal que tardó, aproximadamente, cinco segundos en convertirse en historia del cine. A su lado, imposible remediarlo, el resto de melodías parecen menores, pero no deja de ser una falsa apariencia. Todo en la banda sonora de 'Superman' es glorioso.
'Solo en casa'
A estas alturas de la película, 'Solo en casa' está ampliamente considerada como una de las cintas de entretenimiento para toda la familia más logradas de todos los tiempos. Un clásico contemporáneo que entregaba una cantidad importante de escenas para el recuerdo y que nos alegró numerosas fiestas navideñas a base de humor, ternura y gags que funcionaban, y funcionan, como un reloj. Pero, en el momento de su estreno, muchos pensaron que se trataría de una comedia del montón, una aventurilla de andar por casa sin mayor historia. El tiempo tardó poco en quitarles la razón.
Todas las expectativas explotaron al comprobar cómo cada elemento funcionaba muy por encima de lo esperado. Y eso incluye una banda sonora que se coló de manera automática en la privilegiada lista de mejores trabajos de un John Williams que ya era leyenda. En esta ocasión, se aleja por completo de la tentativa de caer en el piloto automático y se entrega al cien por cien para conseguir un conjunto de emocionantes melodías entre las que destaca, de nuevo, un tema principal digno de aplauso. ¿Obra menor? No. Obra mayúscula.
'Parque Jurásico'
Hablemos de la memoria. Cuando se analiza la obra de John Williams, es muy sencillo caer en la apabullante forma, en la técnica siempre impecable que rodea cada una de sus composiciones, pero conviene señalar que los aspectos emocionales juegan un papel igual de importante. O más. En ese sentido, su trabajo para 'Parque Jurásico' sigue brillando con especial intensidad gracias a una capacidad innata para conectar con los recuerdos y las mandíbulas desencajadas de todos aquellos espectadores que vibraron de manera inolvidable desde su butaca en aquel lejano 1993.
Esta obra maestra del entretenimiento firmada por Spielberg, porque de eso se trata, encontró en la partitura de Williams un apoyo de incalculable valor, desde su inmenso tema principal hasta cada una de sus melodías más entrañables, pasando por instante en los que el suspense y la tensión asfixiante, representados especialmente por unos coros aterradores, se apoderaban de cada compás. Incluso en un terreno tan propicio para relajarse, Williams se entregó a fondo. Y el resultado está dentro de sus clásicos más importantes.
'Indiana Jones en Busca del Arca Perdida'
El sentido de la aventura, resumido en un tema principal. Por supuesto, en la composición de John Williams para cada una de las entregas de Indiana Jones hay una variedad y versatilidad a la altura del genio, pero cada vez que suena La Melodía, la emoción se desata por completo. Un inmenso árbol que no debería ocultar un bosque de música elegante, clásica, grandiosa en el mejor sentido de la palabra.
Incluso en un trabajo que podría haber caído de manera tan sencilla en la épica más tópica, Williams consigue mantener el equilibrio de manera permanente, ofreciendo una obra llena de disfrute y vértigo. La nostalgia entendida como vehículo perfecto para alcanzar cimas.
'Harry Potter y la piedra filosofal'
J.K. Rowling se negó a cumplir las exigencias que Steven Spielberg planteó a la hora de ponerse al frente de la adaptación cinematográfica de la inolvidable saga 'Harry Potter', pero mantuvo en el proyecto a su gran cómplice: John Williams. Una demostración de inteligencia por parte de una escritora que comprobó, al igual que millones de espectadores en todo el mundo, la manera en la que la música encajaba como un fascinante guante en su universo mágico.
Tras demostrar, por enésima vez, el talento innato de Williams para dar forma a un tema principal que se quede instalado en nuestra memoria para siempre, el compositor comienza a enlazar melodías que pasan de la oscuridad y lo tenebroso a la luz y la ilusión inocente que desprenden los jóvenes magos protagonistas. Un nivel deslumbrante que se mantuvo durante 'Harry Potter y la cámara secreta' y 'Harry Potter y el prisionero de Azkaban', tras la que el compositor abandonó la saga para dejar su lugar a Patrick Doyle, Nicholas Hooper y Alexandre Desplat. Ninguno estuvo a la altura del maestro. Pero, para ser justos, no era nada sencillo.
'Tiburón'
Una de las claves que convirtieron a 'Tiburón' en una obra maestra, y en el primero de los múltiples clásicos que atesora Spielberg a lo largo de su carrera, consistía en colocar la intuición por encima de la evidencia. El espectador pocas veces observaba al temible protagonista pero, a cambio, debía luchar contra sus nervios constantes a que, en cualquier momento, todo estallara en una dentellada mortal. John Williams, que entendió al director a la perfección desde el principio, trasladó la misma filosofía a su composición para la película.
De esta manera, arriesgando y mostrando una valentía ejemplar, el genio se apoya en la sencillez, en lo aparentemente básico, para construir un monumento al suspense y al terror que conecta, de manera definitiva, con algunas de las bandas sonoras más inolvidables del género. Aquí no hay golpes de efecto gratuitos, ni trucos para manipular al espectador. Lo que tenemos en 'Tiburón' es a un compositor sumergido por completo en la historia, consiguiendo el impacto más inmenso desde el giro más diminuto. Resumiendo, un clásico absoluto.
'La lista de Schindler'
Cuesta añadir algo a todo lo que se ha dicho, escrito y analizado sobre 'La lista de Schindler' desde el momento en el que impactó al mundo entero. Un golpe emocional estructurado en base a la maestría de un director, de nuevo Spielberg, que alcanzaba, al fin, el respeto masivo de la industria más allá de su demostrado e impecable talento para conquistar la taquilla. La película definitiva sobre el Holocausto, la perfección en fondo y forma, un milagro que contaba con la inestimable ayuda de la composición de John Williams para terminar de redondear el prodigio.
Una banda sonora de una belleza que araña el corazón, elegante hasta decir basta, conmovedora sin manipular, implacable a la hora de colocar el nudo en la garganta de un espectador que, décadas más tarde, sigue sintiendo la forma en la que se eriza su piel cada vez que se reencuentra con estos memorables compases. El dolor, el respeto. Historia del cine.
'E.T., el extraterrestre'
El mayor milagro dentro de los múltiples logros que consiguió John Williams con su inolvidable partitura para esta obra maestra, que conviene señalar que también es, nada más y nada menos, que la mejor película de Steven Spielberg, fue identificar la melodía exacta que resume TODO el cine del director. Su corazón, su esencia, su naturaleza emotiva. Incluso sus deudas e influencias, resumidas en el conmovedor homenaje que el compositor realiza hacia la maravillosa música que escribieron Victor Young y Richard Farrelly para la excelsa 'El hombre tranquilo'.
Más que un guiño, una lágrima que recorre toda una obra de inmensas dimensiones, con un Williams en permanente estado de inspiración, alcanzando el infinito en ese último tramo en el que el despliegue de maestría apabulla de pura emoción. Inolvidable es quedarse corto.
Saga 'Star Wars'
La obra maestra definitiva de un genio. Durante siete entregas galácticas de desigual resultado artístico, John Williams siempre se ha mantenido con el listón elevado hasta el infinito. Épica, melancolía, diversión, acción, intriga, luz y oscuridad. Toda la gama de sensaciones y sentimientos que pueden caber en un conjunto de melodías perfectas, están aquí. Sería imposible imaginar una saga como la de 'Star Wars' sin la banda sonora de Williams, sin ese inmenso tema inicial, sin la belleza de sus pasajes más emocionantes, sin la grandilocuencia de su música para las batallas, sin la melodía que recorre la trayectoria de cada uno de sus inolvidables personajes protagonistas.
A lo largo de toda su carrera, Williams ha regresado a este universo cinematográfico que ha asombrado durante décadas y décadas a millones de espectadores. Y todos, incluso aquellos que nunca se han mostrado enamorados de 'Star Wars', somos conscientes de la importancia clave de la obra del mejor compositor de cine de todos los tiempo en su éxito histórico. ¿Próxima parada? 'Star Wars: The Last Jedi'.