Con cuatro películas estrenadas entre 1996 y 2011 (y una adaptación en formato de serie para MTV) y todo un lenguaje propio de lo que bien podemos catalogar como metacine, la saga 'Scream' ha sido lo suficientemente productiva por lo que al bodycount se refiere.
Como en todo slasher que se precie, las muertes a manos del enmascarado de turno, Ghostface en este caso (cuyas identidades han correspondido a siete personas diferentes en las cuatro películas de la franquicia), han logrado satisfacer no solo a los adeptos a un género donde las víctimas se convierten en estrellas secundarias frente al poder del psychokiller, sino que han conseguido arrancar más de un grito de estupefacción a los espectadores más experimentados.
Diez formas de morir
Habiendo recaudado más de 600 millones de dólares en todo el mundo, la franquicia dirigida por Wes Craven y surgida de la mente de Kevin Williamson, no solo tiene el honor de haber sido la que revitalizó un género que estaba ya muerto y enterrado, sino que sirvió para hacer una revisión de los clásicos, reivindicación mediante.
En el presente especial, y como pocos son los homenajes que se le puedan llevar a cabo a nuestro querido Ghostface, seleccionamos las diez mejores muertes de la saga. Dos hombres y ocho mujeres que se convirtieron en objeto de entrada y salida para el cuchillo de un psicópata alentado por la furia, la venganza y su pasión por las películas de terror. Porque ya lo dijo Billy Loomis en la resolución de 'Scream. Vigila quién llama': "Las películas de terror no crean asesinos. Solo hacen que sean más creativos".
Las mejores muertes de 'Scream'
Maureen Prescott
Pese a que la de Maureen Prescott fuese la detonante de toda la saga, su muerte nunca la llegamos a ver en pantalla, aunque sí que ha estado muy presente a lo largo de las cuatro entregas de la franquicia de Wes Craven.
En 1995, Billy Loomis (Skeet Ulrich) y Stu (Matthew Lillard) asesinaron a Maureen inculpando a Cotton Weary (Liev Schreiber), uno de sus amantes.
¿El motivo? Según Billy, Maureen, con un pasado oculto en Hollywood como Rina Reynolds (donde tuvo un hijo secreto, Roman Bridger, protagonizado por Scott Foley), fue la culpable de que el matrimonio de sus padres se fuera al garete. La madre de éste, en modo vengativo a lo Pamela Voorhees, también quiso hacerle pagar a Sidney Neve Campbell) por los errores de su madre en 'Scream 2'.
Sarah Darling
Nadie mejor que Jenny McCarthy para encarnar a Sarah Darling, actriz harta de estar encasillada en el papel de mujer objeto, y que puso su granito de arena en la sátira hacia el star system hollywoodiense que fue 'Scream 3'.
McCarthy fue la protagonista de la segunda secuencia de muerte (después de la de apertura) en la tercera entrega de la saga, después de denunciar que su papel en 'Puñalada 3: Regreso a Woodsboro' solo tenía dos escenas y que no entendía por qué tenía que morir en la ducha y desnuda.
Ghostface la acosa dentro del estudio donde se está rodando la nueva entrega de la saga, y acaba apuñalada por la espalda después de haber sido lanzada a través de una puerta de cristal.
Kenny Jones
El cámara de Gale Weathers (Courteney Cox) en 'Scream. Vigila quién llama', cuyo personaje fue caricaturizado a la perfección en la primera 'Scary Movie', respondía al nombre de Kenny Jones, y estuvo interpretado por W. Earl Brown.
Pese a ser un secundario, moría degollado a manos de Ghostface en el momento en el que se daba cuenta de que el equipo de grabación con el que estaba espiando a los jóvenes en la casa, tenía un retardo con el que no vio llegar al asesino a tiempo.
Rebecca Walters
Cuando Sidney regresaba a Woodsboro en 'Scream 4' para presentar su libro autobiográfico, 'Out of Darkness', lo hacía acompañada de su odiosa agente literaria, Rebecca Walters (Alison Brie, vista en 'Community').
Donde todos ven tragedia, Walters ve negocio, así que cuando una nueva oleada de asesinatos que parecen estar perpetrados por un nuevo Ghostface sacudan la ciudad, se frotará las manos por aquello de la "publicidad gratis". Lo que no sabe la pobre Rebecca es que ella será una de las primeras en morir en manos del nuevo asesino, y lo hará en una agitada secuencia en el interior de un parking para que, después, su cuerpo sea lanzado desde el tejado cuando los servicios de seguridad estén haciendo declaraciones acerca de los hechos. Mejor publicidad, imposible.
Randy Meeks
Después de haber sobrevivido en 'Scream. Vigila quién llama', el bueno de Randy Meeks (Jamie Kennedy) continuó siendo un personaje clave para el devenir de la historia de 'Scream 2', donde aportó su granito de arena en aquello de las teorías acerca de las secuelas cinematográficas y cómo podrían desarrollarse los nuevos crímenes de Ghostface.
Tras recibir en su propio teléfono la llamada del asesino, era arrastrado hacia el interior de una furgoneta donde sería apuñalado hasta la muerte. Después, Gale (Courteney Cox), Dewey (David Arquette) y el nuevo cámara Joel (Duane Martin) encontrarán el cuerpo.
Tatum Riley
Los pezones de Rose McGowan en 'Scream. Vigila quién llama' son ya parte de la historia del cine, pero mucho más lo es su muerte a manos de Ghostface en el garaje, lugar al que la joven se dirige para conseguir más bebidas para la fiesta.
Siendo consciente de su carácter de puro cliché de víctima básica de película de terror, antes de morir Tatum bromeará con el individuo que no le permite salir del lugar, para después intentar huir aterrorizada a través de la entrada para animales de la puerta del garaje.
Olivia Morris
La de Olivia Morris (Marielle Jaffe) bien podría ser una de las muertes más recordadas de la saga por tratarse de una de las que menos ha escatimado a la hora de mostrar gore, algo a lo que los cuatro films de Wes Craven no nos tuvieron demasiado acostumbrados.
Compañera de instituto y amiga de Jill Roberts (Emma Roberts y Kirby Reed (Hayden Panettiere), moría a manos de Ghostface después de que este saliera de su armario y la asesinara de forma violenta, ante la impotencia de sus amigas (luego descubriríamos que Jill era conocedora y cómplice), quienes fueron testigos de la masacre desde la ventana de enfrente.
Maureen Evans
El prólogo de 'Scream 2' sigue siendo uno de los más recordados de la historia del slasher. La primera secuela del título de Wes Craven comenzaba con una pareja asistiendo al estreno de 'Puñalada', película basada en los hechos que pudimos ver en 'Scream. Vigila quién llama' y que, para rizar el rizo, estaba protagonizada por Tori Spelling en el papel de Sidney Prescott.
Jada Pinkett Smith es Maureen Evans, la joven que, de haberlo pensado, habría insistido en aquello de ir a ver la última película de Sandra Bullock antes de meterse a ver una película de terror, cuya primera escena recrea el asesinato de Casey Becker de la mano de Heather Graham.
Maureen será apuñalada en medio de un cine donde los espectadores creen estar asistiendo a un truco publicitario. Desesperada, se subirá al escenario a pedir clemencia, donde morirá frente a toda la sala tras proferir un desgarrador grito.
Cici Cooper
Siendo aún 'Buffy, cazavampiros', Sarah Michelle Gellar le cogió el gustillo a eso de convertirse en víctima potencial de asesino serial cinematográfico, después de haber caído en manos del Ben Willis de 'Sé lo que hicisteis el último verano'.
En 'Scream 2', fue la protagonista de la segunda escena de muerte, donde interpretó a Cici Cooper, la hermana sobria de la hermandad Omega Beta Zeta, quien se ha quedado de guardia sola en una enorme casa silenciosa, hasta que recibe la llamada de Ghostface. Tras huir subiendo por las escaleras, como bien dice Sidney en una de las escenas de 'Scream. Vigila quién llama', el asesino le apuñalará por la espalda y la lanzará por la ventana.
Casey Becker
Con el primer 'Scream. Vigila quién llama', Wes Craven nos hizo creer que Drew Barrymore iba a ser la protagonista de la historia, al más puro estilo de Alfred Hitchcock con Janet Leigh en 'Psicosis'. Sin embargo, lo que el realizador tuvo preparado no fue otra cosa que el prólogo que logró encandilar a toda una generación, el cual sirvió para establecer el diálogo entre espectador y película, gracias al ya mítico test de Ghostface a la pobre Casey Becker sobre cine de terror.
Después de que Casey le pregunte al desconocido que tiene al otro lado del teléfono que por qué quiere saber su nombre, y que éste responda aquello de "porque quiero saber a quién estoy mirando", todo se torcerá hasta límites insospechados, acabando con la muerte más icónica no únicamente de la saga, sino de toda la oleada del slasher noventero.