Tras enredarse pero bien en la telaraña de Spider-Man, Marc Webb vuelve al cine de menor escala con el que triunfó en 2009, cuando debutó con la magnífica '500 días juntos'. Se lleva consigo a otro superhéroe, a Chris Evans, para convertirlo en otro tipo de hombre que intentará salvar el día. Este vez sin escudo. Estrenan 'Un don excepcional', una película en la que los dos son eclipsados por una joven que, espero, dará mucho que hablar.
La cinta se centra en Frank, un hombre que se dedica a reparar barcos mientras cría a la hija de su hermana, que falleció cuando la niña era pequeña. Los dos se llevan a las mil maravillas, pero Frank, después de pasar los primeros años de Mary enseñándole en casa, decide que ya es hora de que vaya al colegio y se relacione con otros niños. ¿Por qué lo de enseñarle en casa? Porque Mary es superdotada, y si alguien se entera puede que quieran arrebatársela para llevarla a colegios especiales que intenten explotar su potencial. Entra en escena la abuela de la niña, la madre de Frank, que al enterarse de los dones de su nieta decide luchar por la custodia de Mary, a pesar de que nunca le había prestado la más mínima atención.
Aunque el planteamiento pueda sonar a melodrama, y un poquito lo es, Marc Webb ya demostró que es capaz de jugar bastante bien con los géneros y sorprendernos. En este caso no consigue reinterpretar la dramedia como lo hizo en '500 días juntos' con la comedia romántica, pero sí logra insuflar mucho corazón a lo que podría haberse quedado en telefilm de sobremesa. Pero ese corazón tiene nombre y apellido: Mckenna Grace. La joven protagonista es un prodigio en carisma, es una robaescenas. Si nos acaba interesando la historia de Mary es porque no podemos apartar los ojos de ella, aun con todo lo sabionda que se vuelve a veces (también algo lógico al ser superdotada). Grace vuelve a Mary adorable, fuerte y vulnerable a la vez, y cuenta con algunas de las mejores frases del guion escrito por Tom Flynn. Ella es capaz de llevar casi todo el peso de la película, y solo por ella merece la pena darle una oportunidad a 'Un don excepcional'.
Su química con Chris Evans eleva muchísimo la interpretación del actor, que sigue siendo bastante limitadillo en expresiones, pero que consigue que nos creamos que le importa realmente la niña. Juntos son una bomba. En Fox están últimamente muy inspirados en lo que a encontrar jóvenes promesas se refiere, después de presentarnos a Dafne Keen en 'Logan', Mckenna Grace consigue un efecto realmente parecido a la pequeña pero matona X-23. Evans en solitario vuelve a ser el prototipo de héroe, y su Frank no deja de ser un personaje que hemos visto muchas veces: huraño (salvo con Mary), melancólico pero dispuesto a sacar las garras por lo que considera el bien de su sobrina, aunque sea pasando por encima de su propia madre.
Por el interés...
Porque toda la película nos pretende plantear la pregunta de qué es lo mejor para alguien como Mary. ¿Debería rodearse de las mejores educaciones porque, quizás, puede que ella sea la que resuelva las grandes incógnitas de la humanidad? ¿O debería tener la infancia más normal posible, aunque eso suponga que posiblemente no llegue a desarrollar su potencial al máximo? Este partido de tenis que forman el personaje de Chris Evans y el de Lindsay Duncan podría haber caído una y mil veces en la lágrima fácil y en el pastel más absoluto, y sin embargo Webb consigue llevarnos por él con una mezcla de drama y chistes para rebajar la tensión que lo hacen mucho más interesante. A pesar de ello, no logra librarse de muchos de los tópicos de este tipo de historias. Como meter a la vecina de armas tomar (Octavia Spencer haciendo de nuevo de Octavia Spencer) o la inevitable relación entre Frank y la profesora del colegio de Mary Jenny Slate). Tom Flynn nos va contando a lo largo de la historia qué pasó con la madre de Mary, clave para entender la postura de Frank en todo esto, y está mejor tratado que el clímax de la historia, que se pasa un poco bastante de la raya y resulta tremendamente cogido con pinzas.
Pero salvo estos puntos menos cocinados de la historia, 'Un don excepcional' cuenta con más altos que bajos. La relación de Frank y Evelyn, su madre, es realmente interesante, cómo se ve que hay un vínculo ahí pero que se transforma por completo en cuanto los dos están sentados ante el juez. Evelyn, por su parte, es un personaje realmente cautivador, mostrando ese tipo de madre que, al no haber podido cumplir sus sueños en su día, vuelca todos sus esfuerzos en su hija o su nieta para que lo hagan por ella, sin tener en cuenta lo que ellas quieren. Webb está particularmente inspirado en algunas escenas en las que la fotografía y la música destacan por encima de todo, sin caer en la sobreexplotación de las mismas. Y al final nos encontramos emocionados, hemos reído y probablemente haya caído alguna lagrimilla que otra, pero en ningún momento ha intentado estrujar nuestro corazón para sacarnos esas emociones.
'Un don excepcional' es de esas películas que dejan al que va a verlas con una sensación realmente reconfortante. No tiene el mejor guion, ni las mejores interpretaciones, y ni mucho menos tiene la ambición de pasar a la historia o de revolucionar el género. Pero consigue caminar por la delgada línea entre lo "demasiado" y lo "demasiado poco" sin tropezar, y nos ofrece una historia que no pierde el interés, que entretiene, que toca el corazón y que hace que uno salga de la sala de cine confiando un poco más en que hay gente que no está podrida del todo en la humanidad. Puede que la cinta aparente muchas cosas, pero creo sinceramente que 'Un don excepcional' tiene la capacidad de sorprender, y para bien, a quienes opten por ir a verla. Y Mckenna Grace, ella sí que tiene un don.
Nota: 7
Lo mejor: Mckenna Grace, ojalá llegue para quedarse.
Lo peor: No puede escapar de ciertos tópicos. Que muchos puedan no ver más allá de la tragicomedia estándar.