Mostrar todos los secretos de golpe, iluminar cada rincón de las ambiciones que rodean una película o marcar el camino de una historia con señales luminosas son errores cinematográficos de unas dimensiones incalculables. Un conjunto de fallos que, en algunos casos especialmente críticos, se producen directamente desde el mismísimo poster de la película, carteles promocionales tan ensimismados consigo mismos que se les olvida su función principal, ser una primera pista con ecos mínimos de lo que se nos va a mostrar en pantalla.
En este terreno, existe un tipo de cine, o, mejor dicho, un tipo de película que (casi) siempre sabe jugar sus cartas por encima de la media. Se trata de las historias con algún componente sexual, erótico o sensual marcado, que puede funcionar como complemento esencial para la trama o eje central de la misma. En estos casos, insisto, en la mayoría más agradecida de las ocasiones, los carteles destinados a promocionar la propuesta saben atrapar al espectador desde unos mínimos arrebatadores.
A continuación, repasamos diez de estos posters, algunos de los más representativos de los últimos años, comprobando como, efectivamente, siempre es mejor jugar a favor de la intuición que del exhibicionismo más gratuito. Carteles que dicen prácticamente todo sin decir nada. Mérito doble.
Posters de películas muy sugerentes
'Acné'
La película uruguaya dirigida por Federico Veiroj nació herida de muerte por unas ambiciones artísticas que, a la hora de la verdad, es decir, sobre la pantalla, nunca terminaban de ser alcanzadas. Eso sí, todo lo que tenía que ver con el descubrimiento del deseo como factor esencial en la educación vital de una inocencia marcada por la incomprensión, estaba resumido en su poster.
Esas piernas abiertas, esa mirada perdida en el infinito de una vida que nunca volverá a ser igual, ese sueño despierto, esa entrada al abismo del mundo adulto. Un caso evidente de cartel promocional que pasa por encima de la propia película a la que representa.
'Carne trémula'
'Carne trémula', una de las películas esenciales de la carrera de Pedro Almodóvar, más por la necesaria reivindicación que se debería hacer de sus virtudes que de su impacto real dentro de su abrumadora trayectoria, necesitaba un poster a su nivel. Dicho y hecho. ¿Se trata de dos cuerpos fundidos en uno? ¿Manos en búsqueda del paraíso? ¿Del infierno? La película, por si acaso, no nos sacaba de dudas del todo y planteaba más incógnitas que respuestas. Mejor así.
'Nymphomaniac. Parte 1'
La sutileza nunca ha sido, ni mucho menos, una de las grandes virtudes de Lars von Trier. Ni como cineasta, ni tampoco como figura mediática, su discurso ha usado técnicas de encubrimiento para ser despertado desde la intuición más contundente. Una situación que, al menos, si se mantenía en sus enigmáticos posters, siempre más cercanos a la sencillez y al costumbrismo que a la explicación y justificación.
Hasta que llegó su fantástica 'Nymphomaniac Parte 1' y lo cambió todo. Algo que se encargó de destrozar su segundo capítulo, pero ya hablaremos de eso en otro momento. ¿Su cartel? Orgasmo tras orgasmo, definía la esencia exacta de la película, su inicio y principios, su final y finalidades.
'Shame'
El cazador solitario observa el paisaje con una falsa calma en constante peligro de explosión. Analiza cada detalle, observa los rincones escondidos, estudia a las víctimas potenciales y, finalmente, encuentra su objetivo. Mantiene la mirada, fija, segura, contundente. En el otro lado encuentra respuesta. Una sonrisa, una caída de ojos, movimientos sutiles pero claves para mostrar el deseo, la impaciencia, el coqueteo, la búsqueda de un fin común. Sin embargo, los ojos del cazador se incendian hasta el límite, no ofrecen descanso, intimidan y el interés se convierte en miedo, la incertidumbre en terror, el encuentro en huida. El cazador solitario despierta de un letargo en el que jamás estuvo para correr tras ella, ansioso por tener la oportunidad de derrotar las barreras, de saciar su hambre, de liberar su cuerpo de la eterna prisión en la que se encuentra.
Todo eso estaba en esa mano que se sumerge bajo las sábanas. Puede parecer placer, pero es dolor. Un cartel a la altura de una obra maestra.
'Diario de una ninfómana'
2008 fue el año en el que llegó a las carteleras de nuestro país la adaptación cinematográfica de 'Diario de una ninfómana', la novela de culto escrita por Valérie Tasso que se convirtió en un fenómeno literario antes de que el señor Gray llegara para cambiarlo todo. A peor.
Y mira que la película resultante dirigida por Christian Molina ya era un auténtico desastre incapaz de transmitir nada parecido a la excitación o, ya que estábamos, a un análisis profundo e interesante sobre la adicción al sexo. La nada absoluta, el aburrimiento constante. Todo lo contrario que su poster, capaz de generar todo lo que la pantalla no conseguía.
'Eyes Wide Shut'
Todo en 'Eyes Wide Shut', el trabajo póstumo de ese gigante legendario llamado Stanley Kubrick, era provocador e hipnótico, sugerente y asfixiante, elegante y perturbador. Características principales de una obra maestra incomprendida que, con el paso de los años, adquirió su estatus más justo, el de clásico de culto dentro de una carrera repleta de hallazgos.
Un logro que hubiera sido completamente imposible sin el salto al vacío, la entrega total de sus dos protagonistas, Nicole Kidman, ella siempre primero, y Tom Cruise, matrimonio real durante el rodaje de la cinta, capaces de llevar el peso de la historia sobre sus cuerpos desnudos. La mirada de la actriz en el poster ya nos decía 'ven'. Imposible no acudir a la llamada.
'Habitación en Roma'
Uno de los muchos desastres que han poblado la última etapa de Julio Medem fue este estridente y pedante canto al erotismo más vacío, insulso y desprovisto de pasión llamado 'Habitación en Roma'. Y tampoco es que su poster dejara lugar a esa ambición desmedida por querer ir más allá de los propios recursos de la historia. Pero los rostros de sus protagonistas, Elena Anaya y Natasha Yarovenko, observando fijamente al espectador desde un lago de flores y mariposas primaverales conseguía algo parecido a la hipnosis. Más tarde, ya en pantalla, vendrían todas las malas noticias de golpe y sin piedad.
'Y tu mamá también'
Cada una de las escenas de 'Y tu mamá también' respiran sexo, deseo, incertidumbre ante la explosión de los sentidos, curiosidades y, por supuesto, ternura, melancolía, tristeza otoñal en medio de un verano infinito. Película brillante, interpretada con grandeza sostenida por un trío protagonista en perfecto estado de forma, especialmente en el caso de Maribel Verdú, musa inolvidable, 'Y tu mamá también' colocaba todas sus cartas sobre la mesa desde el mismísimo cartel de promoción, sumergiendo a sus personajes en un océano del que ya no saldrían siendo los mismos. Ni ellos, ni nosotros.
'Sin City: Una dama por la que matar'
Uno de los responsables principales de 'Sin City: Una dama por la que matar', confesaba tras el impresionante desastre de la película en taquilla lo siguiente: "No estábamos preparados para semejante nivel de rechazo del público. Creíamos que iba a interesar más. Es como el ice bucket challenge, pero sin la buena causa". Algo así, sí.
Ni rastro de aquellos fanáticos de su predecesora, cines vacíos en cada uno de sus pases y una respuesta comercial similar al desierto. Ni siquiera su cartel promocional con una imponente Eva Green, a pesar de las modificaciones impuestas por aquellos que se asustan al ver un pezón, consiguió atraer a la gente a las salas. Llegó, pasó como un suspiro y desapareció para siempre. Pero, maldita sea, Eva es una actriz y una mujer por la que merece la pena recordarla. Aunque sea muy de vez en cuando.
'Acoso'
El director Barry Levinson nunca había estado tan incómodo detrás de las cámaras como se le nota en 'Acoso', uno de esos thrillers eróticos marca 90 que venían a ser, en aquella década, algo similar a lo que el cine de superhéroes es en la actualidad. Pero con (mucha) menos ropa.
Michael Douglas, abonado al género desde 'Instinto básico' y Demi Moore, venida directamente de 'Una proposición indecente' y dos años antes de desvelar todos sus secretos en la infame 'Striptease' conseguían elevar una película que nacía directa a la sobremesa. Bueno, mejor a la madrugada. El poster, por su parte, cumple a la perfección con su cometido. Todo estaba ahí.