Rian Johnson se incorporó a la saga como cualquiera de los nuevos fichajes que han aceptado mudarse a esta lejana galaxia, de la mano de una Kathleen Kennedy más que dispuesta a dar una nueva vida a ese universo que ocupa el rincón más cálido del corazón de tantos cinéfilos. La responsabilidad no es poca, y es que esta franquicia que iniciase su andadura hace 40 años gracias a un George Lucas decidido a cambiar para siempre el mundo de la ciencia ficción, sigue contando entre sus filas con algunos de los mejores momentos de la historia de cine. ¿Quién es capaz de salir a escena detrás de semejante espectáculo? J.J. Abrams lo fue al ponerse a los mandos de 'El despertar de la fuerza', con todo el respeto y la ilusión del mundo y una noción del lenguaje cinematográfico y del ritmo más que loables, pero sin demasiado valor ni ganas de arriesgar, las cosas como son.
Ahora Johnson además de haber traído consigo la mirada de un fan devoto, se ha lanzado a la piscina y ha decidido ser valiente. Probablemente el resultado despierte en muchos un conflicto generacional, pero las cosas como son: ha hecho un gran trabajo. Intensa, emocionalmente imposible a ratos, llena de giros y mas giros, de humor, de momentos entrañables... Pero sobre todo de corazón. Cada escena está trabajada y cada vuelta de tuerca lo da todo porque el espectador no sepa qué va a suceder, un esfuerzo que da sus frutos lo mismo que deja exhausto. Y es que 'Los últimos Jedi' es como una montaña rusa en la que todo son loopings: cuando se acaba el viaje tienes tal subidón que digerir lo que has visto se convierte en todo un reto.
Eso sí, esa familiaridad que no se te despegaba a la salida del cine tras ver el Episodio VII no está tan presente y ese sentimiento de certeza en torno al tono tampoco, pero ambas sensaciones se convierten en sacrificios de los que no duelen cuando ves que personajes a los que has cogido tantísimo cariño son tratados como se merecen. Además, esa impresión de estar ante algo distinto viene acompañada de homenajes inesperados, cálidos y muy emocionantes. Aún así efectivamente, no nos vamos a engañar, Johnson ha decido ir más allá en muchos sentidos y sacar todo el partido del mundo a conceptos con mucho potencial que en la gran pantalla no han logrado salir jamás de un pequeño recuadro. Digo en la gran pantalla porque el universo de 'Star Wars' es tan rico, tan amplio y tan libre en otros ámbitos, como la animación o la literatura, que probablemente en estos campos se haya experimentado con apuestas así de arriesgadas pero, ¿como parte de la "saga madre"? Primera vez.
Esto sin duda chocará a los veteranos que tengan claro que hay ciertas cosas que son como son, y punto, no hay nada más. El problema al que se enfrentan es que Jonhson se ha preguntado ¿y por qué no? Y debe ser que no ha dado con una razón lo suficientemente convincente como para quedarse en la zona segura. Personalmente, como fan de la saga y amante del cine, le doy las gracias, porque si vamos a seguir haciendo viajes interestelares no podemos continuar sin movernos del sitio. A la vez entiendo la reticencia que puede despertar ese camino más hacia blockbuster de los que bombardean sin descanso. En la trilogía original el viaje galáctico se desenvolvía de una forma más pausada y permanecía más pegado a un tono aventurero, la sensación de estar en alerta no era tal, sino que el viaje era a ratos más sereno. Johnson ha metido la quinta con esta aventura y ha puesto toda la guerra de esa guerra de las galaxias en primera línea, convirtiendo esta cinta en una persecución constante.
Y esta novedad, que sin duda llamará muchísimo la atención de las nuevas generaciones para quizá dejarse por el camino a parte del público adulto, no es la única. El humor también cobra protagonismo en la piel de los personajes más inesperados, de nuevo resaltando esa estructura de las cintas de entretenimiento actuales tan enfocadas a entusiasmar al espectador. Sí, Johnson ha abrazado ese esquema de película hit pero lo ha hecho tirando de talento y desde un profundo amor a la saga lo que da como resultado una cinta sólida, emotiva e inolvidable. Y con una evolución en sus personajes...
A Luke lo vemos como nunca. Con el peso de todas las batallas en la mirada, el sufrimiento de la traición de Kylo, la añoranza de su hermana Leia, la culpabilidad, la pena, ¿la esperanza? Mark Hamill nunca ha brillado tanto en este, el papel de su vida, como lo hace en 'Los últimos Jedi', alcanzando el cenit de años de estar así, piel con piel hasta casi convertirse en uno solo. Y ahí es donde está la clave. Parece que Johnson ha animado a Hamill a poner un poquito más de sí mismo en Luke, logrando una dimensión completamente nueva que impulsa a este Skywalker hasta situarlo en su mejor momento. Rey (Daisy Ridley) y Kylo (Adam Driver) le siguen de cerca con una relación de las que encogen el corazón y mueven por dentro, basada en un vínculo potente e innegable que son capaces de sostener con una sola mirada. Un viaje definitivo no es ni de lejos suficiente para que esa luz y esa oscuridad entren en conflicto ante nuestros ojos.
Más allá de este trío magnífico tenemos a una Leia que significa mucho más por las tristes circunstancias, a un Poe (Oscar Isaac) que arrebata protagonismo a todo aquel con el que se cruza y a un Finn (John Boyega) que sale ganando sin lugar a dudas de la mano de Rose (Kelly Marie Tran), personaje femenino sorprendentemente sólido que conquista en sus propios términos a la vez que se amolda a ese ex stormtrooper cuya única ventaja frente a esta reciente incorporación es que llegó primero. Al final la película abraza un toque coral en lo que a los secundarios se refiere que sostiene muy dignamente esa acción trepidante. En este sentido merece una especial mención una fabulosa Laura Dern cuyo papel sabe a mucho y a muy poco a la vez, y es que prácticamente con el mismo ratito que un Benicio Del Toro correcto pero poco más, logra imprimir su sello en la mente del espectador.
¡Cuidado SPOILERS!
*No vamos a destripar ninguna escena, pero simplemente mencionar ciertos detalles puede desvelar demasiado.
Tras la pérdida de Carrie Fisher Lucasfilm se puso en alerta, de repente su plan se iba al traste porque la Princesa Leia no iba a estar ahí para acabar la aventura, pues bien, en esta línea Johnson también ha abrazado la valentía jugando con lo que quiere ver el espectador, con lo que cree que va a ver, con lo que intuye que podría pasar... Y lo hace sin piedad hasta conseguir varios momentos de los de quedarse inevitablemente con la boca abierta y uno que, es imposible que llegue a ser el "yo soy tu padre" de esta generación porque el ojo de los espectadores y su corazón está mucho más entrenado pero... Casi. Diría que es la primera vez que un director aprovecha a su favor el enjambre interminable de rumores, teorías, posibilidades, sospechas y demás fanfarria que gira en torno a una saga de este tipo. Y eso si que es para quitarse el sombrero. Y si al cine se va a sentir, 'Los últimos Jedi' es la película definitiva porque no da tregua al espectador en ningún momento. Rian, después de ver esta cinta no me extraña que te hayan dado tres películas más... Tres y las que haga falta porque esa apuesta por un futuro de la saga algo menos anclado en el pasado, se merece eso y mucho más.
Nota: 8
Lo mejor: Mark Hamill dando vida al mejor Luke Skywalker.
Lo peor: Que su apuesta por algo diferente no vaya a contentar a algunos de los fans más veteranos.