Por aquello de la total entrega a su trabajo, desde hace décadas los actores y actrices de Hollywood que han querido llevar a cabo un determinado personaje han tenido que sucumbir a cambios físicos en su cuerpo, los cuales siempre han sido objeto de noticia y fuente de polémica por la, aparentemente, banalización de la salud. Sin embargo, la realidad es que en todas las ocasiones en las que el o la intérprete de turno ha tenido que adelgazar o engordar traspasando límites que iban en contra de su propia salud, se ha hecho bajo la supervisión de especialistas en la materia.
Entre algunos de los cambios más recordados, nos encontramos con los 30 kilos que tuvo que perder Tom Hanks (antes, había tenido que ganar 20) para ser un 'Náufrago' en toda regla. O los 28 que cogió Robert De Niro para 'Toro salvaje', lo que le valió el segundo Oscar de su carrera. Y es que la Academia ya ha mostrado cierta predilección hacia las interpretaciones que conllevan un cambio físico, y para muestras actuales podemos mencionar las estatuillas a Charlize Theron por 'Monster' (rol para el que engordó 14 kilos), a Natalie Portman por 'Cisne negro' (para la que perdió 10 kilos), o los casos de Jared Leto y Matthew McConaughey, ganadores de sendos Oscars en 2014 gracias, en parte, a sus extremas pérdidas de peso.
Pero si hay un actor que ha conseguido sorprender a lo largo de su carrera con sus cambios físicos, ese ha sido Christian Bale, a quien le hemos podido ver con todos los cuerpos habidos y por haber.
El milagro de la dieta en Hollywood
El actor, nacido en 1974 en Gales, no solo ha logrado afianzar su carrera convirtiéndose en uno de los rostros más representativos del actual Hollywood, sino que a lo largo de su trayectoria ha demostrado que no le tiene miedo a la báscula.
Desde que debutase en el cine allá por 1987, a Bale le hemos visto cual deidad griega que haría ruborizar al mismísimo Adonis o bajo un aspecto totalmente demacrado de los que llegan incluso a aterrorizar. Varias han siso las veces que, por exigencias del guion, ha tenido que abrazar la religión de las grasas saturadas y el colesterol para alcanzar el peso que los personajes requerían, en casos similares a lo que Renée Zellweger o Santiago Segura han tenido que hacer para las sagas 'El diario de Bridget Jones' y 'Torrente'. Más joven, más fuerte, más envejecido, más guapo o más feo, son algunas de las etiquetas que han podido acompañar a los proyectos del intérprete ganador del Oscar por 'The Fighter'.
A continuación, repasamos el rostro (y cuerpo) cambiante de Christian Bale a lo largo de dos décadas de profesión en las que los kilos han ido yendo y viniendo con una facilidad que muchos desearían poder tener asumida en su propio metabolismo. ¿Con cuál de ellos te quedas?
Los cambios radicales de Christian Bale
'El imperio del sol'
Esta será la película que menos sentido podría tener dentro de la presente selección, pero si tenemos en cuenta que 'El imperio del sol' supuso el debut como actor de Christian Bale, es donde nos encontramos con uno de los grandes cambios físicos del actor.
En 1987, Steven Spielberg se basaba en la novela de J.G. Ballard para contar una historia sobre la ocupación de Shanghai por parte del ejército japonés en 1941. Un niño de clase burguesa de origen inglés será confinado en un campo de concentración chino, donde conocerá en primera persona la miseria y el horror de la guerra. Jim, el niño en cuestión, no fue otro que Bale, quien con 13 años de edad ya filmaba la primera gran película de su carrera.
'Retrato de una dama'
Con ocho largometrajes a sus espaldas, en 1996 nos encontramos con un Christian Bale de 22 años en plan apuesto como secundario en el film de época 'Retrato de una dama'.
Jane Campion dirigió esta adaptación de Henry James protagonizada por Nicole Kidman, John Malkovich y Barbara Hershey, en ella Bale encarnaba a Edward Rosier, un joven coleccionista de arte.
'Velvet Goldmine'
Despojándose de la imagen de seductor dispuesto a conquistar a la protagonista de turno, en 1998 Bale nos regaló un personaje queer aun recordado por el público.
Se trataba de Arthur Stuart, el periodista que terminará obsesionado con Curt Wild, estrella del rock interpretada por Ewan McGregor, con quien vivirá una tórrida historia de amor en el Londres de principios de los setenta, en plena explosión del glam rock, estética que abrazaron sus protagonistas (incluyendo un espléndido Jonathan Rhys Meyers) por obra y gracia de Todd Haynes, su director.
'American Psycho'
No fue hasta el año 2000 cuando pudimos ver el primer gran cambio físico de Christian Bale en pantalla. Salido de la mente de Bret Easton Ellis, fue gracias a Mary Harron que conocimos a Patrick Bateman con la apariencia que muchos habían imaginado.
El actor esculpió su cuerpo en el gimnasio y dejó para la posteridad su aspecto apolíneo, absolutamente depilado (demasiado para tratarse de un yuppie de los ochenta) y en quien podría definirse a la perfección el término metrosexual, tan de moda a comienzos del nuevo siglo.
'El Maquinista'
Cuatro años después de haberse convertido en el objeto del deseo de medio mundo, el actor sorprendía con el que es y será el cambio más radical en su carrera.
Con el fin de encarnar a Trevor Reznik, protagonista de 'El Maquinista', Christian Bale perdió 28 kilos hasta quedarse en 54, un peso alarmante para un hombre de 1'83 de altura. Durante los cuatro meses previos al rodaje, y bajo la supervisión de un nutricionista, su dieta diaria consistió en una taza de café sin azúcar, una manzana y, ocasionalmente, un whisky.
Este thriller psicológico sobre el trabajador de una fábrica cuyo insomnio ha acabado por deteriorar por completo su cuerpo, estuvo dirigido por Brad Anderson y rodado en Barcelona, contando entre su elenco con Jennifer Jason Leigh y Aitana Sánchez-Gijón.
'Batman Begins'
Un año más tarde, Christian Bale consiguió recuperar todo el peso que había perdido para 'El Maquinista' y ponerse en forma para interpretar al Caballero Oscuro de Gotham en 'Batman Begins'.
Para el film, el actor llevó a cabo un duro entrenamiento y una dieta hipercalórica que consistía en más de 4000 calorías diarias, consiguiendo ganar hasta 14 kilos de músculo, los cuales le daban el aspecto de superhéroe multimillonario con el que le pudimos ver en la trilogía de Batman de Christopher Nolan.
'I'm not there'
Justo un año antes de volver a interpretar a Bruce Wayne en 'El Caballero Oscuro', Christian Bale se convertía en uno de los álter ego de Bob Dylan en 'I'm not there', su segundo trabajo a las órdenes de Todd Haynes.
Cambiando los trajes por un look mucho más sport, fue Jack, un cantante de música folk convertido en evangelista.
'The Fighter'
En el 2010, Christian Bale tuvo que perder toda la buena forma física con le que le habíamos podido ver en sus dos anteriores films, 'Terminator Salvation' y 'Enemigos públicos'.
El motivo fue el hecho de que tuvo que encarnar a Dicky Edlund, famoso boxeador de los años ochenta cuya carrera se hundió por culpa de las drogas. Sin llegar hasta el extremo con el que le vimos en 'El Maquinista', el aspecto del actor supuso otro de los cambios físicos en su carrera, siendo 'The Fighter' (dirigida por David O. Russell) el título que le permitió ganar el Oscar al Mejor Actor Secundario (por aquello de que todos sabemos lo que a la Academia le gustan los cambios físicos en los actores).
'La gran estafa americana'
Continuando con las subidas y bajadas de peso, en 2013 a Christian Bale le tocó enseñar carne, en concreto los 103 kilos que ganó para ser el Irving Rosenfeld de 'La gran estafa americana'.
Para la segunda vez que trabajaba a las órdenes de David O. Russell, Bale engordó alimentándose única y exclusivamente a base de comida basura. Sin embargo, esta vez el volver a recuperar su peso normal le costó más que en otras ocasiones, pues tardó más de medio año en perder todos esos kilos de más que lució en la película.
'Backseat'
A finales de 2017, y después de haberse dejado ver con su aspecto normal en 'La gran apuesta', 'La promesa' y 'Hostiles', Christian Bale volvía a aparecer con un cambio de imagen diferente al que nos tiene acostumbrados.
El motivo es que encarna a Dick Cheney, vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush, en 'Backseat', biopic dirigido por Adam McKay ('La gran apuesta'), y que para conseguir ese cuerpo consiguió "comiendo muchas tartas", tal y como declaró a Variety.