Uma Thurman se ha tomado su tiempo y por fin sabemos por qué. A principios de noviembre del pasado año aseguró en un vídeo, en el que se la veía visiblemente enfadada, que hablaría cuando estuviese lista. "Usé la palabra ira pero, si te soy sincera, en realidad me preocupaba más echarme a llorar. No había sido una de las encargadas en destapar una historia que sabía que era cierta, así que lo que viste es a alguien que intenta ganar algo de tiempo". Unas semanas después lanzaba una publicación en su cuenta de Instagram en la que hacía referencia a dicha entrevista, pero de nuevo retrasando sus declaraciones con un "hace poco dije que estaba enfadada, y tengo unas cuantas razones, #YoTambién, por si acaso no lo pudisteis notar por mi cara. Creo que es importante tomarte tu tiempo, ser justa, ser precisa". Ahora por fin ha concedido una extensa entrevista al New York Times en la que lo cuenta todo, empezando por los abusos cometidos por Harvey Weinstein para terminar con un lamentable suceso provocado por el director Quentin Tarantino.
"Sí, Uma Thurman está enfadada. Ha sido violada. Ha sido agredida sexualmente. Ha sido traicionada por aquellos en los que confiaba...", así arranca su artículo la periodista Maureen Dowd, una mujer que después da paso a unas declaraciones que hablan por si solas. "La sensación más complicada que me despierta Harvey tiene que ver con lo mal que me siento por las mujeres que fueron atacadas después que yo", comienza una actriz con mucho que decir sobre esa trastienda despreciable de la meca del cine que, como musa de esos poderosos hombres de Miramax, conoce mucho mejor de lo que le gustaría. "Soy una de las razones por las que una chica joven entraría sola en su habitación, como hice yo. Quentin utilizó a Harvey como productor ejecutivo de 'Kill Bill', una película que simboliza el empoderamiento femenino y todos esos corderos fueron al matadero porque estaban convencidos de que nadie en una posición así haría algo ilegal contra ti... Pero lo hacen". Thurman además sienta las bases de su "confesión" dejando ver un sentimiento entre víctima y verdugo porque su agencia Creative Artists Agency estaba conectada con la red de abusos de Weinstein. "Estuve sometida a ello [a los abusos] y a la vez formo parte de la tapadera, es una manera muy extraña de sentirse dividida".
La intérprete arranca haciendo alusión a Harvey porque es uno de los peores monstruos que Hollywood lleva años ocultado, pero en la vida de Uma ha habido muchos otros. Como un actor 20 años mayor que ella que la forzó cuando aún tenía 16 años. "Al final consentí. Intenté decir que no, lloré, hice todo lo que pude. Me dijo que había cerrado la puerta pero nunca corrí a comprobar el pomo. Cuando llegué a mi casa recuerdo pararme frente al espejo, mirarme las manos y enfadarme porque no estuviesen llenas de sangre y moratones". Después de esta experiencia Thurman asegura que lo que le hizo bajar la guardia con Weinstein es que pasaba "horas hablándome del material y admirando mi mente, dándome su sello de aprobación. Nunca me sentí amenazada", por eso asegura que cuando la atacó fue tan inesperado. "Me sujetó y trató de restregarse contra mi, hizo toda clase de cosas desagradables pero no llegó a forzarme". Tras este episodio la actriz siguió trabajando con Miramax aguantando al magnate en entornos supervisados y dando por hecho que "había envejecido hasta quedarme fuera de su rango de acoso".
El incidente que todavía duele
Hay algo que Uma perdona aún menos y es un episodio de su vida provocado por Tarantino. Fue durante el rodaje de 'Kill Bill' cuando este cineasta la obligó a conducir en la famosa escena en la que La Novia intenta matar a Bill, la misma que esta actriz eligió para anunciar en Acción de Gracias que iba a tomarse su tiempo pero que hablaría. "Quentin vino a mi trailer y no quería escuchar no, como cualquier director. Estaba furioso porque estaba costándole mucho tiempo, pero yo estaba asustada. Me dijo «Te prometo que el coche está bien. Es una carretera recta. Tienes que alcanzar los 65 kilómetros por hora porque sino tu pelo no ondeará como debe y te haré repetirlo»... Era una trampa mortal. El asiento no estaba sujeto como debía, no era una carretera recta y estaba llena de arena".
Así comenzó una de las peores experiencias de esta actriz que asegura que a pesar de haber sufrido numerosos abusos, nunca sintió que le arrebataban su poder hasta el momento del accidente. "El volante me presionaba la barriga y mis piernas estaban atascadas debajo de mi. Sentí un dolor abrasador y pensé «no voy a volver a andar». Cuando salí del hospital con un collarín, mis rodillas dañadas y una contusión quise ver el coche, estaba muy enfadada. Tuve una tremenda pelea con Quentin y le acusé de haber intentado matarme. Se enfadó mucho porque, supongo que comprensiblemente, el no sentía que hubiese intentado algo así". 15 años ha tardado Thurman en hacerse con la cinta de aquel momento, pero le ha llevado muchos más aprender una importante lección: "He tardado 47 años en dejar de pensar que personas que son crueles conmigo están enamoradas de mi. Me llevó mucho tiempo porque creo que de pequeñas nos condicionan para pensar que la crueldad y el amor están conectados de alguna manera y eso es lo que tenemos que dejar atrás".