13 son las razones que llevaron a Hannah al suicidio, 13 las cintas que dejó a sus compañeros y de nuevo 13 son los episodios que componen la segunda temporada de 'Por trece razones', que se estrenan, todos de golpe, el 18 de mayo en Netflix.
La primera temporada nos llegó hace poco más de un año y se centraba en la historia de Hannah Baker (Katherine Langford), una adolescente que después de sufrir todo tipo de bullying, abuso y desprecio había decidido quitarse la vida. El misterio de los auténticos motivos de su muerte fue el hilo conductor de este drama adolescente que dio mucho que hablar, sobre todo entre los adultos, acusada por algunas voces de promover e idealizar el suicidio y aplaudida por otras por abordar de forma pedagógica un tema tan delicado.
Aunque un enigmático disparo dejaba la puerta abierta a nuevas intrigas, la temporada acabó con todas las cartas sobre la mesa, no quedaban secretos por desvelar y la única posibilidad lógica que tenía la serie para continuar era reinventarse o morir. Y eso ha hecho, con mucho éxito además, cambiando el foco de atención del bullying escolar a la cultura de la violación, otro de los grandes problemas de nuestra sociedad y que sufren (especialmente) todas las mujeres.
Tras la trágica muerte de su hija, Olivia Baker (Kate Walsh) ve un claro culpable: el instituto que falló en protegerla y brindarle ayuda cuando la pidió. El juicio sobre la negligencia escolar será el punto central de la trama, a través de la que iremos conociendo la versión personal de todos los testigos, los 13 protagonistas de las cintas de Hannah. Mientras la acusación trata de establecer un patrón de acoso y hostigamiento ignorado por los profesores; la defensa intenta desacreditar a la víctima, convencer al jurado de que quizá no era del todo inocente, que quizá se lo estaba inventando todo para llamar la atención y hacer que se cuestionen las acusaciones de violación. ¿Qué hacía sola en un jacuzzi con Bryce (Justin Prentice) sin no quería nada con él? ¿Qué llevaba puesto? ¿Opuso realmente resistencia? Preguntas que nos sonarán, y demasiado, tras el mediático caso de La Manada, pero ejemplos en la prensa, los juzgados y las redes sociales hay a patadas.
Tratar con los adolescentes de una forma tan directa la presión social que soportan las víctimas de acoso sexual, además de la normalización de una cultura de la violación absolutamente arraigada, es fundamental para concienciar e iniciar una reeducación. 'Por trece razones' pretende hacer partícipe a los jóvenes de la conversación sobre feminismo, desigualdad de género y abusos de poder que el mundo entero está teniendo. Y lo hace en sus propios términos, entre clases, con chavales normales, hormonas, rumores y mentiras y sí, también clichés. Porque no deja de ser una serie de instituto al uso, pero con una propuesta más dramática y un claro compromiso social. A raíz de la controversia que generó la primera temporada con el tema del suicidio, se ha creado la web 13ReasonsWhy.info para ayudar con diversos recursos a cualquiera que esté atravesando una situación complicada y necesite ayuda. En el caso de España nos informa del teléfono contra el acoso escolar y nos ofrece una guia de debate (en inglés).
En lugar de tener un solo narrador, el punto de vista va cambiando entre todos los personajes que son llamados a declarar. A lo largo de los trece episodios vamos descubriendo más mentiras, culpas y la frustración del espectador crece junto a la de Clay (Dylan Minnette) que tiene que aceptar que ni Hannah, ni nadie, es la víctima perfecta. Jessica (Alisha Boe), la chica de la cinta 9, cobra mucho más protagonismo y en ella se hace evidente el tan naturalizado victim blaming. ¿A quién van a creer, a la chica negra y fiestera o al deportista blanco y rico? Porque la violencia sexual no es el único tema con el que se atreve y el racismo, las drogas y la cultura armamentística de Estados Unidos hacen tic, tac durante toda la serie como bombas a punto de explotar.
En este instituto pasa de todo
El tono y la atmósfera siguen teniendo la misma reminiscencia a thriller negro teen que tanto nos recordaba a 'Veronica Mars'. La aparición de unas incriminadoras Polaroids y las anónimas amenazas a los testigos del juicio son los dos principales misterios que volverán loco a Clay, junto a sus ansias de justicia. Para poder rellenar los 13 episodios, y probablemente para intentar mantener el mismo nivel de tensión e intriga que en la anterior, esta nueva temporada se ocupa de cerrar tantos temas pendientes y abrir tantas tramas, que la narración queda demasiado embotada. La historia está tan dilatada que su arranque es un poco tedioso e irregular, pero desde su mitad, especialmente a partir del séptimo episodio, es muy difícil dejar de sobrecogerse o mirar la pantalla.
Aunque es admirable la franqueza con la que tratan, por ejemplo, los problemas de control de ira de Tony (Christian Navarro) poco aporta esta subtrama al discurso principal o al desarrollo del personaje. Lo mismo ocurre, y de manera mucho más evidente, con todo lo que rodea a Jackie (Kelli O'Hara), una mujer que pretende ayudar en el duelo a Olivia Baker.
Pese a haber muchos menos flashbacks que en la anterior temporada, centrándose más en el presente y señalando lo que estamos haciendo mal hoy, vamos a ver y conocer mejor a Hannah. Eso sí, lo haremos a través de los ojos de sus compañeros y la obsesión de Clay. Mientras las cintas de cassette se cambian por polaroids, nuevas caras se unen al conocido reparto: Anne Winters, que interpreta a Chloe, jefa de las animadoras y novia fiel de Bryce; y Bryce Cass, el anarquista y rebelde Cyrus, son las principales incorporaciones.
La segunda temporada de 'Por trece razones' es incluso más explícita y difícil de ver, o al menos creo que lo es para quienes hemos superado el instituto pero vivimos cada día el acoso callejero, la violencia de género, el miedo o la culpa, y para aquellas personas que hasta ahora han estado (hemos estado) mirando para otro lado perpetuando así una sociedad machista. Oirás en la serie las mismas frases acusadoras y de duda hacía las víctimas que dicen algunos de tus amigos y amigas, o que tú mismx has dicho, que lees en Twitter y en las noticias. Aunque no tenga la capacidad de sorprender que tuvo la primera, una serie como está existe sobre todo para que empecemos a hacernos las preguntas correctas, para despertar el debate y remover conciencias. No es innovadora, no es perfecta, está lejos de serlo, pero es necesaria. ¿Habrá tercera temporada? Esperamos que sí, aún queda mucho de qué hablar.
Nota: 7
Lo mejor: Ha sabido reinventarse y tratar un tema tan importante y actual.
Lo peor: Cree que al espectador no le vale con una sola trama y se empeña en introducir nuevos misterios.