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OBRA INÉDITA

'La colina de las amapolas', la delicadeza escondida de Studio Ghibli

'La colina de las amapolas' es una de las joyas ocultas de Studio Ghibli. Inédita en España, es momento de hacer un recorrido por una de las mejores películas del estudio no dirigida por Miyazaki o Takahata.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 20 de Julio 2018 | 09:42
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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En la filmografía de Studio Ghibli, los filmes más famosos son, predominantemente, los dirigidos por Hayao Miyazaki, como 'Mi vecino Totoro', 'La princesa Mononoke' o 'El viaje de Chihiro'. Después están los largometrajes de Isao Takahata, más conocido en el circuito de los seguidores del cine de arte y ensayo por 'La tumba de las luciérnagas', 'Recuerdos del ayer' o 'El cuento de la princesa Kaguya'. Sin embargo, Ghibli es mucho más, prueba de ello es 'La colina de las amapolas', una de las joyas más desconocidas de la factoría, una magnífica película a la que reivindicar.

La colina de las amapolas

'La colina de las amapolas' está basada en el manga 'Desde el monte de las amapolas', de Chizuru Takahashi y Testurô Sayama. Ambientada en el año 1963, en Japón, el filme narra la vida de Umi Matsuzaki, estudiante de instituto que vive en Yokohama y que, en ausencia de su madre, que es profesora en la Universidad de Nueva York, se hace cargo de sus hermanos junto con su abuela. Al mismo tiempo, Umi administra una pensión de estilo occidental, el Coquelicot Manor, que es la antigua mansión familiar, situada en lo alto de una colina repleta de amapolas, con vistas al mar. Umi, pese al esfuerzo de regentar la pensión, sigue con sus responsabilidades en el instituto. Un día, conoce a Shiro Mizunuma, presidente del consejo de estudiantes, y a Shun Kazama, miembro del club de periodismo, que han creado una plataforma para salvar al Quartier Latin, un antiguo edificio que alberga las diferentes asociaciones de estudiantes y que el consejo del liceo quiere derrumbar para crear otro renovado con motivo de los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. Entre Umi y Kazama surgirá un profundo sentimiento que se verá amenazado por secretos familiares del pasado.

Pura poesía, una joya de la animación que debe reivindicarse

'La colina de las amapolas' es uno de los ejercicios más maduros de la filmografía de Studio Ghibli, alejado de la aventura y la fantasía y con una vena claramente costumbrista, en la línea de las aclamadas 'Recuerdos del ayer' y 'Susurros del corazón'. Admirada por la crítica y también por el público, fue la demostración de que en Studio Ghibli se seguía arriesgando, apostando por relatos de calidad, con personajes femeninos fuertes y con una trama amorosa que, aparentemente banal, resulta mucho más compleja si se mira el trasfondo de los secretos del pasado.

Tristemente, una parte del público, habituado a lo sobrenatural y lo fantástico de 'Nicky, la aprendiz de bruja' o 'El castillo ambulante', no aceptó una película que es una auténtica joya de lo cotidiano, pura poesía en la línea de Hirokazu Kore-eda o el propio Isao Takahata. Inédita en España, es el único largometraje de Ghibli en no haberse distribuido ni en cines ni en formato doméstico, es momento de conocer más a fondo 'La colina de las amapolas', la sortija oculta de Studio Ghibli.

'La colina de las amapolas', la delicadeza oculta de Studio Ghibli

Anuncio por sorpresa

Anuncio por sorpresa

Aunque Toshio Suzuki, el productor de Studio Ghibli, revelase los planes del estudio entre 2010 y 2014, lo cierto es que el anuncio del lanzamiento del filme, el 15 de diciembre de 2010, sorprendió a muchos. Primero, porque era la confirmación que el gran éxito en taquilla del anterior filme producido por la factoría, 'Arrietty y el mundo de los diminutos', aseguraba la continuación del estudio y daba la esperanza de un posible reemplazo generacional (cosa que, finalmente, no se dio, pero eso es ya otro tema); segundo, porque se trataba de un proyecto que unía a Goro Miyazaki y su padre, Hayao Miyazaki.

Famoso fue el debut como director de Goro Miyazaki con la irregular 'Cuentos de Terramar'. El anuncio de que 'La colina de las amapolas' iba a ser el nuevo proyecto de Ghibli creó ciertas desconfianzas y reticencias dentro de los seguidores del estudio, ya que aún no aprobaban que el hijo de Miyazaki dirigiese un largometraje en la factoría, ya que su experiencia en el cine de animación era muy poca antes de que realizase 'Cuentos de Terramar'.

Pero las dudas se disiparon al saber que Hayao Miyazaki se encargaba del guion junto con Keiko Niwa, otra de las guionistas habituales de Ghibli (su primer guion fue el de 'Puedo escuchar el mar', de temática similar a 'La colina de las amapolas'). Miyazaki ya se hizo cargo del guion de 'Arrietty y el mundo de los diminutos', también con Niwa como coautora. Posteriormente, tras el estreno, el público se reconcilió con Goro, ya que se trata de una de esas joyas atípicas propias del estudio.

La colina de las amapolas en eCartelera

El terremoto y tsunami de 2011 cambió el sentido de la película

El terremoto y tsunami de 2011 cambió el sentido de la película

Durante el proceso de producción de 'La colina de las amapolas' sucedió el llamado terremoto y maremoto de Japón de 2011, una de las mayores catástrofes naturales vividas en el país, al llegar a magnitud nueve en la Escala de Richter. La producción del filme sufrió las consecuencias del terremoto. El 28 de marzo de ese mismo año, se organizó una rueda de prensa en la que asistieron Hayao Miyazaki y Goro Miyazaki, guionista y director de la película; Yukiko Marimura y Koichi Sakata, letrista y compositor del tema principal del filme; Satoshi Takebe, compositor de la banda sonora, y Aoi Teshima, cantante del tema principal.

Dicha rueda de prensa, que en un principio iba a estar centrada solo en la presentación del tema principal de la película, acabó derivando en narrar cómo influyó el terremoto en la producción del filme y en ellos mismos. No es extrañar, ya que la rueda de prensa se celebró pocas semanas después del terremoto. Miyazaki comentó: "En medio de un país que está muy dañado, nosotros estábamos produciendo una película. Pese a todo, hemos decidido seguir trabajando pese a los cortes de energía. Gente como los carteros o los conductores de autobús han proseguido con su trabajo, siendo fieles a su posición". Miyazaki declaró que el que se continuase produciendo la película era una forma de demostrar que había que seguir para adelante, pese a la adversidad, ya que era responsabilidad del estudio hacer frente a lo sucedido. También reveló que, en el momento del desastre, el filme estaba completado en un 50%.

Efectivamente, Goro Miyazaki comentó también que primero se analizó con Toshio Suzuki si era posible terminar la producción en la fecha acordada, su estreno fue el 17 de julio de 2011. Una vez se vio que era factible, se continuó trabajando. El proceso de animación continuó de noche, para evitar los cortes eléctricos. Miyazaki hijo también reveló que, antes de continuar con la producción, se confirmó que ninguno de los trabajadores había sido afectado por el desastre, aunque sí hubo "varios que pasaron por un período de shock psicológico tras lo ocurrido", lo que les llevó más tiempo retomar su trabajo, debido a que debían recuperarse psicológicamente. Tanto la recomposición de la canción principal del filme, como la película en sí, sirvieron como forma de homenaje para las casi 16.000 víctimas mortales del terremoto.

La colina de las amapolas en eCartelera

Un filme para no olvidar el pasado

Un filme para no olvidar el pasado

'La colina de las amapolas' propone una reflexión sobre la herencia del pasado, cómo afecta al presente y su influencia para el futuro. El filme se centra en una época clave para la historia de Japón y deja en evidencia que esa reflexión es transversal. Primero, con el derrumbamiento del edificio Quartier Latin, por ser viejo, por representar otra época y porque la sociedad del momento necesitaba "pasar página y olvidar". Ahí es clave la importancia de los Juegos Olímpicos de Verano en Tokio en 1964, un año después de lo que se narra en la cinta.

También se extiende al secreto familiar de Umi y Kazama, en el que las heridas y el dolor del pasado no revelado se muestran en presente como un fantasma que perturba en una realidad que le debería ser ajena. Tanto Goro Miyazaki como Hayao Miyazaki proponen con el filme que se mire hacia el futuro, pero con las cuentas del pasado saldadas, ya que "un país que olvida su pasado, no tiene futuro". Valorar el legado que dejó el pasado en el presente y saber tenerlo en cuenta para mirar al futuro y no cometer los mismos errores que antaño.

En Ghibli ya se había hecho esta reflexión en filmes como 'Nausicaä del Valle del Viento', 'El castillo en el cielo', 'Recuerdos del ayer' o 'Pompoko', pero es con 'La colina de las amapolas' se hace más evidente al estar en un ámbito costumbrista y tremendamente humano.

La colina de las amapolas en eCartelera

La dignificación del culebrón

La dignificación del culebrón

Entre los escépticos de 'La colina de las amapolas', que la tachan de obra menor, uno de sus argumentos es que se narra una historia de amor adolescente poco trascendental. Como bien se sabe, el género rosa suele estar despreciado por ciertos sectores del público amante del cine de autor, como también del comercial. La historia de la película, basada en un antiguo manga dirigido al público femenino adolescente, tiene una historia de amor sencilla, con un enredo semejante al de la mítica serie 'La familia crece' y que van en la línea de 'Puedo escuchar el mar', otro largometraje infravalorado de Ghibli. Pero, justamente, Ghibli le dota de una profundidad propia de la factoría.

De hecho, el estudio ya lo hizo con 'Susurros del corazón', solo que este relato tuvo detrás a Yoshifumi Kondo, uno de los animadores con más alma del estudio, que ya trabajó en su juventud con Isao Takahata en la serie 'Ana de las Tejas Verdes', y tiene ciertos elementos de fantasía, ya que Shizuku, la protagonista, sueña con ser escritora. Sin embargo, 'La colina de las amapolas' es un drama de época, costumbrista y con una ambientación muy realista, sobrio y que aprovecha los clichés del melodrama para crear una historia sobre la relación del pasado con el presente y su influencia en el futuro. Su resolución es la conciliación entre la memoria y el devenir. Ghibli, con una historia romántica, es capaz de demostrar que, en lo cotidiano, hay también piedras preciosas.

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Mucho más que un melodrama amoroso

Mucho más que un melodrama amoroso

La ambientación de la cinta, en 1963, no solo fue una época de cambios, también sirve para poner el foco en el pasado más reciente, los años 50. El culebrón entre Umi y Kazama se inicia ante un secreto de familia que afecta a ambos y que pone en peligro su amor, ya que hay probabilidades de que sean hermanastros. Lo que aparenta ser un drama con un enredo previsible, esconde detrás una realidad muy dura, ya que toda esta confusión de asuntos del pasado tiene como origen dos conflictos bélicos: la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea.

La Segunda Guerra Mundial dejó completamente destruido Japón, llevándose miles de vidas y dejando a muchos niños huérfanos, como Ghibli mostró en 'La tumba de las luciérnagas'. 'La colina de las amapolas' pone el foco en que las consecuencias de una guerra no son solo a corto plazo, también a largo. El filme se sitúa 18 años después del conflicto, su trama, aparentemente, no está relacionada, pero sí lo está. La duda sobre la posible consanguinidad de los protagonistas parte de una promesa de amistad de sus padres, sabiendo el abismo, la incertidumbre y el hambre al que se pueden enfrentar los huérfanos durante una posguerra.

A eso se añade el papel de Japón en la Guerra de Corea. El padre de Umi fue asesinado durante un conflicto en el que, oficialmente, Japón nunca tuvo un papel. La cinta pone el foco en cómo, tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, el Comandante Superior de las Potencias Aliadas (SCAP) asumió el control de la marina mercante japonesa para devolver a los repatriados a su tierra natal. Cuando se inició la Guerra de Corea (que fue entre 1950 y 1953), los barcos de la marina mercante nipona, junto con sus tripulaciones, fueron obligados a llevar apoyo y suministros a Estados Unidos en Corea, los buques japoneses tuvieron un papel importante en los desembarcos de Incheon y Wonsan.

Un total de 122 embarcaciones pequeñas y alrededor de 1.300 tripulantes fueron obligados a participar en calidad de no combatientes en la guerra. El padre de Umi murió cuando su embarcación pasó debajo de una mina. Se estima que 56 marineros y trabajadores japoneses murieron durante la guerra en Corea, 23 de ellos por las minas. Sin embargo, se trata de estimaciones no oficiales, puesto que los gobiernos de Estados Unidos y Japón nunca reconocieron oficialmente el papel de los no combatientes que fueron obligados a ir a la guerra. La película pone el foco también en ello, en el olvido en el que las víctimas quedaron. Una vez más, el filme continúa con su planteamiento en recordar el pasado para mirar hacia el futuro con la experiencia de lo ocurrido.

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1963, el año clave

1963, el año clave

A diferencia del manga original, Miyazaki aprovechó el enredo amoroso, ambientado en los años 80, para trasladarlo a 1963, cinco años antes del nacimiento de su hijo Goro. Ese año, como se ha leído anteriormente, es importante ya que sirve de confluencia entre los hechos históricos sufridos por Japón años antes y el próspero devenir que iba a tener el país, con los Juegos Olímpicos de Verano de Tokio en 1964 como piedra angular.

Elegir 1963 no es un tema baladí. Fue el año en que Miyazaki empezó su carrera como animador, ese año se unió a Toei Animation. En la rueda de prensa que se organizó tras el terremoto, el cineasta comentó: "Los sueños de Umi, la heroína de la película o el valor y la voluntad de todos sus compañeros por salvar el Quartier Latin son actitudes que tenemos que adoptar de cara al futuro [...] En 1963, los jóvenes no se imaginaban que en el futuro iba a haber casas, oficinas o coches completamente climatizados, con calefacción o aire acondicionado. En la época, los jóvenes se contentaban con tener, al menos, una habitación de siete metros cuadrados. Por ejemplo, yo no tuve radio ni televisión, era imposible de comprar, ya que era muy caro. En esta época, solo soñábamos con vivir, no hablo de lo que experimentamos. Esta película muestra cómo nosotros soñábamos con vivir".

La década de los 60 también fue el inicio de las revueltas estudiantes, el exponente internacional más claro es el Mayo Francés. En la cinta, las revueltas también tienen sitio, ya que los estudiantes se organizan y se manifiestan contra la destrucción del Quartier Latin.

La colina de las amapolas en eCartelera

La democracia es más que el voto de la mayoría

La democracia es más que el voto de la mayoría

Cuando el consejo de estudiantes se reúne para votar si aceptan o no el derrumbamiento del Quartier Latin, surgen varias frases interesantes: "Debemos construir una nueva sociedad, derribar lo antiguo, como el Quartier Latin, es una necesidad histórica, para construir un nuevo edificio para los clubes de estudiantes", "no podemos oponernos al cambio", "la mayoría debe ser escuchada". Cuando se comenta que el 80%, una abrumadora mayoría absoluta, quiere un nuevo edificio para las asociaciones, es cuando surgen las frases de respuesta: "Sois como los viejos que dirigen este país, solo queréis convencer ciegamente a las multitudes", "¿a quién le importan los número si están equivocados? Acaso es la tiranía de la mayoría". En palabras de Kazama, el protagonista masculino de la cinta: "No entendéis el significado de la democracia. Si se destruye lo antiguo, se destruirá el pasado. ¿Acaso no importa la gente que vivió y murió antes que nosotros? No hay mañana para la gente que anhela el futuro y olvida el pasado. La democracia no significa que tengáis que ignorar a las minorías".

Sin duda, una de las escenas más representativas de la película, en la que Miyazaki expone la piedra angular de la cinta de forma más evidente, la necesidad de tener en cuenta el pasado para poder mirar hacia delante, el curar las heridas, cicatrizarlas, no eliminarlas y hacer como si nunca hubieran estado. Además, da una lección de democracia al mostrar que es mucho más complejo que el mero hecho de voto por mayoría.

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Las amapolas de Yokohama y el toque francés

Las amapolas de Yokohama y el toque francés

La acción de 'La colina de las amapolas' transcurre en Yamate, uno de los barrios más emblemáticos de Yokohama. La ciudad es la otra protagonista de la película. La zona en la que está situado el Coquelicot Manor está en el citado Yamate, un barrio histórico, de estilo occidental, debido a la influencia de población extranjera durante los períodos Meiji y Taisho. Se trata de un barrio lleno de parques y edificios públicos, que ya era muy bello en los años 60. Goro Miyazaki, inicialmente, investigó sobre la ciudad, para representarla de la forma más fiel posible. Entonces, se dio cuenta de que, aunque Yamate era hermoso, el resto de la ciudad era más industrial. "Simplemente volver a representar algo del pasado puede parecer real, pero no tiene que ser necesariamente precioso", comentó tras decidir retratar un Yokohama de la época, pero desde el punto de vista de los protagonistas, "resplandeciente y lleno de vida".

En la película, además, también se puede ver el emblemático Parque Yamashita, como también brevemente el Tokio de los años 60, cuando Umi, Kazama y Mizunuma van a verse con Tokumaru, el presidente del liceo (y que está inspirado en el presidente de Tokuma Shoten, Yasuyoshi Tokuma).

Otra nota de interés es que la película tiene muchos guiños a Francia. Para empezar, su título, en japonés es 'Kokuriko-zaka kara', la palabra "Kokuriko" proviene de la palabra francesa "Coquelicot", que es amapola en la lengua de Molière. La pensión de estilo occidental que regenta Umi se llama "Coquelicot Manor", en referencia a las amapolas en francés. No solo eso, el edificio antiguo que congrega las asociaciones de estudiantes se llama Quartier Latin (Barrio Latino). El Barrio Latino de París, ubicado en entre los distritos V y VI de la capital francesa, está alrededor de la Universidad de La Sorbona. El Barrio Latino siempre fue uno de los núcleos de los movimientos estudiantiles, ya desde el siglo XIX. En los años 60 volvió a tomar relevancia por las revueltas del Mayo Francés del 68.

A ello hay que añadirle que a la protagonista, Umi, se le llama cariñosamente "Mer". Umi, en japonés, significa mar, como la palabra "mer" en francés. Ese toque francés está presente en toda la película, ya que la banda sonora tiene varios temas con bandoneón, que le da cierto toque parisino a la cinta. Francia es uno de los países en los que mejor funcionan las películas de Studio Ghibli, la misma 'Colina' fue un éxito en el país vecino, lo que hace que no sea extraño que el estudio le dedicase un pequeño homenaje, aprovechando que varios de estos elementos ya estaban presentes en el manga original.

La colina de las amapolas en eCartelera

Película femenina y feminista

Película femenina y feminista

Si de algo puede presumir la filmografía de Studio Ghibli, es que la mayor parte de sus protagonistas han sido mujeres. Es más, los personajes femeninos de Ghibli siempre han tenido una personalidad excepcional, siendo referentes para la animación japonesa, como también para realizadores de otros países. En el caso de 'La colina de las amapolas', sus personajes femeninos tienen una relevancia más que interesante, sobre todo en su heroína principal, Umi, como en los personajes femeninos secundarios.

Primero, Umi es una chica que debe hacerse cargo de la pensión a la par que asiste a clases y se une al grupo de estudiantes del Quartier Latin. Es una heroína típica de Ghibli. Sin embargo, lo cierto es que su crecimiento personal no está en las dudas propias de una chica de su edad, ya que, a diferencia de Shizuku en 'Susurros del corazón', ella ya tiene decidido que quiere ser médico, además de que su influencia en la profesión es otra mujer, la doctora Hokuto. No es perfecta, tiene inseguridades y le pesa el temor de perder en su memoria a su padre, pero se trata de una heroína madura, decidida y con una personalidad sobria que se ha visto poco, tanto en Ghibli como en el anime, ya que es más propia de las protagonistas de las películas de Hirokazu Kore-eda. Además, no hay que olvidar que una mujer es la coautora del guion, Keiko Niwa.

El filme reivindica lo femenino al darle un papel especial y relevante también a los personajes femeninos secundarios. La doctora Hokuto es pintora, Sachiko Hirokouji, otra de los huéspedes, es pintora. De hecho, todos los huéspedes son mujeres. La cinta reivindica las acciones cotidianas, que aparecen continuamente, y muestra la diferencia de visión entre generaciones. Mientras que Hana, la abuela de Umi y sus hermanos, es más tradicional, Umi piensa en su futuro de forma autónoma, aunque se enamore de Kazama, ella desea ser médico, tiene ya en mente sus propios planes. La influencia de Umi son las otras mujeres que se hospedan en el Coquelicot Manor, mujeres independientes y con carácter. Una de las películas más femeninas de Studio Ghibli, como también una de las más feministas, al enfocar la importancia de la mujer en la sociedad. De hecho, el Quartier Latin se salva del derrumbe gracias a que las chicas, la mitad del instituto que se había ignorado, entran en escena.

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Hayao Miyazaki no quería más cine fantástico

Hayao Miyazaki no quería más cine fantástico

A mucha gente le sorprendió que Hayao Miyazaki decidiese escribir el guion de una película costumbrista, sin ningún toque fantástico. El cineasta, tan aclamado por cintas como 'Mi vecino Totoro', 'La princesa Mononoke' o 'El viaje de Chihiro', presentaba, solo en calidad de guionista cabe recordar, una película que, aparentemente, estaba muy alejada de su estilo. Sin embargo, parecía que Miyazaki estaba cansado ya del género y quería escribir sobre lo cotidiano: "El orgullo de Studio Ghibli está en no seguir las modas [...] Ha habido demasiadas [películas de género fantástico]. Algunas de ellas han sido adaptadas a los videojuegos. Entonces pensamos que era absurdo realizar otra más. Hay muchas y vimos que se habían hecho de formas muy diversas, incluso se han hecho sagas. Por ejemplo, 'El Hobbit' de J.R.R. Tolkien, varias partes de la novela han sido adaptadas en películas o para juegos, cuando la obra original estaba más que agotada. También 'Viaje al Oeste' ha sido varias veces adaptada también, pero posee una fuerza increíble y aún da para muchas adaptaciones. Es fascinante, pero no queremos adaptarla".

Miyazaki continuó: "Hemos reflexionado mucho sobre los temas de nuestras películas [...] Queríamos hablar sobre las personas. Cuando se trata de una película de animación, diseñar personaje que son humanos, con facciones realistas es muy complicado, pero era hora de asumir el desafío. Esperemos que, después de esto, se abra una nueva era. A mi edad, es difícil prever el futuro lejano. De momento, estoy preparando una película con personajes realistas" .

Y vaya que sí, ya que, tras 'La colina de las amapolas', Miyazaki dirigió 'El viento se levanta', su película más realista, mientras que Takahata dirigió 'El cuento de la princesa Kaguya', con elementos fantásticos pero con una animación de vanguardia que nada tenía que ver con el estilo detallado de Ghibli. Tampoco hay que olvidar 'El recuerdo de Marnie', segundo largometraje de Hiromasa Yonebayashi y que también era una cinta de corte intimista.

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La reconciliación entre padre e hijo

La reconciliación entre padre e hijo

Como se ha comentado antes, 'La colina de las amapolas' supuso el acercamiento de Hayao Miyazaki y su hijo, Goro Miyazaki. Padre e hijo tuvieron un fuerte conflicto debido al polémico debut de Goro con 'Cuentos de Terramar'. Goro Miyazaki apenas tuvo relación directa con la animación antes de dirigir la adaptación de la saga de novela Terramar de Ursula K. Le Guin. De profesión inicial de paisajista, se graduó en la Facultad de Agricultura de la Universidad de Shinshu, en 1998 se encargó del diseño del Museo Ghibli en Mitaka, del que fue director entre 2001 y 2005.

Cuando 'Cuentos de Terramar' entró en producción, Goro Miyazaki se unió al proyecto como consultor, ya que solo se le pidió que dibujara los guiones gráficos. Después de ver los storyboards, Toshio Suzuki, productor de Studio Ghibli, lo propuso como director de la cinta. Este movimiento no le gustó nada a Hayao Miyazaki, su padre, ya que sentía que su hijo no tenía la experiencia suficiente en la animación para dirigir un largometraje. Según informaron varios medios, padre e hijo no se dirigieron la palabra durante toda la producción. Pese a ello, Goro Miyazaki continuó dirigiendo la cinta. Desafortunadamente, 'Cuentos de Terramar' no obtuvo el apoyo suficiente de la crítica, como tampoco del público, aunque sí tuvo una buena recaudación en la taquilla. Ursula K. Le Guin, autora de la saga de novela, tampoco la apoyó. Sin embargo, Hayao Miyazaki se reconcilió con su hijo tras el primer visionado de la cinta. Según el blog Nausicaa.net, el aclamado cineasta le entregó un mensaje a su hijo diciéndole que el filme se hizo de manera honesta, lo que lo convertía en una buena película.

'La colina de las amapolas' dio esa foto esperada de reconciliación. Esta vez, Hayao Miyazaki le dio pleno apoyo a su hijo, siendo el guionista de la película, junto con Keiko Niwa, que ya trabajó en 'Cuentos de Terramar'. La cinta fue la reconciliación de Goro Miyazaki con el público también. Para Miyazaki fue también un momento para el reencuentro: "Leí el manga de 'La colina de las amapolas' hace 30 años. Me atrajo la idea de una historia en la que hay una plataforma de manifestación en un instituto. Pero tuve dudas, pregunté a compañeros de esa época si era posible hacer una película de un manga escrito para chicas adolescentes. [...] Durante muchos años tuve esa idea en la cabeza, ahora vi que era el momento".

La colina de las amapolas en eCartelera

Éxito de crítica y público

Éxito de crítica y público

Como se ha comentado antes, 'La colina de las amapolas' supuso la reconciliación de Goro Miyazaki con su padre y con el público, pero también con la prensa, quien ya vio en él un director de animación japonesa al que seguir la pista. Primero, logró cautivar al público japonés. Aunque su temática fuese costumbrista y con un tono sobrio y maduro poco dado a la animación, la película funcionó bien. Estrenada a la vez que 'Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2' y la película doble 'Pokémon Blanco y Negro: Victini, Zekrom y Reshiram', propuestas hechas para arrasar en la cartelera, 'La colina de las amapolas' se estrenó en un digno tercer puesto.

El boca-boca hizo que la película estuviese durante nueve semanas entre las diez más vistas, logrando una recaudación constante cada semana que la convirtió en la película japonesa más vista del año, consiguiendo 56 millones de dólares en recaudación. Aunque la cifra era inferior a la de 'Cuentos de Terramar' (63 millones), teniendo en cuenta que tenía varios obstáculos en contra, sus resultados son más que satisfactorios. Su éxito recordó al de 'Recuerdos del ayer', otro de los filmes costumbristas de Ghibli, que logró convertirse en la película japonesa más vista en 1991, pese a su carácter adulto.

La película, además, también fue aclamada por la crítica. Roger Ebert, el prestigioso crítico de cine, dijo que 'La colina de las amapolas' era "una película preciosa, una parábola sentimental que recrea cuidadosamente un Japón de posguerra obsesionado con borrar su pasado". A.O. Scott, del New York Times, dijo: "Es un bello ejemplo de la fuerte tendencia realista de la animación japonesa". Hubert Lizé, del diario Le Parisien dijo que el filme evoca "una maravilla en forma de cinta animada, que combina dibujo fino, ritmo y sutiles matices de colores". Para una parte de la crítica es, junto con 'Susurros del corazón', una de las mejores películas Ghibli no dirigidas por Hayao Miyazaki e Isao Takahata.

'La colina de las amapolas' también triunfó en los premios, logró, por ejemplo, el galardón a la mejor película de animación del año en los 35º Premios de la Academia de Cine de Japón, como también en los premios Anime de Tokio, además de recibir una candidatura al mejor filme de animación en los 6º Asia Pacific Screen Awards y una candidatura a los 40º Premios Annie. Fue también el primer largometraje de Studio Ghibli que distribuyó GKids, la distribuidora de cine de animación independiente, en Estados Unidos, evidenciando que a Disney ya no le interesaban los derechos internacionales de las cintas Ghibli. La película fue precandidata al Oscar a la mejor película de animación, pero no logró pasar el corte.

La colina de las amapolas en eCartelera

Es una joya delicada, no una obra menor

Es una joya delicada, no una obra menor

La animación de Studio Ghibli siempre se ha caracterizado por el detalle, por ser minuciosa y el trabajo artesanal. Con 'La colina de las amapolas' esto se hace patente con escenas de lo cotidiano, como también en las escenas en las que aparece el edificio Quartier Latin, cuyo desorden estaba estudiado al mínimo detalle. De hecho, su excelencia es diferente a la de otras cintas del estudio, como las dirigidas por Hayao Miyazaki, acercándose más al estilo de Isao Takahata, aunque manteniendo las distancias. Por ejemplo, el filme, al estar ambientada en los años 60, evoca al mismo período que la infancia de Taeko en 'Recuerdos del ayer'.

Takashi Kondo fue uno de los primeros analistas que vio la película y escribió su reseña para el diario Yomiuri (y que se pudo leer en español gracias a la traducción de Juan José C. para Deculture). Kondo dijo que la película tiene "escenas que retratan tiempos pasados, más serios pero a la vez más dulces". Kondo continuó: "La película, en todo momento, transmite nostalgia al espectador, haciéndole anhelar aquella época y despertando su deseo de vivir esa sencillez [...] La escuela a la que Umi asiste también transmite una sensación de recuerdos pasados. Las escenas cotidianas presentan numerosos elementos que llaman a la nostalgia". Uno de esos elementos está en la escena inicial de la película: "La protagonista comienza ataviándose con un delantal propio de aquella época para preparar el desayuno [...] Su hermana menor, su hermano y las huéspedes de la pensión [...] se sientan alrededor de la mesa [...] Estas comidas grupales eran el pan de cada día durante aquella época en Japón, cuando toda la familia vivía junta".

Una película que reivindica lo cotidiano, lo artesanal, el buen hacer, el mirar siempre hacia adelante. "Además muestra los valores que la sociedad actual ha perdido, este filme nos muestra a personas que miran hacia arriba frente a la adversidad", escribió Kondo. Muy acertado en su análisis, que muestra que se está ante una de las películas más honestas y entrañables de Studio Ghibli, cuya diferencia la hace excepcional.

La colina de las amapolas en eCartelera

No tiene distribución en España

No tiene distribución en España

'La colina de las amapolas' es uno de los puntos negros en la distribución de películas de Studio Ghibli en España. En junio de 2009, la distribuidora Aurum, actualmente eOne Films Spain, se hizo con los derechos de distribución de, prácticamente, todo el catálogo Ghibli. La editora empezó a trabajar con Ghibli con el estreno en cines de 'El castillo ambulante', en 2006. Un año después estrenaron, de forma limitada, 'Cuentos de Terramar' en cines. Posteriormente, en abril de 2009, Aurum estrenó también en cines 'Ponyo en el acantilado'. Además, anterior al acuerdo, lanzaron en DVD 'Puedo escuchar el mar' y 'Mis vecinos los Yamada', dos de las películas menos distribuidas de Ghibli por el mundo.

Sin embargo, tras el estreno de 'Arrietty y el mundo de los diminutos', en septiembre de 2011, Aurum, ya convertida en eOne, no dio muestras de estrenar más cine de Studio Ghibli. Parece que tuvo que ver con problemas de derechos de autor. En mayo de 2014, Deculture preguntó a eOne la razón por la que 'La colina de las amapolas' se quedó sin distribución en España, como también la situación de las películas Ghibli en España, aprovechando el estreno de 'El viento se levanta' en abril de ese mismo año por parte de Vértigo Films. Todas estas cuestiones vinieron a raíz de que en 2011, Wild Bunch, empresa francesa que es la que gestiona los derechos de los filmes de Studio Ghibli para Europa, se hizo con la mayor parte de las acciones de la distribuidora española Vértigo Films. A ese gran cambio, junto que también hubo movimiento en la directiva de Wild Bunch, provocaron que muchos contratos de distribución se ralentizaran ese año, entre ellos el de 'La colina de las amapolas'.

"Estuvimos apostando por ella, como siempre. Presentamos planes de publicidad con estreno en cine y demás, con la flexibilidad que nos permite hoy en día el estreno digital, como en el caso de 'Arrietty y el mundo de los diminutos', a sabiendas de que es un título más adulto y que Goro Miyazaki no tiene la aceptación de su padre, ni mucho menos. Pero estuvimos trabajando como si lo fuera", declaró eOne a Deculture.

En ese momento, eOne aseguraba que no pensaban abandonar la línea Ghibli de las películas que ya tenían y que querían conseguir las licencias de cintas que, en ese momento, estaban en el limbo, como el caso de 'Haru en el reino de los gatos'. Actualmente, lo cierto es que eOne ha perdido buena parte de los derechos de distribución de cintas Ghibli. Han quedado descatalogadas 'El castillo ambulante' (que estrenaron en cines), 'Mi vecino Totoro', 'Puedo escuchar el mar', 'Susurros del corazón', 'La princesa Mononoke', 'Mis vecinos los Yamada' y 'Cuentos de Terramar'. Todas se unen a la ya mentada 'Haru en el reino de los gatos', película de Ghibli editada por Cameo en 2005 y que llevan casi diez años fuera de catálogo. De forma que Studio Ghibli vive un momento complicado en su distribución en España, pese que la animación japonesa ha logrado volver a los cines nacionales. Al menos, todas estas películas tuvieron distribución, no así el caso de 'La colina de las amapolas'.

Lo más cercano a su distribución fue cuando en marzo de este 2018, se anunció en varios medios que Movistar DCine iba a estrenarla en televisión el 29 de abril y, además, con doblaje al español. Sin embargo, dicho estreno parece que se canceló, ya que la ficha de la película y el anuncio de su estreno desaparecieron completamente.

La colina de las amapolas en eCartelera

Reivindicando el doblaje latino

Reivindicando el doblaje latino

Debido a diversas cuestiones, 'La colina de las amapolas' se convirtió en la única película de Studio Ghibli en no haberse distribuido en España. No así en otros países de habla hispana, en México, la distribuidora Zima Entertaiment se hizo con todo el catálogo Ghibli en 2010, distribuyendo casi toda la filmografía del estudio (a excepción de 'Cuentos de Terramar' y 'Haru en el reino de los gatos', que ya estaban siendo distribuidas por otras editoras). En diciembre de 2012, la película se lanzó directamente en DVD y blu-ray, dándole el título oficial por el que se le conoce en todos los países de habla hispana a la cinta, 'La colina de las amapolas', traducción directa del francés ('La Colline aux coquelicots'). La traducción de títulos en español de películas Ghibli desde el francés es algo que en España ya se hizo con otros filmes Ghibli como 'Nicky, la aprendiz de bruja' ('Kiki, la petite sorcière'), 'El viaje de Chihiro' ('Le voyage de Chihiro'), 'El castillo ambulante' ('Le Château ambulant') o 'Arrietty y el mundo de los diminutos' (Arrietty, le petit monde des chapardeurs').

La película en México se distribuyó con doblaje al español latinoamericano. No sería descabellado pedir que esa edición se distribuya en España. Como sabrán los fans del estudio, Ghibli antes de aceptar la distribución de sus películas en diferentes territorios, debe dar su visto bueno respecto a la traducción del doblaje y de la elección de las voces. Debido a que esto es un proceso burocrático, podría aligerar el proceso si en España se distribuyera la misma edición que en México. Sería la primera vez que una película Ghibli con doblaje latinoamericano llega a España. Tras la buena aceptación de 'Coco' en salas españolas con doblaje mexicano, ¿por qué no? Al fin y al cabo, la película desprende nostalgia y un doblaje latino le aportaría cierta edad, ya que vendría a la mente del público esa época en la que en España venían las películas de animación con doblaje hispanoamericano.

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El verano de la despedida, el poder de la canción

El verano de la despedida, el poder de la canción

En Studio Ghibli, la banda sonora, compuesta por Satoshi Takebe, es uno de los elementos esenciales de la película. 'La colina de las amapolas' cuenta con una música elegante, que evoca los años 60, con cierto toque francés, al tener música de bandoneón en algunos temas. La película recupera uno de los temas japoneses más emblemáticos de la época, 'Ue o Muite Arukou' de Kyu Sakamoto, que fue un éxito en Japón en 1961 y logró fama mundial en 1963. Era la primera composición de Takebe para una cinta de animación. Sin embargo, el principal fuerte de la película está en su canción principal, 'Sayonara no Natsu (El verano de la despedida)', una canción cantada por Ryoko Matsumura en 1976 y que compusieron Yukiko Marimura y Koichi Sakata.

Hayao Miyazaki redescubrió la canción unos años antes de anunciarse la producción de la película y fue uno de los motivos que le impulsó a escribir el guion. Sin embargo, no quería la versión exacta de ese momento. Por eso pidió a los compositores de la canción original, Marimura y Sakata, si podrían hacer una nueva versión actualizada para que la cante Aoi Teshima (que ya había cantando la canción principal de otra película Ghibli, 'Cuentos de Terramar'). Marimura y Sakata no dudaron en recomponer la canción, junto con Satoshi Takebe, que se encargó de los arreglos. Aunque el tema sea añejo, se puede considerar, prácticamente, una canción hecha para la película, ya que se incluyó una nueva estrofa y la música es completamente diferente a la compuesta en 1976. Como nota aparte, Goro Miyazaki, apasionado de esta nueva versión, declaró que la canción se grabó un día antes del Terremoto del 11 de marzo.

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