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CRÍTICA

'Misión Imposible: Fallout' es magnífica, todo lo que debería ser una película de acción

Christopher McQuarrie hace un trabajo de dirección y guion excelente mientras Tom Cruise deja claro que su acción es un arte que debería valorarse más.

Por Berta F. Del Castillo Más 25 de Julio 2018 | 10:00
Creadora de contenido digital y periodista especializada en cine y series. Fan de 'Star Wars'.

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Del tormento que acecha a Hunt pasamos a los créditos iniciales más espectaculares que haya visto la saga, un montaje de imágenes incesante que parece esconderse dentro de la característica mecha que prende cada 'Misión Imposible', delicia visual que además se convierte en una metáfora perfecta de lo que es la sexta entrega de la saga: un pelotazo tan pegado al alma de esta franquicia de espías que su interior no deja de desbordarse contagiando a una acción trepidante que significa mucho más que nunca, que vincula mucho más que nunca, que alcanza un nivel envidiable para todas las sagas actuales, a excepción quizá de 'Star Wars'. Es curioso porque en algún momento la visión de McQuarrie y la de Rian Johnson colisionan, y te das cuenta de que son los artifices de los grandes blockbusters de hoy en día, unas películas que han adaptado su lenguaje visual y su guion a esa bestia en la que se ha convertido un espectador constantemente expuesto a estímulos visuales de todo tipo. El juego ha cambiado increíblemente en los últimos años y muy pocos lo dominan, Christopher McQuarrie es uno de ellos.

 El equipo al completo de 'Misión Imposible: Fallout'

McQuarrie, cineasta que se llevase el Oscar al Mejor Guion Original por 'Sospechosos habituales', ya nos dejó pegados a la silla con 'Nación secreta', anterior entrega de la saga en la que este creativo también firmaba el libreto y dirigía. Entonces lo pensamos, ahora lo podemos decir con total seguridad: McQuarrie es lo mejor que le ha pasado a la saga desde que Brian de Palma dirigiese aquella primera entrega a mediados de los 90. Es absolutamente espectacular lo que consigue en 'Misión Imposible: Fallout', una película de dos horas y media de duración que no se ven pasar: uno está demasiado ocupado muriendo de la emoción, haciendo cábalas, sufriendo por esos viejos conocidos que vuelven con los elementos más míticos de la saga bajo el brazo... Uno está muy ocupado dejándose fascinar por una propuesta sin fisuras.

Decir que 'Misión Imposible: Fallout' es una de las mejores películas de acción de los últimos años jamás podría ser una exageración si tenemos en cuenta los elementos que componen este más que magnético puzzle. Para empezar las escenas de acción no, eso después. Para empezar las raíces de los personajes, los sentimientos que los unen y el más que inteligente uso del camino recorrido. Pocos directores han logrado utilizar a su favor de una manera tan efectiva todas las entregas que una saga lleva a sus espaldas, para apuntalar un guion que no se caería ni aunque el lobo se tirase una vida soplando. Me fascina. Me fascina lo que crece la tensión cuando son los sentimientos los que alimentan cada arriesgado movimiento. Me fascina que todo el argumento de la película se base en las consecuencias de la moral que mueve a Hunt, que mueve el mundo de 'Misión Imposible'. Esto es lo que hace fuerte a una cinta que además de entretener como pocas, te plantea preguntas sobre las consecuencias de tus decisiones, sobre cómo la bondad puede desatar el caos más absoluto y emborronar muchísimo las cosas, y sobre por qué a pesar de que esas intenciones honorables puedan hacer del mundo un lugar peor antes que mejor, jamás habrá elección y la lucha no se acabará nunca.

 Henry Cavill y Angela Bassett en 'Misión Imposible: Fallout'

Cuando De Palma me conquistó a base de giros inesperados y escenas ingeniosas nunca habría imaginado que esas misiones que Hunt siempre decide aceptar nos llevarían hasta aquí, hasta una película que funciona como pocas porque tiene un guion para quitarse el sombrero. ¿Más cosas que hacen de ese guion una bomba? La manera en la que se lanza información al espectador. Algunas de las películas de espías actuales se hacen un lío tremendo a la hora de ocultar para luego desvelar información, confiando en que la confusión del espectador se convierta en un aliciente y la gratificación de la respuesta en un final memorable. En 'Gorrión rojo' esto fue un desastre, en 'Atómica' no tanto, pero las dos tenían el mismo problema: no se pararon a pensar que quizá era mejor que el espectador supiese cosas claves desde el principio, apuesta que, por supuesto, cambia completamente la historia. McQuarrie no tiene miedo a contar de más, él se lanza y juega con otras cosas: con el cómo ocurrirá y cuándo, con la expectación que produce el saber que algo tiene que pasar en algún momento y esperarlo. En numerosas ocasiones el espectador parece saber más que el propio Hunt y esto le hace aún más cómplice de la historia y lo sumerge como nunca en la misión.

'Misión imposible' es una saga que gira en torno a las escenas trepidantes, pero la base que las vertebra es lo que hace que una película brille o se convierta en un conjunto de secuencias muy espectaculares sin ningún tipo de conexión entre las mismas (otro mal común hoy en día), por eso todo el esfuerzo que McQuarrie ha puesto en el guion logra que la historia no solo sea sólida, sino que aporte mucha más emoción a esas acrobacias que tanto gustan a Tom Cruise. De verdad, lo de este actor está poco reconocido, pero así. Me parece fundamental por lo representativo, recordar el accidente que sufrió Cruise durante el rodaje de esta sexta entrega. En una de las persecuciones el actor saltó de un edificio a otro y se estampó literal contra la fachada de su objetivo, logró subir y siguió corriendo con la pierna rota. Esta toma es la que podemos ver en la película y es absolutamente genial. Con esto pretendo hacer hincapié en un trabajo que se suele percibir más como un capricho que como la enorme labor que es. Las miradas intensas del drama siempre se llevan los aplausos pero lo que hace este intérprete merece, al menos, el mismo reconocimiento. Hunt se siente y palpita porque Cruise se ha empeñado en hacerlo todo, y eso no se puede ocultar. Lo otro se puede fingir, pero lo que es de verdad luce tremendamente y dota a este tipo de películas de un realismo que hace que la intensidad escale aún más.

 Tom Cruise en medio de una de sus acrobacias en 'Misión Imposible: Fallout'

Mucho más que el blockbuster del verano

Si nos encontrásemos ante un drama la crítica diría sin miedo que estamos ante una de las mejores películas del año, pero este género, como la comedía o ya más exageradamente, la comedía romántica, tiene que pagar el precio del lastre que supone no encajar en el cuadro de lo que suele llevarse más piropos dentro del mundo cinematográfico. Que no os engañen, 'Misión Imposible: Fallout' es maravillosa como película más allá de la ación y representa el cine que nos merecemos, ese que sea cuál sea su género nos da un entretenimiento de calidad basado en una historia a la que no se le ven las costuras ni aunque uno se proponga revisar el patrón con toda la mala idea del mundo en mente y una lupa en la mano. Y esto es lo mejor que tiene, lo demás encaja en su sitio con facilidad gracias también al arte de su elenco, pero seamos sinceros, lo tenían fácil.

Simon Pegg y Ving Rhames vuelven tan maravillosos como siempre y con una nueva dinámica más pegada si cabe al dueto cómico. Rebecca Ferguson está magnífica, principalmente porque tiene un montón de emociones más con las que jugar, lo mismo pasa con Michelle Monaghan. Pero en este caso la atención la roban dos nuevas incorporaciones de lujo: Vanessa Kirby y Henry Cavill. Kirby porque plasma una mezcla de capo de la mafia con femme fatale que tenía que existir y Cavill por tantos motivos... Su August Walker encaja en el equipo con una facilidad pasmosa a la par que sibilina, pero es que además mantiene una poker face envidiable todo el tiempo para abandonarla por completo en el momento justo aportando un empujón considerable a uno de esos giros que vuelven loco del gusto a cualquiera. De verdad, es que menudo trabajazo. Como menciono en la videocrítica, me pongo a pensar cosas malas y no hay manera. Esta sexta misión es un pelotazo en toda regla y un viaje emocional trepidante, el combo perfecto entre acción y sentimiento, una propuesta que da lecciones sobre cómo el cine puede funcionar en la era de la sobrestimulación... En realidad 'Misión Imposible: Fallout' es un 10, pero no se lo digáis a nadie.

Nota: 9

Lo mejor: La maestría de McQuarrie. Todo encaja porque este director y guionista se ha marcado un curro impecable.

Lo peor: Que vas a querer repetir y quizá eso no es lo mejor para tu economía.