Cuando conocimos a Robert McCall en 2014, este era un hombre solitario y cerrado en sí mismo que canalizaba su dolor impartiendo justicia a gente anónima y ayudando a los más desamparados. 'The Equalizer: El protector' nos presentó a este héroe del pueblo, un hombre aparentemente común que escondía habilidades extraordinarias gracias a su pasado como agente especial de la CIA, y tras su primera andadura cinematográfica, el público pidió saber más de él.
Antoine Fuqua ha escuchado y, cuatro años después del estreno de la película original, vuelve a la vida de McCall en 'The Equalizer 2' para mostrarnos qué ha sido de él en este tiempo. Y junto a él, por supuesto, también regresa el elemento más indispensable de lo que lleva camino de convertirse en una franquicia de éxito: Denzel Washington. La superestrella de Hollywood protagoniza la primera secuela de su carrera, dando su brazo a torcer por su director de confianza, con el que ha colaborado tres veces antes, y por un personaje al que, a juzgar por la película, parece haberle cogido mucho cariño.
Un Robert McCall más familiar, pero igualmente letal
En la primera entrega, el justiciero interpretado por Washington trabajaba en una tienda de bricolaje durante el día, y se dedicaba a repartir mamporros y defender a los oprimidos en sus ratos libres. Como un superhéroe de la calle. En 'The Equalizer 2', McCall ha cambiado de empleo. Ahora se dedica a llevar pasajeros de un lado a otro de la ciudad como conductor del servicio Lyft (el cheque de esta compañía para formar una parte tan importante de la trama debió ser bastante cuantioso). Pero su vocación como protector sigue intacta, tal y como comprobamos desde la primera escena, en la que McCall da su merecido a un maltratador de mujeres.
El mayor cambio en la vida del protagonista después de los acontecimientos de la primera película, es que en esta ocasión se muestra más abierto a dejar entrar a los demás en su vida. Lo vemos en la preciosa relación paterno-filial que entabla con su vecino adolescente, Miles (la revelación de 'Moonlight', Ashton Sanders), y en su amistad con Susan (Melissa Leo), que hace aflorar su lado más relajado y optimista. Por eso, cuando un brutal ataque resulte en la pérdida de uno de los suyos, McCall tendrá menos piedad que nunca enfrentándose a sus enemigos para obtener venganza. Después de tanto tiempo defendiendo a desconocidos, ha llegado la hora de librar su batalla más personal.
Tanto su director como su protagonista ya han reiterado en numerosas ocasiones que 'The Equalizer 2' no es exactamente una secuela. Y esto es verdad hasta cierto punto. La película recupera lo que funcionó de la primera parte, pero no da la sensación de estar viendo una mera repetición de la jugada, sino un segundo capítulo en la historia de un personaje que está evolucionando. Esta es una de las mayores virtudes de una cinta de acción que, si bien no aporta nada particularmente excitante al género, sabe exactamente cómo jugar sus cartas, apoyándose siempre en el carisma de Washington y practicando de nuevo un tipo de acción con los pies más en la tierra.
Puñetazos que se sienten en el cuerpo
En el fondo, 'The Equalizer 2' trata sobre la familia. Pero no la tradicional, sino la elegida, la que en este caso ayuda a McCall a volver a abrirle la puerta a los demás y reconstruir su vida tras perder a su esposa. En este sentido, uno de los mayores aciertos de la secuela es la mencionada relación con Miles, que aporta una nota más ligera y emotiva, contrarrestando así la brutalidad y la violencia explícita que recorre todo el film. Además de verle romper huesos a diestro y siniestro, en 'The Equalizer 2' conocemos a un McCall más cálido, compasivo, incluso divertido, reflejo de un trabajo excelente por parte de Washington, que dota de aristas a un personaje que en manos de otro actor podría haberse quedado en el simple cliché.
Aunque su ejecución y mensaje pueden caer en lo conservador y su ritmo es irregular, 'The Equalizer 2' es una secuela satisfactoria, sobre todo si se disfrutó de la primera parte. Fuqua vuelve a orquestar escenas de acción muy físicas y contundentes (uno puede sentir los golpes en su propia piel), y solo en el desenlace, que transcurre durante una fuerte tormenta, se aleja de lo que hasta el momento han sido sus señas de identidad para inclinarse más hacia el espectáculo, perdiendo un poco el control con un final que parece no encajar con lo que hemos visto hasta ese momento.
Nada que no pueda arreglar la presencia de Washington, por supuesto. Aun contando con secundarios muy sólidos como el omnipresente Pedro Pascal, se las basta él solo para llevar el peso entero de la película, demostrando una vez más por qué es una de las mayores estrellas de Hollywood. Salta a la vista que tanto el actor como el director sienten un gran aprecio por el personaje y lo que este simboliza: la rectitud moral y la lucha por la justicia en un mundo donde no siempre podemos contar con la ayuda de los que se supone que deben protegernos. 'The Equalizer 2' hace que el mito de Robert McCall sea más grande, pero también consigue que el personaje se vuelva más humano, marcando el camino correcto para una potencial tercera entrega.
Nota: 6
Lo mejor: Denzel Washington de nuevo desbordando carisma, y en esta ocasión dándole además un toque cómico muy acertado al personaje.
Lo peor: Un clímax que llega de forma demasiado abrupta y parece pertenecer a otra película, y el product placement.